lunes, 21 de septiembre de 2015

A medio paso del otoño

Oxalis triangularis
Pasado mañana terminará el verano desde el punto de vista astronómico, produciéndose el equinoccio de otoño. A pesar de que septiembre comenzó como si quisiera adelantar esta llegada, lo cierto es que el único recuerdo que nos queda de aquellos días es que las temperaturas mínimas se han quedado bajas, pero tan sólo duran hasta al amanecer. Tan pronto como el sol asciende, el calor vuelve a dar valores si bien no iguales a los del mes pasado, sí lo suficientes como para desistir de ir sacando la ropa de entretiempo. Si a eso le sumamos algunos días en que ha hecho acto de presencia el seco viento de poniente, tenemos un final de verano que se ha encargado bien de recordarnos la estación en la que todavía estamos: varios días todavía a 30ºC en Cullera, y algún grado más en Sueca.

El poniente no ha traído nada bueno. Con él, todas las plantas que habían mejorado y se habían venido arriba con la lluvia han vuelto a perder fuelle, incluso tuve una ridícula baja por despiste, una planta recién comprada que dejé al sol sin apenas riego confiando en que la humedad de su pequeña maceta le serviría. Ha durado cinco días en casa. Por suerte, las pequeñas semilleras espontáneas que han aparecido con la lluvia -entre ellas diviso Calendula, Borago, Anethum, Mauranthemum y Collinsia, entre otras- siguen resistiendo entre riegos. De sembrar al sol todavía no me fío, pero sí he puesto unas pocas semillas germinadas en macetas con tierra húmeda, agua en una cubeta para que absorban por capilaridad y pegadas a la pared que menos exposición al sol directo tiene.

Gazania rigens
A las pocas flores que hay en la terraza se van sumando algunas más tímidamente. Se han puesto a florecer de repente las dos Gazania, que han permanecido prácticamente todo el año sin flores, incluso en primavera, salvo alguna ocasión muy puntual. Hasta ahora ésa era su época predilecta para florecer, pero esta vez no lo hicieron, sin perder eso sí su buen volumen de follaje. A diferencia de otras margaritas africanas -aunque técnicamente éstas no son "margaritas" sino que están más cerca de los dientes de león y las achicorias- las Gazania florecían en primavera y hasta verano, en lugar de aprovechar los meses húmedos y suaves como sus ya desaparecidas compañeras Osteospermum y Felicia, y en parte también la Argyranthemum. Estaría bien que hubieran adaptado su ciclo y regalasen una floración abundante de otoño a primavera.

Sympetrum fonscolombii
El final del verano es también una buena época para los Oxalis. Salvo los pes-caprae, que aún no han aparecido, todas las demás especies tienen ya hojas, incluyendo a los anuales espontáneos Oxalis corniculata, de los cuales he visto aparecer uno a los pies de otra planta proveniente del mismo vivero de donde salieron los que tuve esta primavera. A los ya florecientes bowiei se suma ahora el triangularis, el cual ha tenido un año bastante flojo y no ha estado en su máximo esplendor en primavera como era habitual: al menos, sus hojas moradas y flores pálidas empiezan a dejarse ver estos días. Por otra parte, también empiezan a rebrotar unos tetraphylla, pero no son los de este año, que quizá ya estén muertos, sino los restos que milagrosamente sobrevivieron de la plantación de 2014. Debería dejar de insistir en mantener vivo alguno de los 40 tubérculos que compro cada año y ver qué sucede con estos supervivientes, aprovechando que parecen estar por fin establecidos. Parece que la clave sea regar lo mínimo.

Tulbaghia violacea
No parece que ninguna bulbosa vaya a animarse a florecer en otoño por el momento, descontando claro está a las Zephyranthes carinata, que seguro volverán a sacar flores a poco que haya cielos nublados. La que sí se apunta a repetir floración es la Tulbaghia violacea, planta con un ciclo un tanto irregular por lo que se ve. Floreció el año pasado en octubre al poco de llegar a casa; floreció otra vez este año en mayo, con menor intensidad, y vuelve a florecer ahora. No entiendo el porqué de esta floración a intervalos, puesto que las condiciones durante dichas tres ocasiones no han sido demasiado parecidas. Sea como fuere, es una alegría ver sus flores de color lila pálido coronando los finos y altos pedúnculos.

Gazania rigens
Las clavellinas no parecen tener intención de terminar de florecer. Si bien los Dianthus plumarius cada día están más grandes y auguran seguir dando flores durante un tiempo -descarto totalmente trasplantarlos visto lo visto- el que sorprende más es el Dianthus chinensis rosa y blanco que todavía sigue dando guerra. Es el único que ha sobrevivido al verano, es más, lo ha sobrellevado muy bien floreciendo, con lo cual no tengo ni idea hasta cuándo puede estar así. Otra especie totalmente distinta que también ha superado el verano y va en escalada -nunca mejor dicho- es la trepadora Cardiospermum halicacabum: no pasaba de 20 cm. de altura y ahora supera el metro, trastocándome un poco los planes que tenía para mejorar el espacio para las trepadoras e ir sembrando las especies que no pude en primavera-verano.

Dianthus chinensis
Se sigue echando en falta una mayor cantidad de insectos en la terraza, pero todavía confío en que las floraciones tempranas que espero conseguir en otoño cambien un poco la situación, aunque para entonces ya irán quedando menos insectos que hagan de comensales. No obstante uno de estos días disfruté de un fugaz espectáculo: una esfnge colibrí llegó para buscar frenéticamente un poco de néctar en todas las flores que pudo de las Buddleja davidii y Pentas lanceolata, especies muy indicadas para mariposas. Es también tiempo para las libélulas: los pequeños caballitos del diablo Ischnura graellsii llevan desde el mes pasado dejándose ver, y ahora empiezan a venir a descansar los Sympetrum fonscolombii, otra especie propia de finales de verano. Ayer incluso una Anax parthenope ocupaba el espacio aéreo de la terraza durante escasos segundos. Se trata de una libélula grande de color azul y pardo más propia de los marjales, aunque la cercanía de los humedales no hace raro que alguna entre a la ciudad.

El verano acaba, septiembre casi también, y con todo ya sobre la mesa sólo queda que el calor deje de apretar para empezar a ir diseñando la nueva temporada. La impaciencia ya ha hecho alguna de las suyas -intentos de siembra de semillas de varias perennes que he tenido que tirar a la basura, podridas y sin germinar- pero compensa el hecho de poder tomarse un respiro y visitar la terraza sólo lo justo para regar. Ya habrá tiempo, y espero que pronto, para que cada visita sea una aportación más para una futura temporada llena de ilusiones.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Una buena dosis de tormentas

Portulaca umbraticola
Septiembre ha comenzado con el retorno de una de las situaciones meteorológicas que vimos en años anteriores. En 2012 y 2013, la última semana de agosto de ambos años destacó por una acumulación de agua notable tras varios días de nubes, lluvia y descenso de temperaturas. Tras la de 2013 comenzó una etapa de lluvias anormalmente escasas -con vuelta del calor que duró hasta noviembre- que se fue prolongando hasta el otoño siguiente, el de 2014, en el que no se repitió la situación de lluvias a finales de verano y sin que las de septiembre nos afectaran particularmente hasta que llegó el primer día de octubre, que tuvo la tormenta más intensa de estos últimos años en el hecho de la cantidad de agua caída en poco tiempo. Posteriormente, el otoño resultó algo más suave, con lluvias escasas dispersas y un par de días de lluvias eminentemente otoñales ya para el final de noviembre. Las temperaturas mínimas, eso sí, se mantuvieron bastante altas hasta bien entrado diciembre.

Buddleja davidii
Este año el fenómeno se ha atrasado hasta la primera semana de septiembre y ha estado cerca de igualarse tanto con la intensidad puntual de aquel 1 de octubre como con el episodio de lluvias de 2013 en cuanto a precipitación acumulada. El pasado jueves día 3, al anochecer, llegaba la primera tanda de lluvias que dejó 21,5 mm. en apenas media hora. Tras unas horas de calma, a primeras horas de la madrugada del viernes cayeron casi 40 mm. más en alrededor de una hora. El resto del viernes y el sábado tuvieron lluvias puntuales algo más escasas, y el domingo se presentó como un día casi otoñal, con temperaturas frescas (23ºC de máxima) y una lluvia fina y persistente que duró prácticamente la mitad del día, con poco más de 10 mm. acumulados. El lunes fue una repetición del patrón del domingo pero con una lluvia más intensa que duró hasta primeras horas de la tarde y dejó alrededor de 30 mm. acumulados. En total, desde el jueves 3 hasta el martes 8 han sido algo más de 106 mm. acumulados, lo que no está nada mal.

Seguimos en verano, y tan pronto como las nubes se han retirado, el calor vuelve a hacerse notar. No es tanto como a finales de agosto y las mínimas ya se quedan en los 20ºC o un poco menos, pero en cuestión de dos días, del martes al jueves, el ambiente fresco de las madrugadas ya no lo es tanto. En la terraza no he regado desde el jueves pasado y salvo algunas macetas que comiencen a secarse pronto, no lo haré hasta dentro de unos días. Las visitas tan sólo sirven ahora para comprobar que todo está correcto tras la lluvia y que hay agua de sobra: todas las cubetas tienen agua a rebosar y hasta los cubos están a la mitad de llenos. Vista la situación, si haré por vaciar algunas de estas cubetas en garrafas, por tener algo guardado para futuras ocasiones.

Oxalis bowiei
La lluvia y la cercanía del otoño han desatado algo previsible: el despertar de algunas semillas que quedaron perdidas por el sustrato. Un buen montón de caléndulas con su semilla pegada a los cotiledones evidencian que fui demasiado optimista dejándolas tanto tiempo en las macetas, junto a ellas, los anchos cotiledones con pelusa con una semilla negra a sus pies muestran la facilidad con la que las borrajas se pueden resembrar, como ya hicieran en su momento sus parientes las Cerinthe, de las cuales me ha parecido ver también alguna, que en cuyo caso habrá salido de semillas perdidas en 2014 (las plantas de 2015 no han dado semillas y no entiendo por qué). El otro montón de cotiledones diminutos que han aparecido por doquier de momento quedan sin identificar, pero muchos de ellos tienen pinta de ser plantas adventicias que pronto tendrán que ser removidas, como las oportunistas Stellaria media, que si se las deja a su aire forman marañas de tallos allá donde crezcan. Las plántulas que están apareciendo en el contenedor las dejaré hasta que remueva para plantar. Sabiendo que muchas de ellas serán de especies cultivadas allí que tengo interés por conservar, antes de remover intentaré extraer y repicar todas aquellas pertenecientes a especies que quiero conservar.

Aparte de las semillas, el otoño despierta a las plantas con órganos subterráneos. Los primeros bulbos que han despertado son los Muscari armeniacum, acompañados de las otoñales Nerine bowdenii. El Oxalis bowiei más temprano, que no fue sacado de tierra y floreció tarde en primavera, ya tiene un buen montón de flores, mientras que sus congéneres replantados a mediados de agosto empiezan a emerger al mismo ritmo que sus parientes y vecinos los Oxalis articulata y triangularis. El resto de bulbos esperan pacientemente en sus cajas, o en sus paquetes si son nuevos, para plantar tan pronto como lleguen los que tengo pendientes de recibir de Holanda. Tengo los recipientes, tengo el espacio y tengo sustrato para todos: sólo queda la no menos complicada tarea de decidir minuciosamente qué combinaciones hacer para que florezcan de manera armoniosa. Además, una vez repartidos tendré disponible el espacio que dedicaré a especies semilleras.

Clematis
Flores quedan pocas, como ha venido siendo habitual hasta ahora. Sin embargo, las lluvias han animado a algunas plantas: la amante por excelencia de las lluvias Zephyranthes carinata, que no ha parado desde las primeras tormentas de finales de julio; la Pentas lanceolata que vuelve a desplegar unos cuantos ramilletes de sus flores tras una leve poda, y la Buddleja davidii que se beneficia del ambiente húmedo y consigue sacar algunas de sus chorreras de flores de mayor longitud que hasta ahora, que hacen las delicias de algunos himenópteros. Es probable que esta planta mejorase si la ubicara en un punto más sombrío, pero lo cierto es que este tipo de emplazamientos ya son muy escasos en la terraza y difícilmente podrían incluir a una especie de la envergadura de la Buddleja.

En el lado de sombra las que florecen son una Portulaca umbraticola que compré justo el jueves que empezó a llover, de flores que aparecen de color naranja o magenta aleatoriamente, y una de las Clematis sin identificar y que, dicho sea de paso, han perdido todo su poder de floración y empiezan a resultar una especie decepcionante, que crece bien cada año, trepa mejor que ninguna otra, pero termina fallando a la hora de dar flores.

Llegados a este punto del año y con la ayuda de una buena dosis de tormentas, se puede ir mirando con más optimismo de cara al otoño, del cual todavía es imposible saber nada, y ahí tenemos los ejemplos de años anteriores: uno de 2012 razonablemente lluvioso y uno de 2013 anormalmente seco, ambos tras lluvias como las que acabamos de tener. Por lo pronto, sí se pueden ir empezando a germinar semillas de todo aquello que no vaya a ir en el contenedor, en el cual se necesita algo más de sincronización, y preparar los pulverizadores para volver al riego a pequeña escala. Y, por supuesto, a vigilar de cerca a los caracoles, que con esta humedad campan a sus anchas.

martes, 1 de septiembre de 2015

Recuerdos de primavera



Estamos en septiembre, punto de reinicio de la temporada y un momento que suele contar con una presencia pobre de plantas en flor, puesto que sólo quedan algunas perennes de las que florecen todo el año, unas pocas plantas de floración estival y los primeros despuntes de las de floración otoñal. La primavera pasada queda ya lejos, pero la próxima todavía lo está más. Sin embargo, el momento para pensar en cómo debería desarrollarse la siguiente explosión de flores es este, y nada mejor que repasar puntos a repetir, a evitar, a mejorar o simplemente a añadir. siempre tomando como referencia la última experiencia, y más si como este año ésta estuvo llena de aciertos.

En el vídeo que muestra la entrada de hoy recogí diversas tomas de las plantas del contenedor durante las semanas comprendidas entre finales de marzo y mediados de abril. El montaje lo terminé dejando para junio, fecha en la que también lo subí a YouTube. El objetivo para este año es conseguir repetir un espacio tan repleto de flores como el que aparece en el vídeo, pero añadiendo muchas más especies y limitando algunas que por su gran extensión pueden cumplir el mismo papel colocando sólo un ejemplar en toda la composición. Hay tambien especies que ya no pondré, algunas por tener un tamaño incompatible y otras porque no se ajustan a los tiempos de floración o a la talla promedio en la que coinciden varias plantas que entremezclan sus flores.

Todas las flores que aparecen en el vídeo han tenido protagonismo en las distintas entradas publicadas en el blog durante la primavera. Sus nombres, por orden -no estricto, ya que se repiten- de aparición, son: Agrostemma githago 'Milas', Layia platyglossa, Collinsia heterophylla, Phacelia tanacetifolia, Trifolium incarnatum, Eschscholzia californica, Linaria reticulata 'Flamenco', Nemophila menziesii, Schizanthus x wisetonensis, Mauranthemum paludosum, Convolvulus tricolor, Linum usitatissimum, Salvia coccinea, Vaccaria hispanica, Rhodanthe chlorocephala var. rosea, Malcolmia maritima, Limnanthes douglasii, Nemophila maculata, Nemophila menziesii 'Penny Black', Leptosiphon androsaceus 'French Hybrids' y Anethum graveolens.