Aspecto actual, en floración |
Este año, después de recuperar a los cactus y darle el tratamiento necesario, esto es, dejarlos totalmente secos en invierno (por supuesto, a resguardo incluso de la lluvia) y sacarlos al sol y regarlos en verano, he conseguido que dos especies florezcan. De una de las dos, desgraciadamente, no conseguí obtener documentos gráficos que lo atestigüen, y en parte fue por la manía de buscar el perfeccionismo que tengo a veces. Se trataba de un Ferocactus que ni siquiera recuerdo cuántos años hace que llegó a casa. Durante el mes de agosto empezó a crecerle una flor que acabó estando lista para abrirse justo aquella semana que llovió tanto en Cullera. La pillé a medio abrir y no le hice fotos por eso, y ante la amenaza de lluvia se me ocurrió bajarla al patio para evitar que se estropeara. La siguiente vez que volví la flor permanecía medio cerrada, con lo cual tampoco hubo fotos, y la dejé en la terraza. Resultó ser que a partir de esa noche cayeron las lluvias más intensas, así que para cuando volví ya no había flor que ver, quizá en parte por las lluvias y en parte porque las flores de cactus duran poco. Total, que no hice fotos ni de la flor a medio abrir, de un bello color naranja, y tendré que esperar a repetir suerte al verano que viene.
Detalle de las flores |
El cactus estuvo mucho tiempo en casa, en un mueble, desde donde muchas veces se cayó al suelo por un tropezón. En 2011 me lo llevé y fue el primer año que, tras seguir algunos consejos, se me ocurrió eso de guardarlos a cubierto en invierno. Dos temporadas después, en 2013, empezó a mostrar sus primeros cambios.
En mayo el pequeño cactus comenzaba a tomar una forma más cilíndrica y me sorprendió con 4-5 florecillas de color blanco amarillento con líneas pardas verticales en los pétalos. Era la primera vez que conseguía que un cactus floreciese, y eso era especial. Fue entonces cuando le puse nombre, preguntando, pues ahora ya podía ser más fácil identificarlo. Y así fue: Mammillaria karwinskiana ssp. nejapensis es, por lo menos, la subespecie y especie que más le cuadran.
Aspecto y floración en mayo |
No sé si en un futuro acompañaré a este pequeño cactus con algún pariente, dado que todavía me cuesta mucho identificarlos -y nunca los venden con nombre- y me gustaría, por ejemplo, obtener alguna especie más del mismo género pero con flores rosadas. Ya se verá. Por lo pronto, dejaré al cactus a su aire hasta que el tiempo se vuelva más fresco y húmedo -este año parece estar tardando- y toque bajarlo de nuevo al patio. Una vez haya pasado el tiempo de crecimiento, poco antes de volverlo a subir, lo pasaré a una maceta más grande para que continúe dividiéndose, si quiere, durante la temporada próxima. Y es que no hay nada más satisfactorio que una planta que dé buenos resultados después de buscar para ella los cuidados más adecuados.
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