jueves, 28 de noviembre de 2013

Otoño que ya parece otoño... o casi

Llueve en la terraza
Menos de dos semanas después de las últimas lluvias, una situación de vientos del este-noreste ha propiciado que esta semana volviésemos a tener precipitaciones, tal y como se había predicho. Con el frío y estas lluvias moderadas, por fin la terraza empieza a permanecer húmeda durante días, sin necesidad de riegos o bien sin tener que traer el agua de casa. En cuanto a temperaturas, sólo la última semana del pasado mes de febrero fue más fría que esta segunda mitad de noviembre.

Contrariamente a lo que pudiera pensarse, esta época es menos dañina para las plantas que el verano. Apenas florecen y casi no se aprecia crecimiento, pero lo cierto es que mantienen un ritmo de crecimiento más bajo y se conservan verdes más tiempo. Además, las plagas más dañinas, esto es, hongos e insectos, prácticamente desaparecen por completo. Rara es la vez que una planta se me ha podrido o llenado de hongos en invierno, cosa que pasa a menudo en verano. Sin ir más lejos, una de las dalias que tuve pasó el invierno enterrada a la intemperie, rebrotó en primavera y acabó muriendo en verano.

Como se puede ver en la foto, todavía hay muchas plantas en flor. Básicamente se trata de especies que no se detienen nunca, como los antirrinos o las gallardías, o plantas que sembré en septiembre, como el girasol ramificado que se ve floreciendo a la izquierda. Mientras que las plantas que sembré a mediados o finales de verano cada vez se ponen más grandes, las semilleras sembradas durante estas semanas cálidas del otoño todavía permanecen con tamaños discretos, pero favorecidas por un ambiente menos caluroso que hace que las bajas sean prácticamente nulas, incluso al quitar la protección de plástico.

La lluvia de hoy ha dejado casi 20 mm. acumulados en lo que va de día y parece que las nubes se marcharán, posiblemente volviendo al domingo. Poco trabajo queda ya por hacer en la terraza más allá de controlar los semilleros e ir pensando dónde colocar a las plantas cuando crezcan, además de reservar sitio a las especies que vendrán a finales de invierno; es buena época también para cambiar a una maceta mayor a algunas plantas que han crecido bastante. Aparte, cómo no, hay que ir con ojo vigilando que los gorriones no rompan más cosas de la cuenta.

En resumen, que por fin llega lo que podría considerarse la época más relajada del año, contando con impaciencia los días que faltan para que llegue ya no la primavera, sino el final de invierno, cuando se verán las primeras flores, se podrá continuar haciendo semilleros y habrá nuevas plantas para elegir.

domingo, 17 de noviembre de 2013

El tiempo patas arriba

Consolida ajacis
Cullera, lunes 11 de noviembre de 2013, a mediodía: 25ºC de temperatura, sol y un ambiente agradable prácticamente idéntico a los primeros días del mes de mayo. Madrugada del sábado 16 de noviembre: nubes, lluvia, ráfagas de viento y nada menos que 6ºC de temperatura. No exagero ni un ápice: esto es lo que ha sucedido. Ahora vendría bien añadir la manida expresión "el tiempo está loco".

El otoño ha llegado de golpe en apenas una semana. Sí es cierto que las temperaturas mínimas ya comenzaron a descender progresivamente desde mediados de semana, pero el tiempo todavía era suave e incluso molestaba la manga larga entre media mañana y primeras horas de la tarde. El viernes por la noche comenzó a soplar el viento con fuerza y las nubes cubrían el cielo, descargando 25 mm. de lluvia en Cullera, una cantidad muy adecuada que no suele ser excesiva para muchos propósitos ni insuficiente para otros. Por ejemplo, apenas ha dañado a las plantas -algunas semilleras dobladas y poco más- y ha sido bastante como para no tener que regar en unos días, ni siquiera en los contenedores más grandes: el de los bulbos ya está completamente empapado y, si no se reseca mucho, con esta humedad tiene para mantener a las plantas en condiciones óptimas durante semanas.

La única pega de este cambio tan repentino es que el ambiente se ha enfriado a los valores propios de finales de otoño o incluso invierno, con lo cual ya hay que posponer muchas cosas. Las plantas semilleras ralentizarán su crecimiento, y los nuevos semilleros habrá que dejarlos ya para la fase previa a la primavera y verano, en febrero-abril. Prácticamente no he dejado apenas cosas pendientes, con lo cual estoy bastante satisfecho dentro de lo que cabe y sólo queda esperar a que las estaciones sigan su curso para ver plantas grandes y florecientes. Si de algo me puedo quejar es de que en el contenedor las plantas no han crecido todas al mismo ritmo y unas cuantas especies se han apoderado de casi todo el espacio, con lo que apenas me quedan huecos para sembrar lo que faltaba. No obstante, dentro de unos meses se habrán producido cambios y todavía llego a tiempo para sembrar en primavera especies que florecen más adelante, como he comprobado este año.

Lo bueno de este cambio de tiempo es que no sólo la lluvia aporta humedad, sino que además el frío evita que se evapore demasiado pronto, quitándome bastante trabajo en ese sentido. Hoy he dejado los últimos semilleros que comencé esta semana en la terraza y he resguardado a los tres cactus que tengo, bajándolos al patio. Esto se hace para asegurar que pasarán el periodo frío sin recibir agua, particularidad que ayuda a que cumplan sus ciclos vegetativos adecuadamente y consigan florecer durante primavera y verano. Este año lo he conseguido, y espero repetir al próximo.

Si el tiempo volverá a cambiar o no, ya no lo sé. Lo normal es que, a estas alturas, si la temperatura sube de nuevo no lo haga a los valores que habíamos tenido en octubre, y la bajada nocturna es más acusada. Lo interesante será ver si sigue lloviendo, pues se esperan lluvias para hoy y mañana, aunque ha amanecido con sol -y frío.¿Podremos ponernos ya en modo invierno?

viernes, 15 de noviembre de 2013

Flores y un tiempo suave

Cynoglossum amabile
Aunque parece que por fin llegarán las temperaturas frescas más propias de esta época, actualmente la terraza sigue beneficiándose del prolongado periodo de temperaturas propias de mediados de primavera. Bueno, de eso y de que no les haya faltado agua, porque la lluvia no ha ayudado y los riegos han sido obligatorios cada dos días. Precisamente, ayer cayó un buen chaparrón en Sueca que no se replicó en Cullera, donde apenas había algún indicio en forma de calles mojadas y pequeños charcos. Las macetas ni siquiera estaban húmedas, así que no me he ahorrado el riego de hoy. Se anuncian más precipitaciones para el fin de semana, que espero que esta vez sean ya las lluvias otoñales definitivas, porque noviembre de momento ha dado menos agua que octubre, y ya ha expirado medio mes.

Consolida ajacis
Tan propicio ha sido el ambiente para el desarrollo de las plantas que ya hay bastantes ejemplares floreciendo de aquellos que fueron sembrados entre agosto y septiembre. En general, y como no podía ser de otra manera, las compuestas ganan en variedad, pues son nueve especies distintas en flor: las caléndulas sembradas en septiembre han alcanzado tal tamaño que están poniendo en apuros a las plantas más pequeñas de su alrededor; las margaritas Mauranthemum paludosum, que tras desaparecer en agosto volvieron a rebrotar a partir de semillas; las Gaillardia aristata, que se han visto beneficiadas por la poda de capítulos secos y por el descenso de las temperaturas y vuelven a sacar flores de gran diámetro; la Gazania, cuyas flores cada vez salen más coloradas, aunque sólo me queda esa ya que el ejemplar de flores totalmente amarillas fue estropeándose poco a poco y ha acabado muriendo; el edelweiss que vino en septiembre, aunque su floración ha sido más pobre y breve que la de los otros ejemplares en primavera; la Zinnia elegans, de la que finalmente sólo he dejado un ejemplar que salió espontáneo en el contenedor, el único que no tenía un aspecto lamentable; otras Zinnia, las haageana 'Chippendale', cuyas flores diminutas no son lo que esperaba, aunque de momento crecen bien. A ellas añadir las africanas Felicia amelloides y Osteospermum fruticosum, que sacan flores cuando les parece, después de tomarse sus pausas. Pronto se sumará además el girasol Helianthus debilis y puede que el áster repita, pues la planta ha empezado a mejorar y crecer ahora y parece que otro capítulo asoma desde un nuevo tallo.

Mauranthemum paludosum
A las caléndulas del contenedor se les añade la bella nota de colores y formas de la espuela de caballero (Consolida ajacis), con un ejemplar que no esperaba ver floreciendo tan pronto. Ha salido de manera más vistosa que el que brotó en verano, con una espiga llena de flores moradas, aunque más sueltas que las de la forma doble que también tuve en flor esta primavera. Me gustan mucho más los de este tipo simple, aunque no creo que la planta llegue a primavera, así que habrá que resembrar para además conseguir más plantas repartidas por el contenedor. Con ellas están las nomeolvides chinas (Cynoglossum amabile) que son actualmente la especie con más ejemplares floreciendo del contenedor, con cinco o seis plantas llenas de sus cimas escorpioides con pequeñas flores de auténtico color azul. Lo mismo que para la anterior: si no llegan a primavera sembraré unas cuantas más. No faltan tampoco los antirrinos multicolores, la Salvia farinacea y el alquequenje, cargado de flores que ya empiezan a madurar. Los Oxalis tampoco se detienen y el bowiei sigue cargado de flores rosadas, al igual -aunque en menor medida- que el triangularis.

Calendula officinalis semidoble
Aprovechando el buen tiempo, sigo haciendo semilleros casi a cada visita ya que ahora puedo dejarlos directamente en la terraza, sacándole partido al suave calor diurno (21-25ºC) y la ligera bajada nocturna (18-15ºC). Esta situación durará poco, porque inevitablemente llegará el frío y las pocas horas de luz no ayudan demasiado. Sin embargo, casi todo lo sembrado últimamente se está desarrollando a buen ritmo y como mínimo hay varios especímenes con cotiledones, aunque aún es pronto para saber cuál de todas las plantas germinadas será la primera que alcance el tamaño suficiente como para colocarla en su ubicación definitiva, pues hay tanto plantas de pleno sol como de semisombra. Ocupan su ubicación final, eso sí, especies que fui sembrando entre septiembre y octubre en macetas, entre las que se encuentran cuatro especies de Centaurea perennes, Tithonia, Alcea, Lobelia, Viola... una buena variedad que espero dé lo mejor de sí en primavera y verano.

Los tantas veces mencionados lupinos están teniendo resultados dispares. Los 'Russell' siguen perfectamente, cada vez más grandes, pero de los Lupinus angustifolius he acabado arrancando todas las plantas. Llegan a un punto, a partir del segundo o tercer par de hojas verdaderas, en el que amarillean de manera muy brusca y se marchitan. Usé un sustrato poco especial para ellos ya que no supuse que estos lupinos fueran a ser muy exigentes, debido a que se usan en plantaciones para fijar nitrógeno en el suelo. He germinado otra semilla y la he puesto en una maceta con un sustrato más ligero, a ver qué pasa esta vez.

Gazania
En el gran contenedor de los bulbos, poca actividad todavía. Asoman hojas de Muscari armeniacum, Ixia y despuntan los extremos de los jacintos. Aunque no regué porque la tierra estaba todavía empapada por las lluvias de agosto (la tenía guardada en bolsas a la intemperie), el calor y viento de las últimas semanas la ha acabado secando y de vez en cuando sí tengo que echar un poco de agua. Basta con que llueva una vez de manera moderada (15-25 mm. al menos) para que el contenedor absorba bien la humedad y las plantas no vuelvan a necesitar ser regadas hasta nueva orden.

Mientras tanto, aún a la espera de que el tiempo se enfríe, siguen apareciendo esporádicamente las plagas en la terraza. Las últimas Cosmos bipinnatus han sucumbido a los hongos y ahora también a los pulgones, sin lograr siquiera dar semillas. En otras plantas, la presencia de hongos parece haber ido atenuándose. También aparecen pulgones de color negro y con alas en las plantas jóvenes de Centaurea cyanus que sembré para la temporada próxima, a la par que están tan atacadas de hongos que no sé si las veré florecer. Para terminar de redondear esta situación, los gorriones vuelven a sus travesuras invernales y dejan su firma en forma de picotazo en varias plantas: en dos Centaurea perennes en particular se han cebado bien, tirando de una hoja y desgarrándola. Por suerte las plantas son ya grandes y pueden sobrevivir con una hoja menos.

Gaillardia aristata
Por otro lado, el fin de semana pasado organicé todo el rincón trasero de la terraza colocando nuevas baldas, mejor niveladas, y ampliando su extensión hasta una esquina que había estado llena de madera de muebles viejos. Ahora las plantas están mucho más ordenadas, tanto en espacio como en sentido práctico, ocupando un rincón que dará verdadera sombra a las plantas que se conforman con la luz diurna sin verle la cara al sol. Eso sí, creo que conforme vaya añadiendo plantas, tanto de las sembradas ahora como algunas que tenía pensado traer en primavera, volverá a quedar todo muy apretado. Ahora me queda por organizar otro rincón, junto al contenedor de las flores, donde también hay restos de madera y mucho alambre desperdigado, procedente de los cables que sujetaban antaño la antena de televisión de la casa y los que se utilizaban para tender. Además, me gustaría habilitar en el lateral paralelo a la puerta una zona con cañas, cuerdas o alambres para ir colocando a las trepadoras, pues al año que viene serán unas cuantas. En este punto solía tener algunas flores y conservaré allí a las azucenas, pero no me arriesgo a poner otras herbáceas puesto que acaban creciendo tumbadas al seguir el movimiento solar en verano, que les toca muy de lado. Las trepadoras no tendrán ese problema ya que ellas eligen su posición escalando.

Calendula officinalis simple
Pues así sigue el otoño, suavizándose lentamente, con su ajetreo de preparaciones varias de cara al año que viene amenizado por unas floraciones que parece que nos digan que el invierno todavía tardará en dejarse caer. ¿Lloverá suficiente esta semana? Quién sabe. Lo que sí parece cierto es que por fin las temperaturas tendrán una bajada que, en caso de verse sorprendidas por otra conjunción de anticiclones, vientos cálidos y demás, esta vez ya dejarán que guardemos de una vez la ropa del verano y vayamos pensando en algo "de entretiempo". Esto las plantas ni lo van a sentir, pues la mayoría de especies que tengo estarían perfectamente adaptadas a vivir inviernos mucho más fríos. Eso sí, las anuales serían otro cantar, porque bajo la nieve no creo que crecieran. Aquí, para su tranquilidad, ni siquiera llegarán a saber lo que es una helada.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El ventoso comienzo de noviembre

Physalis peruviana
Poco duró el alivio de ver los termómetros empezando a bajar. Tras una transición de octubre a noviembre con temperaturas que ya llegaban a descender de los 15ºC, el viento comenzó a soplar desde el interior el sábado y con ello la humedad vuelve a bajar y las temperaturas se sitúan, por enésima vez, más allá de los 25ºC. Ayer martes se dió todavía una situación de "noche tropical", expresión que hace referencia a una noche-madrugada en la que no se baja de 20ºC. ¡Sí, estamos en noviembre! El otoño hace más de un mes que comenzó. Por supuesto, de lluvia ni hablamos. Se ha quedado toda en el interior y norte de la península.

Pocos cambios en la terraza, salvo el visible progreso en varias macetas utilizadas como semilleros individuales, con muchas plántulas estirándose. De nuevo el calor y sobre todo el viento de poniente resecan la superficie de la tierra, y si bien a las plantas adultas esto ya no les está afectando tanto como en los meses primaverales y veraniegos, en el contenedor el riego con pulverizador comienza a ser insuficiente para las plantas grandes y escaso para las pretensiones de mantener la tierra húmeda mas de dos días. Hoy ya he regado con regadera, a riesgo de desplazar muchas semillas y plántulas, pero al próximo día no tendré más remedio que hacer un riego similar y más profundo si quiero volver a sembrar algunas plantas de las cuales no las tengo todas que hayan conseguido sobrevivir tras la siembra de varias especies que hice el 8 de octubre y que no parece haber cumplido las expectativas. El contenedor sigue teniendo "calvas" sin plantas en los mismos rincones de siempre y los huecos que se han cubierto en este tiempo no han sido a base de germinaciones, sino con las hojas de las plantas que han conseguido crecer.

La situación crea impotencia y desespero. En 2012 no pude hacer siembra otoñal porque no tenía sitio ni macetas disponibles para hacerlo a gran escala. La siembra primaveral de 2013 no fue muy bien en un principio, puesto que para abril el contenedor seguía vacío, aunque consiguió remontar y la situación quedó salvada. Otoño de 2013 iba a ser la redención, con las mismas plantas que funcionaron en primavera más un montón de especies nuevas, y la lluvia y la suavidad de las temperaturas iban a ser grandes aliadas. Aliadas que, visto lo visto, sólo nos visitaron la última semana de agosto, y seguimos esperándolas. Con una capa de tierra que no dura húmeda ni un día y medio, las semillas pequeñas no tienen nada que hacer. Ni las medianas, puesto que he enterrado muchas semillas de especies que ya he cultivado con éxito anteriormente y que tras unas semanas no encuentro indicios de que estén creciendo, probablemente tras morir por falta de humedad.

Palpita vitrealis
Esta situación de viento y altas temperaturas termina mañana, pero lo que vendrá después es un misterio. Que la temperatura se suavizará de nuevo es lógico, pues aunque las mínimas en la ciudad se quedan en 17-18ºC otra vez, en el campo refresca algo más. El anticiclón, eso sí, vuelve a abrazarnos y no hay tormenta que valga a la vista, y la previsión a 10 días no es demasiado optimista aunque hay que tomársela con prudencia.

Este otoño cuasi-veraniego propicia que algunas plantas subtropicales prosperen bien. Por ejemplo, los alquequenjes (Physalis peruviana) han seguido el mismo ciclo del año pasado, rebrotando desde el centro y volviendo a florecer en todos los tallos que quedan verdes. Por otra parte, el chile habanero (Capsicum chinense) sigue floreciendo y algunos frutos maduran. Los insectos también siguen visitando la terraza, para bien o para mal; así, diversas avispas, moscas cernícalo y algunas mariposas, y hasta libélulas, continúan acompañándome mientras riego las plantas, como la Palpita vitrealis de la foto, una curiosa mariposa blanca de alas traslúcidas cuyas orugas se alimentan de oleáceas (olivos, jazmines, aligustres...). Algunos insectos no se dejan ver, pero son los claros autores de los agujeros y hojas medio comidas en mis girasoles y otras plantas. En las hojas de Alcea rosea, sembradas en septiembre y muy grandes ya, unas orugas constructoras de "tiendas de campaña" destrozaron el impoluto aspecto de las plantas. Por suerte ya no he encontrado más tras eliminarlas a mano una a una, sólo habrá que esperar que las plantas se regeneren.

Ante esta situación hay que dejar el pesimismo a un lado y pensar que tarde o temprano el tiempo de otoño llegará, aunque sea en diciembre. En el peor de los casos, muchas anuales todavía conseguirían florecer a tiempo aunque fuesen sembradas ya casi en primavera, pero las bienales deberían aguantar y sobrevivir al verano para florecer al menos en 2015. Sólo queda sentarse a esperar y disfrutar de las plantas que no paran de dar sensaciones positivas, que no son pocas. Y, por qué no, animarse a seguir plantando cosas.