lunes, 30 de septiembre de 2013

Lupinos a prueba: reincio

Lupinus 'Russell' semilleros de un mes o menos de edad
Lo último que se pierde es la esperanza. Los lupinos híbridos 'Russell', los más populares en cultivo por sus espectaculares colores y formas, han estado en mejor o peor forma siempre presentes en la terraza desde 2012, cuando comencé con unas raíces preparadas para plantar. El intento de sembrar en otoño de ese año las plantas de 2013 funcionó hasta que llegaron los calores, debido a una mala planificación. De los errores hay que aprender, y aquí está el resurgir de la idea inicial: ya hay lupinos a prueba de nuevo en la terraza.

Lo primero que hay que decir es que la foto es de ayer, 29 de septiembre, y los lupinos más "viejos" llevan sembrados apenas un mes, con un ejemplar todavía sembrado hace una semana. Esta vez la preparación fue minuciosa: dado que la planta prefiere suelos ácidos y ricos en materia orgánica, utilicé en su mayor parte restos de una mezcla de turba rubia y perlita usada que hasta ahora estaba "reciclando" mezclando con otros sustratos simplemente para aumentar su volumen. Pensé que quizá sería un buen medio de cultivo para ellos y así lo está siendo. En principio el sustrato no parece problema al comenzar la siembra, y la prueba está en el estropicio que causé el año pasado: buscando un buen drenaje, usé una tierra con muchísima arena que al llegar los meses de calor se quedaba reseca y suelta, acabando con todos los lupinos tras diez meses de vida y cero flores. Además, durante sus primeras semanas de vida las plantas amarilleaban constantemente, problema que ahora no estoy observando.

Por otra parte, he ido sobre seguro: nada de enterrar las semillas y esperar. Todas las semillas han sido pregerminadas por el sencillo método de ponerlas sobre papel de cocina húmedo en un recipiente hermético. Así, todas las plantas pasaron directamente a maceta con las raíces brotando, y salvo una o dos, todas emergieron sin problemas. La diferencia de crecimiento es notable respecto al año pasado: me gustaría que comparáseis la foto principal de esta entrada, con lupinos de un mes de vida tan grandes como los de la primera entrada que escribí sobre ellos (ver aquí, tercera foto), que tenían ya cuatro meses. Creo que es evidente la diferencia, la cual supongo que se deberá a que las plántulas han podido disfrutar de la luz y el calor que todavía ofrece septiembre. Se han pasado gran parte del mes en el patio, cubiertos por las lunas de cristal pero no por plásticos ni nada parecido, pues la tierra no llegaba a secarse. Ya llevan un par de semanas en la terraza, expuestos a pocas horas de sol directo.

Plántula de Lupinus angustifolius
Obviamente esto son los primeros días y puede pasar de todo, y el objetivo no estará cumplido hasta que consigan florecer. Esto debería ocurrir para abril-mayo y las plantas, ahora que tienen ventaja, quizá tengan una mejor etapa de crecimiento primaveral, momento en el que las hojas se ponen cada vez más grandes. El invierno no es problema, pues son plantas que resisten temperaturas más bajas de las que se dan aquí, y este año es posible que lleguen mucho más crecidas. Recordar también que es una planta que forma rizomas y que esa parte, que no se ve, también tiene una importancia vital.

Aparte de estos híbridos, para este año he introducido una especie mediterránea, Lupinus angustifolius. Se trata de un lupino fácil de encontrar dado que se suele utilizar como "green manure", compost verde. Dado que las leguminosas son plantas con capacidad para fijar el nitrógeno del suelo por medio de sus raíces, este lupino se planta durante el barbecho de las tierras para propiciar la proliferación de este nutriente. Antes de que dé semillas y previamente a la plantación de hortalizas, se arranca y se entierran las plantas a fin de devolver más nutrientes a la tierra. No es esta mi intención, obviamente, sino que los cultivaré por puro interés botánico. Esta especie al parecer crece más alta y ramificada y con espigas menores, con bonitas flores azuladas. Veremos también cómo le va nuestro clima.

Para estos Lupinus angustifolius procedí de la misma manera: humedad en un envase hermético. Algunos sacaron su raíz dos días después y otros tardaron casi cuatro semanas, pero la efectividad fue del 100%, ninguno quedó sin brotar. Aunque he perdido un par que se secaron a medio brotar, actualmente tengo cuatro en una maceta grande y otro en el contenedor de las flores, para rellenar un rincón -si resultara ser demasiado grande no dudaría en cortarlo. La foto es de hace una semana, y se puede comprobar el porqué del nombre: las hojas son más estrechas, más angostas.

De momento sólo queda esperar. Si los rizomas adquiridos en 2012 lograron florecer, unas plantas crecidas en casa, con nuestro clima y un sustrato y riego adecuados no deberían tener problema en conseguirlo. En 2014 tendré la respuesta.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Septiembre seco

Lobelia siphilitica
Septiembre suele ser un mes de contrastes. El verano termina tal día como hoy, pero el calor no se marcha hasta más adelante, atenuándose lentamente en ocasiones hasta casi primeros de noviembre y en años excepcionales, casi hasta la primera semana de diciembre -por increíble que parezca, algunos años hemos comenzado dicho mes superando los 20ºC a diario. La lluvia suele ser el factor característico de este mes: y es que, desde hace años, en septiembre las lluvias aparecen de golpe y casi siempre concentradas en sólo uno o pocos días. Salvo excepciones como el año pasado o el actual -a falta de que termine el mes- en los que agosto ha tenido lluvias abundantes, a finales de septiembre suele darse un día en el que llueve más en esas 24 horas que en todo el verano precedente. El caso reciente más espectacular fue el del año 2008: la tarde del día 23 de ese mes de septiembre cayeron aquí en mi ciudad, Sueca, casi 290 mm. en unas horas, lo que causó algunos problemas inundando parte de la ciudad debido a que los motores de bombeo del alcantarillado dejaron de funcionar. Todavía quedó agua suficiente para que al día siguiente cayesen otros 50 mm. En contrapunto al actual, fue el mes de septiembre y el mes absoluto con mayor cantidad de precipitaciones de los últimos años.

Estamos ya a día 21, no han caído ni 2 mm. en todo el mes y las previsiones no parecen mucho más optimistas. Si bien ahora mismo en TheWeatherChannel apuntan precipitaciones para Valencia al domingo 29, esto puede variar y mañana mismo esas posibilidades haberse esfumado: días atrás se esperaba la misma previsión para unos días antes. Lo único que vemos a menudo son nubes que tapan el sol durante algunas horas y ayudan a atenuar el calor, pero no dejan caer ni una gota. Aunque todavía da tiempo a alguna sorpresa, este septiembre podría ser el más seco de los últimos años.

Gazania amarilla y naranja
Ante tal panorama, he detenido momentáneamente la preparación de semilleros al aire libre ya que estoy esperando a que la lluvia empape la tierra del contenedor y la mantenga húmeda los días necesarios para que las especies de semillas pequeñas, que son las que quedan por sembrar, tengan tiempo a echar raíces sin encontrarse con el sustrato seco. Las plántulas que saqué adelante en semilleros individuales y trasplanté siguen progresando bastante bien, y las de semillas grandes que he ido repartiendo por varias macetas toleran incluso el sol directo, que aunque es más suave que en la parte central del verano, sigue apretando con fuerza. Uno de estos casos es el de los Lupinus 'Russell', cuyo último ejemplar superviviente ha terminado por secarse a la par que la nueva generación crece en otro rincón de la terraza. A pleno sol he sembrado unos parientes suyos de clima mediterráneo, Lupinus angustifolius, con la esperanza de que toleren mejor nuestro clima.

Salvia farinacea
Aparte de las plantas nuevas obtenidas por semillas, estos días ya han ido llegando a casa varios bulbos que reponen algunas de las especies que se perdieron por el camino -aunque por el momento no han podido ser todas ya que alguna colección no ha llegado a las tiendas este año- y alguna que otra novedad. También he conseguido reponer aquellas perennes de ALDI que no superaron el verano -Campanula glomerata, Lychnis viscaria, Prunella grandiflora y, por si acaso, Leontopodium alpinum- a las que he agregado unas cuantas más como Heuchera, Bergenia y Astilbe. Tan pronto como lleguen el resto de bulbos que estoy esperando, rearmaré el contenedor y los enterraré a la espera de que vayan haciendo su camino.

El resto de plantas de la terraza han estado, sin más, reponiéndose del verano y volviendo a ganar esplendor durante este mes. Se han visto cosas como el reverdecimiento de la Lavandula stoechas, que llevaba meses detenida y seca, justo después de las lluvias de agosto; lo mismo ha pasado de manera espectacular con los Eryngium planum (que están enormes) y las Asclepias tuberosa, que se afanan en rebrotar de bajo tierra. Al igual que éstas, las tres especies de Oxalis -bowiei, triangularis y tetraphylla- se han puesto de acuerdo para rebrotar a la vez y uno de ellos, el triangularis, incluso ha retomado la floración. A la Echinacea purpurea le he podado las partes secas para evitar posibles infecciones y el verde del centro comienza a verse de nuevo.

Tagetes patula
Una nueva especie florece por primera vez en la terraza: la Lobelia siphilitica, una especie norteamericana perenne, amante de la humedad y de crecimiento vertical muy similar a las campánulas y antirrináceas. La planta llegó a casa en enero, en forma de minúsculas semillas que sembré ese mismo mes al sol y bajo plástico. Durante mucho tiempo, las plantas fueron diminutas, lo cual me hizo pensar que quizá habría que esperar al menos hasta el año que viene para verlas florecer. A partir de verano, sin embargo, aquellas pequeñas plantas que seguían pareciendo haber germinado hacía pocos días pegaron un estirón tremendo y se convirtieron en dos rosetas de hojas verdes y muy apretadas. A finales de verano empezaron a aparecer unas estructuras en el centro que apuntaban a ser espigas florales, y así ha sido. Ambas plantas están comenzando a florecer y tienen un aspecto imponente, con flores que parecen una mezcla de lobelia y antirrino, aunque algo desordenadas, pues no parecen estar tan bien colocadas como en otras especies que florecen con este tipo de formación.

Cosmos sulphureus
Las gazanias y la Salvia farinacea continúan a lo suyo, mientras las Cosmos bipinnatus que brotaron a mediados de verano comienzan a ganar altura y sacar alguna flor junto a la gran mata de Tagetes patula, que sigue estando en su esplendor. Su pariente, la Cosmos sulphureus, terminó de secarse hace pocos días, mientras que las Mauranthemum paludosum continúan creciendo a buen ritmo. Dos plantas vivaces siguen sin mostrar crecimiento: la dicentra, que quizá necesite un ambiente más húmedo y fresco, y la Astilbe 'Glut', la cual después de varios rebrotes dejó de crecer. La saqué el otro día de la tierra y el rizoma sigue consistente, aunque sin raíces. Sin embargo, rompiéndole algunos de los bultos que tenía, en uno de ellos todavía apareció el interior de color blanco, así que volví a enterrarla con la esperanza de verla rebrotar.

Cosmos bipinnatus
Otras dos plantas que volverán a florecer en otoño, su época, son las Tricyrtis formosana y el Symphyotrichum novi-belgi. Las Tricyrtis han tenido en éste su mejor año, sin estropearse tanto como otras veces y llegando a casi 60 cm. de altura los tallos más altos. El áster, por su parte, ha tenido una durísima temporada incapacitado para crecer por culpa de los hongos (que todavía le afectan). Sin embargo, y contra todo pronóstico, un pequeño tallo de apenas 20 cm. empezó a emerger a finales del mes pasado y ya muestra los capítulos en formación. Habrá menos flores que el año pasado, desde luego, pero las habrá.

Así comienza el otoño, esperando unas lluvias que tan importantes serán de cara al arranque de esta nueva etapa en la que el calor se irá marchando y las plantas del año que viene comenzarán tímidamente su andanza a la sombra de las especies que todavía lucirán con sus flores durante esta época.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Después de la lluvia

Tagetes patula
Las abundantes precipitaciones caídas en Cullera la semana pasada han dado un pequeño giro a la vida vegetal de la terraza, que se encontraba ya sumida en la típica decadencia del final del verano, introduciendo un poco la situación de lo que se irá dando en otoño, esto es, unas semanas de tiempo suave, con mucha humedad, que permiten a muchas plantas tener una breve época próspera similar a principios de primavera aunque con la diferencia de pillarlas mucho más crecidas y que también permite a las más pequeñas desarrollarse en un ambiente seguro.

El tiempo por supuesto ha cambiado, y aunque todavía hace bastante calor, la impresión general es que ya parece una época más segura para empezar a plantar cosas sin miedo al verano, al que ya le queda poco. Las temperaturas máximas han disminuido ligeramente, aunque se superan los 30ºC casi a diario, pero el sol parece que "pica" menos; las mínimas sí han bajado de manera visible y ya se sitúan por debajo de los 20ºC todas las noches, lo que las hace inferiores incluso a las de los días lluviosos de la semana pasada. La situación es similar a la de mediados de junio, aunque en aquel entonces y debido a la inusualmente fresca primavera, las mínimas eran aún más bajas.

Las lluvias ocasionalmente pueden traer bajas, debido principalmente a un mal drenaje de la tierra, el taponado de los propios agujeros de la maceta y el consabido exceso de agua que llega de golpe. No parecen haber sido muchas en esta ocasión, y de hecho todavía no pueden constatarse del todo. El antirrino de flores rosa que tenía desde el verano pasado y el lupino superviviente de la siembra pre-primaveral se han quedado sin hojas y muy amarillentos, y es posible que no rebroten ya. El primero tiene multitud de plántulas a sus pies, procedentes de la caída de sus propias semillas, y el segundo ya tiene puestos a sus sustitutos en una nueva maceta donde crecen deprisa.

Plántulas de Martynia annua
Entre las vivaces, la Echinacea purpurea no ha dejado de ponerse negra desde finales de agosto, aunque de momento y visto que la planta no decae, imagino que será el ciclo habitual de la planta a la hora de perder sus hojas -supongo que la parte aérea desaparece totalmente en invierno- ya que casi se podría decir que no se le había secado ni una sola hoja de las que lleva sacando desde marzo. Por su parte, los dos Eryngium planum, que han sobrellevado algo mal su primera temporada aunque han sobrevivido sin problemas, han perdido también todas sus hojas iniciales, especialmente tras las lluvias, y brotan nuevas rosetas más densas. Temía un poco por la excesiva retención de humedad de este sustrato, pero en principio parece que tras estas lluvias intensas no ha sido para tanto y ha bastado con devolver la maceta a la zona de sol y dejar que se vaya secando poco a poco. Es una planta resistente a la sequía, con lo cual si el otoño es muy lluvioso se puede considerar, directamente, no volver a regar las plantas hasta primavera siempre y cuando el follaje luzca fresco. Espero que para entonces sí consigan florecer.

No ha habido suerte al esperar que rebrotase alguna de las plantas "declaradas oficialmente muertas" tras perder toda su parte aérea de manera definitiva el mes pasado, así que cosas como la Campanula glomerata o la Prunella habrá que reponerlas si vuelven a traerlas a las tiendas. No sé si hacer lo mismo de manera cautelar con los edelweiss, ya que ambas matas casi han quedado reducidas a compost tras la lluvia, partiendo ya de lo secas que estaban en verano. Como digo, este estado también lo adoptan en invierno con su habitual letargo, pero lo de verano ya no lo conozco. A lo sumo, en el mejor de los casos la reposición se saldaría con una planta de más para 2014.

En cambio, la que parece que volverá a resurgir es la mata de margaritas Mauranthemum paludosum, cuya maceta, después de quedar totalmente seca y empaparse a fondo con la lluvia, se está llenado de plántulas que espero que provengan de una autosiembra; esto ya ocurrió en abril, cuando la planta original, ya estropeada, murió con las lluvias de finales de ese mes y al mismo tiempo ya estaba siendo sustituida por nuevas plántulas. Me pasa un caso curioso con esta planta, y es que a pesar de que aparentemente da tantas semillas que germinan con facilidad e incluso en alguna ocasión han conseguido "saltar" a otra maceta, apenas he sido capaz de encontrarlas por mí mismo al desgranar alguna cabezuela seca, con la intención de introducirla en otros puntos para ampliar su cantidad, como en el contenedor mismo. Sea como fuere, si regresa ciclo tras ciclo al final conseguiré expandirla.

Cosmos sulphureus
Ahora mismo, el número de compuestas floreciendo en la terraza se ha reducido drásticamente. Quedan la mencionada Echinacea, la Gaillardia aristata, ambas Gazania, una ya estropeada Ratibida columnifera, un girasol, la Cosmos sulphureus y la mata de Tagetes patula que cada vez está mas grande, y a cuyos pies aparecen también unas pocas Cosmos bipinnatus que no tardarán en florecer. La Felicia amelloides se ha puesto muy grande, pero sigue sin flores, y lo mismo se puede decir de la Osteospermum, aunque ésta de vez en cuando deja ver alguna flor. Dado al buen tiempo que queda todavía para las próximas semanas, no estaría de más hacer un hueco entre los múltiples semilleros y germinadores que tengo en marcha y poner alguna semilla de girasol y zinnia para que florezcan en los próximos dos o tres meses, ahora que el peligro del calor -y posiblemente también el de los hongos- se ha minimizado.

No hay demasiadas plantas aparte de las mencionadas que sigan con flores ocasionales. La Clematis 'Jackmanii' sigue sacando alguna de vez en cuando, y la Salvia farinacea parece que está más cargada ahora, aunque sigue peligrosamente vacía al quedarle sólo dos tallos y ninguna señal de rebrote desde el suelo. También la hierbabuena continúa con sus flores algo maltrechas ya y la Aquilegia alpina, que no ha dejado de crecer en todo el verano y no sé si llegará a comportarse como una vivaz, sigue sacando flores medio escondidas, pequeñas y no tan bien formadas como las de primavera. La Passiflora caerulea, que ha crecido muchísimo, también parece estar llena de capullos pero hace tiempo que no le veo flores nuevas.

El agua ha reactivado o incentivado a germinar o brotar a muchas pequeñas plantas. Las Digitalis purpurea han llegado a todas sus macetas vecinas, creando rápidamente parches de pequeñas plantas -véase en la foto del Eryngium planum- que desgraciadamente tendré que eliminar ya que lo han hecho en macetas ocupadas por otras plantas y las dedaleras crecen mucho. No obstante, es buena señal ya que puedo utilizar las semillas que guardé para preparar alguna maceta nueva, dado que no sé cuántos años más pueden durar las plantas originales.

Una pequeña seta
Además de las mencionadas plántulas, en una maceta que ya daba por perdida donde sembré Martynia annua (y donde esta misma especie creció en 2012) ha aparecido un pequeño grupo de plántulas. ¿Qué hago con ellas? Son plantas que gustan del calor y se desarrollan estupendamente en verano, pero esto ha sido inesperado. Otras veces, especies de esta familia han esperado un año entero para germinar, cumpliendo correctamente con su ciclo, pero este año llegan algo tarde. Puede, sin embargo, que en apenas dos meses consigan crecer y florecer al menos en una tanda. Un caso similar, pero con cormos en lugar de semillas, se ha dado con las aráceas Sauromatum venosum. Tengo cormos de estas plantas desde otoño de 2007 y hasta ahora han sido irregulares, brotando unos años en marzo y otros en mayo, pero lo de este año ya ha sido pasarse: han emergido tras las lluvias, a finales de agosto. Sí es cierto que en su momento de mayor esplendor y debido a mi falta de control, llegó a haber un momento que aparecían nuevas plantitas en macetas diversas al colarse algún cormelo en tierra reutilizada, y algunos de éstos brotaban durante verano o hasta principios de otoño. Las plantas grandes, sin embargo, solían hacerlo antes. Eso sí, parece que este año tampoco van a florecer: no lo han hecho nunca desde que las tengo, aunque las deje enterradas y olvidadas por varios años en la misma maceta.

Otra planta que hay que ir arrancando constantemente es la Kalanchoe x houghtonii. Como es sabido, esta planta produce propágulos en el margen de sus hojas, pequeños clones listos para desprenderse y enraizar. En verano cayeron algunos, pero con la lluvia han llegado a montones a distintas macetas. En los rincones donde hay acumulada algo de tierra hay plantas de tamaño bien visible que deben haber llegado allí durante el verano. Por suerte, se arrancan fácil y no dejan restos que puedan volver a rebrotar.

En el contenedor, finalmente me decidí por el método drástico y acabé arrancando todas las plantas que quedaban, salvando eso sí a la caléndula, que reside ahora en una maceta. Aquí también aparecen plántulas sin identificar por doquier, pertenecientes a las muchas especies que crecieron en el sitio. Tras arrancar las plantas, salvo unas rosetas bajas que no he conseguido identificar hasta ahora pero que parecen alguna especie de compuesta, removí totalmente la tierra eliminando algunas de estas plántulas y allanando la superficie totalmente. Un par de días después volvían a aparecer plántulas, que en esta ocasión ya no las tocaré salvo si en un futuro detecto que se trata de especies con ubicaciones comprometidas. Por ejemplo, un caso claro podría ser que apareciesen ageratos en el centro o fondo del contenedor, mala ubicación dado que en estos puntos quiero situar plantas medianas-altas y muchas de ellas son de semilla pequeña, y el agerato con su crecimiento rápido y anchas hojas acaba quitando sitio a las demás. En la parte frontal no supondrán ningún estorbo y además combinarían bien con otras especies, aunque no obstante prefiero limitar su número ya que producen demasiadas semillas y acaban ramificándose y creciendo demasiado, incluso durante el invierno.

Hojas nuevas en un Eryngium planum
Para mañana, el contenedor será precisamente el punto de atención, pues comenzaré en él los trabajos de preparación de la siguiente temporada. Lo principal, extender humus de lombriz sobre la superficie previamente allanada, a la par que depositaré algunas plantas de semilleros que llevo haciendo desde finales de agosto. Es bastante probable que muchas de estas pequeñas plantas no consigan resistir ya que estas semanas las han pasado desarrollándose con luz indirecta y muchas de ellas empiezan a alargarse demasiado. Optaré por ponerlas directamente sin acostumbramiento previo dado que en los semilleros, con poca tierra, quizá hacer una pre-exposición a la intemperie sea mala idea. Sin embargo, merece la pena intentarlo teniendo como base lo bien que están creciendo por toda la terraza estos días las mencionadas semillas que han ido cayendo de las plantas presentes. Paralelamente, sembraré algunas semillas pregerminadas y otras de especies de pequeño tamaño en cantidades mayores que pueden arraigar bastante bien siempre y cuando el vermicompost retenga bien la humedad que aplicaré a conciencia con el pulverizador, a lo que debería sumarse la posibilidad de lluvias en breve, pues las previsiones indican que es posible que eso ocurra a finales de semana aunque parece que el día que empezará a llover va retrasándose a medida que se tienen nuevos datos.

Como simple anécdota, en la maceta de la dicentra, aparte de plántulas de dedalera, ha aparecido una pequeña seta. Aquí no usé la tierra "maderera" de BricoDepot, sino el mismo sustrato de buena calidad que lleva el contenedor de los bulbos, formado por turba, fibra de coco, humus y perlita. Es probable, eso sí, que la seta llegase a través de esporas emitidas desde los hongos que crecieron en aquellas otras macetas. La presencia de estos hongos no molesta en absoluto, a diferencia de sus parientes los que dañan las hojas.

En fin, que esto es septiembre: mes de altibajos en los que el verano de vez en cuando nos recuerda que no ha terminado y las lluvias se encargan de anunciar la inminente llegada del otoño. Una época ideal para planificar la nueva temporada y empezar a colocar en su sitio a las nuevas plantas que nos acompañarán los próximos meses, algunias quizá incluso hasta el verano próximo o los siguientes años.

Corrección [12-09-2013]: Finalmente, las plántulas que aparecen en la foto han resultado ser Martynia annua y no Ibicella lutea. En esa misma maceta tuve una planta de M. annua el año pasado pero había asociado que, debido al tamaño de la maceta, había sembrado este año a esa especie en un tiesto mayor -donde el año pasado crecieron las Ibicella lutea y en 2013 no han germinado, aunque finalmente repetí macetas quizá para evitar mezclas de especies por si la temporada anterior había caído alguna semilla en sus respectivas macetas. ¡Ahora tengo varias plantas creciendo en una maceta diminuta para ellas!