martes, 31 de marzo de 2015

Anémonas bien, ranúnculos no tanto

Anemone coronaria 'De Caen'
Las anémonas y ranúnculos llevan floreciendo en la terraza, aunque no a la par, desde 2012. Las primeras, unas 'De Caen', las planté en otoño de 2011 en tierra arcillosa y sólo una planta llegó a florecer a finales del invierno ya en 2012. Esa misma primavera adquirí anémonas 'St. Brigid' y ranúnculos o francesillas. Ambas especies llegaron a crecer pero sólo vi flores de una de las anémonas. En años posteriores les fui pillando el truco y hubo muchas más en flor aunque siempre he ido renovando y aportando nuevos tubérculos.

El cambio para la presente temporada ha sido, simplemente, colocar a ambas plantas al sol para comprobar si así evito que los pedúnculos de las flores se alarguen tanto y acaben doblados por su peso, especialmente en los ranúnculos. Dado que una vez están bien desarrolladas pueden florecer muy pronto, en el rincón de semisombra no comenzarían a tener un buen aporte de sol hasta estas fechas. Esto ya lo probé cuando planté las del 2013. que inicialmente estaban al sol, pero me dio la impresión de que se secaban muy pronto y es cuando las trasladé, pasando las dos siguientes temporadas a semisombra.

Varias Anemone coronaria
El hecho de que las plantas están perfectamente al sol ya lo comprobé sobre la marcha con una 'St. Brigid' que apareció en una maceta seguramente perdida en la tierra y que lleva dos temporadas floreciendo a pleno sol, ahora ya sin hojas -no sé si por exceso de agua con las lluvias pasadas o simplemente ya ha terminado- la cual si no vuelve a brotar, habrá que dejar la maceta abandonada ya hasta otoño. Sobre los ranúnculos, simplemente pensaba que si los que venden por ahí tienen pedúnculos tan cortos es porque la planta no tiene que andar buscando la luz, aunque esto no es del todo así.

Ranunculus asiaticus
Sí es cierto que al haber tantas plantas en una maceta, al ir terminándose la humedad de las lluvias otoñales, aunque sea en el mismo otoño o en invierno, las plantas comienzan a mostrar signos de necesidad de riego, pero no son delicadas en este sentido y un riego bien hecho les da para dos o tres días. La floración este año ha comenzado antes y es una de las mejores que he tenido, así que nada que decir. Eso sí, contar también con que añadí 60 tubérculos nuevos de los que venden en ALDI en primavera. Muchos y muy baratos (un euro y medio), pero de pequeño calibre -caben todos en la palma de la mano- aunque esto no ha supuesto problema alguno, pues he visto salir anémonas de colores y formas que sé seguro que no provienen de los restos de años anteriores.

Anemone coronaria 'De Caen'
En cuanto a los ranúnculos, aunque han crecido bien, se les va empezando a notar el agotamiento. Las hojas han amarilleado durante estas semanas y las pocas flores que salen no superan el diámetro de una moneda de dos euros, Además, algunas han empezado a marchitarse antes de abrirse. El año pasado, aunque ya no florecieron los amarillos, los naranja tenían flores grandes como amapolas. Peor ha sido el caso de las Anemone blanda, que de un paquete nuevo no ha salido ni una. Ya puedo ir separando la maceta y probar a escarbar a ver qué ha ocurrido, pero casi seguro que haya que comprar nuevas en septiembre. A las coronaria, en cambio, parece que todavía les queda este mes para dar color aunque las flores de las fotos, tomadas el pasado jueves, ya han ido decayendo. Eso sí, desde abajo de las hojas no paran de salir nuevas.

lunes, 30 de marzo de 2015

La Nemophila que no quiso ser azul

Nemophila menziesii blanca
Las mutaciones espontáneas en plantas de jardinería son de lo más común. La mayoría de veces responden a la forma o número de los pétalos o al color de éstos. El caso que nos ocupa apunta hacia lo segundo.

Cultivo las Nemophila menziesii desde el año pasado en dos formas, la natural azul y la 'Penny Black', de un color púrpura muy oscuro, posiblemente mutación proveniente de la variedad atomaria. Existe una variedad blanca de la forma regular llamada 'Snow White' muy parecida al ejemplar que aparece en las fotos, que ha surgiedo este año entre el montón de Nemophila sembradas en el contenedor.

Los dos colores juntos
No se trata de una flor con ausencia total de pigmentación oscura dado que el aspecto de los estambres es idéntico al de las formas normales. La única diferencia con éstas es que carece del azul típico. Como suele ocurrir con estas plantas, imagino que la mutación es espontánea y guardar sus semillas por separado no garantiza nada, aunque tengo mis dudas al tratarse de una especie poco alterada respecto a su forma silvestre, lo cual no sé si dará mayor posibilidad de que este patrón se repita a partir de la planta mutada. Siendo sincero, lo más complicado este año va a ser saber entre las tres variedades (incluyendo la especie Nemophila maculata) qué semillas corresponden a cada una, pues han crecido todas amontonadas. Eso sí, la renovación de material para sembrar al otoño próximo va a ser más que satisfactoria.

domingo, 29 de marzo de 2015

El calor aprieta las tuercas

Iris germanica
El ambiente fresco dejado por las lluvias que todavía terminaron este pasado miércoles ha durado más bien poco. No era algo extraño, pues lo habitual es que por estas fechas las temperaturas ya den su primera escalada seria. Por tanto, la suposición que lancé hace unos días acerca de que no había que confiar en que la humedad retenida por las macetas y contenedores fuese a durar ha sido certera, y casi que yo mismo he fallado al calcular algunas cosas. El jueves no hizo falta regar nada, pero alargando la siguiente visita hasta hoy domingo, algunas plantas estaban ya empezando a pedir agua de manera patente. El viento de poniente ha ayudado bastante a volver a situar las temperaturas por encima de los 20ºC, patrón que seguirá repitiéndose al parecer hasta que termine el mes dentro de dos días, tiempo suficiente para que agote las reservas de agua dejadas por la lluvia y vuelva con la rutina de traer agua de fuera. Todavía habrá más, pues mañana se espera que las temperaturas se acerquen a los 30ºC.

Schizanthus x wisetonensis
La terraza sigue en su transición hacia las nuevas floraciones. Se abren especies distintas y muchas de ellas responden a ejemplares en circunstancias curiosas. Empezaríamos hablando de la planta que abre la entrada, el archiconocido lirio Iris germanica. Tengo plantas que me ofreció desinteresadamente una jardinera que tenía excedentes sólo a cambio de hacerme cargo de los gastos de envío. Esto fue nada menos que en agosto de 2012, fecha desde la que llevan plantados en el mismo contenedor este grupo de plantas que sólo he movido en dos ocasiones en la zona de más luz. Incomprensiblemente, no vi floraciones durante las dos primaveras que han transcurrido hasta la actual. Las plantas siempre han sido cuidadas de la misma manera y de hecho son de las menos exigentes de la terraza. Durante este otoño se apreció un crecimiento en ellas visiblemente superior al de años anteriores, y el resultado ha culminado en su primera floración en la terraza. De momento todos son morados -creo recordar que también los había en combinación blanco/morado- y me ha extrañado ver que en algunos de ellos el pedúnculo describe una curva rígida (nada que ver, por tanto, con un decaimiento por falta de agua, que no tienen) y las flores han quedado casi invertidas. Para la foto he tenido que sujetarlas rectas con la mano; ya me he encargado de ponerles un tutor para ver si consiguen corregir. Además de estos ejemplares tengo otros tres que me regalaron en el mismo intercambio que los Allium triquetrum y que planté muy tarde (se pasaron en seco guardados de julio a enero) pero están brotando perfectamente.

Narcissus 'Canaliculatus'
Otra iridácea también ha sorprendido con su espontaneidad. En la maceta en la que combiné a los Ipheion, Pseudomuscari y otras pequeñas bulbosas, apareció una roseta de hojas con el clásico aspecto de muchos miembros de la familia, lanceoladas y agrupadas formando un abanico. Durante tiempo las sospechas se mantuvieron apuntando a una especie concreta, y más desde que apareció la espiga de flores mucho antes de que se abrieran. Al final, lo esperado: se trata de un Freesia híbrida. Que es una planta muy popular está claro, pero cómo ha conseguido viajar este ejemplar tras los años es lo que me sorprende. Únicamente he comprado una vez Freesia de este tipo, en primavera de 2012. En aquel entonces sólo floreció de manera precaria un ejemplar de flores moradas y blancas; uno similar, o puede que el mismo, repitió tímidamente en diciembre de ese mismo año, que trasplanté al recién construido contenedor para bulbos por urgencia y acabó secándose. Pocos meses después, en primavera de 2013, florecía un ejemplar rosado, y hasta ahí el último. El ejemplar actual tiene flores rojas y posiblemente haya estado creciendo todos los años sin que me percatase, y ha decidido florecer ahora, a la cuarta primavera en casa. Además de ser bonita, tiene un perfume maravilloso. Tanto es así que quizá me plantee volver a probar con un paquete nuevo y juntar muchas más: si encuentro ejemplares en buen estado en LIDL podría plantarlos ya mismo.

Freesia híbrida
El tema de los aromas de los bulbos es muy interesante. Antes no tenía costumbre de investigarlo y sólo me llamaba la atención el de flores muy evidentes como las azucenas o los jacintos, cuyo olor se nota a distancia. Sin embargo, acercando la nariz uno puedo encontrar matices estupendos. Me da la sensación, eso sí, de que la mayoría de flores de ese tipo -amarilidáceas, iridáceas, asparagáceas y liliáceas- poseen unos cuantos olores "base" por familia y a partir de ahí, encontramos variaciones. Por ejemplo, el olor de los narcisos, como el 'Canaliculatus', sin duda delicioso, es muy similar al de las azucenas marinas Pancratium, algunos Allium o Nothoscordum; plantas tan lejanas dentro de su misma familia como son el jacinto y el muguete huelen prácticamente igual. Los Muscari tienen un aroma patente cuando se juntan muchos, y los Allium triquetrum, que empiezan a emitir decenas de flores estos días, parece que son totalmente inodoros.

Ismelia carinata
Al sol se van abriendo también especies conocidas como preludio a la siguiente tanda de floraciones que va produciéndose de manera espaciada. Vuelven los crisantemos tricolor (Ismelia carinata), que aunque llevan desde hace semanas abriendo tímidamente sus flores , no han empezado a ser frecuentes hasta ahora, prácticamente con una diferencia de un mes respecto al año pasado. Las semillas caían con tal facilidad una vez quedaban totalmente secas que no es de extrañar que apareciesen plantas por doquier: no he sembrado ni una de manera voluntaria y hay montones de ellas por toda la terraza.

Lysimachia arvensis
Florece también el segundo ejemplar de Schizanthus x wisetonensis. Esta vez, aunque el color de base es similar -blanco-rosado- el bello dibujo interno no ha aparecido "descolorido" como en el ejemplar de la maceta. En este, ubicado en el contenedor y de mayor tamaño, el interior se compone de una mancha amarilla con marcas rojas con un difuminado rojizo encima. Noto que este ejemplar se ha dado más prisa en florecer, puesto que el otro estuvo semanas con los botones florales a la vista y en este he encontrado varias flores abiertas que hace tres días no lo estaban. Cuando la planta esté más cargada, su impacto visual será estupendo.

Allium triquetrum
Siguiendo con la costumbre de este de dejar a las espontáneas crecer, hoy he descubierto que, casi sin darme cuenta, las frecuentes Lysimachia arvensis (nombre actual de Anagallis arvensis), las pimpinelas escarlata o murajes, habían llegado también a la maceta de los Lupinus succulentus. Esta resistente planta, que crece en la terraza en macetas en desuso con tierra arcillosa a la que apenas le cae agua, decora ahora con sus diminutas flores de color naranja rojizo la parte baja de la leguminosa, la cual sigue verde pero está terminando de florecer y dando algún fruto. Sería divertido que apareciese también la versión azul de esta pimpinela, aunque me temo que los ejemplares que crecen por la terraza provienen siempre de semillas de una misma línea de plantas de flores rojizas que se autosiembra cada año.

Terminado pues este periodo lluvioso, el tiempo sigue su curso y habrá que volver a concienciarse de la vuelta a la rutina de riegos. No debe dejarse nada a su suerte, pues abril está a la vuelta de la esquina y la terraza va encaminada a llenarse todavía más de hojas y flores de todos los colores, algo que siempre conlleva un esfuerzo detrás, pero cuyo resultado merece la pena.

viernes, 27 de marzo de 2015

Insectos tras la lluvia

Xylocopa violacea
Como era de esperar, después de que el sol comenzase a lucir sobre la terraza, la actividad de los insectos interesados en investigar las flores sería retomada desde donde se quedó. Algunos tienen claras sus preferencias y van directos al grano, mientras que otros gustan de investigar.

Al llegar a la terraza, a una hora a la que ya hace rato que el sol está en el cielo, me extrañó ver tan poca actividad, apenas unas moscas (las ya habituales Calliphora vicina), pero fue sólo cuestión de unos instantes. Al rato ya tenía por allí a las abejas de la miel y a las Anthophora plumipes, nerviosas como siempre y a las cuales no puede volver a fotografiar dado que son muy caprichosas y tan pronto están deteniéndose en las borrajas como les da por no parar de dar vueltas sin detenerse. Además es que, a diferencia de sus parientes fabricantes de miel, parecen no mostrar interés por ninguna otra flor que no sea la borraja, ni siquiera por las Cerinthe major, que vienen a ser muy parecidas a esas especies por las que sienten preferencia (borrajas y pulmonarias, mayoritariamente). Y de las Nemophila menziesii ni hablamos, y es curioso porque atraen la atención de otros himenópteros y moscas de las flores.

Eristalinus taeniops, hembra
Además de las avispas papeleras, que en ocasiones tropezaban en el aire con las abejas y moscas azules intentando acceder a las mismas flores, otros himenópteros se dejaron ver por la terraza, El zumbido grave que escuché mientras estaba revisando las plantas me alegró al adivinar lo que podía ser: el abejorro de la madera Xylocopa violacea, la abeja más grande de cuantas llegan a la terraza. A pesar de su gran tamaño, esta abeja investiga todas las flores y se posa grácilmente sobre ellas, aunque las doble con su peso, Suele tener preferencia por introducirse en flores tubulares aunque le basta cualquier flor que llame la atención. De hecho, su primer movimiento fue introducirse en la trompeta de un narciso y buscar polen. Esta abeja suele aparecer a menudo en la terraza y como su nombre indica, perfora la madera para anidar, aunque únicamente para ello, ya que a las larvas las alimenta con polen y néctar. Reliza visitas de manera aleatoria entre primavera y otoño, y cuando ha coincidido que tengo especies de la familia de las martiniáceas floreciendo, las cuales seguramente encuentran pronto por su peculiar olor, disfruta mucho de ellas introduciéndose en sus flores acampanadas y saliendo llena de polen. No descarto volver a sembrar algunas dado que no tengo mucho más que introducir en la terraza y la maceta donde las he cultivado otras veces sigue allí vacía.

Halictus scabiosae
Yendo a otro extremo, también encontré otra especie de abeja más pequeña que una abeja de la miel, aunque también de costumbres solitarias como Anthophora y Xylocopa: se trata de Halictus scabiosae, una pequeña abeja con el aspecto reconocible propio de estos animales y que anida excavando en suelos duros, de manera solitaria o con una socialización reducida. Se interesó bastante por los Cosmos bipinnatus, a los que volvió varias veces tras levantar el vuelo.

Eupeodes sp.
En cuanto a moscas, me reencontré con dos sírfidos conocidos y descubrí uno nuevo, que como siempre he podido identificar gracias a la ayuda de gente que conoce bien el mundo de los insectos, para el cual sigo bastante verde. Uno de ellos, varios más bien, eran las hembras de Eupeodes negras y amarillas, de los que todavía me encuentro a la espera de localizar algún macho para poder sacar conclusiones sobre su identidad; por otra parte, encontré una hembra de Eristalinus taeniops, mosca de abdomen rayado como una abeja y grandes ojos de colores la cual no veía desde hace años: de hecho, un macho aparecía en la foto de cabecera que tuvo el blog en sus inicios. La tercera especie fue Syritta pipiens, un macho, cuyo tamaño es inferior a las otras dos y de su aspecto destaca su abdomen cilíndrico y alargado y los gruesos fémures de sus patas traseras.

Syritta pipiens
Los primeros días tras la lluvia las temperaturas se mantenían frescas, pero pronto nos hemos vuelto a situar por encima de los 20ºC, aunque ayudados por el viento de poniente. Con este incremento de temperaturas es de esperar que la variedad de insectos también aumente. Reencontrarme con especies que vi en temporadas anteriores y no pude fotografiar bien, para volverlo a intentar, sería estupendo, pero casi seguro que la llegada de especies que no había visto nunca antes se producirá de manera segura, pues el de los insectos es un mundo abrumadoramente grande. Mientras vean flores en las que investigar, su presencia está asegurada, y la ayuda que aportan para la formación de semillas en las plantas parece que también.

jueves, 26 de marzo de 2015

El regreso del sol

Narcissus 'Canaliculatus'
Tras algo más de una semana con cielos tapados y lluvias persistentes, el temporal remitió y el sol y los cielos azules vuelven a hacer acto de presencia. La terraza luce espléndida con las floraciones que ya abarcan un mes desde que a finales de febrero comenzasen a abrirse las primeras genuinamente pertenecientes a las siembras de herbáceas y plantaciones de bulbos del otoño. Este episodio de precipitaciones les ha dado el empujón necesario para encarar abril con garantías y seguir brillando. El poder disfrutar estos días de la belleza de la terraza, con sus flores e incansables insectos gracias a que la humedad dejada por la lluvia hace innecesarios los riegos de momento es un plus estupendo y un premio inigualable a la paciencia y buen hacer requeridos en épocas en las que no queda nada y hay que ser concienzudo a la hora de cuidar y mimar a cada una de las plantas que tendrán su papel en un futuro.


Nemophila menziesii y maculata
En el rincón trasero, los bulbos siguen con su floración por fases. Ya casi no quedan Narcissus 'Tête-à-tête' frescos y la floración ha cesado -a pleno sol, en cambio, sí parece que algunos florecerán pronto aunque no me convencen demasiado-, algo que no se puede decir de los Muscari armeniacum, que mientras las espigas más viejas ya han consumido la mitad de flores, todavía quedan bastantes emergiendo de los bulbos. Los Allium triquetrum acaban de comenzar a florecer prácticamente en todos los sitios donde los puse (al sol incluso) y, con tanta cantidad de ellos, las flores van a acompañar durante bastante tiempo.

Papaver dubium
Nuevos bulbos comienzan a florecer en el rincón también. Otro tipo de narciso despliega sus flores, las cuales son tan diminutas que ha habido que esperar un poco hasta que se secaran del todo para observarlas bien. Se trata del Narcissus 'Canaliculatus', un cultivar derivado de Narcissus tazetta cuyo encanto reside en su diminuto tamaño. Las flores, como en la especie principal, poseen una corona central de color amarillo vivo y tépalos blancos, que en este caso se pliegan hacia atrás. Aparecen varias flores en una misma vara. Su nombre viene de los pequeños surcos, o canales, que recorren sus hojas longitudinalmente. Vino en un mix de bulbos en cesta donde se incluía una mezcla de narcisos miniatura, con bulbos de poco calibre. De la otra mezcla que tengo, algo mayores, de momento no han brotado tan bien y no he encontrado todavía flores. Este tipo de narciso sí me salió, en cambio, de un paquete de la misma mezcla mencionada hace dos años, aunque debido a su diminuto tamaño no esperé que un jacinto que tenía al lado lo fuese a tapar y arruinarle la floración.

Convolvulus tricolor
Además de los bulbos, las demás flores que se dejan ver por el rincón son los Oxalis pes-caprae y, vuelto ya a poner en marcha, el Oxalis articulata, a los que pronto se sumarán otros. Entre anuales y vivaces también hay una buena colección, destacando por lo que llama la atención una enorme capuchina del diámetro de una rueda de coche, que todavía no muestra signos de floración. Ha empezado a florecer muy rápido un fresón 'Ostara', una variedad que se vende a raíz desnuda todos los años en ALDI y que ya tuve en 2012-2013, pero perdí la planta y al reponerla en 2014 ni siquiera consiguió brotar. Esta vez ha salido de manera muy pulcra y tras sacar dos hojas, ya estaba floreciendo. Las flores no son muy atractivas y la producción de fresones es la que cabe esperar de una sola planta, pero tienen un sabor agradable.

Nemophila maculata
A pleno sol, el contenedor sigue brillando con luz propia y las futuras floraciones se dejan adivinar desde hace tantos días que comienza a sembrarse la impaciencia. En la enorme nube de pequeñas florecillas ya se ven pocas Malcolmia maritima pero se multiplican las Nemophila, con las menziesii azules siendo las dominantes, salpicadas por varias 'Penny Black' y con una discreta presencia de maculata que empieza a hacerse patente, pues siguiendo el mismo patrón del año pasado, esta especie es la última en florecer -aunque las primeras ya lo hacían antes de las lluvias pasadas. A ello hay que sumar que las plantas han tenido que recolocarse debido al "vuelco" sobre el reborde que tuvieron, que no ha supuesto demasiada pérdida estética.

Rhodanthe chlorocephala var. rosea
Una de las plantas más grandes de la parte frontal, una Convolvulus tricolor, comienza también a florecer de manera un tanto extraña. Las flores están perfectamente formadas pero parecen tener la mitad del tamaño de las anteriores que tuve (hay que remontarse a 2013) a pesar de que la planta es el doble de grande, si no más. Confío en que más adelante acabe cargada de flores y empiecen a salir del tamaño habitual. Otras viejas conocidas están a punto de florecer y esta vez las recibo con más ilusión, pues se trata de especies que tuvieron en temporadas anteriores vidas más cortas o limitadas a una maceta dado que no conseguí que prosperasen en el contenedor. Sumar nuevos colores a la ya llamativa combinación va a ser una de las atracciones principales para cuando comience abril.

Fragaria x ananassa 'Ostara'
Este año he sido demasiado benevolente con algunas hierbas adventicias, movido más que nada por la curiosidad. Arranco sólo gramíneas, crucíferas, Conyza, Senecio y otras invasivas, mientras que a las especies cultivadas que ya conozco las he ido dejando, como una sorpresiva Rhodanthe chlorocephala blanca que debe derivar de semillas del año pasado. No obstante, la terraza se llenó de rosetas de hojas con aspecto de amapola que acabé dejando por si se trataba de alguna de las especies cultivadas, ya que no se correspondían en aspecto a la clásica Papaver rhoeas de la cual hubo un ejemplar el año pasado. Poco antes de que abriesen sus flores, comparando con lo que veo en huertas, caminos y jardines, llegué a la conclusión de que la abundante Papaver dubium era la que había llegado a la terraza. Es una especie tremendamente frecuente en nuestra región y llega a florecer de enero a mayo. Tiene pétalos más bien de un naranja rojizo que rojos, tamaño mediano y unas cápsulas en forma de bellota que varían considerablemente de un ejemplar a otro. Cápsulas que, conforme vea, iré eliminando para no acabar con la planta multiplicada por miles.

Se recalibran las temperaturas, vuelve a calentarse la tierra y abril está a la vuelta de la esquina. Con la sensación de que el trabajo se hizo bien durante el otoño-invierno y esta vez la meteorología está poniendo de su parte, el premio obtenido parece mayor que el trabajo que ha costado obtener estos resultados. En estos momentos no se piensa en la próxima temporada sólo para probar suerte de nuevo y aprender de los fracasos, sino para reorganizarse y esquematizar de qué manera podrían combinarse las plantas para que todo sea todavía más sencillo y visualmente agradable.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Insectos entre la lluvia

Anthophora plumipes accediendo a una borraja
Ayer todavía fue un día lluvioso, aunque las precipitaciones se produjesen sólo un par de veces, concretamente durante la madrugada y de noche. En cambio, a mediodía empezó a abrirse un claro y el sol se proyectó sobre Cullera, momento en que pequeñas criaturas aprovecharon para moverse entre las flores de la terraza. Los insectos, que en estos momentos deberían estar en pleno frenesí, llevan tanto tiempo como yo esperando poder disfrutar de las flores que se abren buscando el poder del sol tras estas beneficiosas lluvias que han ocupado una semana entera y dado un comienzo ideal a la primavera.

Scatophaga stercoraria
Lo de ayer sólo fue un preludio de lo que cabría esperar los próximos días. Como si estuviesen esperando escondidos, nada más el cielo quedó parcialmente despejado montones de dípteros, himenópteros y una mariposa empezaron a investigar las flores. La mariposa, más bien pollilla, era una Heliothis peltigera, especie de tamaño notable que deposita sus huevos en hierbas de distintas especies. No descartaría que una mariposa como esta o muy similar tenga relación con las orugas verdes que han estado durante el invierno en el contenedor mordisqueando algunas plantas, sin importarle mucho las especies: iban a por las hojas anchas. Las eliminé manualmente siempre que pude. El ejemplar de ayer se entretenía visitando las distintas flores de la pared de sol.

Heliothis peltigera
Los himenópteros de momento tienen poca variedad aunque ayer ya se presentaron varias especies conocidas. No faltaron las abejas de la miel, de las que desconozco dónde pueden tener su ubicación aunque durante estos días cada vez son más -aunque siempre que hay flores que les interesan aparecen en masa- y las avispas papeleras, que pueden tener su nido en cualquier terraza vecina: de hecho, en tiempos pretéritos han llegado a anidar alguna vez allí en la terraza. De aquellas abejas oscuras que veo desde principios de mes ayer conseguí fotografiar un par a duras penas (véase la foto del inicio), y tras consultar me han ayudado a conocer su identidad; Anthophora plumipes. Se trata de abejas solitarias que anidan excavando en paredes de barro o arcilla, con lo cual seguramente vengan de huertas cercanas. He descubierto que las borrajas les encantan y por eso conseguí fotografiarlas, pero fui poco prudente y me acerqué demasiado a las plantas con el objetivo macro, corto (50 mm) en lugar de usar el modo macro del tele  70-300 mm (funcional en su rango a partir de 200 mm) y poder dejarles más espacio, lo que acabó poniéndolas nerviosas. No obstante, sus escarceos con estas flores azuladas son rápidos, aunque e detienen un rato en ellas y confío que en uno de estos días soleados pueda obtener una foto mejor. Al final está resultando un acierto plantar estas borrajas, pues también llaman la atención de las abejas de la miel.

Abeja en borraja
Los dípteros están siendo, desde que comenzó el invierno, las especies más frecuentes en la terraza. Destacan sobre todos las moscas azules Calliphora vicina, aunque ayer también estaban sus parientes Lucilia sericata.  Los sírfidos no aparecen tanto como quisiera, no sé si lo harán más adelante: volví a observar una Eupeodes hembra aunque esta vez muy nerviosa. Encontré también otra especie, la mosca amarilla del estiércol (Scatophaga stercoraria), especie de color amarillento y pequeña cabeza que, como su nombre indica, se alimenta de estiércol, preferentemente del bovino. Son las larvas las que viven en y descomponen los excrementos de las vacas, mientras que los adultos además pueden comer pequeños insectos y néctar de las flores, motivo por el cual pasó un rato entre la borraja.

Conociendo el patrón de otros años, es de esperar que durante las próximas semanas lleguen más himenópteros, algún hemíptero y posiblemente mariposas, sin olvidarnos de otros artrópodos como las arañas saltadoras que empiezan a dejarse ver desde algunas plantas. Esta primavera volveré a dejar compostar restos vegetales húmedos (los derivados de las podas y limpiezas no han dejado de estar, aunque atraen a pocos animales) a fin de obtener abono en un futuro y que la presencia de insectos aumente, pues en temporadas anteriores descubrí que incluso beneficiaba a algunas aves invernantes y, para mi sorpresa, encontré crisálidas de grandes escarabajos verdes que habían muerto antes de emerger. Aparte de todo esto, lo más sencillo es cultivar un montón de especies de flores que además de bonitas son llamativas para los insectos, como la propia borraja. Todo por hacer de la terraza un lugar más integrado y acogedor.

martes, 24 de marzo de 2015

Primavera remojada

Freesia laxa con Dimorphotheca sinuata
El pasado viernes día 20, a las 23:45 de la noche, tenía lugar el inicio astronómico de la primavera de este 2015. Tal y como se venía pronosticando desde la semana anterior, a partir de media semana comenzaban a llegar nubes cargadas de lluvia que irían siendo empujadas por vientos de gregal y levante cargándose de nuevo de humedad y moviéndose constantemente. A diferencia de la nefasta temporada anterior, sumida en una sequía que venía desde el otoño y en que las lluvias primero no aparecieron como se esperaba y luego fueron algo escasas, con este mes de marzo actual podemos estar contentos. La cantidad no ha sido mucha, pero el ambiente nuboso lleva sobre nosotros de forma ininterrumpida desde hace dos fines de semana, recogiéndose 0,3 mm, de lluvia el sábado 14 y empezando una sucesión de lluvias intermitentes y cielos tapados que lleva en marcha desde el día 18 hasta hoy, con alrededor de 60 mm. acumulados: la cifra aún no es definitiva porque ahora mismo todavía está lloviendo. El viernes también fue protagonista el viento, soplando a más de 45 km/h. aunque sin causar daños en la terraza.

Nemophila menziesii 'Penny Black'
Como buen temporal de primavera, las cantidades se van espaciando: en un día de temporal de otoño podría caer la misma cantidad de agua en una sola jornada. No obstante, nosotros nos hemos librado de las lluvias más intensas. que se han ido sucediendo en distintos puntos de la Comunidad Valenciana: hoy ha tocado en el interior y los ríos Júcar, Turia y Palancia bajan cargados, desbordándose en algunas localidades. El ambiente general de estos días se asemeja al otoño, con máximas similares a las de mediados de febrero -en torno a los 13-15ºC- aunque mínimas no muy lejos de esos valores. Parece ser que la situación irá remitiendo mañana miércoles con un cambio de viento y a partir del jueves ya veremos el sol. Por lo pronto, hay tanta humedad acumulada en la terraza que veo factible dejar sin regar algunas macetas durante bastantes semanas, pues es crucial que la tierra drene bien antes de volver a mojarla después de tantos días con el agua chorreando constantemente, evitando posibles pudriciones. Es preferible quedarse corto que pasarse.

Muscari, Allium y Narcissus
Como venía ocurriendo, las plantas se han encontrado con este temporal en pleno desarrollo y son varias las especies que han florecido por primera vez bajo la lluvia de estos días, en los cuales sólo hoy he conseguido encontrar un hueco de apenas una hora en el que el sol ha brillado, las flores se han abierto por completo y los insectos han empezado a pulular como locos aprovechando el momento, presagio de que cuando se vayan las nubes se puede esperar una llegada masiva de pequeñas criaturas.

Collinsia heterophylla
Una de esas nuevas plantas en mostrar sus flores es la pequeña Freesia laxa. Esta iridácea africana brota de unos cormos que obtuve en un intercambio con una compañera de afición, quien me indicó que era una planta muy sencilla de cultivar, cosa que acabo de comprobar. Del pequeño cormo plantado en octubre pronto brotó una roseta de hojas lanceoladas agrupadas en un plano, como suele ocurrir con gladiolos y similares. A principìos de este mes me sorprendió con la aparición de la primera espiga de flores, que ha costado un poco de desarrollar, pero que por el camino me ha gratificado mostrando que no será la única, pues vienen más. Las flores las vi abiertas al fin el domingo, pero estaban mojadas por la lluvia. Se trata de unas flores rojas de seis tépalos, más planas que las típicas Freesia híbridas y con un largo tubo hasta el cáliz. Me gustan mucho las iridáceas africanas, pero es complicado encontrar especies fuera de las típìcas que se venden todas las primaveras: a lo visto Freesia laxa es una de esas especies que se ha movido en pequeños círculos y es más fácil encontrarla de manos de cultivadores que en tiendas. La combinación de la foto de arriba, con la también africana Dimorphotheca sinuata, no ha sido planeada en absoluto ya que están en macetas distintas puestas juntas desde hace tiempo.

Freesia laxa
Otra de las bulbosas que abre por primera vez sus flores en la terraza es el Allium triquetrum, conocido en español con el rimbombante nombre de "lágrimas de la Virgen". Éste también procede de un intercambio con otro jardinero al cual le crecían en cantidad por todo su terreno. Le pedí unos pocos y me envió una cantidad ingente que me dio para repartirlos por decenas de sitios. Se trata de una especie autóctona de la península  que, en efecto, llega a ser algo invasiva. Es uno de los ajos más tempranos en florecer y lo hace sin problema en lugares sombríos y húmedos, de ahí que lo haya combinado con bulbos de similares características, además de por su aspecto. Su nombre le viene por los pedúnculos de sección triangular que sostienen las flores, que son blancas y colgantes como campanillas y se agrupan en umbelas como otros ajos. Es, todavía, el segundo tipo de ajo que logro que florezca en la terraza tras el cebollino. Además hay otras seis especies del género plantadas de las cuales sólo puedo asegurar que dos de ellas han brotado y crecen igual de bien que el triquetrum, siendo uno de ellos el próximo candidato a florecer. El otro, claro está, es el cebollino que se resembró a partir de los ejemplares obtenidos en 2013 y quizá este año vuelva a ver en flor.

Allium triquetrum
Los bulbos en el rincón menos soleado de la terraza prosperan que da gusto. Los Allium triquetrum ven las últimas flores de los Narcissus 'Tête-à-tête' y encuentran en su punto álgido a los Muscari armeniacum, producto de volver a comprar un paquete nuevo y esta vez tratarlos como merecen. Las plantas están altas y cargadas de flores, espléndidas. En esas combinaciones faltan plantas por salir, al igual que en la maceta que tienen enfrente, donde los protagonistas son los Ipheion uniflorum y a duras penas asoman los Pseudomuscari azureum, que son diminutos comparados con sus parientes. Las demás especies acompañanates se encuentran perfectamente brotadas y espero que vayan floreciendo en las sucesivas semanas de primavera.

Pseudomuscari azureum
Mientras las vivaces se han aprovechado de esta humedad y algunas lucen increíblemente desarrolladas para lo poco que llevan plantadas, las anuales siguen floreciendo a todo tren. En el contenedor comienzan a vislumbrarse las próximas especies en lanzar sus colores al aire al mismo tiempo que las plantas más prolíficas todavía parecen lejos del momento de finalizar. La nube azul y negra de las Nemophila menziesii azules y 'Penny Black' atrapa la vista nada más abrir la puerta. También las profusas columnas de las Collinsia heterophylla, las cuales por su propio peso han acabado colgando por el borde frontal. Esta especie la tuve el año pasado en una pequeña maceta y murió floreciendo, mientras que este año se han hecho tan grandes que incluso han puesto en aprietos a sus vecinas. La disposición de sus flores le han valido el nombre de "Chinese houses" por si similitud con una pagoda. Aunque nos podría recordar a un lupino, en realidad son parientes cercanas de los antirrinos.

Los próximos días, cuando el sol vuelva a brillar con fuerza, prometen espectáculo. Siguen sucediéndose sin parar las plantas que comienzan a desarrollar flores mientras las más recientemente plantadas o sembradas ya muestran sus hojas. Es la primavera, y con esta ayuda extra propiciada por la meteorología, pinta bastante bien.

martes, 17 de marzo de 2015

En tránsito hacia la primavera

Schizanthus x wisetonensis
Marzo se desarrolla de un modo suave, y estos cuatro días que quedan de camino hasta la primavera parece que van a ser interesantes desde el punto de vista meteorológico. Las temperaturas han seguido bajando y se prevén varios días con altas probabilidades de lluvias. Valencia está inmersa en las Fallas y quizá no les haga mucha gracia a los falleros, pero todo apunta a que vamos a tener un temporal de lluvia a partir de mañana y eso, junto a las bajas temperaturas que han propiciado muy poca evaporación en las macetas, va a venir estupendamente para las plantas.

Narcissus 'Carlton'
Después de la primera tanda de floraciones iniciada desde finales de febrero, seguimos encadenando especies en flor que esperan su turno desde otoño. Florecen las curiosas Schizanthus, una especie chilena pariente de las petunias, tomates, tabaco... esto es, una solanácea. Lo que adquirí fue un sobre de semillas de una marca china en el cual reza "Schizanthus pinnatus", pero como ya imaginaba, apunta más a que se trata del híbrido Schizanthus x wisetonensis, más frecuente. Se le conoce como planta de la mariposa o, como dicen los ingleses, orquídea del pobre. Su corola está fusionada y dividida de manera espectacular en lóbulos de distintos tamaños. Me ha salido un ejemplar con un tono un tanto apagado, pues lo que más llama la atención de estas flores suele ser la mancha de color con estrías que tienen en el centro, que en mi ejemplar parece descolorida. Tengo otro más en el contenedor, veremos de qué color sale. Su cultivo es muy sencillo y las semillas, a pesar de no ser muy grandes, germinan estupendamente depositándolas en un envase hermético con papel de cocina húmedo.

Eupeodes sp.
A su lado se despliegan unas de las últimas capuchinas que quedaban por florecer, de intenso color naranja. Las plantas ya van empezando a amarillear y puede que no duren mucho, Las primeras flores están desarrollando semillas, eso sí: es probable que me anime a sembrar algunas más para la primavera, esta vez quizá cerca de la pérgola de las trepadoras. Ésta sigue vacía mientras voy preparando los semilleros de las plantas que la llenarán este año, más variadas que el anterior. La mayoría de las enredaderas elegidas crecen mejor con algo de calor, así que no hay demasiada prisa de momento puesto que las temperaturas se han suavizado. Las Clematis que tenía en este emplazamiento el año pasado han sido movidas al rincón trasero y adecuadas con cañas, que ya empiezan a encaramar: el rebrotar de estas especies es muy rápido y efectivo, llegando ya casi al metro tras ser podadas en febrero.

Tropaeolum majus
Los bulbos también siguen dando que hablar en el que está siendo un buen año, casi diría que el mejor a falta de ver la aparición de algunas especies que parece van en buen camino. Los crocus y los primeros narcisos se van estropeando, pero quedan montones de Muscari armeniacum, los Ipheion florecen en profusión y los narcisos de trompeta grande amarillos destacan a pleno sol. Además de las especies que quedan con flores a punto de abrirse, hay otras tantas bien brotadas que pueden florecer más adelante y otras tantas que están recién plantadas o lo estarán pronto. Hay una buena tanda asegurada.

Mammillaria hahniana
Por otra parte están también las vivaces, que en su mayoría son plantas recién llegadas y las que ya están en crecimiento tardarán un poco en florecer, pero todas van por buen camino y se ven bastantes de las nuevas emergiendo ya. Seguramente sean las protagonistas indiscutibles desde el mes que viene en adelante, Ahora es el momento de empezar a controlarles la tierra para evitar riegos de más, que luego vienen los disgustos.

Florecen ya hasta algunos cactus. Los dos pequeños Mammillaria, el hahniana y el nejapensis, han empezado a florecer simultáneamente. El primero es la primera vez que florece, con sus bellas flores de color rosado intenso que se empezaron a adivinar ya hace un mes o más. Destacan sobremanera contra el tono blancuzco de la planta, cubierta de pelusa clara. El nejapensis, por su parte, más que volver a florecer lo que ha hecho ha sido reanudar tras una breve pausa, pues tuvo flores casi hasta diciembre. Son menos llamativas, pero la planta destaca por su ímpetu floreciendo y lo bien que ha crecido en pocos años.

Abeja en una borraja
Entre las anuales, el contenedor ha acabado "desparramado" por la parte frontal, pues el peso de las plantas sumado a lo alargadas que estaban al superar el borde buscando la luz, el inclinarse cuando les va faltando el agua y todo ello mecido por la brisa marina, han dejado el frontal como una catarata de hojas de Nemophila, Collinsia, Layia o Malcolmia, entre otras. Las flores vuelven a mirar hacia arriba buscando el sol, pero el problema es que muchas plantas se están aplastando entre sí, aunque poco se puede hacer por corregirlo: si siguen bien, mejor no tocarlas. En las macetas todas crecieron más compactas y conviven entre sí sin problema, como lo hacen las Calendula, Borago y Cerinthe, todas ellas con sus flores dispuestas a hacer las delicias de los insectos.

Cerinthe major
Sobre insectos, la variedad va aumentando poco a poco y las mañanas soleadas tienen el encanto de atraer a varias especies buscando sustento entre las flores. Las más frecuentes por ahora son las moscas Calliphora vicina y las abejas de la miel, aunque de vez en cuando llegan mariposas de la col y sigo con la cada vez más difícil misión de intentar fotografiar a esas abejas oscuras que sólo dan vueltas por las flores. El domingo estuve a punto, pues encontré un ejemplar posándose en las flores y libando en ellas, aunque me dio la impresión de ser otra especie -o simplemente, la vi diferente por ser la primera vez que consigo verla quieta: fue entrar a por la cámara, se puso nerviosa y la perdí de vista antes de fotografiarla. Todo lo contrario al sírfido Eupeodes que se deleitaba con el eneldo y pude fotografiar a placer. El ejemplar es una hembra y según me han explicado, hay dos especies tan similares (corollae y nuba) que sólo los machos pueden diferenciarse entre sí atendiendo a la forma de su genitalia.

Narcissus 'Carlton'
Con unas pocas tareas más que realizar, básicamente terminar de enterrar bulbos y tubérculos y ver cómo crecen las plántulas semilleras para poder plantarlas en su maceta definitiva donde lucirán al sol dentro de unas semanas, sólo nos queda de aquí al inicio astronómico de la primavera mirar al cielo y esperar que nos deje unas generosas lluvias que compensen el todavía poco remojado inicio de 2015, esperando que esto haga la primavera algo menos catastrófica que la del año pasado.

lunes, 16 de marzo de 2015

El Oxalis corniculata se invita solo

Oxalis corniculata
En la terraza hay, como he mostrado varias veces en el blog, distintas especies de Oxalis las cuales proceden en su mayoría de recogidas del campo o intercambios con otros cultivadores, con alguna excepción referida a plantas adquiridas en tiendas. A veces, directamente vienen con la tierra, esto es, que de alguna manera u otra, los Oxalis asilvestrados, todos procedentes bien de Sudamérica o bien de África, acaban en casa aunque uno no tuviese la intención de traerlos.

El Oxalis corniculata es una especie que se ha expandido tan a lo ancho del planeta que ya no se sabe ni de dónde viene. En mi zona no es una pobladora habitual de los cultivos pero ocasionalmente se la ve en macetas viejas; en la comarca del Alto Palancia sí los vi crecer en los caminos sombríos bajo los árboles en huertas cercanas a las corrientes de agua. Allí también crecía, para mi curiosidad, una variedad de Oxalis debilis de flores blancas, que me traje a casa y actualmente no sé ni si sigue viva, pues parece que el rizoma se perdió y los tubérculos adyacentes no quieren brotar.

Fruto entre las hojas
Se trata de una planta diminuta, con sus hojas trifoliadas típicas (los tres "corazones" unidos por la punta) que pueden ser verdes o moradas, he visto de ambos colores; no sé si son dos morfos distintos o simplemente al sol se ponen moradas, como es el caso de la mía. Esta planta llegó a la terraza en la base de una Salvia officinalis que lleva meses muerta. No es raro, puesto que seguro que esta especie en los viveros se expande como la pólvora.

Produce unas diminutas flores de color amarillo intenso (no pálido como en los Oxalis pes-caprae) que duran pocas horas, abriéndose al sol y al sol se cierran. La flor sólo se abre una vez y podemos encontrarnos días en que, por el horario, no veamos ni una abierta. A lo visto, y como ya había leído alguna vez, este Oxalis sí produce frutos que maduran y dan semillas, con lo que su expansión es más agresiva que la de los demás. Aunque cuidado, porque recientemente encontré un Oxalis articulata en otra maceta y no sé si se debe a que efectivamente algún fruto consiguió madurar. En Oxalis pes-caprae el propio rechazo del polen del mismo clon del que proceden la mayoría de ejemplares naturalizados fuera de África evita que produzcan semilla.

Si fuese una planta más grande sería sin duda una especie tremendamente llamativa. No obstante, el ejemplar ha crecido bastante y mi intención es conservarlo, pero trasplantándolo, ya que está en una maceta desproporcionadamente grande para él que seguro que pronto la echaré en falta para otros menesteres. En fin, un Oxalis más para la colección.

domingo, 15 de marzo de 2015

De color azul

Borago officinalis
El color azul en las flores es uno de los más llamativos, pero no tan fácil de encontrar en un grado de pureza estricto. La mayoría de veces se considera azul a toda flor con un tono que vaya desde el lavanda hasta el azul puro, con todos sus grados intermedios. En muchas ocasiones en realidad hay más de morado que de azul, pero no nos vamos a poner tan exigentes: son flores muy bonitas todas ellas.

En la terraza ha habido, y sigue habiendo, distintas especies de color azul. El año pasado y el anterior hubo Scilla siberica, una especie bulbosa que da unas flores de color celeste y que, desgraciadamente, no consigo mantener de un año para otro, así que la descarté. Era una de las más azules de las que han pasado por allí.

Linum usitatissimum
Podemos encontrar el azul más intenso en algunas especies de gencianas o en las amapolas del Himalaya, pero ambos tipos de plantas requieren un clima muy distinto al de Cullera. Con las segundas ya lo probé, metiendo las semillas durante meses en la nevera, pero creo que ni germinaron. Con las primeras ya ni me atrevo. No obstante, no hace falta irse tan lejos porque incluso en pleno campo podemos encontrar varias muestras de azul: algunas verónicas, las pimpinelas y las borrajas. La Lysimachia arvensis (antes Anagallis) tiene dos formas, la escarlata y la azul; también está su pariente Lysimachia monellii, la cual es una versión de mayor tamaño. Sembré algunas de ésta pero no he visto que aparecieran, así que habrá que repetir.

Nemophila menziesii
Con las borrajas (Borago officinalis) lo tuve fácil. Simplemente, recogí semillas en un lugar cercano a casa donde las plantas han aparecido seguramente mezcladas con la arena que utilizaron para pavimentar los caminos, ya que es una especie que, a pesar de abundar en localidades vecinas, aquí está ausente. Germinan bastante fácil y empiezan a florecer ya: además han cumplido con su misión, que era la de atraer y dar de comer a las abejas de la miel. También lo hacen sus parientes lejanas las Nemophila menziesii, pero no creo que el color -al menos de la manera en que lo percibimos nosotros- tenga que ver, sino más bien el aroma, dado que las abejas ayer visitaban unas pocas flores y no todas azules, como las margaritas.

Muscari armeniacum
¿Cuál es más azul, la borraja o la Nemophila? Bueno, casi casi que ambas son azul puro, pero si hay que destacar alguna de las dos, sería la Nemophila: la borraja parece que se convierta al azul durante el proceso de apertura, apareciendo primero morada. Cuando la flor está totalmente abierta es de un azul más intenso, pero todavía llegamos a apreciar alguna traza de morado. En la Nemophila, ninguna: se abren ya azules como el cielo. Lo mismo ocurre con un pariente suyo que este año todavía no ha florecido, la Cynoglossum amabile.

Cuando una planta es "casi azul", su efecto visti desde lejos, sobre todo si son muchas, es el mismo. Esto es lo que ocurre con los populares Muscari armeniacum, los cuales no son del todo azules: les ocurre como a las borrajas, que de morados pasan a azules, pero a un ritmo más pausado y sin alcanzar del todo un tono azul 100%. Sí es así con el Pseudomuscari azureum que, al igual que la Scilla siberica antes mencionada, las flores se abren ya con un suave color celeste. Otro caso es el del lino común, el cual visto de cerca tiene un tono más añil o lavanda que azul. A medio camino se encontraría la Ipomoea tricolor del verano-otoño pasado, la cual alcanza un bello color celeste al desplegarse del todo, siendo de un suave color malva cuando todavía no se ha abierto, del cual encontramos reminiscencias en los pliegues de su corola.

Abeja en una borraja
Aún por encima de todas las plantas mencionadas creo que podrían situarse otras dos: las dos especies de Commelina que he cultivado, Commelina benghalensis y Commelina tuberosa. De la primera obtuve unos esquejes en un intercambio y es una planta que se reproduce tan fácil que no suele tener mucho interés entre los jardineros. Es reptante y las flores son pequeñas y poco duraderas, pero de un azul vivísimo que no muestra ni un ápice de morado ni siquiera cuando están a punto de abrirse. La Commelina tuberosa, por su parte, es una planta muy parecida aunque con un porte distinto que la hace un poco más vistosa estéticamente. Crece hacia arriba (aunque no del todo recta) y las flores son más grandes. En ambas especies las flores duran abiertas unas horas, pero producen varias seguidas durante un tiempo. De la primera he obtenido más ejemplares sin buscarlo, ya que resultó ser capaz de producir semillas; a la segunda debo pillarle el truco, y es que seguí regando mucho tiempo después de secarse y los tubérculos se malograron. Rescaté unos pocos y los puse en tierra seca, pero volvieron a mojarse con la lluvia y acabaron podridos, un desastre. Este año la he vuelto a adquirir y los tubérculos venían algo blandos y con moho, veremos.

Lino común, de cerca y con flash
Otro caso a comentar sería el de las lobelias. He tenido dos: Lobelia siphilitica, la cual tuve en 2013, salió mal parada en 2014 y este año no he conseguido volver a tener, y Lobelia erinus 'Crystal Palace'. Ambas plantas se ven azules, sobre todo la primera, pero no hay manera de captarlas como tal. Probé mil peripecias el año pasado con la única Lobelia erinus que tuve, incluso calibrando el balance de blancos in situ con la misma luz y localización que la planta, pero las flores que yo a simple vista veo de un azul amoratado salen totalmente púrpura en las fotos. Esa es otra cuestión, el hecho de cómo pueda captar el color una cámara. No es extraño encontrar en Internet fotos de especies de tonos más cercanos al lavanda o añil mostrando un azul puro, debido seguramente a un filtro de luz fría demasiado exagerado. Dentro de esta misma categoría también podría incluir al amoratado de las flores de la Salvia farinacea, más azules en vivo que en las fotos.

Borraja con sus matices y detalles
No nos podemos olvidar, por supuesto, de las compuestas: entre las asteroideas, esto es, margaritas y crisantemos, apenas encontramos azules, siendo la Felicia amelloides la primera de la que nos acordaremos, así como algunos Aster euroasiáticos. Entre las carduoideas ya resulta más fácil y tenemos la especie azul por excelencia, el aciano Centaurea cyanus. Aparte podemos encontrarlo en la Centaurea depressa y, según ejemplares, la Centaurea montana. En el campo tenemos las achicorias, que son lo opuesto a las borrajas: son más azules al abrirse, pero viran hacia el morado a medida que pasa el día.

La búsqueda del color azul es, como se ve, poco complicada si se busca bien. A veces resulta más complicado encontrar colores más sencillos en especies con un porte concreto: por ejemplo, el color rojo puro tampoco es muy frecuente entre plantas de pequeño tamaño, y todavía menos el naranja. En cambio, es el color típico de las clásicas y populares amapolas y caléndulas. El azul o similar, a poco que se mire, lo podemos encontrar en multitud de formas y tamaños. Y no, las rosas azules no existen.