jueves, 27 de febrero de 2014

Explosión de margaritas

Ismelia carinata
En esta suave segunda mitad de invierno, en la que no ha faltado el calor pero sí la lluvia, la mayoría de plantas comienzan a despuntar como si ya hiciese semanas que comenzó la primavera. Las compuestas, que tantas entradas protagonizaron el año pasado, toman la delantera aventajadas por su abundancia en número, como viene siendo habitual.

Hay muchísimas especies en la familia Asteraceae, pero la subfamilia Asteroideae es la que se lleva la palma con sus aproximadamente 16.000 especies. En esta subfamilia encontramos a la inmensa mayoría de las especies con el clásico aspecto de margarita, crisantemo, girasol o caléndula, esto es, con el disco central de flores tubulares y pétalos rodeándolos, imitando el aspecto una flor actinomorfa típica. Muchas veces los pétalos están ausentes y en algunas especies incluso las flores son de lo más inusual, como en las Xanthium americanas que se han asilvestrado en nuestros campos. Las flores de tipo margarita ganan por mayoría y además en cultivo tenemos formas mutantes, con varias líneas de pétalos (dobles y semidobles), con lo cual la oferta es inabarcable. Hay una pequeña excepción, y es que en la subfamilia de las achicorias, dientes de león y similares (Cichorioideae) también hay unas pocas especies con aspecto de margarita al uso, como las Arctotis y las Gazania.

Argyranthemum frutescens
Son precisamente las especies africanas las que más representación tienen en este momento en la terraza. Hace poco hablé sobre lo bien que estaba la Felicia amelloides, grande y cargada de flores al fin, y los presagios se han cumplido ahora con su compañera la Osteospermum fruticosum. Al mismo tiempo que la Felicia ya había abierto decenas de capítulos azules, la matacabras o caléndula de El Cabo empezaba a cubrirse de los futuros capítulos. Todo apuntaba a que se iba a convertir en una "bola" de flores y así ha sido. La planta ha triplicado su tamaño desde su adquisición hace casi un año y por fin ha comenzado a ir bien, coincidiendo con una ampliación de maceta que le hice a ella y a varias de sus compañeras hace poco. A pesar de ser una planta resistente, lo cierto es que con el calor y una maceta demasiado pequeña se resiente a menudo. Espero que con el cambio consiga estar espléndida incluso en los meses más calurosos.

Mata de Osteospermum
Una de las primeras novedades ha sido la floración de los crisantemos tricolor (Ismelia carinata), sembrados desde julio y septiembre en una maceta y en el contenedor, respectivamente. Esta planta, también conocida por nombres ya obsoletos como Chrysanthemum carinatum, Glebionis carinata o Ismelia versicolor, es originaria del norte de África, incluyendo la Macaronesia. Es una especie fácil de cultivar que no ha tenido problema en crecer durante el otoño-invierno, alcanzando los ejemplares más grandes del contenedor unos 40 cm. y algo más de la mitad los que tengo en una maceta relativamente pequeña. Tienen hojas muy divididas y capítulos grandes de colores variados, siendo el disco rojo-amarillo del centro, o en ocasiones sólo el amarillo, común a todos los ejemplares. A mí me han salido blancos (los del contenedor) y rosados. La planta grande del contenedor floreció la primera hace semanas, pero los pétalos salieron arrugados y marrones. La flor actual tampoco ha salido perfecta, pero está algo mejor. En 2013 tuve a la especie y todas las flores salían deformadas, creciendo bastante mal y secándose después de sacar unos tres capítulos. Es de esas plantas que se ha hecho de rogar (los capítulos han tardado unos dos meses desde su aparición hasta abrirse) y me gustaría tener muchas más combinando con otras de sus parientes.

Calendula officinalis
En el contenedor ésta ha sido la primera compuesta nueva del año desde la resiembra otoñal. Siguen en ella las dos caléndulas que dejé, con la de flores naranja cargadísima como siempre, y parece que se va soltando y animando una de las Mauranthemum paludosum. Hay otra especie de la familia cerca de florecer, que ya revelaré cuando lo haga. Mientras, la mayoría están dentro de la tónica general del contenedor, esto es, creciendo todavía o siendo muy pequeñas dado que ha costado establecerlas después de varias siembras. Si todo funciona, el número de miembros de la familia en este punto de la terraza todavía está por multiplicarse exponencialmente.

Cosmos blanca
De las mencionadas Mauranthemum paludosum poco más que decir salvo que se han convertido ya en una de esas plantas que aparece por cualquier lado en la terraza y soy incapaz de quitar voluntariamente por lo poco que ocupan y lo bonitas que son. Eso sí, algunos ejemplares han salido en macetas inadecuadas y quizá aproveche las plantaciones y organización que tengo pendientes estos días para trasladarlas a macetas grandes "comunitarias" donde tengo planeado combinar varias compuestas de las que tengo actualmente en semilleros. Además parece que no haya dos flores iguales y tienen la particularidad de ir bien tanto en sol como en sombra. Precisamente, el ejemplar que tengo en el rincón de semisombra es el más pequeño, pero el que da los capítulos de mayor tamaño.

Bellis perennis
La más reciente de las especies, que ha llegado hoy, es la margarita Argyranthemum frutescens. Se trata de una planta de origen canario frecuente en los comercios, siendo una de las margaritas más populares, de la que existen multitud de variedades con colores variados (casi siempre entre amarillo, rosado y el blanco original) e incluso con formas dobles. Era una planta que siempre había tenido en mente por ser de esas margaritas recargadas, perennes y de talla mediana, pero buscaba la mejor oportunidad para traerla a casa. O, dicho de otra manera: un ejemplar grande, sano y no muy caro. El de las fotos ha costado un euro y medio en la floristería cercana a casa -de donde también vinieron las Mauranthemum y las Gazania- y está espléndido. Había blancas y éstas, de un rosado intenso con una banda blanca en la base de los pétalos, colorido que me ha parecido mucho más llamativo y el cual, a pesar de haber tantas especies, faltaba entre las margaritas de la terraza. No tardaré demasiado en ampliarle la maceta para que se vaya expandiendo a gusto.

Otro crisantemo tricolor
Entre las especies obtenidas de semilla en los últimos meses, las primeras en florecer han sido una Cosmos blanca y una Bellis perennis doble de tipo 'Pomponette'. La primera la recibí como presente en un intercambio de semillas y la puse en una pequeña maceta por curiosidad, donde ha crecido sin demasiadas atenciones -es una planta estupenda para nuestro otoño-invierno pero que sufre en verano- y acabó floreciendo hace unos días. Las Bellis perennis son el segundo intento seguido y el enésimo de 2013. Las semillas las adquirí allá por febrero y todas las siembras que hice desde entonces se me malograron al aumentar las temperaturas (se cocieron, literalmente, bajo el plástico protector). En verano saqué más plantas en el patio, pero para otoño estaban llenas de manchas y deformidades, así que las arranqué y volví a sembrar, ocasión en la que por fin han ido mejor. Todavía son muy pequeñas y la flor que ha salido tiene pinta de haberlo hecho forzada por el calor, siendo también diminuta. Es una planta frecuente en las tiendas y podría haber tenido alguna al mismo precio que las Mauranthemum, pero eso lo supe después de tener las semillas en casa y prefería probar. Aunque las flores de la planta son margaritas "estándar", de pétalos planos y blancos con el centro amarillo, es más frecuente encontrarlas como la que tengo, dobles con pétalos tubulares que crecen muy apretados en una extensión variable, algo similar a las Zinnia 'flor de dalia'.

Mata de Mauranthemum paludosum
¿Qué más queda? Están las Gaillardia, que ya no sé de dónde sacan fuerzas para seguir floreciendo, pues las plantas están totalmente secas y ya casi no sacan hojas; las futuras dalias, que espero acertar con ellas después de la decepción del año pasado -de la cual quizá tengo más culpa de lo que pensaba- y con dos frentes abiertos, pues he plantado también de semilla. Tengo también un par de girasoles rojos mexicanos (Tithonia rotundifolia) que sembré en septiembre y han ido relativamente mal, quedándose muy pequeños, amarillentos y con la mitad de hojas secas por un ataque de hongos en otoño. Una de ellas está floreciendo de manera pobre, con un capítulo pequeño que apenas ha conseguido abrirse. He pregerminado otra semilla que seguramente enterraré en la misma maceta cortando antes los otros ejemplares. Es una anual de crecimiento rápido, muy grande, pero que seguro que será más feliz con más sol y temperatura. Esto pasa con algunas plantas, como las Zinnia, que no tienen inconveniente en germinar en nuestro otoño-invierno pero funcionan muy mal en esas fechas.

Argyranthemum
Como comentaba, a pesar de la gran cantidad de margaritas, crisantemos y caléndulas que pueblan estos días la terraza, hay que tener en cuenta que todavía falta un mes para la primavera, con todo lo que ello supone, y que sigo atendiendo a otras tantas especies que están creciendo o son candidatas para ser sembradas, como los próximos girasoles para esta temporada. Y, por supuesto, hay más tipos de compuestas a punto de ganar protagonismo: en este momento hay seis especies distintas de Centaurea creciendo en la terraza. Dos de ellas están teniendo problemas con la araña roja, que espero eliminar antes de que sea demasiado tarde. Otras, las viejas conocidas Centaurea cyanus, empiezan a desarrollar el tallo con el que florecerán, pero si todo va bien no serán la primera especie del género que lo haga este año.

Así pues, 2014 apunta a ser un año en el cual la mayor familia de angiospermas volverá a ser también la de mayor riqueza y variedad en la terraza, siempre dispuestas a sorprender con su belleza y colorido.

domingo, 16 de febrero de 2014

Avance rápido

Scilla siberica
Aún acabamos de estrenar la segunda mitad de febrero, pero parece que la primavera se vaya a adelantar todo un mes. El pasado viernes vimos subir los termómetros hasta los 27ºC, y las mínimas no parecen querer bajar ya ni siquiera de los 10ºC algunas noches. Hoy llueve, pero como siempre, poco y durante poco rato. Las temperaturas y lo bien que reflejan las plantas este buen ambiente nos abstraen de esa realidad en la que, por ejemplo, la casi total ausencia de lluvias abundantes durante el invierno están haciendo que tenga que utilizar casi cien litros de agua por semana, y eso que todavía estamos en invierno.

Esta semana ha supuesto un pequeño parón de novedades, si bien algunas flores se han abierto por primera vez en la temporada y, casi sin darme cuenta, nada menos que 21 especies distintas de plantas se preparan para florecer. Algunas, todavía formando botones, no sé cuándo empezarán a mostrarse, pero otras estarán listas durante la semana próxima. Espero que no haya ningún problema y todas ellas cumplan con su cometido para comenzar a mostrarlas aquí tan pronto como estén luciendo sus mejores galas.

Tropaeolum majus
Esta semana ha florecido la primera bulbosa del año, una adelantada Scilla siberica que lleva ya emitidas tres varas de sus irregulares pero bellas flores azules. Hasta ahora me florecían sobre mediados de marzo, y lo raro es que sólo lo ha hecho una de las diez que planté, de las cuales casi tampoco asoman siquiera, pues sólo hay dos puntas más sobre la tierra. Otros años las compraba en Schlecker, pero desgraciadamente dejaron de traer bulbos. Estas son de Eurobulb.nl y de momento parecen más enégicas; el problema que tenía con las anteriores es que florecían poco y mal, y los bulbos, aunque todavía encontraba alguno en verano, se ablandaban y acababan podridos.

Rúcula
También ha florecido de manera bastante temprana una planta que asociaba a días más cálidos y que sin embargo sembré en noviembre y ha crecido sin problema durante el invierno: una capuchina (Tropaeloum majus) que ha dado flores amarillas y ha quedado curiosamente "enanizada". Sólo sembré una semilla, en noviembre, por la impaciencia de verla crecer pero a la vez con la prudencia de que quizá el invierno no le iba a gustar. Al final, esta estación no ha sido óbice, y podría haber sembrado incluso otras plantas tropicales y subtropicales de las más adaptables con nuestro clima. Una de ellas, la trepadora Cobaea scandens, la sembré en agosto y ya ha crecido casi dos metros. No quiero imaginar lo que alcanzará cuando haga calor de verdad.

Otra de las floraciones nuevas para esta semana la han dado las rúculas, que se produce una semana más tarde que el año pasado. Las plantas son pequeñas, fueron sembradas a mediados de otoño, a diferencia de la planta de 2013, que llevaba creciendo desde el mes de junio anterior (tenía 8 meses al florecer). Otras plantas que se han retrasado un poco respecto al año pasado han sido las Kalanchoe, que justo comienzan ahora a abrir su flores, aunque los capullos podían verse desde hace semanas.

Así pues, este año la espera primaveral se hará más llevadera, plantando cosas nuevas rodeado de flores de otras tantas nuevas especies. También en el ambiente se nota la llegada del buen tiempo, pues el roquero solitario (Monticola solitarius), un pájaro azul residente todo el año en Cullera, comienza a defender su territorio cantando desde las azoteas de los edificios más altos cercanos a la terraza.

jueves, 6 de febrero de 2014

Febrero muy primaveral

Oxalis latifolia
Ya es raro que aquí, la transición de un verano a otro -por llamar de alguna manera al período del año en el que las temperaturas bajan y vuelven a subir- tenga una regularidad lógica y moderadamente progresiva. Esto es, que debería ir haciendo cada vez más fresco en otoño, continuar durante el invierno y mejorar a partir de marzo. Pues no: o el calor se alarga demasiado, o el invierno comienza a remitir muy pronto, como es el caso de esta temporada. Lo habitual suele ser que en febrero haya días fríos, a veces con las mínimas absolutas del año, cambiando radicalmente hacia el final y volviéndose muy suave. Queda tiempo para ello, incluso podría saltar a marzo, pero lo cierto es que este año el mes comienza con la misma tendencia con la que acabó enero: poniente, calor y nada de lluvia a la vista, prácticamente lo contrario al resto de la península. La madrugada del pasado día 5 dio una mínima en Cullera de 13ºC, una temperatura que podría ser perfectamente la de un día de principios de mayo. De media mañana a primeras horas de la tarde, de 18ºC en adelante.

Lino común
Las plantas no están más adelantadas porque la época o su talla todavía no lo permiten, porque si no, todavía habría más flores de las que hay. Continúan en flor todas aquellas plantas que empezaron a hacerlo allá por noviembre, siendo pocas las excepciones y muchas de ellas con razón: por ejemplo, el Oxalis bowiei terminó su ciclo por aquel entonces, siendo de momento la única especie del género que tengo que se ajusta a unas fechas para florecer. Los demás florecen siempre que tengan crecimiento, como el Oxalis triangularis o el más reciente Oxalis latifolia, para el cual es indispensable un baño de sol directo durante unas horas para desplegar sus flores y permitir su correcto desarrollo. Dichas flores se parecen a las del mencionado O. triangularis aunque son  todavía más pequeñas. Esta especie, aunque la recibí de un compañero de México, también aparece en algunos puntos de España como invasora.

Gaillardia aristata
Todas las plantas florecidas de la parte soleada siguen a más. Las Mauranthemum paludosum parecen haber coincidido esta vez con su época favorita y no dejan de sacar flores cada vez más grandes y de una duración extraordinaria. Además, la planta ha ido apareciendo en diversas macetas y alegra cada rincón de la terraza. La única compuesta que parece buscar algo más de luz es la gazania, pues las flores no terminan de desplegarse del todo; en el otro extremo, una de las Gaillardia emitió una ramificación desde su base y ha desarrollado el capítulo más grande que yo recuerde desde que tengo la especie, con unos 9 cm. de diámetro. Por su parte, la Geum coccineum tiene menos flores a punto de salir, pero quizá sea algo transitorio, hasta que empiecen a aparecer nuevos tallos. Además, está cercana la floración de nuevas especies sembradas a finales del año pasado.

Espuela de caballero
En el contenedor, los días de calor y los generosos riegos están propiciando un crecimiento desenfrenado en las plántulas, y otras tantas aparecen ahora gracias a la eliminación de las enormes caléndulas que quitaban la luz al rincón donde supuestamente deberían haber crecido plantas más altas que ellas. Mantuve sólo a dos caléndulas en el extremo izquierdo, donde la mayoría de plantas que habitan ya están muy crecidas, casi con total seguridad debido a que es el rincón donde antes se va el sol y retiene mayor humedad, cada vez más ayudada por la sombra que proyectan las plantas más grandes.

En ese mismo rincón también florecen los linos comunes, que abren una flor al día que empieza a perder sus pétalos en la misma tarde. Siempre tienen imperfecciones, como pasaba con los linos rojos, los cuales también parecen estar a punto de florecer. Al menos he remendado el desastre del año pasado, cuando sembré el lino en febrero y justo fueron exterminados por un abrasador poniente cuando comenzaban a florecer, en mayo. Las plantas de este año llevan creciendo desde septiembre y deben andar por 40 cm. de alto o más. Uno de sus vecinos tiene un carácter totalmente opuesto: la espuela de caballero (Consolida ajacis) posee flores que duran semanas, y además la misma y única planta lleva emitiéndolas continuamente desde noviembre. Todavía he recolectado esta semana las vainas de semillas de las primeras flores que tuvo. Se está convirtiendo en una de las especies estrella de esta "pretemporada", y parece que hay más plantas repartidas por el contenedor que acompañarán durante la primavera.

Caléndula amarilla
De todos los bulbos plantados en la terraza, la que se lleva el mérito de ser la primera en florecer es la Scilla siberica. Plantadas en octubre, nunca había conseguido verlas florecer antes de mediados de marzo, y hasta ahora los dos años anteriores acabaron en la basura cuando busqué los bulbos en verano. Este año la estrategia con ellas fue tratarlas como plantas de bosque, y mantengo el sustrato húmedo en uno de los rincones menos expuestos. El resultado fue que a finales del pasado año emergía ya una planta, y las flores se abrirán pronto; en cambio, de las diez que enterré sólo veo dos puntas más asomar. Esta planta parece tener el defecto de querer florecer a toda costa sin sincronizarse con la apertura de hojas: esta vez la cosa quizá sale mejor que el año pasado, pues las flores que se han estropeado intentando abrirse paso pertenecen a una pequeña espiga lateral del bulbo y el pedúnculo de mayor tamaño está emergiendo con el camino despejado. Será un placer poder observar sus flores de color azul auténtico desplegadas.

Mauranthemum paludosum
En el contenedor no parece que los bulbos tengan mucha prisa, y en algunos casos es preocupante. Es pronto, pero llevan tanto tiempo enterrados y se ven tantas diferencias que uno se preocupa. El caso más notable es el de los Crocus, con un crecimiento irregular en el que algunas plantas han emergido y crecen a buen ritmo y otras ni siquiera han roto la tierra. Todavía se puede esperar a marzo, ya que suelen durar floreciendo hasta finales de este mes. Sólo dos especies, los jacintos y los Pseudomuscari azureum parecen estar comenzando a despuntar con flores allí. Por lo pronto, he regado el contenedor para paliar estas largas semanas sin lluvias y asentar un poco la tierra. Unos cuantos riegos harán que se empapen las capas más bajas de sustrato (y compost) y proporcionarán humedad durante un largo tiempo.

Otras vivaces comienzan a sacar hojas o romper tímidamente la tierra, mientras que las anémonas han hecho ya su trabajo, cubriendo de follaje las macetas, y ya asoman las primeras flores que estarán listas la semana que viene o incluso antes. Tengo un pequeño problema con las anémonas este año, y es que parece ser que lo que yo consideré una desaparición de tubérculos el año pasado, resultó ser una simple "reducción". Esto es, que en todas aquellas macetas donde he reaprovechado sustrato que una vez contuvo anémonas, están saliendo. Debe ser que los tubérculos no necesitan ser de la talla que tienen cuando se venden para volver a regenerar una planta, y esto hace que sean indetectables en la tierra.

Durante las próximas semanas, las ventajas que han adquirido estas plantas repercutirán en su temprano desarrollo, pudiendo florecer aunque vuelva a hacer un poco de frío, pues igualmente seguirán beneficiándose de la mayor duración de los días. Es más, las plántulas más jovenes que se desarrollen estos días van a tener más problemas con la sequedad de la tierra que con las bajas temperaturas.

sábado, 1 de febrero de 2014

Pensamientos del pasado

Viola sp.
En esta entrada retrospectiva hablaré de unas florecillas que tuve en la temporada 2012, la primera en la que el contenedor-jardinera empezó a servir de área de siembra de plantas de toda clase. No sólo había semillas de anuales y otras herbáceas, sino que además metí todo lo que conseguí de cara a la primavera: plantas rizomatosas como los lupinos y las aguileñas, tubérculos como los ranúnculos y anémonas, cormos como los gladiolos, Freesia y Sparaxis...

Entre aquellas semillas se encontraba una mezcla de pensamientos de la marca que vende LIDL, etiquetada como Viola x wittrockiana 'Swiss Giant'. Aunque este tipo de violeta generalmente no me llaman la atención por sus flores excesivamente grandes -y posiblemente porque la tengo muy vista entre las plantas más típicas que se venden en todos lados-  pensé que no estaría mal usarlas como aporte de color de pequeña talla para la parte frontal. Así pues, ya en primavera, sembré las semillas a voleo al descubierto, sin más tratamiento que regar de vez en cuando.

En amarillo
Las primeras flores se abrieron hacia principios de junio, a la par con las Lobelia erinus 'Crystal Palace' y los Ageratum houstonianum 'Blue Mink' con los que compartían sector y después de que las pocas anémonas y aguileñas que habían florecido fuesen desapareciendo. Lo que surgió no era ni mucho menos lo que uno se encuentra si busca 'Swiss Giant' entre los cultivares de violetas híbridas, pero de todos modos no me desagradó en absoluto, al contrario.

Las flores aparecidas giraban en torno al morado, blanco, amarillo y tonos lila. Su tamaño era más contenido y ninguna de ellas contaba con las típicas manchas negras en la base de los pétalos, que si bien no son comunes a todas las selecciones de Viola x wittrockiana, sí las esperaba en estas. De hecho, la conclusión a la que llegué es que su identidad es un misterio, pues las plantas son sólo ligeramente similares a algunos tipos del mencionado híbrido y además presentan mayor parecido morfológico con las Viola cornuta de jardinería, más gráciles y también presentes en mezclas de colores. Especie que, por cierto, he cultivado este año y quizá me sirva para comparar.

De color lila
Las flores alegraron la última etapa del contenedor en una temporada que no fue tan colorista como 2012, entusiasmándome cada vez que aparecía un color nuevo. Debieron florecer apenas unas siete plantas en total y duraron hasta mediados de julio. Mucha gente a la que le enseñé estas fotos se sorprendían de que tuviese pensamientos en verano, pues atribuían la planta a algo más típico de épocas tempranas. Lo cierto es que la mayoría de plantas anuales en cultivo suelen poder crecer en cualquier época y el verano no es la excepción, pues con la protección y cuidados adecuados el calor puede ser un beneficio, aunque las plantas se desgastan antes.

Las flores se mantenían bastantes días aunque parece que con diferencias: las de color lila solían ser las que más cambios sufrían en menos tiempo, usualmente abriéndose de un tono más claro (blanco incluso) y pigmentándose con el tiempo como lo haría una hoja de árbol caducifolio en otoño. Además, tenían los pétalos más anchos y solían durar menos tiempo erguidos que en las amarillas y moradas. Las hojas de las plantas se mantuvieron verdes y firmes durante toda su corta vida, y eran las típicas de este tipo de plantas, con un dentado romo en los bordes. No aprecio en las fotos si su anchura ayudaría en su identificación, pero eran más bien estrechas.

En blanco
Estas violetas tuvieron la duración de las plantas anuales, germinadas en marzo y no llegando más allá de agosto. Es curioso porque ese mismo año varias especies de vida más larga (como comprobé después) se fueron secando en verano aun cuando compartían sitio con otros ejemplares de su especie que sobrepasaron e incluso duplicaron su vida. En aquel entonces, los ageratos más pequeños se secaron y un par de los más grandes sobrevivieron todo el invierno hasta principios de primavera de 2013; un antirrino sembrado en otoño de 2011 murió ese verano, mientras que uno de los que sembré esa primavera duró hasta agosto del año pasado y otro (de 2011) sigue vivo ahora. Igualmente, las Xerochrysum bracteatum se secaron ese verano mientras que un par de ejemplares se mantuvieron estáticos y no fue hasta primavera de 2013 cuando se "reactivaron" creciendo y floreciendo. Pequeños misterios.

En morado
De estas violetas, que dejé secar y no retiré de inmediato del contenedor, aparentemente no cayó ninguna semilla al suelo o bien no sobrevivieron, pues nunca han aparecido como espontáneas. Hay que tener en cuenta que en primavera de 2013 planté sobre tierra poco removida y con algún aporte nuevo, y las únicas plantas que quedaron en tierra y resurgieron fueron los ageratos, los cuales incluso han sobrevivido a la siguiente puesta a punto (en agosto) y uno de ellos ya está crecido y cerca de florecer. No los siembro voluntariamente desde 2012 por este mismo motivo.

Queda un poco lejos aquel verano de 2012, y lo cierto es que estas violetas han tenido un "año en blanco" desde entonces hasta hoy, pues no sé por qué razón no conseguí más germinaciones y quizá lo fui dejando de lado hasta este otoño. Cierto es que no entraron ya en los planes de formar parte del contenedor en 2013, y no sé muy bien por qué, pues por talla hubieran combinado perfectamente. Con las lobelias 'Crystal Palace' sí repetí y un par de plantitas crecían al frente bajo plantas más altas.


No fue ya hasta el verano pasado, con algún fracaso más, cuando agoté el sobre de semillas de 2012 y estrené el de 2013, y finalmente hacia agosto comenzaron a crecer unas pocas plántulas, que se han mantenido hasta hoy y presentan un buen aspecto, aunque no son muy grandes. Quizá no haya que esperar mucho para verlas florecer y el retorno de las violetas y pensamientos a la terraza no esté muy lejano.