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Narcissus 'Canaliculatus' |
Tras algo más de una semana con cielos tapados y lluvias persistentes, el temporal remitió y el sol y los cielos azules vuelven a hacer acto de presencia. La terraza luce espléndida con las floraciones que ya abarcan un mes desde que a finales de febrero comenzasen a abrirse las primeras genuinamente pertenecientes a las siembras de herbáceas y plantaciones de bulbos del otoño. Este episodio de precipitaciones les ha dado el empujón necesario para encarar abril con garantías y seguir brillando. El poder disfrutar estos días de la belleza de la terraza, con sus flores e incansables insectos gracias a que la humedad dejada por la lluvia hace innecesarios los riegos de momento es un plus estupendo y un premio inigualable a la paciencia y buen hacer requeridos en épocas en las que no queda nada y hay que ser concienzudo a la hora de cuidar y mimar a cada una de las plantas que tendrán su papel en un futuro.
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Nemophila menziesii y maculata |
En el rincón trasero, los bulbos siguen con su floración por fases. Ya casi no quedan
Narcissus 'Tête-à-tête' frescos y la floración ha cesado -a pleno sol, en cambio, sí parece que algunos florecerán pronto aunque no me convencen demasiado-, algo que no se puede decir de los
Muscari armeniacum, que mientras las espigas más viejas ya han consumido la mitad de flores, todavía quedan bastantes emergiendo de los bulbos. Los
Allium triquetrum acaban de comenzar a florecer prácticamente en todos los sitios donde los puse (al sol incluso) y, con tanta cantidad de ellos, las flores van a acompañar durante bastante tiempo.
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Papaver dubium |
Nuevos bulbos comienzan a florecer en el rincón también. Otro tipo de narciso despliega sus flores, las cuales son tan diminutas que ha habido que esperar un poco hasta que se secaran del todo para observarlas bien. Se trata del
Narcissus 'Canaliculatus', un cultivar derivado de
Narcissus tazetta cuyo encanto reside en su diminuto tamaño. Las flores, como en la especie principal, poseen una corona central de color amarillo vivo y tépalos blancos, que en este caso se pliegan hacia atrás. Aparecen varias flores en una misma vara. Su nombre viene de los pequeños surcos, o canales, que recorren sus hojas longitudinalmente. Vino en un mix de bulbos en cesta donde se incluía una mezcla de narcisos miniatura, con bulbos de poco calibre. De la otra mezcla que tengo, algo mayores, de momento no han brotado tan bien y no he encontrado todavía flores. Este tipo de narciso sí me salió, en cambio, de un paquete de la misma mezcla mencionada hace dos años, aunque debido a su diminuto tamaño no esperé que un
jacinto que tenía al lado lo fuese a tapar y arruinarle la floración.
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Convolvulus tricolor |
Además de los bulbos, las demás flores que se dejan ver por el rincón son los
Oxalis pes-caprae y, vuelto ya a poner en marcha, el
Oxalis articulata, a los que pronto se sumarán otros. Entre anuales y vivaces también hay una buena colección, destacando por lo que llama la atención una enorme
capuchina del diámetro de una rueda de coche, que todavía no muestra signos de floración. Ha empezado a florecer muy rápido un fresón 'Ostara', una variedad que se vende a raíz desnuda todos los años en ALDI y que ya tuve en 2012-2013, pero perdí la planta y al reponerla en 2014 ni siquiera consiguió brotar. Esta vez ha salido de manera muy pulcra y tras sacar dos hojas, ya estaba floreciendo. Las flores no son muy atractivas y la producción de fresones es la que cabe esperar de una sola planta, pero tienen un sabor agradable.
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Nemophila maculata |
A pleno sol, el contenedor sigue brillando con luz propia y las futuras floraciones se dejan adivinar desde hace tantos días que comienza a sembrarse la impaciencia. En la enorme nube de pequeñas florecillas ya se ven pocas
Malcolmia maritima pero se multiplican las
Nemophila, con las
menziesii azules siendo las dominantes, salpicadas por varias
'Penny Black' y con una discreta presencia de
maculata que empieza a hacerse patente, pues siguiendo el mismo patrón del año pasado, esta especie es la última en florecer -aunque las primeras ya lo hacían antes de las lluvias pasadas. A ello hay que sumar que las plantas han tenido que recolocarse debido al "vuelco" sobre el reborde que tuvieron, que no ha supuesto demasiada pérdida estética.
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Rhodanthe chlorocephala var. rosea |
Una de las plantas más grandes de la parte frontal, una
Convolvulus tricolor, comienza también a florecer de manera un tanto extraña. Las flores están perfectamente formadas pero parecen tener la mitad del tamaño de las anteriores que tuve (hay que remontarse a 2013) a pesar de que la planta es el doble de grande, si no más. Confío en que más adelante acabe cargada de flores y empiecen a salir del tamaño habitual. Otras viejas conocidas están a punto de florecer y esta vez las recibo con más ilusión, pues se trata de especies que tuvieron en temporadas anteriores vidas más cortas o limitadas a una maceta dado que no conseguí que prosperasen en el contenedor. Sumar nuevos colores a la ya llamativa combinación va a ser una de las atracciones principales para cuando comience abril.
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Fragaria x ananassa 'Ostara' |
Este año he sido demasiado benevolente con algunas hierbas adventicias, movido más que nada por la curiosidad. Arranco sólo gramíneas, crucíferas,
Conyza,
Senecio y otras invasivas, mientras que a las especies cultivadas que ya conozco las he ido dejando, como una sorpresiva
Rhodanthe chlorocephala blanca que debe derivar de semillas del año pasado. No obstante, la terraza se llenó de rosetas de hojas con aspecto de amapola que acabé dejando por si se trataba de alguna de las especies cultivadas, ya que no se correspondían en aspecto a la clásica
Papaver rhoeas de la cual hubo un ejemplar el año pasado. Poco antes de que abriesen sus flores, comparando con lo que veo en huertas, caminos y jardines, llegué a la conclusión de que la abundante
Papaver dubium era la que había llegado a la terraza. Es una especie tremendamente frecuente en nuestra región y llega a florecer de enero a mayo. Tiene pétalos más bien de un naranja rojizo que rojos, tamaño mediano y unas cápsulas en forma de bellota que varían considerablemente de un ejemplar a otro. Cápsulas que, conforme vea, iré eliminando para no acabar con la planta multiplicada por miles.
Se recalibran las temperaturas, vuelve a calentarse la tierra y abril está a la vuelta de la esquina. Con la sensación de que el trabajo se hizo bien durante el otoño-invierno y esta vez la meteorología está poniendo de su parte, el premio obtenido parece mayor que el trabajo que ha costado obtener estos resultados. En estos momentos no se piensa en la próxima temporada sólo para probar suerte de nuevo y aprender de los fracasos, sino para reorganizarse y esquematizar de qué manera podrían combinarse las plantas para que todo sea todavía más sencillo y visualmente agradable.
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