domingo, 22 de diciembre de 2013

Llegó el invierno

Geum coccineum
Aunque por las temperaturas y ambiente en general pareciese que el invierno ya lleva un mes con nosotros, ayer sábado éste comenzaba oficialmente al producirse el solsticio y, a consecuencia de éste, la noche más larga del año. La transición entre el otoño y este inicio del invierno nos ha obsequiado con más lluvia, algo más de 20 mm. precipitados entre la madrugada del jueves y la mañana del viernes. El jueves la lluvia era suave y aún así ya me ahorré regar, pero parece que desde la tarde de ese mismo día hasta la madrugada siguiente el ritmo se incrementó ya que las cubetas de agua estaban hoy totalmente llenas, algunas incluso desbordadas. Más días sin regar, pues.

Ayer fue un día nublado con algunas gotitas de lluvia presentes, pero hoy el cielo lucía totalmente azul y con temperaturas suaves aunque dentro de lo que cabe, invernales. Las noches en las últimas dos semanas han ido suavizándose y esto es incluso normal, pues todos los inviernos cuentan con un periodo de temperaturas suaves e incluso cercanas a lo que uno esperaría de los primeros días de primavera, seguidos de un corto periodo frío (que generalmente da las mínimas más bajas del año) entre finales de enero y principios de marzo, para pasar a temperaturas casi primaverales muchas veces ya a finales de febrero. Esto no quita, eso sí, que alguna vez la ola de frío haya llegado a mediados o finales de enero y al coincidir con las nubes haya dejado las montañas cercanas con las cumbres nevadas; no pasa esto en Cullera dado que la montaña allí no llega ni a los 240 msnm. en sus puntos más elevados.

No obstante, a pesar de todo, la terraza sigue llena de color debido a que muchas plantas que no experimentan un descanso invernal siguen a lo suyo o comienzan a recuperarse después de los generosos aportes de agua traídos por la lluvia. La mayoría de flores se encuentran en la zona de mayor exposición solar, mientras que en el rincón de semisombra las últimas que florecieron, los Oxalis y la Prunella grandiflora, van remitiendo; es de esperar que muchas plantas repitan más adelante aunque supongo que el Oxalis bowiei ya no volverá a florecer hasta el año que viene, pues tengo entendido que es estacional, no como otras especies que mientras tengan hojas pueden florecer en cualquier época. Habrá que esperar para comprobarlo porque es la primera vez que florece en la terraza.

Estado actual del contenedor
Hay que señalar que muchas flores que adornan la terraza proceden de aquellas últimas plantas que adquirí ya florecidas. El Erodium x variabile y la Iberis sempervirens 'Tahoe' siguen cargados de flores, mientras que la Geum coccineum va abriendo esporádicamente sus llamativas flores naranja. La Gazania ha bajado un poco su ritmo y las flores no se abren del todo todos los días, mientras que la Salvia farinacea ha vuelto a las andadas tras una breve pausa y sigue cargada de flores en sus dos únicos tallos. La caprichosa Osteospermum vuelve a abrir algún que otro capítulo a la par que reverdece, y la más escueta todavía Felicia amelloides me ha dado una sorpresa que espero que siga adelante: vienen más de 30 capullos a la vez. Siempre que he visto fotos de esta planta, aparece cargadísima de flores, mientras que la mía nunca ha sido capaz de tener más de tres o cuatro a la vez y de duración muy breve, eso cuando no salen muy pequeñas. A ver si esta vez la planta se anima y consigue lucir así de bien.

Entre las demás compuestas presentes en la terraza hay disparidad de aspectos. Así, las caléndulas cada día tienen más flores, la mayoría semidobles; las margaritas Mauranthemum paludosum florecen de poco en poco, aunque presentan un buen montón de hojas; el girasol ramificado Helianthus debilis empieza a doblarse por el peso de los montones de capítulos que coronan el tallo, y las Gaillardia aristata siguen floreciendo pese a que el estado de las plantas es tan dramático que pronto sembraré nuevos ejemplares por si acaso las plantas actuales no se regeneran y acaban muriendo esta temporada. Además, como iba presagiándose desde hace tiempo, en un tallo estropeadísimo y lleno de hongos (parece que ya el último afectado que queda), el áster Symphyotrichum novi-belgii ha abierto a estas alturas otro capítulo.

Entre las plantas que todavía van brotando, las más avanzadas son las anémonas, mientras que una gran parte de las bulbosas más atrasadas ha empezado ya a emerger tímidamente, con lo cual la floración quizá no varíe demasiado en fechas respecto a la de este año, es decir, que esperaría las primeras flores para mediados-finales de febrero.

Iberis sempervirens 'Tahoe'
Hoy he presenciado en la terraza algo que corrobora el por qué no quiero poner obstáculos ni mecanismos que asusten a los pájaros, pese a los problemas que a veces causan los gorriones: estando en la terraza ha venido en dos ocasiones un mosquitero común (Phylloscopus collybita), una pequeña ave insectívora de color verdoso que pasa el otoño e invierno en grandes cantidades en nuestra zona. El ave quizá lleva toda la semana viniendo, pues nada más aparecer por las cornisas iba directo al enrejado del contenedor de las flores, seguramente conocedor de que muchas plantas tienen pulgones. Siendo así, se trata de un gran aliado y es una lástima que se trate de una especie invernante, pues sería maravilloso tenerles en primavera-verano eliminando a estos molestos insectos. A esta especie le tengo un cariño especial, pues debido a mi actividad de anillamiento científico de aves son decenas los ejemplares que pasan por mis manos cada año, y precisamente en Cullera capturé un ejemplar con anilla de Noruega, una de los pocas recuperaciones de la especie que se tienen en España desde el país escandinavo. Hacía dos inviernos que no los veía en la terraza, desde que observé durante unos breves instantes a uno que llegaba, picoteaba las semillas de un Senecio vulgaris espontáneo en una maceta y se iba, seguramente para compensar los precarios recursos alimenticios del invierno.

Con este panorama de momento tan agradable, el invierno será una época tranquila en la que irán sucediéndose los eventos de manera pausada, con la brotación de las bulbosas, la floración de las perennes más tempraneras y el crecimiento pausado de las semilleras. No será hasta dentro de casi dos meses cuando empezará de nuevo la actividad con plantaciones de especies primaverales, siembras previas a la estación y el recolocar las macetas para optimizar espacio. De momento, parece que el mismo día de navidad volverá a llover y si bien para toda la península se espera un temporal de lluvia y viento, éste será más intenso en la parte occidental, especialmente en el noroeste; no obstante, con que llueva lo mismo que esta semana será suficiente como para no regar hasta que llegue 2014.

Nota: Como se puede comprobar, han habido varios cambios estéticos en el blog: la imagen de fondo es nueva, la "nube de tags" se ha convertido en un desplegable con todas las etiquetas por orden alfabético y debajo de cada entrada aparecen cuatro miniaturas con entradas sobre temas similares. Todo sea por dar un aspecto más llamativo y facilitar la navegación.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Girasoles y abejas en diciembre

Helianthus debilis con abejas
En la entrada anterior hablaba de los efectos negativos que producían unos animales, los gorriones, en las plantas de la terraza. La de hoy será justo para lo contrario, para alabar el trabajo de otros animales, más pequeños.

Las flores de la terraza son visitadas por muchos insectos, la mayoría himenópteros tipo abeja y avispa y dípteros como moscas y moscas de las flores. Echo en falta que vengan más mariposas, pues es difícil ver a las especies más habituales de los prados libando en las flores que generosamente ofrecen su néctar para todo el que quiera. Curiosamente, las protagonistas de hoy, las abejas de la miel (Apis mellifera) no son tan frecuentes como me gustaría, presentándose sobre todo en otoño. La ocasión que más abejas atrajo a la terraza fue la floración de 2012 del áster, con casi una abeja en cada capítulo. De hecho, la foto que ilustraba la primera entrada de este blog correspondía a esos días.

Durante estos días casi siempre ha habido al menos una abeja buscando entre las flores, pero ha sido producirse la floración de este girasol con múltiples capítulos simultáneamente y las abejas se han multiplicado. A pesar de que el tiempo se mantiene fresco desde hace casi un mes, las abejas parecen no retirarse del todo durante esta época y cualquier flor es como un regalo. Todas las abejas llevaban las patas llenas de polen y además aprovechaban para pasarse por otras flores grandes que encontraban, como las gallardias y las gazanias. Al girasol le viene muy bien tener abejas sobre él ya que ayudan en la polinización y futura producción de frutos, las pipas.

Abeja de la miel en las flores
Pero ¿qué girasol es este? No lo sé muy bien. En el sobre de semillas ponía Helianthus debilis. Esta especie originaria del sur de los Estados Unidos tiene multitud de subespecies tan distintas entre sí que podemos encontrar desde plantas rastreras que crecen en las dunas costeras hasta girasoles ramificados como el llamado cucumberleaf sunflower, el girasol con hojas de pepino (Helianthus debilis ssp. cucumerifolius) que suele ser la subespecie más típica en jardinería y el cual esperaba que me saliese a mí, aunque tengo mis dudas.

Mi planta tiene hojas anchas, acorazonadas, con menos pilosidad que los girasoles comunes (H. annuus). Sin embargo, en lugar de crecer como una planta ramificada, el girasol ha crecido hasta ahora como un girasol común, con un tallo único en el cual primero se abrió un capítulo grande (el que aparece ya con los pétalos arrugados en las fotos) pero acompañado de un montón de capítulos más apelotonados en la parte superior. Además, en cada una de las axilas de las hojas apareció una ramificación que ya venía mostrando un capítulo nuevo. Esperaba a estas alturas que esas ramificaciones hubieran convertido al girasol en algo más parecido a un pequeño arbusto, pero al parecer se llenará de capítulos más pequeños más o menos cercanos al tallo.

Obtuve las semillas en una venta "de saldo" muy curiosa, y es que un aficionado de Bilbao había conseguido un lote de semillas de una marca holandesa que al parecer había quedado sin vender y ya tenían unos años. Concretamente, estos girasoles llevaban inscrita la recomendación de plantarse antes de 2008. En septiembre puse a germinar cuatro y dos no salieron, pero los dos que sí germinaron lo hicieron con la facilidad de unas semillas frescas, en menos de dos días. Las plantas crecían muy bien y actualmente sigo teniendo los dos, pero uno de ellos muy a mi pesar tendré que destruirlo, ya que el oidio se fue extendiendo por toda la planta y a pesar de que no ha conseguido matarla, sigue presente en todas y cada una de sus hojas y la planta no ha conseguido florecer.

El girasol el pasado domingo
¿Qué es entonces este girasol? En principio lo etiquetaré como Helianthus debilis haciendo caso al nombre que venía en el sobre. A mí se me ocurre incluso que fuese un híbrido de esta especie con Helianthus annuus, pues no he sido capaz de encontrar fotos de ejemplares que cuadren con la primera y su porte, como digo, es similar a la segunda. Se parece también a muchos girasoles ramificados ornamentales, como el famoso 'Autumn Beauty', el cual desconozco si también proviene del cruce de distintas especies, o el 'Italian White', del cual no me queda claro si es un H. annuus, un H. debilis o un cruce que los implique.

Sus flores parecen ser distintas a las de otros girasoles que he tenido este año. Los capítulos son más pequeños (salvo el primero que abrió), con el centro oscuro y los pétalos algo más largos. Este aspecto es más de mi agrado que el típico girasol común con pétalos cortos y centro pardo-amarillento. Como sólo ha florecido este ejemplar no cuento con suficiente material como para poder comparar la variabilidad de estos especímenes. En primavera sembraré algunos más para ver qué sale.

A pesar de que estemos prácticamente en invierno, parece que a la planta no le afecta la temperatura dado que allí en Cullera difícilmente se baja de los 4ºC, y mucho menos llega a helar. No sólo tengo estos girasoles, pues en el contenedor consiguió prosperar uno que sembré seguramente a mediados de octubre y que ya muestra el botón de su primer capítulo. Curiosamente, a pesar de todo el sitio que tiene, ha salido un girasol llamativamente pequeño, de unos 25 cm. de altura y hojas (y futuro capítulo) de tamaño igualmente reducido. Veremos cómo progresan éste y el de esta entrada durante el invierno, pero sin duda se agradecerá la presencia de sus grandes flores en una época con algo menos de colorido.

domingo, 8 de diciembre de 2013

La vorágine destructiva de los gorriones

Commelina con todos los tallos cortados
No falla. Es llegar el otoño-invierno y los gorriones, que durante la primavera y el verano han sido visitantes testimoniales de la terraza, empiezan a obsesionarse con visitarla y romper unas pocas plantas. No lo hacen con todas, pero prácticamente ninguna se libra de recibir al menos un picotazo.

Siempre que me asomo a las plantas en invierno y abro las puertas, me salen varios gorriones allí. Los veo apostándose en la terraza ya desde la calle y se pasan varias veces cuando estoy regando o dando cuidados a las plantas, huyendo cuando se dan cuenta de que todavía no me he ido, como esperando a que me marche para venir todos en tropel a investigar qué romperán hoy. De vez en cuando también se pasa el colirrojo tizón, éste más benigno, pues es un ave insectívora que es más que bienvenida.

Su obsesión con los Oxalis es ya preocupante. Este año a lo visto han encontrado tan grandes a los Oxalis triangularis y bowiei que apenas se han atrevido a romperlos, pero con las especies nuevas que planté en otoño están haciendo igual que con los anteriores cuando llegaron a finales del año pasado: no dejan ni una sola hoja entera. Al Oxalis articulata, que vino con algunas hojas todavía y al enterrarlo siguieron creciendo, sólo le han dejado los pedúnculos. Ahora ya no está como en la foto, pues he cortado dichos pedúnculos a ras de tierra y cubierto la maceta con una jaula, a fin de que desarrolle nuevas hojas y crezcan enteras. Con los Oxalis tetraphylla no sé si han sido ellos o no, pero las plantas casi no han crecido desde finales de verano y tampoco les queda ni una hoja entera. Otros dos Oxalis, el debilis y el latifolia, directamente los hice crecer bajo jaulas para evitar más disgustos. Aún así, al primero le faltan trozos en dos hojas que parecen indicar que los gorriones, llevados por su curiosidad, se introdujeron por entre las macetas y la jaula para picotearlos (la jaula no toca suelo, sino que la apoyo en el borde de las macetas). Por suerte han abandonado este hábito explorador.

Oxalis sin folíolos
Otras plantas que comienzan su andadura en la terraza están sufriendo daños a manos de estos paseriformes. Obtuve dos esquejes de Commelina, una benghalensis y otra más pequeña sin identificar todavía. A la pequeña le rompen alguna hoja de vez en cuando, pero a la grande la están destrozando a base de bien. En la foto se aprecia cómo han cortado todos los extremos de los tallos, por donde la planta ya no podrá seguir creciendo y tendrá que sacar fuerzas extra para volver a ramificarse y crecer. Teniendo en cuenta que la planta es un esqueje que apenas lleva dos meses enterrado y necesita energía para enraizar y crecer, no creo que este incidente tenga poca importancia. Al final habrá que buscarle también una jaula para ella.

Ya no sé qué medidas tomar, pues se me acaban las jaulas donde esconder las plantas. He pensado incluso en aprovechar que el rincón trasero de la terraza está cubierto con un armazón de madera (un proyecto de aviario que nunca construí, hace años) para cubrirlo totalmente con malla anti-pájaros de la que suelen vender en las secciones de jardinería. Debería tapar toda la parte superior y un trozo de lateral que queda descubierto -el resto ya tiene reja metálica, por donde trepa la Passiflora caerulea. El caso es que con este sistema ni podrán entrar otros pájaros ni creo que dure mucho, porque si la malla está hecha de material plástico seguro que después del verano que viene se cae a trozos por la parte donde le da más el sol.

Está visto que cuando por fin ya no hay ni hongos ni insectos -lo segundo es relativo, pues sigue habiendo pulgones y cochinillas en algunas plantas- la amenaza continúa, aunque sea de manos (más bien de pico) de unos seres que quizá hagan esto sólo por diversión, pues los trozos de planta rota casi siempre se quedan allí, no las dañan para alimentarse. Hay que extremar la vigilancia y esperar a que en primavera vuelvan a olvidarse de ellas.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Tramo final de 2013

Erodium x variabile
Encaramos ya diciembre y con él vendrá el inicio de un nuevo invierno y el final de otro año. El tiempo de estos días ha permitido tomarse un respiro con las plantas, que requieren menos visitas y menos cuidados durante éstas, salvo aportar algo de humedad en macetas donde crecen plantas semilleras o en macetas pobladas de plantas grandes que consumen mucha agua.

Decía hace algo más de un mes que octubre fue un mes loco, pero desde luego noviembre lo ha sido mucho más: para entendernos, pareció como si pasáramos de golpe del tiempo de mediados de mayo al de finales de enero. De un calor que todavía obligaba a llevar manga corta en las horas centrales del día pasamos a una segunda mitad de mes en la que las temperaturas cayeron de media entre 7 y 10 grados centígrados. Ha llovido en días bastante separados entre sí y ha habido otras tantas jornadas de cielos tapados, pero a pesar de que la cantidad acumulada durante el mes no ha llegado ni a 50 mm., a las plantas ha habido que regarlas muy poco.

Caléndula doble
Durante estos días el número de flores visibles se ha ido reduciendo considerablemente, a pesar de que muchas plantas de clima templado parecen seguir impasibles como si estuvieran en primavera. Las caléndulas cada vez sacan flores más grandes, de un intenso color naranja que se va atenuando a medida que envejecen. Las de flores simples se cierran por las noches, mientras que las dobles, como las de la foto, se quedan inmóviles. Junto a ellas continúan floreciendo un montón de nomeolvides chinas y la misma espuela de caballero de hace casi un mes, que no sé si será por el tiempo fresco, pero las flores que tiene casi no se han estropeado y ya está a punto de abrir unas cuantas más en las dos ramificaciones que tiene a los lados del tallo central.

Consolida ajacis
Al montón de semilleros que sigo vigilando y cuidando he añadido algunas plantas nuevas traídas de vivero, con un aspecto bastante radiante para la época en la que estamos -incluso floreciendo muchas de ellas- y que espero mantengan o incluso mejoren. Una de ellas es la que aparece en las fotos, el Erodium x variabile, un híbrido que se encuentra en estado natural y que cuenta con varias formas en cultivo. La mía no venía indicada pero casi seguro que se trate de la 'Bishop's Form'. Me gustó esta planta cuando la conocí por su aspecto tan similar a los Erodium y Geranium que crecen silvestres en mi zona, aunque con un porte muy denso y compacto. Es una planta pequeña, rastrera, que parece dispuesta a expandirse siempre que se le dé superficie. Las hojas son pequeñas y crecen muy juntas, dando una sensación de plenitud. Trae muchas flores a la vez y varios capullos sin abrir, no imagino cómo puede lucir cuando alcance cierto tamaño, con temperaturas más agradables.

Las demás plantas que vinieron junto a ésta fueron la rosácea Geum coccineum, de grandes flores naranja; la crucífera Iberis sempervirens 'Tahoe', una tapizante con umbelas llenas de flores blancas pariente de los carraspiques anuales que cultivo; la cariofilácea Arenaria montana, de porte similar a la anterior y con flores blancas de cinco pétalos; y la Ajuga reptans 'Atropurpurea', una lamiácea de porte muy bajo con hojas de color bronceado y espigas de flores moradas, a la cual ya he pasado a una maceta mayor dado que venía con las raíces saliéndose por los agujeros de drenaje. Me llevé una sorpresa al encontrar a todas estas especies pues salvo la Arenaria y la Iberis ni siquiera sabía que la tienda las vendía. Son plantas que he visto en muchos blogs de jardinería y me llamaban mucho la atención.

Erodium x variabile
Las bulbosas van despertando muy poco a poco y todavía no son demasiadas las especies que asoman: Muscari armeniacum, gladiolos enanos, algunos iris holandeses, Ixia y los primeros despuntes de los jacintos son de lo poco que se ve emerger de la tierra. También asoma alguna Fritillaria uva-vulpis y los ranúnculos y anémonas cada vez cubren más sus macetas. También están fuera todos los Oxalis, aunque algunos han acabado destrozados por los gorriones. Otras especies ni siquiera han empezado a romper la tierra y llevan ya dos meses enterrados; no es raro tampoco ya que muchos bulbos emergen de golpe a finales de invierno, poco antes o casi al mismo tiempo que florecen. Además, deben comenzar primero sacando raíces y agarrándose al suelo, cosa que con este frío deben estar haciendo poco a poco.

De momento ha vuelto a salir el sol y esta semana parece que predominarán los cielos despejados sin que suban demasiado las temperaturas, aunque a lo visto a comienzos de la semana siguiente podría volver a llover. Es como si todo el otoño se hubiera condensado a correprisas en sus últimos días en los que, además, el ambiente es más propio del invierno y en zonas abiertas de campo cercanas a mi casa ya se han producido varias heladas. Veremos también cómo sale dicha estación esta vez, pues el hecho de que noviembre haya sido tan frío no tiene por qué ser preámbulo de un invierno igualmente fresco, todo puede cambiar como ya ha sucedido con anterioridad.