martes, 22 de diciembre de 2015

Solsticio soleado

Abeja en una caléndula
Llegó el invierno. Esta madrugada daba comienzo la estación de los días más cortos y fríos, aunque el ambiente actual haga pensar otra cosa. Las mínimas siguen bastante por encima de los 10ºC en Cullera y al sol radiante sólo lo interrumpen de vez en cuando las nieblas matinales, que en ocasiones como la mañana del pasado sábado fueron particularmente intensas. Además, para lo que queda de mes y año, se anuncia la llegada de nuevo de un anticiclón que seguirá manteniendo estas condiciones estables. Sólo la poca luz natural disponible nos recuerda que el invierno justo acaba de comenzar. Con él, claro, vuelven a crecer los días: hoy el sol se dejará ver durante 9 horas y 23 minutos, y para dentro de un mes, habrá crecido 29 minutos; un mes más y el día será una hora y media más largo que hoy. Lo que viene ahora, no obstante, es un periodo de calma para las plantas y hasta febrero no se empezarán a apreciar verdaderamente los primeros impulsos de la venidera estación primaveral.

Las buenas temperaturas, falta de insolación y elevada humedad ambiental hacen que, como cada año por estas fechas, los cuidados de las plantas sean mínimos. Las plantas semilleras van cubriendo espacio sin que casi me dé cuenta aunque, no obstante, las especies que tuvieron que ser sembradas más tarde por fallos en la germinación o los problemas con los caracoles se desarrollan muy despacio. Sin embargo, las sensaciones son mejores que hace un mes, cuando parecía que quizá me había demorado demasiado en hacer algunas siembras. Aunque es cierto que todavía tengo muchas cosas pendientes de ver crecer o incluso sembrar, las plantas de espacios grandes como el contenedor y algunas macetas ya van lanzadas a un buen ritmo y lo más seguro es que dentro de dos meses empiecen a alcanzar la talla para la floración.

Aparte de los pájaros como gorriones y el siempre simpático colirrojo, poca vida más se puede observar en la terraza. A pesar de que hay unas pocas flores disponibles, los insectos no parecen estar demasiado interesados en la terraza. Durante esta última semana las abejas han descubierto las flores de la caléndula y se han decidido a buscar néctar en cada uno de sus flósculos. De no haber tenido problemas, primero con los pájaros y después con los caracoles, quizá ahora estarían disfrutando de unas flores de girasol. Habrá que esperar también a la primavera para que los compañeros de las flores, los insectos, comiencen a trabajar en equipo con las plantas. Por ahora, a esperar pacientemente y disfrutar de las fiestas que vienen.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Al calor de diciembre

Angelonia angustifolia
Desde la última entrada, escrita hace una semana, el tiempo que las plantas disfrutan en la terraza ha pasado por algunos cambios como siempre fuera de lo habitual. Si bien se rompió la racha sin precipitaciones con un par de días muy cubiertos en los que cayó una fina lluvia que apenas debió llegar a superar el litro por metro cuadrado -suficiente para regar todas als plantas-, lo que ha venido después ha sido un aumento repentino de temperaturas con días de esta semana que han superado los 22ºC de máxima y con una mínima de récord: 18,2ºC en la madrugada de ayer en Cullera. Hoy las cosas parece que han vuelto a aminorar si bien me ha roto el ritmo que estaba llevando últimamente, visitando la terraza sólo cada tres días debido a que el riego ya no era tan necesario. Ha hecho falta echar un buen chorro de agua a muchas plantas cuyas hojas se encontraban ya colgando, algunas de las cuales no las había regado desde el domingo.

Tropaeolum majus
El calor y evaporación no ha llegado a afectar demasiado a las jóvenes plántulas, regadas más que de sobra, que en realidad lo que necesitan es recibir más sol, algo que les empezará a venir cuando el invierno lleve al menos un mes de recorrido y el día alargue. Aunque tampoco sea como para arrepentirse, quizá este año podría haber aprovechado mejor octubre, que no fue tan cálido y contó con lluvia todas las semanas, para adelantar algunas cosas. No obstante, la experiencia de otros años me demuestra que las herbáceas tanto anuales como perennes tiernas pueden estar creciendo y floreciendo perfectamente hasta junio, con lo que un retraso de un mes no sería para tanto. Eso si es que se produce, pues hay plantas que aún pareciendo que van demasiado atrasadas, es llegar el mes de marzo y ya están floreciendo. Algunas tienen menos paciencia: dos Tropaeolum majus de los sembrados este otoño, uno naranja y otro amarillo, tienen flores ya. También es cierto que han sido las plantas de semilla que menos problemas han tenido y que por tanto llevan un tiempo de ventaja. De todos modos, no me termina de convencer cómo han crecido -pequeñas y amarillentas- y es probable que vuelva a sembrar más en breve para que continúen apareciendo en primavera.

Gazania
La renovación de plantas perennes este otoño ha sido escasa. Entre ellas, una de las pocas que encontré fue la Angelonia angustifolia, una pariente de los antirrinos de aspecto bastante similar con hojas dentadas y cuyas flores difieren de éstos en que tienen el centro al descubierto (sin el "labio" propio de los antirrinos y linarias) y sobresalen del tallo sujetas por largos pecíolos. La planta es bastante grande y traía muchas flores cerradas, aunque veo que no se da mucha prisa en abrirlas, Espero no obstante que lo mejor que puede ofrecer esté todavía por llegar y se cargue de espigas de flores en los próximos meses. A su lado, una de las Gazania continúa floreciendo de manera excepcional, puesto que nunca solían hacerlo entre el otoño y el invierno. Otras plantas que seguramente florezcan pronto sean algunos bulbos, aunque como mínimo haya que esperar un mes. Salvo unas cuantas especies, el resto está mostrando un crecimiento pausado que ya me ha hecho escarbar la tierra en más de una ocasión para comprobar si el bulbo en cuestión se encuentra brotando.

A menos de una semana del inicio del invierno, cualquiera diría que lo que va a llegar es la primavera. Ya resulta habitual que ocurra esto todos los años, pues son varios en los que recuerdo que  la llegada del invierno y el cambio de año no resultaban particularmente fríos. Lo importante, eso sí, es que sólo quedan unos días para que las horas de luz diurna vuelvan a aumentar.

martes, 8 de diciembre de 2015

La senda hacia el invierno

Mammillaria hahniana
Catorce días distan de la llegada de la estación del frío, segunda fase del ciclo para las plantas si tomamos el otoño como reinicio de la temporada. Estos últimos días están siendo algo más cálidos que los de finales de noviembre, con altas presiones de nuevo sobre nosotros, haciendo que echemos de menos ver de vez en cuando un cielo nublado. Lo más cercano, las neblinas que propicia el anticiclón y que junto a la ausencia de vientos fuertes hacen que el ambiente se mantenga húmedo. Lo cierto es que el otoño que comenzaba con un buen régimen de precipitaciones se desvaneció: ya hace más de un mes que no llueve. De momento, 2015 mejora en cuanto a lluvia acumulada respecto a 2014, pero mucho tendría que llover en lo que queda de mes para acercarnos a 2013, año en que comenzó esta etapa de pluviometría a la baja. Ni que decir tiene que años como 2012 y anteriores quedan muy lejos.

Lablab purpureus
La terraza vive ahora los días con menor insolación del año. Las plántulas semilleras crecen a un ritmo pausado, poco favorecidas por la energía del sol, y los bulbos por su parte buscan a éste rompiendo la tierra. Ciertamente, se nota que muchas especies no tienen ninguna prisa por crecer mientras que otras emergen apenas tocan tierra. Recuerdo casos de años anteriores, como unos Iris x hollandica alcanzando ya en septiembre unos 20 cm. de altura, los Muscari armeniacum de este año apareciendo a finales de agosto o la plantación tardía de la temporada 2012-2013, hecha en enero y resultando en una de las mejores de todas las ocasiones en que he tenido bulbos. Obviamente nunca me planteé repetirlo, pero por unas cosas u otras siempre acaban quedándome los últimos bulbos sin plantar hasta el primer mes del año.

En cuanto a plantas que van a estar el año que viene, al final me decidí a echar un vistazo por las tiendas habituales y no hubiera habido gran diferencia si no las hubiera visitado. La mayoría de perennes que he tenido otros años estaban fuera de stock y no he repuesto ninguna, con lo que habrá que seguir llenando huecos con semilleras y esperar a finales de invierno para buscar otras ofertas. Huecos que, paradójicamente, cada vez están siendo más complicados de buscar no por la falta de sitio, sino por la proliferación de pequeñas macetas que nunca sé dónde colocar o por las aparatosas rejas que debo poner encima de las macetas con plantas pequeñas para evitar desastres. Los caracoles están siempre al acecho y los gorriones tanto pueden ignorar todo como romper plantas porque si. Además, últimamente se acercan mucho a la terraza, incluso cuando yo estoy allí. No está de más ser cauto.

Crassula muscosa
Estos días se observan muchas floraciones un tanto fuera de lugar. Los Oxalis debilis de flores rosa se pusieron a florecer sin más, algo que hasta ahora no habían hecho en otoño pero que no es en absoluto extraño, pues conozco otros casos en que la especie florece durante esta estación. Al que no esperaba tan pronto es al cactus Mammillaria hahniana, en el que no hace mucho observé que las flores se estaban formando y se han abierto apenas unos días después. Al igual que el Oxalis, hasta ahora florecía a partir de marzo. No obstante, no debe ser raro este adelanto dado que los cactus de este género no son muy estrictos con las estaciones, y prueba de ello es que su pariente y vecino el Mammillaria nejapensis lleva varios años floreciendo a partir de octubre y durante todo el invierno. El hahniana destaca por su llamativa cobertura de pelusa blanca y flores de un magenta intenso.

Una leguminosa trepadora, el Lablab purpureus, también florece humildemente estos días. Es una de esas especies de plantas que no entiendo. Ya llevo dos años sembrándola en primavera y se pasa muchos meses creciendo poco y mal, sin encontrar nunca un punto de apoyo y comenzar a trepar. De repente, a mediados de otoño, cuando ya parece que no va a dar más de sí y las hojas se encuentran visiblemente deterioriadas, comienza a enroscarse apretadamente en las cañas y gana altura. Las espigas florales salen muy tarde y nunca resultan tan llamativas como lo serían de crecer en una planta en buen estado y frondosidad, con flores que palidecen a los pocos días de abrirse. El año pasado ni siquiera dio legumbres, cosa que seguramente tampoco ocurra este año. Una vez reorganice la pérgola de trepadoras, que espero quede más ordenada a partir de ahora, quizá vuelva a realizar un intento más con ella.

Oxalis debilis var. corymbosa
A la terraza ha llegado una veterana de edad desconocida. Se trata de la Crassula muscosa, una crasa sudafricana de tallos finos con hojas pequeñas y apretadas que la hacen asemejarse a pequeñas cuerdas verdes. Las flores pasan totalmente desapercibidas puesto que son diminutas, apareciendo entre las axilas de las hojas. La planta la saqué de la terraza de casa de mis otros abuelos, donde puede haber estado desde hace muchos años, al igual que otros tantos cactus y suculentas que crecían prácticamente con lo que lloviese. Hace unos años se me ocurrió subir a ver si quedaba algo de aquello y encontrar alguna planta rescatable, pero me encontré con que toda la parte de las macetas había sido sepultada bajo una enorme mata de x Graptosedum de hojas broncíneas. En un vistazo reciente encontré unas pocas de esas Crassula muscosa que asomaban entre las hojas de su pariente y conseguí sacar la maceta. Debido a que han tenido que crecer más de la cuenta, la parte inferior de los tallos estaba alargada y desprovista de hojas, tan débil que casi media planta se ha ido cayendo hasta que ha llegado a su nuevo emplazamiento. Desconozco cuánto puede vivir esta planta o si llegó a su sitio traída por algún agente externo, pero de estar allí el mismo tiempo que las plantas que le acompañaban se trataría de un ejemplar con varias décadas de vida.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Penúltimo capítulo

Rehmannia elata
Acaba noviembre y con él el otoño llega a un punto de inflexión. Con la lluvia caída el primer lunes del mes terminó la racha de precipitaciones recurrentes que inauguró el inicio del otoño, y se estableció una situación anticiclónica que todavía dura hoy. Cielos muy despejados y días soleados que, con la entrada de aire frío hace algo más de una semana, hacen que se experimenten notables diferencias térmicas en las pocas horas que van del amanecer hasta el mediodía, a veces de hasta 10ºC. En Cullera esto se nota menos por la proximidad del mar, con pocos días todavía por debajo de los 10ºC, pero en la vecina Sueca ya hemos llegado a tener varios días con mínimas inferiores a los 7ºC, valores ya propios del invierno.

Eso sí, no todo es frío: el mismo fin de semana que llegaba la masa helada del norte de Europa, el viento hacía de las suyas y el poniente hacía que el día 20 se superasen los 25ºC. Ningún efecto dramático para las plantas salvo una racha tremenda que levantó la caja de plástico más grande donde sigo cultivando los semilleros y la volteó del revés, lanzando a perder unas cuantas especies y sacando de la tierra a otras que afortunadamente pude identificar y pasar ya a maceta. Suerte que esto ocurre ahora, y no hace un mes, con los semilleros a rebosar. Ahora la mayoría de plantas ya se encuentran en la seguridad del contenedor de las anuales, con tierra para crecer, humedad constante y protección de las criaturas que quieren comérselos. De momento son ya tres semanas de paz y muchas plantas comienzan a crecer aunque, con la experiencia de otros años, el crecimiento verdadero se verá a partir de finales de enero.

Calendula officinalis
Esta tarea de ir dejando el contenedor listo ha empezado a dejar más tiempo para organizar el resto de la terraza. Voy plantando también algunas especies en combinaciones en macetas, uno de los grandes objetivos de este año -especialmente para sacarle partido a los centenares de semillas que he ido acumulando- que espero hagan de la próxima primavera una de las más coloridas en años. Eso sí, no dejo de tener la sensación de que se ha perdido muchísimo tiempo centrándome en la reposición de plantas a medida que iba teniendo problemas con los caracoles. En el peor de los casos, tan sólo atrasaría la floración al año que viene y habría que ver si las temperaturas no dan problemas hasta por lo menos la llegada del verano.

Oxalis pes-caprae
Aún quedan bulbos por plantar, aunque no da la impresión de ser muy tarde dado que todavía es ahora cuando la mayoría de narcisos empiezan a despuntar y, por ejemplo, de los crocus todavía no se ve nada. De todos modos, no habría que perder más tiempo ya: tan sólo me queda llenar una de las cajas de porexpán con narcisos del año pasado y otros bulbos mientras que los ejemplares que cuentan con poca cantidad van a ir en macetas individualizadas para tenerlos más controlados. Algunos, incluso, estarán allí con el mero fin de tener una temporada de crecimiento dado que perdieron mucha masa el año pasado y no es de esperar que florezcan; algunas de esas especies, muy económicas, no pude conseguirlas nuevas debido a que las tiendas habituales dejaron de traerlas y por tanto la renovación con ejemplares de buen calibre me ha sido imposible.

Rehmannia elata
Entre las perennes y vivaces todo sigue igual, salvo que el riego se vuelve a hacer necesario debido a la pérdida de humedad que los secos vientos de componente oeste y norte provocaron. Unido a que al fin he agotado las reservas de agua de lluvia, vuelvo a la rutina de rellenar garrafas. De todos modos, a poco que el viento deje de soplar, las bajas temperaturas mantienen la tierra húmeda y sólo suele ser importante el riego de los recipientes que contengan plántulas jóvenes. Hay plantas que no he vuelto a regar desde finales de septiembre, como los cactus -con el Mammillaria nejapensis aún floreciendo y el M. hahniana formando flores ya- o los bulbos en semisombra, estos últimos en especial por temor a provocar pudriciones. La Lobelia cardinalis, reducida a su roseta invernal y arrinconada bajo hojas grandes tampoco ha necesitado riego en estos dos meses debido a que la bandeja que tiene debajo tardó semanas en quedarse sin agua. Con esta planta, al contrario que con los bulbos, el exceso de agua no supone problema dado que es capaz de vivir incluso sumergida.

Cyclamen persicum
Con floraciones repartidas y alternas, la terraza presenta aún pocas pero vistosas flores. Son ya dos las caléndulas en flor y no parece que vayan a ser más viendo el aspecto débil del resto de plantas; sí parece que en unas semanas se unirán a ellas sus parientes las Dimorphotheca. La que se ha apuntado de manera totalmente inesperada es la Rehmannia elata, planta que hasta ahora sólo florecía en una ocasión al año a partir de abril, cosa que lleva haciendo dos temporadas: desconozco qué ha llevado a la planta a florecer ahora, pues hemos tenido un otoño más suave que los anteriores. Es una de las perennes de semilla que mejor me ha ido, con una presencia en la terraza que se prolonga desde otoño de 2013 y una resistencia notable a los rigores del verano aún cuando le falte agua.

Algunas plantas que parecían ir lanzadas a cubrirse de flores han ido disminuyendo esta pauta, como el Erodium x variabile, mientras que otras continúan en racha, como el Cyclamen persicum. Entre los Oxalis, el articulata parece que hará una pausa de flores mientras mantiene una mata de hojas bien llena; el debilis de flores rosa se ha puesto también a florecer, cosa que nunca había hecho en otoño, aunque no es extraño para esta especie. Los de flores amarillas empiezan a tomar el relevo y los pes-caprae se llenan ya de sus sulfúreas flores, al igual que un pequeño corniculata adventicio que abre sus flores de un día en una maceta colgante.

La llegada de diciembre supondrá la vuelta a un mes tranquilo en el que se seguirán plantando cosas, trasplantando a las plantas que así lo necesitasen y, por qué no, buscando nuevas especies de perennes que llenen el vacío que fueron dejando durante el verano, intentando una vez más encontrar la clave para que duren. Ya hay ganas de que llegue el solsticio de invierno y los días vuelvan a alargarse de nuevo, pero todo a su debido tiempo.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Una de cambios

Pentas lanceolata
Noviembre continúa con esta situación de estabilidad anticiclónica, dejando atrás aquella periodicidad de las lluvias que tuvimos desde finales de septiembre hasta primeros de mes. No parece que vaya a llover mucho más al menos en los próximos días, existiendo previsiones que señalan que alguna gota caerá a principios de la semana que viene. Lo más reseñable es la combinación de fenómenos que llegan este fin de semana, con vientos de oeste-noroeste que seguro subirán las temperaturas y dejarán la humedad muy resentida: acto seguido, ya hacia la noche del sábado, se prevé la llegada de una masa de aire frío del norte que, de nuevo acompañada de fuertes vientos, hará que bajen las temperaturas bruscamente, aunque sin sobrepasar los valores habituales para las fechas en que estamos. Por el momento, esta semana destacan las grandes diferencias amanecer-mediodía, que en Cullera son de unos 6ºC (14 de mínima, 20 de máxima) pero en Sueca son casi el doble, con amaneceres a unos 11-12ºC que pasan a 20-22 en las horas centrales del día.

Trigonospila transvittata
En la terraza sigo manos a la obra. Como medida de contención masiva contra los caracoles que iban destruyendo poco a poco las plántulas del contenedor opté por construir un armazón que cubre toda la superficie, con 30 cm. de altura y todo ello forrado de malla mosquitera, a modo de jaula. Aunque no sella del todo el espacio debido a la irregularidad de éste, los caracoles de momento parece que han dejado de investigar cómo entrar. Los huecos que quedan son mínimos y deben buscarlos, encontrándose la mayoría de veces con regueros de azufre espolvoreado. Sigo en observación, no obstante, puesto que la medida lleva puesta menos de una semana y hasta ahora el único dato positivo es que no desaparecen las plantas en uno-dos días desde que las repico como venía sucediendo. Habrá que ver si no son capaces de encontrar algún hueco en los próximos días. Aprovechando la seguridad imperante, he plantado ya un buen montón de las especies que tenía a punto, quedando ya poco trabajo que hacer aparte de regar y verlas crecer.

Cyclamen persicum
Por otra parte, el resto de plántulas siguen amenazadas por los caracoles. Aunque hay ejemplares que no los han tocado en casi un mes, ocasionalmente los detectan y acaban con ellos. Un ejemplo claro son los girasoles o las dalias, que no pueden estar al descubierto ni 12 horas. Una sola noche basta para que acaben destrozados. El intento actual con ambas especies (que debe ser ya el cuarto desde septiembre) se está desarrollando bajo plástico dado que no puedo hacer mucho más. En plantas donde no hay más remedio seguiré usando el espolvoreo de azufre hasta que tengan un tamaño mayor o los ataques de los caracoles cesen. Ya va haciendo tiempo para mover muchas de esas macetas con pequeñas plantas semilleras a pleno sol, para que continúen su desarrollo con el suave calor otoñal. El contenedor no obstante, que está en una posición fija, sólo recibe unas 4 horas diarias de sol directo.

Crocus speciosus ssp. speciosus
Las floraciones, como es habitual, pertenecen casi todas a plantas que vinieron florecidas a casa desde el verano. Así, las plantas más cargadas de flores actualmente, con permiso de los Oxalis, son las Pentas lanceolata. El ejemplar nuevo de color rojo va abriendo flores que amplían sus llamativos ramilletes, mientras que el adquirido este verano saca flores por todos los ápices que tiene disponibles, teniendo un aspecto incluso demasiado compacto. A finales de verano le hice una poda ligera para eliminar tallos secos e inflorescencias ya consumidas, pero simplemente ha vuelto a florecer sobre la marcha. De seguir así será interesante que sirvan de punto de atención para los primeros polinizadores que comiencen a masificarse a partir de marzo. Ahora mismo ni siquiera las abejas aparecen por la terraza; hubiera sido interesante ver qué hubiera ocurrido de no haber perdido los primeros girasoles que sembré, que podrían estar floreciendo ya por estas fechas.

Colirrojo tizón
La fauna que visita la terraza estos días es escasa pero no menos interesante. Durante esta semana observé a la mosca Trigonospila transvittata, que me llamó la atención por su diseño rayado. Al parecer se trata de una especie que se desarrolla como parasitoide de algunas especies de gorgojos; no la había visto nunca antes. Suelo dar por hecho que todas las moscas que aparecen ahora en la terraza vienen -o salen- por el compost, y no por las plantas. En la compostera, sin embargo, pueden llevarse una sorpresa desagradable. El colirrojo tizón, como todos los años, se ha alojado en las azoteas cercanas y le viene de maravilla tener a mano un aporte de proteínas. Estos días lo he visto bajar en distintas ocasiones desde el techo hacia el compostador sin alterarse demasiado si no hago movimientos bruscos. Es un ejemplar tipo primer invierno/hembra y llevo al menos tres o cuatro otoños observando uno con el mismo plumaje, aunque ignoro si siempre es el mismo pájaro. Podrían haber simplemente sucesiones de ejemplares jóvenes todos los años que acaban yendo a parar al mismo sitio, algo típico entre las aves. No es una especie reproductora en Cullera, y su presencia allí suele abarcar los meses de octubre a marzo, excepcionalmente abril.

Gazania rigens
En el rincón trasero las floraciones vienen y van. Los Oxalis bowiei parecen estar empezando a dar por finalizada su floración, abriendo las flores que les quedan sin desarrollar nuevas; lo mismo ha hecho también el Oxalis triangularis, el cual no suele ser de por sí una especie de floración prolífica aunque probablemente producirá otra floración en primavera que su pariente no tendrá. El O. articulata continúa a su ritmo, mientras los distintos Oxalis pes-caprae ya tienen varios pedúnculos con flores listas para abrir. Asimismo, he encontrado flores brotando en el Oxalis debilis, el cual hasta ahora nunca había florecido en otoño. Cerca de ellos, al Cyclamen persicum también parecen estar terminándosele las flores, aunque sigue con su bella cubierta rosada. Dadas las fechas y el buen estado del ejemplar, no descarto que simplemente reflorezca de manera progresiva durante más semanas.


Crocus speciosus ssp. speciosus
Los que sí se despiden ya hasta el año que viene son los Crocus speciosus. Las últimas flores se han abierto esta semana dando como resultado un balance positivo: los diez ejemplares adquiridos han dado al menos una flor. Ahora es de esperar que crezcan hojas que se mantengan hasta primavera, mientras sus partientes de floración primaveral siguen creciendo: apenas despunta alguno de los muchos que hay plantados desde hace casi dos meses. En general, las bulbosas siguen a su ritmo, muy similar al del año pasado teniendo en cuenta que en aquella ocasión los enterré el 1 de noviembre. Los narcisos, por ejemplo, a pesar de llevar plantados desde el 30 de septiembre están asomando ahora, igual que el año pasado. Todas estas plantaciones suponen un trabajo ya hecho que me quito de encima, y además hasta el momento no he tenido ni que regarlos ya que siguen reteniendo humedad de las continuas lluvias que han ido sucediéndose.

Dianthus plumarius
Veteranas de distintas edades, como las Gazania, Erodium o los distintos claveles se unen también a las tímidas floraciones otoñales. Las Mauranthemum han adelantado en cantidad de flores a las caléndulas a pesar de la desventaja que llevaban, si bien es cierto que hay un ejemplar de caléndula enorme, que fui dejando crecer en una de las macetas más grandes que quedaron vacías, que puede ser espectacular cuando esté totalmente cargado de flores. Ocupa casi toda la maceta y, por una parte, me arrepiento un poco de no haber tomado medidas antes, pero ahora sería incapaz de quitarla de allí, especialmente porque no tengo más sitio para ponerla y la maceta no iba a ser ocupada de inmediato. Veré si puede aprovecharse para poner más plantas en los escasos huecos que quedan, aunque no deja mucho sitio para combinar dando que la caléndula está en el centro y forma una mata de hojas piramidal.

Crocus speciosus ssp. speciosus
Encarando ya el último mes de otoño, se espera que la tranquilidad impere y el buen hacer empiece a dar resultados para comenzar el invierno con las nuevas protagonistas de la temporada a pleno rendimiento. Con los semilleros, que no tienen por qué terminar aquí sino que continuarán teniendo protagonismo al menos hasta abril, espero ir pasando poco a poco todo lo que queda a tierra y que este año sean muchísimas más las especies que ofrezcan sus flores a partir de la primavera; los bulbos, que en principio dan menos trabajo ya que sólo necesitan un espacio donde colocarlos y esperar, son los cómplices ideales para llenar un año más la terraza de color. Eso sí, todavía queda bastante -una estación entera- para que lleguen esos días en que las flores comienzan a abrirse tímidamente. Una espera, eso sí, que se hace más amena si no se dejan de preparar cosas a cada visita y seguir probando con aquellas especies que no dieron resultados satisfactorios en ocasiones anteriores.

jueves, 12 de noviembre de 2015

El agitado inicio de noviembre

Leptothes piritous en la Portulaca umbraticola
Noviembre llegó y, tras casi una mitad de mes concluida, las diferencias respecto a octubre se han hecho de notar. El mes comenzaba con la llegada de una gran tormenta que fue recorriendo el este peninsular entrando desde el suroeste y que dejó en apenas unas horas 56,4 mm. la mañana del lunes día 2, igualando prácticamente al día más lluvioso de este otoño -y del año-, el 30 de septiembre, aunque en mucho menos tiempo. Además la tormenta vino acompañada de un temporal de levante que causó algunos pequeños desastres. Apenas unos días después llegaba un potente anticiclón, atípico para el otoño, que todavía persiste hoy. Al principio las temperaturas subieron notablemente, con días durante la misma semana que comenzó con lluvias que alcanzaron los 25ºC. Con el paso de los días, la temperatura se ha ido suavizando: las madrugadas son más frescas y a mediodía el ambiente es agradable, casi como a principios de primavera. La elevada presión ambiental mantiene a raya las nubes y el rocío que dejan las neblinas es muy patente durante las primeras horas de la mañana.

Crocus speciosus
La principal preocupación en la terraza estos días son los caracoles. Sigo enfrascado con la siembra de semilleros y plantación de los que están ya crecidos y cada día los caracoles frustran un poco más este cometido. Si bien los ataques a las plántulas no son generales y algunas de ellas llevan bastantes días ya en tierra, cada poco tiempo descubro con disgusto que han devorado algún ejemplar de las especies que por un motivo u otro han costado más de obtener: semillas que han tenido poco éxito germinando y el porcentaje de ejemplares obtenidos es bajo respecto a las semillas empleadas; ejemplares obtenidos en bajo número debido a que no sembré más de los presumiblemente necesarios, con la consiguiente pérdida de días para obtenerlos de nuevo: o, simplemente, plantas que ya llevaban días plantadas y dejé de preocuparme en sembrar más. Ni siquiera espolvorear las plantas con azufre parece estar haciendo efecto, con lo que el próximo paso será cubrir todo el contenedor con malla fina de mosquitera. A este paso, con el tiempo echándose encima, el contenedor con tanto esmero preparado puede terminar igual de mal que el de 2013-2014, con montones de especies lanzadas a perder por una mala planificiación.

Pentas lanceolata roja
En el resto de la terraza predomina el verde. El temporal de levante tuvo alguna consecuencia, la más destacada de ellas el vuelco de la maceta de la Buddleja davidii que, paradójicamente, debió pasar tanto rato tumbada y rodando que el viento acabó resecando su tierra justo el día de lluvia más intensa del año, además de troncharle varias ramas. Con esto, me he quedado abruptamente sin su floración aunque la planta sigue en perfecto estado y a base de regar con un recipiente debajo he rehidratado la maceta. Faltará ver si se recupera y puede estar de nuevo llena de flores en primavera. Aparte de este incidente, el viento descolgó parte de los tallos de una de las Clematis y ha dejado algo resentida a la colgante Nolana paradoxa. Eso sí, se han notado más los beneficios del agua, con plantas que a día de hoy siguen aguantando con poco o ningún riego desde hace ya más de un mes.

Martynia annua
El otoño sigue su curso habitual para muchas viejas conocidas en la terraza. El Erodium x variabile ha regenerado su verdor y no para de emitir florecillas rosadas continuamente. Las margaritas Mauranthemum, germinadas a principios de septiembre, se suman a sus primas las caléndulas comenzando a florecer ya. Como anual de última hora, empieza a florecer la Martynia annua, que a pesar de estar sus semillas enterradas desde poco antes del verano, no germinaron hasta las continuadas lluvias de principios de septiembre. En otras temporadas ha pasado lo mismo con otros miembros de su familia (Proboscidea, Ibicella) aunque lo normal era que, tras sembrarlas en primavera, tardasen en asomar hasta la llegada del verano y, a pesar de las condiciones poco propicias, crecieran bien y floreciesen hasta otoño. Nunca he conseguido forzar a las semillas a germinar cuando yo quiero y parece que sólo lo hagan cuando la tierra está húmeda y caliente. De un modo u otro, la presencia en la terraza de las anuales de esta familia ha sido contínua desde 2008.

Ceratitis capitata
La floración continúa, igual de laxa que siempre, entre los Dianthus plumarius, estando ahora mismo el Dianthus chinensis más cargado de flores que ellos. Al de flores blancas y rojas parece que le cueste más florecer, aunque ahora mismo los de flores rosa no tienen ninguna flor abierta, si bien sí siguen produciéndolas. Más extraño resulta el ejemplar que creció en otra maceta, que está tanto o más grande que los que están floreciendo desde verano y jamás ha dado signos de florecer. En la maceta de los primeros crecen tímidamente algunas plantas con aspecto de crisantemo, algunas arañuelas y una Cerinthe que como siempre ocurre, sufre los picotazos de los gorriones que no pueden resistir romperlas nada más las encuentran. Es otra especie que todavía no me he puesto a colocar en macetas aunque ya tengo dos semillas germinadas listas para poner en su ubicación definitiva. Dado lo rápido de su crecimiento, da tiempo de sobra todavía a que sean de las primeras en florecer al próximo año. Son varias las boragináceas que espero tener este año en flor en la terraza, algunas de ellas bastante grandes y propicias para que los insectos polinizadores se sientan atraídos.

Dianthus plumarius
Insectos ahora mismo se ven pocos. La mayoría son moscas, las que han ido naciendo del compost o incluso se han criado en los lixivados de éste producidos por las lluvias, como las Eristalis tenax. También he observado unas pocas Ceratitis capitata algo aturdidas. A pesar de sus llamativos colores, pocas son las simpatías que levanta esta mosca, temida y odiada por infestar los naranjos y otros frutales. También se ha dejado ver alguna que otra mariposa, entre ellas un par de ejemplares de Leptothes piritous, de alas azul metálico con el envés maculado y dos pequeñas manchas como ojos, y al menos una blanquita de la col. Hay que decir que, aunque en la foto aparezca la primera especie posada en una flor de la Portulaca umbraticola, no llegaron con intenciones aparentes de libar néctar. La blanquita prefirió pararse en las hojas de las bulbosas antes que probar, por ejemplo, las flores de la Pentas.

Erodium x variabile
De las Pentas, como se deja ver en la foto, he añadido otro ejemplar, esta vez de flores rojas. Me gustaban tanto los de flor roja como los de flor rosada, pero en su momento cuando encontré el primero que adquirí, el rosado, no había otro en la tienda. Recientemente vi que las tenían en una cadena de supermercados donde solemos ir, y al encontrar en el de mi ciudad una planta de flores rojas en estado excelente y a 0,99€, no me pude resistir. Viendo los buenos resultados del ejemplar que ya tengo, que no ha parado de producir flores en estos cinco meses aunque el aspecto general de la planta ha quedado algo más desordenado, será interesante tener de dos colores y ver qué sucede en primavera, cuando coincidan -espero- con las borrajas y otras especies que atraen abejas. Visto está que las Pentas también pueden ser del gusto de los himenópteros, a juzgar por las visitas de varios de ellos durante el verano.

Mauranthemum paludosum
En el rincón trasero de la terraza parece que las historias de las plantas sean distintas al resto del emplazamiento. Asoman algunas bulbosas más y entre ellas reconozco algunas hojas de Allium neapolitanum, que junto a los Allium triquetrum son los únicos ajos que han conseguido florecer el primer año que se plantaron y sobrevivir a la siguiente temporada. Los Oxalis en flor comienzan a decaer muy despacio, y probablemente los pes-caprae comiencen a hacerlo lo suficientemente tarde como para no coincidir con sus parientes de flores rosadas. Los Crocus speciosus inician la recta final de su floración con un último grupo en el que se puede comprobar que todos, los diez cormos plantados, han producido al menos una flor. Es de esperar que pronto crezcan las hojas que durarán hasta la primavera. Pocas flores más se pueden ver en el rincón, como las del Cyclamen persicum, dado que las Clematis dieron por terminado su espontánea floración otoñal.

sábado, 31 de octubre de 2015

Flores de octubre

Cyclamen persicum
El mes de octubre de este 2015 llega hoy a su fin. Con sus 65 mm. de lluvia acumulados, quizá alguna décima más que no llegó a marcar durante estos últimos días, continúa la buena racha de precipitaciones para este otoño que al parecer continuará dando de sí con las lluvias aparentemente abundantes que se esperan para los primeros días de noviembre. Con casi todas las visitas centradas en plantar semilleros, regar ocasionalmente y controlar a los caracoles, están siendo también unos días bastante tranquilos.

Como ya se apuntaba en otra entrada a principios de esta semana, la mayoría de floraciones en esta época suelen corresponder a especies no siempre propias del otoño, sino que muestran una recuperación a partir del final del verano y la vuelta de las lluvias. Es el caso de la Buddleja davidii, que este año no parecía mostrar una mejora muy sustancial después del cambio de sustrato y ubicación a los que fue sometida pero sí empezó a dar buenos resultados ya con las primeras lluvias ocasionales de agosto. Hasta el momento no ha parado de florecer aunque parece que el crecimiento sólo lo concentre en un lado. Si el invierno no hace que se detenga, sería estupendo que continuase de esta manera hasta llegar a marzo, momento en el que los insectos polinizadores empiezan a diversificarse y abundar en la terraza. Es bien conocido el poder que tiene de atraer a las mariposas, pero hasta ahora la única que he visto visitarla fue una rápida esfinge colibrí que se dio mucha prisa en probarla. Algunos himenópteros también la visitan de vez en cuando aunque no parece tener ni de lejos el poder de atracción de las borrajas o las Phacelia tanacetifolia.

Mammillaria nejapensis
Florece ya la primera de las caléndulas, que a su vez se ha visto sorprendida por una invasión de pulgones que parece ser sólo la afecta a ella. Corresponde a las plantas que germinaron a partir de las semillas no retiradas a principios de septiembre, prácticamente sobreviviendo con riegos muy breves y la humedad acumulada. Esta está en una maceta suelta en la que debió haber otra planta que ya no recuerdo, y ha salido de las de color amarillo con el centro anaranjado. Las Mauranthemum paludosum, parientes suyas que aprovechan la misma oportunidad que les dan las lluvias, han quedado por detrás en la carrera por florecer a pesar de que ya hace días que muestran algunos capítulos en desarrollo a punto de abrirse. Intentos frustrados, bien por fallos en la germinación o por la destrucción de las plántulas a manos de caracoles y pájaros, han sido los girasoles y las nomeolvides chinas, especies ambas que todavía se encuentran ahora germinando y sacando sus cotiledones y es demasiado tarde ya para que se sumen a la floración de anuales de desarrollo rápido como ocurrió en años anteriores.

Buddleja davidii
El Cyclamen persicum que encabeza la entrada fue traído a la terraza en la primera quincena de octubre, cargadísimo de flores hasta que lo dejé a la intemperie, pues pasó unos días dentro de mi casa hasta que lo llevé a la terraza. En ese momento se encontró de pleno con algunas lluvias y las flores fueron decayendo deprisa, además de perder también muchas de las que tenía en desarrollo. No obstante, la recuperación se produjo en pocos días y tan sólo lo tuve de cambiar de sitio para que reemprendiese su buen ritmo. Lo había ubicado en sombra total, pero teniendo en cuenta el tiempo de esta época, la mejor idea era ponerlo algo más expuesto al sol matinal para que el sustrato no esté indefinidamente mojado. Actualmente ya se encuentra de nuevo floreciendo aunque alguna pequeña criatura se dedica a agujerearle los pétalos. Se trata de una variedad miniatura de hojas compactas, puesto que me parecen más atractivas que las de hojas grandes y sueltas que en ocasiones se encuentran en los supermercados rebajadas una y otra vez durante el invierno por falta de compradores.

Calendula officinalis
Finalmente, el que vuelve a cargarse de flores un otoño más es el cactus Mammillaria karwinskiana ssp. nejapensis. Aunque la novedad este año ha sido que ha producido frutos durante el final del verano, el ritmo habitual de este cactus desde que empezó a mejorar hace un par de años comprende una breve floración primaveral y otra más extensa durante el otoño, prolongándose hasta diciembre y reanudándola en ocasiones un par de meses después. Sus otros dos parientes y vecinos, Mammillaria hahniana y Mammillaria spinosissima han pasado el tránsito del verano al otoño de manera muy exitosa y prácticamente han duplicado su tamaño. Ambos han ofrecido ya garantías de floración -el segundo lo compré precisamente porque lo vi con flores en la tienda- con lo que se espera que, con el buen desarrollo mostrado hasta ahora, tengan energías para llenarse de sus pequeñas flores rosadas durante semanas. Pero eso tendrá que esperar al año que viene.

Con algo más de medio otoño por delante, las pocas flores que decoran la terraza alegran los días mientras se prepara, precisamente, todo lo que servirá para que el largo periodo comprendido entre el final del invierno y el principio del verano dé garantías de ver muchas, muchísimas más flores que en la actualidad. Con el régimen de precipitaciones actual el entorno se vuelve propicio para crecer, pero también para que la amenaza de los caracoles haya de ser vigilada con mayor ímpetu.

jueves, 29 de octubre de 2015

Crocus speciosus, despertar otoñal

Crocus speciosus
Es bien sabido que hay tres clases de plantas bulbosas según el periodo de floración, crecimiento y reposo: están las que emergen entre finales del verano y otoño, floreciendo entre finales de invierno y la primavera y perdiendo las hojas algo después; las que emergen a finales de invierno y florecen en primavera-verano, con un ciclo similar a las anteriores aunque desplazado hacia los periodos cálidos del año; y las otoñales, que entre finales de verano -algunas en pleno verano, como la autóctona Urginea undulata- y principios de otoño primero florecen y posteriormente producen hojas que mantendrán hasta casi el verano siguiente. El reposo suele ser común para todas ellas y la inmensa mayoría lo hace entre verano y otoño. En la terraza tengo una representación de todos los tipos, pero hasta ahora las otoñales, que son las que cuentan con menor variedad nunca habían florecido. Eso ha sido hasta la llegada de esta nueva especie para la colección.

Interior de la flor
Crocus speciosus ssp. speciosus, conocido coloquialmente como crocus de Bieberstein, es una especie originaria de Irán, Turquía y el Cáucaso. Lo primero que nos llama la atención de sus flores es que son más grandes y están más elevadas que los clásicos crocus de primavera, como el Crocus vernus, incluso en los cultivares de flor grande. Su aspecto también es más llamativo, con pétalos de color lila marcados por nervaduras y unos estilos curvados de color naranja brillante. Como los demás crocus, depende de la exposición al sol para abrir más o menos sus flores, con lo que quizá la ubicación en la que los puse, buscando condiciones de semisombra, no llegue a ser suficiente para ellos en este mismo momento. No obstante, creo que no los acabaré moviendo al frente de la terraza, sino que podrían estar bien simplemente desplazándolos un poco más a la izquierda para que tengan unos minutos más de sol. En el fondo, su floración será breve y hay que dejar sitio a las plantas que florecerán todavía dentro de unos meses, en primavera.

De perfil
El recorrido de los Crocus speciosus en la terraza es hasta hoy muy corto. Vinieron con el mismo pedido de bulbos de floración primaveral, a finales de septiembre, y aún tuve la suerte de que venían sólo un poco brotados y con energías suficientes para completar su floración que, como se ha indicado, se produce antes que el crecimiento vegetativo. Poco a poco los diez cormos, repartidos mitad y mitad en dos macetas pequeñas, fueron asomando hasta aparecer por lo menos nueve. Esto es, que actualmente y con sólo dos floreciendo en el momento de hacer estas fotos -todas del mismo ejemplar- se puede prever que la floración será muy escalonada. Estoy casi del todo convencido que, de ir todo bien, las plantas reajustarán su ciclo a lo largo del año y es probable que para la próxima temporada florezcan a principios de octubre, fecha más lógica. Estos fueron plantados el 29 de septiembre y parece ser que prolongarán su floración durante el principio de noviembre. Sin duda todo un acontecimiento para una época en la que pocas especies tienen su momento natural para florecer.

lunes, 26 de octubre de 2015

Octubre correcto

Clematis 'Jackmanii'
Este año el mes de octubre está siendo algo más benévolo que en ocasiones anteriores. Las temperaturas se han ido estabilizando en su bajada, sin desvaríos al alza -sólo se ha pasado de 30ºC en una ocasión y fue a principios de mes- y las lluvias aparecen prácticamente cada semana. Desde la última entrada, las precipitaciones han ido yendo y viniendo y el valor acumulado se ha multiplicado hasta los 65 mm., casi la mitad de ellos entre los pasados lunes y miércoles. Ayer domingo y hoy lunes las nubes habían vuelto de nuevo, aunque en esta ocasión las precipitaciones más fuertes no pasaron de Sueca y la entrada por la carretera hacia Cullera, ya que allí la llovizna no llegó ni a dar datos pluviométricos. Las temperaturas han llegado a descender hasta los 13ºC durante estos días y las máximas superiores a 20ºC ya comienzan a ser menos frecuentes.

Ahora mismo la actividad de la terraza se centra en la preparación de semilleros. Bueno, de la terraza y de casa, ya que la mayoría salen de aquí para ir allí. Este año estoy utilizando vasitos desechables de café con vermiculita y simplemente extraigo la planta entera cuando hay que pasarla a tierra. Las semillas más pequeñas o poco efectivas con humedad elevada las siembro directamente, mientras que las demás las hago germinar antes en papel de cocina húmedo. Ahora mismo da la impresión de que he comenzado algo tarde, puesto que el año pasado por estas fechas el contenedor se encontraba ya lleno de plantas, si bien durante noviembre seguí incluyendo algunas para cubrir huecos, pero también retirando las que no parecían aptas por su gran tamaño para entonces. Sea como fuere, la mayoría de siembras realizadas durante el próximo mes todavía dan para tener plantas en tamaño de floración para febrero-mayo, dado que la mayoría de ellas llegan bastante igualadas hasta enero y es para entonces cuando comienzan a desarrollarse al máximo.

Symphyotrichum novi-belgii
Las flores de la terraza en la actualidad pertenecen a ese nutrido grupo de plantas que o bien sigue floreciendo desde hace meses o empieza a hacerlo ahora y durará hasta el año que viene, siendo en pocos casos especies eminentemente otoñales. Como ejemplo de estas últimas destaca el áster Symphyotrichum novi-belgii, el mismo ejemplar que lleva con este ya cuatro otoños floreciendo y que sigue cada vez peor y más pequeño. Debería al menos intentar este invierno sacarlo de la maceta donde está, limpiar un poco sus raíces y replantarlo con sustrato renovado a fin de buscar que alguna vez llegue a al menos a ser la mitad de espectacular que en su primer año. Tengo otro ejemplar de la misma especie que adquirí en septiembre ya como planta enmacetada y en flor que casi di por muerto a la semana de tenerlo debido a que se quemó totalmente con una entrada de poniente cálido. A las pocas semanas vi que debajo de cada tallo seco había rebrotado, con lo que todavía lo conservo, esperando que a partir de la primavera recupere su porte.

Fuera de época totalmente se ponen a crecer las clematis, las cuales suelen quedar latentes en otoño-invierno y rebrotar alrededor de febrero, para florecer en primavera. Esta vez nada de eso, e incluso el ejemplar más veterano, una Clematis 'Jackmanii' que tengo desde 2013 -año en que floreció a finales de primavera de manera muy prolífica- se ha puesto ahora a florecer y no tiene signo alguno de que vaya a secarse. Las otras dos, aunque sin flores, siguen igual de verdes. Tengo tres plantas prácticamente iguales, todas procedentes de una colección que traía LIDL que tiene el defecto de colocar plantas al azar etiquetadas con nombres diferentes. En teoría estas dos tenían que ser Clematis montana y alpina (o algún híbrido similar) y ni de lejos. En 2015, aprendida la lección de que hay que mirar antes la forma de las hojas, la colección no se puso a la venta.

Noviembre está muy cerca y queda todavía mucho trabajo en la terraza. Ayudado enormemente por las lluvias y las temperaturas, que me están permitiendo o bien hacer visitas sin tener que regar en absoluto o bien hacerlo simplemente tomando agua acumulada en algún recipiente, el ritmo desparejo de crecimiento de las plántulas para la futura primavera hará que haya que detenerse a cada visita a colocar cuidadosamente en tierra a especies diferentes. Y quedan, claro, los bulbos, con todavía varias cosas por plantar y otras tantas ya plantadas que de momento aguardan pacientemente bajo tierra.

sábado, 10 de octubre de 2015

A plazos

Plectranthus scutellarioides
El cambio de verano a otoño es, al menos en esta zona, menos directo que de primavera a verano. Eso de olvidarse de la manga corta y taparse para dormir no es algo que ocurra de un día para otro. Además, en los últimos años, octubre no siempre representa el mes de mayores cambios y al calor le cuesta irse del todo al menos hasta principios de noviembre.

Así está siendo también este año, aunque el ambiente se haya suavizado bastante durante el ciclo que va del 15 de agosto hasta hoy. No obstante, para que las mínimas sean realmente bajas tiene que haber pasado primero una tormenta que refresque, volviendo a subir en días posteriores. Para encontrar noches frescas, por debajo de 15ºC, nos tenemos que ir a campo abierto, pues en Cullera entre el efecto suavizante del mar y la propia isla de calor de la ciudad las temperaturas más bajas siguen por encima de los 17-18ºC. Respecto a las precipitaciones, van yendo y viniendo, con lo que las oportunidades de que las plantas se mantengan en un ambiente húmedo sin necesidad de riegos continuos han aumentado respecto a mediados de septiembre. Los pasados días 7 y 8 se mantuvo de nuevo el aviso naranja activado, aunque en esta ocasión las lluvias fueron menos cuantiosas que las de finales de septiembre, con 16,3 mm acumulados entre ambos días. Para la semana que viene, alrededor del martes en adelante, las predicciones vuelven a hablar de agua.

Oxalis triangularis
En la terraza he ido avanzando un poco y dejado a punto algunas de las cosas más complejas de cara a la preparación de las plantaciones otoñales. Ayer instalé el sistema de riego por tubo exudante en el contenedor, aunque todavía hay que fijar bien el depósito que permita la aportación de agua por gravedad sin más esfuerzo que abrir una llave, asunto que no he dejado terminado por el leve contratiempo de la falta de flexibilidad del tubo de polietileno que conduce el agua hasta el entramado de tubos exudantes. Éstos funcionan estupendamente y a poco que reciben agua se llenan por completo y el agua empieza a fluir de los finos poros. No sé si habré hecho bien enterrándolos tan poco - unos 10 cm.- ya que cada vez que se hinchan agrietan la tierra, aunque creo que podré solventar este tema esperando a regar con ellos a que las plantas que tienen encima hayan crecido lo suficiente y las raíces sobrepasen la profundidad a la que están los tubos. Hasta entonces, se puede regar sólo superficialmente con el pulverizador.

Solenostemon scutellarioides
Las lluvias y noches frescas están ayudando mucho a que las visitas a la terraza puedan ser aprovechadas sólo para tareas de preparación, aunque los contratiempos puntuales echan al traste muchas ideas. Por ejemplo, este año las rejas que disuaden a los gorriones no sirven frente a los caracoles -abundantísimos estos días-, que entran igualmente en las macetas cubiertas y rompen plántulas bien al comérselas o bien al excavar para poner huevos. Algunas siembras que habían ido razonablemente bien habrá que repetirlas, Los gorriones, o quienes hayan sido, tambien se empeñan en frustrar planes. Estos días han desaparecido sin dejar rastro dos girasoles apenas con su primer par de hojas asomando y unas tres Cosmos sulphureus bastante crecidas, las últimas sacadas cuidadosamente de una maceta que comparten con caléndulas. No es la primera vez este año en el que alguna criatura ha sacado plantas enteras incluso de entre agrupaciones de varios ejemplares.

Dianthus plumarius
La mayoría de floraciones actualmente se encuentran en la zona de semisombra, donde los Oxalis bowiei, articulata y triangularis se imponen. También florece un coleo (Solenostemon scutellarioides) que compré a principios de septiembre a la vez que la Portulaca umbraticola. Son plantas muy tradicionales, fáciles de cuidar y asequibles que a poco que las atendamos proporcionan color durante todo el año. A pleno sol siguen en flor las mismas plantas que llevan haciéndolo desde agosto, como los Dianthus plumarius o las gazanias, que parecen animadas este otoño.

Oxalis bowiei
La sucesión de lluvias y bajada de temperaturas resultarán esenciales en los próximos días para poder aprovechar al máximo el espacio dedicado a la siembra de plantas semilleras, las cuales prosperan mejor con temperaturas todavía inferiores a las que tenemos actualmente. Para la mayoría, 15-20ºC son suficientes, más si esa temperatura se alcanza a pleno sol. De momento todavía toca esperar aunque no hay que perder tiempo, pues en las semanas en que tarde en suavizarse el ambiente se pueden preparar montones de semilleros que den plantas listas para colocar en su sitio definitivo tan pronto como el tiempo ayude.