jueves, 5 de marzo de 2015

Bajo el poder del sol

Caléndulas en distintos tonos de naranja
Marzo no afloja, ni con la llegada de algunos vientos frescos que, con "sólo" 34 km/h de rachas máximas, han hecho volar algunos objetos de la terraza que por poco no acaban en desastre. Las temperaturas han llegado a bajar un poco de madrugada, pero a media mañana volvemos a la normalidad, rozando los 20ºC. Normalidad también respecto a las máximas, ya que las altas temperaturas del domingo y lunes pasados, tan prematuras, tampoco aportan nada bueno.

Las flores aparecen por doquier. Entre ayer y hoy han ido sucediéndose nuevas floraciones de especies en su mayoría ya conocidas, pero tan rápidas que ni siquiera advertí su presencia cuando aún eran capullos dos días antes. Hoy ha sido un día en gran parte dedicado a la plantación de las vivaces nuevas, casi todas especies que ya he tenido antes en la terraza, y durante lo que queda de semana construiré el nuevo contenedor para las bulbosas y crasas africanas, el cual ya tiene hasta overbooking de futuros inquilinos.

Ipheion uniflorum
De todas esas floraciones rápidas, la palma se la llevan las de una maceta con pequeñas bulbosas. Un diminuto Iris reticulata, procedente de bulbos rescatados de temporadas anteriores, y varios Ipheion uniflorum, los mismos del año pasado, comienzan a pintar el rincón de semisombra de otros colores que no sean el verde y el amarillo. También he encontrado entre los crocus a pleno sol un par de ejemplares blancos de flores grandes, pertenecientes al pack de Crocus vernus 'Largeflowering' de este otoño, bastante similares a los 'Jeanne d'Arc' de hace dos temporadas y que este año no pude repescar, lamentablemente, porque no los trajeron al supermercado donde los solían vender.

Iris reticulata
En otras plantas podemos hablar de tonalidades. Las caléndulas han ido tomando ritmo y ya hay varias abiertas. La aleatoriedad es como es, y a pesar de tener menos ejemplares que el año pasado, me ha salido una planta que da unos capítulos totalmente distintos a lo que había visto hasta ahora. Como se puede ver en la foto que encabeza la entrada, arriba aparece una caléndula de las más típicas, dorada o anaranjada con el centro oscuro. Este nuevo ejemplar, abajo, produce capítulos de un solo tono naranja, más intenso, tanto en lígulas como en el disco floral. El origen de las semillas es el mismo del año pasado, una mezcla de flores adquirida en 2013.

Malcolmia maritima
Otra planta propensa a mostrar gradientes es la Malcolmia maritima. Las hay rosadas y las hay blancas, pero en mi caso parece que los ejemplares que me aparecen no llegan al extremo del blanco puro, sino que parecen mostrar distintos grados de decoloración, como si les "borrasen" el dibujo de los pétalos. Estas son las primeras de la combinación de flores pequeñas en florecer, pero por poco tiempo, pues ya se han abierto unas pocas Nemophila menziesii, primero de las oscuras 'Penny Black' y desde hoy una de las azules típicas. Si siguen el patrón del año pasado, de aquí a mediados de mes formarán una interesante constelación de flores multicolores.

Calendula officinalis
También aparecen nuevas combinaciones entre las capuchinas. De momento las flores que van saliendo siguen siendo amarillas, pero con distinto dibujo sobre sus pétalos. No ha aparecido todavía ninguna de las de color naranja brillante como el año pasado, y estaría bien ver más tonos, como rojo o crema. Esta especie, por la que al principio no mostré demasiado interés porque pensaba que quitaría demasiado sitio, actualmente la colocaría en mi escalafón de gustos junto a las zinnias: son tan sencillas de cultivar, tan fáciles de encontrar y regalan tal cantidad de flores bonitas que no se les puede negar un rincón en la terraza. Las zinnias, por cierto, las voy a sembrar tan pronto tenga sitio para ponerles una maceta.

Tropaeolum majus
A los insectos todavía parece que les cueste llegar, si bien ya es frecuente oír los zumbidos de las moscas y abejas que comienzan con su trajín entre las flores. No faltan las moscas Calliphora vicina y las ajetreadas abejas, así como las avispas papeleras. A éstas, por cierto, no he llegado a verlas construir nidos desde que tengo las plantas, pero sí recuerdo haber encontrado alguno allí cuando era más pequeño. No estaría mal tenerlas cerca ya que mantienen a raya a las orugas, las cuales me han dado algún que otro problema en el contenedor devorando a las Collinsia y lamiáceas. También hoy he visto de nuevo a un sírfido, un Eupeodes que casi no se ha dejado ver y ha aparecido cuando más prisa tenía por irme, sabiendo que seguir a un insecto sin espantarlo hasta que se queda quieto en un punto es complicado y requiere su tiempo. Espero que vuelvan, no es raro verlos en primavera, pero nunca he conseguido una foto buena de ellos.

Malcolmia maritima y sus tonalidades
Las próximas previsiones apuntan a un ligero aumento de temperaturas y a lo visto, nada de lluvia de momento. Este último tramo del invierno, por cierto, parece que terminará siendo bastante seco, a pesar de que febrero mejoró y mucho respecto al año pasado. Ya va siendo hora de que haya alguna buena jornada de precipitaciones, de las que en ocasiones caen en marzo, que además de regar las plantas benefician a otras criaturas como a las golondrinas y aviones que deben estar cerca de ocupar de nuevo las ciudades y el barro fresco les viene muy bien para reparar sus nidos. Esta semana todavía sobrevuelan Cullera los aviones roqueros, los invernantes, pero al igual que el calor ha animado a las plantas, elementos básicos de la primavera como la vuelta de estas aves podrían estar dándose en una semana.

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