jueves, 28 de febrero de 2013

¡Tormenta!

Estaba recopilando cosas para enseñaros cómo iba esta semana la plantación de vivaces y bulbos, pero hoy, con mi visita habitual de los jueves, me he llevado una sorpresa meteorológica que no sé si será muy buena a estas alturas.

Terraza y macetas cubiertas de granizo
Se anunciaba lluvia y viento para hoy y con bastante intensidad, aunque sólo con alerta amarilla. Lleva toda la noche lloviendo y la cosa ha sido bastante tranquila: precipitación ininterrumpida, pero a ritmo pausado. Al amanecer se habían acumulado unos 18 mm. y parecía que la cosa no iba a más. De hecho, al llegar a Cullera ha estado lloviendo de manera bastante continua, con cortas pausas, pero nada más allá del típico día gris y lluvioso.

Lo peor ha venido, como coincidencia (y en parte me alivia haberlo visto en directo y saber que no se ha roto nada) justo cuando ya había subido a la terraza y me disponía a continuar colocando plantas y macetas. Después de una pausa, ha vuelto a llover y han empezado a caer pequeñas piedras del tamaño de un grano de arroz junto con el agua. Nada serio, esto ya ocurrió hace un mes y fue casi anecdótico. Pero la cosa se ha puesto peor y el granizo, ahora de unos 2 cm. de largo, ha empezado a caer con fuerza. Con un cielo oscurísimo y relampagueante, dicho granizo ha empezado a caer con la intensidad de un aguacero, formando un estruendo tremendo, y haciéndome temer por la integridad de las plantas.

Afortunadamente ha durado pocos minutos y he podido salir a comprobar los daños, que en principio no han sido apreciables, dado que las pocas flores que hay en la terraza o están cerradas o ya habían cumplido con su ciclo. Temo más por las plántulas que habían pasado de estar bajo plástico a estar bajo reja, aunque espero que ésta haya servido de protección. De hecho, incluso el hielo se ha derretido al poco de estar allí, algunos minutos después de hacer las fotos. El problema, a mi modo de verlo, es que se está acumulando una cantidad de agua bastante alta, y la tierra se está empapando abundantemente. Para los bulbos esto no es demasiado bueno, y para las vivaces recién plantadas más de lo mismo, pues corren el riesgo de pudrirse.

La jardinera/contenedor de los bulbos, lleno de granizo
En el momento que escribo esto, y según MeteoCullera, web que muestra los datos recogidos en directo en una estación meteorológica ubicada cerca de la playa en Sant Antoni (a poco más de un kilómetro de mi terraza), se han precipitado casi 70 mm. (y subiendo), superando al último récord acaecido el pasado 28 de septiembre. Claro que, en esa época, en el momento que se van las nubes el calor prácticamente veraniego lo vuelve a estabilizar todo y deja un agradable ambiente húmedo y cálido, mientras que ahora nos encontramos inmersos en la que ha sido la primera y tardía ola de frío de este inverno, no tan virulenta como la del año pasado, pero agravada por estas lluvias y viento. Al agua hemos de sumar el granizo que se ha ido derritiendo cuando se acumulaba en las macetas.

El viento también está siendo tremendo. Según la web mencionada, en las horas que me encontraba en Cullera ha llegado a registrarse una racha de 76 km/h, y parece que se está manteniendo en valores superiores a los 25 km/h. Y eso que sopla de levante, que no suele ser tan fuerte como el poniente o algunos vientos nórdicos. En principio, la terraza está protegida ante estas rachas y la experiencia de muchos años teniendo plantas allí, e incluso cuando tenía un pequeño invernadero desmontable, me ha demostrado que es difícil que se volquen macetas o se rompan plantas. Sólo hay que tener cuidado con que no vuelen y les caigan otros objetos.

Por todo esto, no he podido continuar con el plan previsto aunque sí he cambiado de maceta unos bulbos (por una decisión fuera de hora pero todavía a tiempo de enmendarse) y he enterrado las nuevas azucenas de este año. Lo demás tendrá que esperar a que deje de llover. Ahora sólo espero que todos los recipientes drenen bien y que el tiempo ayude a, por lo menos, convertir el empapamiento en humedad equilibrada que me permita dejar de lado el riego durante varias semanas.

lunes, 18 de febrero de 2013

La luz se prolonga

Jacinto color púrpura
Febrero es un mes bastante curioso. Suele comenzar con bastante frío, muchas veces dando las mínimas anuales, pero hacia sus últimos días ya notamos los primeros impulsos primaverales. El día se alarga, las temperaturas empiezan a subir y las plantas parecen animarse.

En mi visita de hoy a la terraza me he encontrado con algunas cosas previsibles y otras inesperadas. Sólo han sido tres días de ausencia (de viernes a domingo) y me he encontrado con varios de los jacintos florecidos, los cuales se convierten en las primeras bulbosas del año en florecer comenzando a perfumar la terraza con su delicioso aroma. Los primeros, que ya desde la semana pasada venían anunciándose, han sido los de color púrpura. Este es su segundo año y vienen con las inflorescencias menos apretadas, perdiendo su porte compacto en pos de uno más laxo que es más de mi agrado, pues tienen un aspecto más silvestre.

Las rúculas siguen también a tope e incluso ya están floreciendo las que fueron sembradas en otoño. También ambas kalanchoes, la blossfeldiana y la x houghtonii exhiben sus flores rojas, aunque esta última ya lleva semanas con ellas.

Entre las novedades, me encuentro con que una de las anémonas tiene una flor a punto de abrirse. Deberé esperar para identificarla, pues se encuentra en una maceta donde planté unas cuantas 'St. Brigid', pero también un ejemplar suelto del cultivar 'De Caen'. El caso es que la flor parece oscura y el año pasado ambos cultivares dieron unas pocas flores de color blanco.

Kalanchoe blossfeldiana
Mirando de cerca a las edelweiss (Leontopodium alpinum), que en su reposo invernal se reducen a una mata de hojas secas, he encontrado hasta tres puntos de crecimiento nuevo en uno de los dos ejemplares. Por su parte, los malogrados Oxalis triangularis, arrasados completamente por los gorriones, vuelven a tener tres hojas que el jueves no estaban. Esta vez están bien a cubierto, espero que no les ocurra nada. Y si ocurre... entonces ya habría que pensar que los culpables son ratones.

Los lupinos semilleros también comienzan a atisbar una aceleración en su crecimiento, así como los guisantes de olor. Por su parte, en el gran contenedor de los bulbos no paran de emerger puntas verdes de más especies, aunque todavía quedan bastantes huecos sin rastro de plantas que posiblemente estén creciendo a un ritmo más pausado. Es probable que lleguen algo tarde y sufran con el calor, pero la floración será bastante escalonada y la adaptación hará que a la temporada próxima florezcan en fechas más tempranas. Por otro lado, bulbos sueltos como los Hippeastrum empiezan a perder las hojas que sacaron en otoño, cosa que hasta ahora han hecho de manera previa a la floración, que suele llegar entrada la primavera.

Las pequeñas plántulas semilleras empiezan a dar las primeras alegrías con el simple hecho de aparecer y verificar que han tenido éxito, con la promesa de que se convertirán en nuevas plantas que llenarán de colorido la terraza dentro de poco. A ellas se sumarán las bulbosas y vivaces que están a punto de llegar o están creciendo ya en la terraza, que las dejo como sorpresa y que serán sin duda las protagonistas del blog dentro de muy poco.

jueves, 14 de febrero de 2013

Preparando la temporada: camino a la primavera

Bulbo de azucena
Desde enero, todas las visitas a la terraza han tenido su trabajo más allá del mantenimiento rutinario de las plantas (riegos, limpiezas, etc.). Con todo sobre la mesa, he ido llenando macetas, sembrando semillas y cubriéndolas con plástico a fin de recuperar el tiempo perdido durante el otoño y dejar a punto para la llegada del buen tiempo un montón de plantas que espero que deslumbren con su belleza a lo largo de la primavera. Los bulbos de primavera están al caer, y aunque tengo alguno ya, la cantidad importante vendrá en unas semanas. Lo mismo para las plantas perennes que se plantan de rizoma o raíz.

Pero no todo es poner plantas nuevas. Algunas de las plantas del año pasado, bien por su crecimiento o bien porque en su día fueron plantadas con los medios que había a mano, las he ido trasladando a fin de que se expandan más durante esta temporada. Así, las tres Trycirtis que tenía repartidas a razón de una maceta por planta han sido unificadas en un macetero largo, movimiento con el que descubrí que las plantas ya se encuentran empujando los brotes nuevos de este año. La Dahlia 'Duet' fue movida a una maceta más grande y también me alegró saber que los tubérculos han crecido de manera espectacular, esperando que este año la planta alcance un tamaño digno de este cultivar.

Hoy les ha tocado el turno a las azucenas, los Lilium orientales 'Stargazer', los cuales se encontraban en 4 macetas, dos con un bulbo y dos con dos. Aunque ya me había "asomado" hace unas semanas escarbando la tierra para comprobar que no hubiera pudriciones, hoy he podido verificar el buen estado en el que se encuentran. Todos los bulbos están gruesos, con brotes a punto de emerger en el centro; en una maceta de dos bulbos, he sacado otros dos más de pequeño tamaño que ya habían iniciado su andanza y contaban con largas raíces. Dado su tamaño, los he incluído en la nueva maceta, de 30x30 cm. de superficie y 25 de altura, junto a los seis bulbos originales. En la foto observamos el buen tamaño de uno de los bulbos -sólo es la mitad superior, el resto es tierra pegada. Duplican el tamaño de cuando vinieron en su bolsa.

Más semillas para plantar
Continuando con la siembra de las semillas, he llevado a cabo un cambio basado en una conclusión. Generalmente tapo las macetas con plástico traslúcido o transparente, tanto con bolsas o láminas como con recipientes rígidos (bandejas, cajetillas, botes...) a modo de campana o mini-invernadero, sistema este último que deja la maceta en contacto con el suelo. Parece que este último método no me está funcionando nada bien, quizá por la acusada insolación que aún en invierno llega a la terraza o bien el efecto deshumidificador del viento que ha soplado varias veces estas semanas. En cambio, las macetas cubiertas con plástico a modo de bolsa o cerradas en recipientes herméticos mantienen la humedad perfectamente, además de conservar un calor extra que en invierno puede acelerar el proceso. Las macetas con este método tienen las plántulas más avanzadas a igualdad de tiempo, mientras que en otras la germinación ha sido escasa o incluso nula en los casos en los que la superficie de la maceta se reseca y se cuartea. Así pues, todos los semilleros atrasados han sido pulverizados de nuevo con agua y puestos bajo plástico y con una bandeja debajo a fin de que el agua allí depositada mantenga el ambiente húmedo al evaporarse.

Muy pronto llegará la recta final de la preparación, en la que dispondré los bulbos de primavera y las plantas perennes, uno de mis métodos de propagación favoritos, pues por poco precio se obtienen raíces que en pocas semanas desarrollan plantas adultas que florecen en la misma temporada. Uno de los casos más notables fue el áster de Nueva York del año pasado, que pasó de ser una raíz de apenas un palmo a un arbusto de casi un metro de altura repleto de flores. Sin embargo tampoco hay que desmerecer a las anuales de semilla, que pueden ser igual o más rápidas creciendo que las perennes aún sin la ventaja de venir ya preparadas.

PD: Sobre el girasol 'Sinfonie®'  de la foto de las semillas, no soy capaz de encontrar nada de información. Me lo he llevado porque no había 'Autumn Beauty' y este se le parece tanto por la foto como por la descripción del sobre (crece ramificado con varias flores hasta 1,70 m.de altura) ¿Alguna idea?

Edito (4 de abril de 2013) para añadir que parece que lo de 'Sinfonie®' no es más que una mezcla a la que han querido bautizar así los responsables de esta marca de semillas: vi un sobre de semillas de pensamiento (Viola x wittrockiana) con el mismo nombre. Así que, al parecer, esto no es ninguna variedad, sino una mezcla de colores de una misma especie.

lunes, 11 de febrero de 2013

Un vistazo a los bulbos de la temporada pasada

Jacinto y muscaris, marzo 2012
Para esta temporada, el mayor trabajo que he realizado de cara a crear un espacio para plantas sin duda ha sido el contenedor de los bulbos. Se trata de una estructura realizada con madera de palets de 280x100 cm. de base, con 40 cm. de altura y forrado doblemente con plástico para contener el sustrato, que no llega hasta el borde, quedándose aproximadamente en unos más que suficientes 30 cm. de profundidad. El sustrato -más de 1.000 litros- se compone de turba, fibra de coco, humus y perlita. Éste era sin duda el punto más importante a corregir tras la decepcionante temporada anterior, planificada con menor acierto.

En otoño de 2011 compré varios bulbos en ALDI, LIDL y Schlecker, tiendas que traen una selección limitada repartida en dos ocasiones en el caso de los dos primeros (unos "exclusivos" o "premium" y otros regulares, con apenas 0,50 € de diferencia entre ellos) pero muy interesante por la variedad de algunas plantas -que no se encuentran así como así en cualquier tienda de jardinería- y su ajustado precio. Me llevé un buen montón, aunque no tanto como en 2012, y las repartí como pude en macetas y grandes recipientes. Uno de los mayores problemas fue la desacertada decisión a la hora de elegir el sustrato: en lugar de comprar cualquier saco de sustrato universal económico para llenar todos los recipientes, opté simplemente por ir a una zona removida y llevarme varios capazos de tierra arcillosa pensando que los bulbos se adaptarían como si estuviesen plantados en una huerta. En uno de los recipientes usé arena con cierta cantidad de restos vegetales (proveniente de una huerta costera) y una capa de sustrato universal para retener la humedad, ya que quise sembrar alguna semilla por encima para acompañar a los bulbos, básicamente amapolas que acabaron comidas por los gorriones.

Fritillaria uva-vulpis, marzo 2012
Esto tuvo sus consecuencias, no excesivamente desastrosas, pero sí capaces de diezmar a muchos bulbos y darles un aspecto poco prometedor a los que prosperaron. Además, la cantidad de semillas de hierbas propias de los cultivos que traía la tierra era abrumadora, y tan pronto terminaba de arrancar un buen montón como a la semana siguiente había más y más. No es que me importe, pero le daban un aspecto poco estético a los contenedores y hay que asegurarse de que no florezcan para que no esparzan su descendencia por toda la terraza, en la cual ya hay unas cuantas "plagas" incontrodas desde hace años (en especial Coronopus didymus). Eso sí, es increíble la resistencia de estas plantas creciendo sin agua y a pleno sol, condiciones que matarían a nuestras mimadas plantas de maceta en cuestión de días.

Hubo, no obstante, bulbosas a las que no les afectó demasiado esta premisa. Los muscaris (Muscari armeniacum) florecieron prácticamente todos y con total normalidad, incluso algunos pequeños bulbillos que venían pegados a los grandes, que planté separados pensando que necesitarían engordar, me sorprendieron con sus arracimadas flores azuladas durante la primavera. Los jacintos (Hyacinthus orientalis), diez en total, florecieron abundantemente aunque algunos no llegaron a estirar del todo su pedúnculo, quedando las flores de delicado aroma algo atrapadas entre las hojas. Ambas especies se conservaron bien y actualmente son las que más avanzadas se encuentran en su nueva ubicación.

Crocus vernus, febrero 2012
Unos Iris x hollandica 'Blue Magic' que compré en primavera de 2011 repitieron el mismo ciclo que durante ésta: fueron plantados primero en marzo, y luego en septiembre. Al poco tiempo las hojas alcanzaban más de 30 cm. de altura, pero se secaron, primero en junio y luego en abril del año siguiente, sin dar ni un signo de florecer. En ambas ocasiones, los bulbos fueron sacados de tierra con un aspecto impecable y con multitud de bulbillos nuevos, descartando cualquier problema de salud. No tengo ni idea de si este año serán capaces de hacerlo y por qué no lo hicieron antes: si es por falta de nutrientes, en la actual ubicación los tienen de sobra, aunque no sé si serán capaces de asimilarlos y aprovecharlos desde ya mismo para florecer con fuerza. Tengo otros iris holandeses, mixtos, que pueden servir de referencia.

Otras especies con éxito irregular fueron los crocus y las Fritillaria uva-vulpis. Los primeros, de 50 cormos, tuvieron poca presencia en cuanto a flores y apenas fueron rescatados 5 ejemplares tras desmontar toda la parafernalia. Las segundas cuentan con el honor de ser de las pocas especies que florecieron, pero varios ejemplares tuvieron dificultades para emerger y se secaron al poco tiempo. No obstante, los bulbos fueron encontrados en perfecto estado y fueron conservados y resembrados este año, aunque todavía no han llegado a romper la tierra. El año pasado lo hicieron en marzo, con lo cual debe tratarse de una especie más tardía.

Salvo las especies mencionadas, más un tulipán 'Queen of Night', el cual floreció (uno de siete) cuando me encontraba sin cámara, y las anémonas, ninguna otra especie mostró flores. Las Scilla siberica consiguieron florecer pero no emerger, con las plantas atrapadas en el agujero del suelo por donde brotaron. Todas se pudrieron en el suelo y unas pocas tras sacarlas y guardarlas. Lo mismo ocurrió con los Allium moly, brotados bajo el suelo y con el crecimiento suspendido, pudriéndose todos en verano sin haber mostrado ni una sola hoja. También tres Camassia cusickii corrieron la misma suerte, pudriéndose en verano tras mostrar sólo una discreta roseta de hojas sin acabar de desplegar.

Gladiolo enano, junio 2012
En primavera adqurí unas pocas especies más que ya planté en turba, aunque tuvieron un crecimiento discreto, posiblemente por el calor o una mala adaptación. Se trataba de gladiolos enanos, Freesia híbridas y Sparaxis tricolor. Los primeros son los más grandes, he conservado muchos de ellos y tienen hojas desde al menos octubre; floreció sólo uno, en junio, y las flores no duraban más de un día, así que tuve suerte en ver por lo menos una abierta. Las Freesia algo parecido, con una sóla vara floral de color azul y blanco en mayo que duró poco. Una planta idéntica, quizá la misma, floreció el mes pasado durante el trasplante, con lo cual se lanzaron a perder las flores y poco a poco las hojas, que espero que rebroten durante el año. Las Sparaxis tuvieron un éxito ambiguo, pues si bien se reprodujeron bastante bien vegetativamente, sólo llegué a ver unas flores resecas en junio, posiblemente abortadas durante su crecimiento. Conservo plantas de todas estas especies y sólo pretendo traer a casa algunos gladiolos enanos más, de una colección distinta, a fin de introducir mayor variedad y buscar mejoría con ellos.

Dejo de lado a las anémonas y ranúnculos puesto que, a pesar de venderse como bulbos, prefiero englobarlas en el apartado de las plantas vivaces. No obstante, entre las Anemone coronaria 'De Caen' y 'St. Brigid' y los ranúnculos apenas vi cuatro flores de las primeras y una de las segundas; los ranúnculos fracasaron en sus intentos. Todas ellas están rebrotando ahora mismo y están acompañadas de nuevas plantas adquiridas en otoño de 2012.

Muscari armeniacum, febrero 2012
¿Conclusiones? Primero que todo, desechar el sustrato arcilloso para su uso en pequeños contenedores. Se seca mucho en la mitad superior, dando la impresión de que necesita agua para hidratarse y ablandarse, pero se apelmaza con la humedad en el fondo de las macetas, ahogando y pudriendo a los bulbos o dificultando su crecimiento vertical. Desde entonces sólo lo he usado con las martiniáceas, plantas anuales de gran tamaño y adaptadas a condiciones secas que no tuvieron problema alguno en completar su ciclo de manera más que correcta en este sustrato. Por tanto, cualquier sustrato universal con buena retención de la frescura y la humedad con drenaje adecuado será lo más recomendable para los bulbos en contenedores.

Otras cuestiones básicas son enterrar los bulbos a la profundidad correcta (al menos el doble de su altura) y no excederse con los riegos. Con un sustrato universal con buen drenaje, y especialmente si cuenta con una buena adición de perlita, muchas veces bastará con el agua de las lluvias otoñales e invernales para que las plantas encuentren toda la humedad necesaria. Por último, un buen abonado es importante para que las plantas recarguen energías, algo particularmente importante al encontrarse éstas en gran número en espacios limitados. Por suerte, he conseguido unos sacos de abono que me durarán bastante tiempo y me servirán para comparar resultados.

Poco a poco los bulbos se van desperezando y pasarán su primera prueba, que es la de florecer en su primer año de estancia a en la terraza y sobrevivir. Todavía parece que se resisten a florecer estos bulbos primaverales, cuando ya nos encontramos pensando en qué bulbos estivales y otoñales añadiremos a nuestras colecciones. Sin embargo, no dejo de lado lo emocionante que puede ser este año al ver florecer el montón de especies distintas que se esconden bajo la tierra y que pueden dar una bienvenida a la primavera espectacular.

jueves, 7 de febrero de 2013

Florece la rúcula

Flor de rúcula
Planté rúculas (Eruca vesicaria ssp. sativa) desde semilla el verano pasado. Al principio perdí algunas plantas por despiste, pues germinaban tan pronto que antes de que darme tiempo a comprobarlo y retirar el plástico del semillero, el calor acumulado bajo éste acababa matándolas. Procedí a tenerlas algo más controladas y logré sacar adelante a dos plantas tras una segunda siembra.

Una vez completamente establecidas, las plantas crecen a buen ritmo y sacan hojas cada vez más grandes. A pesar de que las semillas se venden con la intención de obtener plantas de valor alimentario, las planté por mera curiosidad dado que no compensa mantenerlas para aprovecharlas a menos que plante una gran cantidad, cosa que requeriría un espacio del que no dispongo; además, por poco dinero podemos comprar una bolsa de hojas frescas en cualquier supermercado.

Es más, podría añadir que personalmente no es una planta a la que pueda considerar una delicatessen. Su sabor es curioso, tiene un ligero amargor y recuerda vagamente a las nueces, pero lo encuentro algo denso. Una ensalada con unas pocas hojas vale, pero echando más de la cuenta la intensidad del sabor se me hace pesada. Nunca más la he vuelto a usar suelta, me vale la cantidad que viene en los preparados de ensalada mixtos, junto a la espinaca, la col lombarda y la escarola.

Las plantas dejaron de crecer a ese ritmo al final del verano, entre el calor, la sequedad y el hecho que aproveché para sacarlas de la maceta donde estaban, donde apenas ocupaban sitio, para reaprovecharla. Durante el otoño-invierno han tenido un crecimiento discreto pero pronto empezó a evidenciarse un crecimiento vertical desde el centro de la roseta que apuntaba a lo que sería el tallo con flores.

Efectivamente, esta semana han comenzado a abrirse las primeras flores en el extremo de dichos tallos. Éstas no tienen un aspecto demasiado decorativo, aunque personalmente las encuentro llamativas. Tienen cuatro pétalos que se asemejan a las aspas de un molino, de color blanco amarillento, con finas nervaduras de color púrpura. Podemos entender, viendo estas flores, por qué la familia era conocida anteriormente como crucíferas: las flores tienen forma de cruz en todos los miembros de la familia. Actualmente se las denomina brasicáceas, tomando como género tipo a Brassica, al que pertenecen multitud de especies que nos resultarán familiares; no en vano, muchas crucíferas tienen un lugar en nuestra cocina: la col (y sus múltiples variedades como la coliflor, el brécol, la col de Bruselas o el colinabo), el rábano, la mostaza, el nabo (y sus hojas, los grelos) o la colza, o algunas menos comunes en nuestra región como la col china o pak choi (en realidad, una subespecie del nabo) o el wasabi japonés.

Es posible que estas dos plantas vivan poco después de florecer y fructificar, pues son anuales. No obstante, en otoño sembré una nueva maceta y hay varias plantas en crecimiento. Hice lo mismo con unos pocos rábanos de unas semillas que hace al menos cinco años que tengo y que suelen germinar todavía con bastante facilidad. En otoño de 2011 sembré unos pocos y dieron un resultado decente, y desenterré algunos cuando tenían un tamaño aceptable para probar a alimentar a las ardillas con ellos, pero no les gustaron. Los que quedaron en maceta los dejé y florecieron en abril del año pasado, deteriorándose poco después.

Está claro que por las pretensiones de la terraza, dedicada principalmente a albergar mi pasión por el coleccionismo de flora ornamental, tienen poca cabida las hortalizas y aromáticas destinadas a producir en cantidades suficientes como para, al menos, poder darles un uso en la cocina. Sin embargo, nunca está de más experimentar con unos pocos ejemplares de estas plantas que pueden desarrollarse de manera estupenda sin ocupar apenas sitio ni requerir demasiadas atenciones.

sábado, 2 de febrero de 2013

Los traviesos gorriones

Oxalis triangularis picoteado
Tengo la suerte de encontrarme con pocas plagas de invertebrados en la terraza. La más notable son los pulgones durante la primavera, que atacan a varias plantas especialmente en los brotes tiernos, contra los cuales quiero probar este año algún remedio casero tales como agua enjabonada o restos de cigarrillos macerados. De los caracoles ni me preocupo, pues llegan muy ocasionalmente a la casa y, o bien no causan estragos, o bien los localizo enseguida tras seguir sus rastros y puedo retirarlos a mano. Orugas apenas aparecen y las distintas clases de insectos suelen ser bastante inofensivos.

Pero, con todo, no es raro encontrarse hojas de las más diversas especies con trozos recortados, con mayor o menor empeño. No resulta difícil adivinar que los causantes no son invertebrados, sino unos animales más grandes: los gorriones comunes (Passer domesticus), teuladí en nuestra tierra, los pájaros más frecuentes en la ciudad y los más asiduos a pasearse por las terrazas y buscar comida en éstas. Son eminentemente omnívoros, así que comerán tanto plantas como algún que otro invertebrado, aunque en menor proporción que las aves insectívoras que también visitan la terraza, aunque casi exclusivamente en otoño e invierno.

No tienen por costumbre tocar absolutamente todas las plantas, pero pueden resultar algo inoportunos al picar algunas especies que se encuentran en desarrollo. Así, por seguridad, las plántulas pequeñas las mantengo protegidas aun tras retirar el plástico que las cubre durante su germinación a fin de mantener la humedad. Uso algunas jaulas viejas de cuando tenía hámsters, quitando el cajón, agrupando las macetas asignadas y cubriéndolas. Cuando las plantas ya han alcanzado un buen tamaño, o bien los gorriones no les hacen caso o no causan mayor problema tras picar un par de hojas, así que pueden quedar descubiertas.

También me han dado algún problema con los Oxalis. Tengo dos especies que conseguí en otoño en pequeña cantidad y por tanto me interesa que se desarrollen plenamente hasta formar matas abundantes. La primera, un Oxalis bowiei, la recogí escarbando alrededor de una mata que encontré asilvestrada y sólo pude llevarme unos pocos tubérculos de pequeño tamaño. Tan pronto como asomó la primera hoja, días después apareció cortada por los gorriones. Así pues, toda la maceta fue puesta bajo rejas, recuperándose y brotando varias hojas durante las siguientes semanas. Por su parte, otra de las especies, el Oxalis triangularis ssp. papilionacea 'Atropurpurea', estuvo al descubierto sin sufrir daño alguno, algo que achaqué a su color oscuro, por lo cual los pájaros no se dieron cuenta de que había algo allí. Hasta ahora.

Un gorrión capturado para anillamiento en Sollana
Habiendo acondicionado la zona de semisombra de la terraza con varias baldas para ir acogiendo a las plantas que no necesitan tanto sol, coloqué allí esta semana ambos Oxalis al descubierto. Dos días después los gorriones habían picoteado prácticamente todas las hojas en ambos especímenes, si bien no han llegado a cortar ninguna. Los rastros dejados hablan claro: el triangularis no les ha gustado, a juzgar por los trozos morados de hoja esparcidos por los alrededores y una marca con líquido y pedacitos morados en el borde de la maceta, señal de que se estuvieron limpiando el pico allí. Espero que hayan aprendido la lección y no molesten más a las plantas: con los cebollinos (Allium schoenoprasum) ocurrió así, dejando las hojas cortadas allí mismo tras sus intentonas y no volviendo a aparecer ningún daño. La duda es si también dejarán en paz al Oxalis bowiei.

Pero existen plantas que, a lo visto, les gustan y mucho. Actualmente tengo una maceta de Dianthus barbatus cuyas hojas da pena verlas, con todos los bordes recortados. Sólo espero que se olviden de ellas cuando llegue la hora de florecer -le toca este año, por eso de ser bienal- y no recorten también los brotes florales, lo cual sería un auténtico desastre. En el pasado, otras plantas que han llegado incluso a desaparecer de sus macetas por culpa de los gorriones han sido las amapolas: de la Papaver rhoeas no dejaban nada, pues cuando las plántulas tenían su primera roseta de hojas, las cortaban hasta la base una y otra vez hasta que la planta moría. Con las adormideras (Papaver somniferum) más de lo mismo, necesitando protección hasta que alcanzan una talla adecuada. En las amapolas orientales (Papaver orientale) nunca llegué a ver signos de sus ataques, pues las del año pasado acabaron secándose al ser sobrepasadas por sus compañeras de maceta, y las que tengo actualmente son muy pequeñas y están a buen recaudo bajo una jaula.

Dado que sus ataques no son excesivamente virulentos y no existe un método 100% efectivo para espantarlos (creedme que el clásico espántapajaros hecho con discos compactos colgando de cordeles no les asusta), lo máximo que puedo hacer es tener en cuenta las medidas descritas para evitar que rompan las plantas más desprotegidas. Tampoco veo conveniente disuadirles echándoles de comer, como por ejemplo con el pan sobrante de casa o las pequeñas semillas que mis ardillas no se comen; es posible que este remedio no haga sino atraer a más pájaros que acabarían comiendo tanto el alimento depositado para ellos como picoteando plantas, y quizá en mayor cantidad. Así pues, la cosa se queda como está, intentando convivir en armonía con estos pillos con alas.

Actualización: Finalmente he tenido que cubrir con una reja los Oxalis dado que estos pillos emplumados han acabado cortando todos los folíolos del O. triangularis, dejando sólo los pecíolos. Ahora habrá que esperar a que rebroten, con lo que costaron de aparecer las pocas hojas que había. Por suerte no han llegado a destrozar igual al O. bowiei.