miércoles, 4 de septiembre de 2013

Después de la lluvia

Tagetes patula
Las abundantes precipitaciones caídas en Cullera la semana pasada han dado un pequeño giro a la vida vegetal de la terraza, que se encontraba ya sumida en la típica decadencia del final del verano, introduciendo un poco la situación de lo que se irá dando en otoño, esto es, unas semanas de tiempo suave, con mucha humedad, que permiten a muchas plantas tener una breve época próspera similar a principios de primavera aunque con la diferencia de pillarlas mucho más crecidas y que también permite a las más pequeñas desarrollarse en un ambiente seguro.

El tiempo por supuesto ha cambiado, y aunque todavía hace bastante calor, la impresión general es que ya parece una época más segura para empezar a plantar cosas sin miedo al verano, al que ya le queda poco. Las temperaturas máximas han disminuido ligeramente, aunque se superan los 30ºC casi a diario, pero el sol parece que "pica" menos; las mínimas sí han bajado de manera visible y ya se sitúan por debajo de los 20ºC todas las noches, lo que las hace inferiores incluso a las de los días lluviosos de la semana pasada. La situación es similar a la de mediados de junio, aunque en aquel entonces y debido a la inusualmente fresca primavera, las mínimas eran aún más bajas.

Las lluvias ocasionalmente pueden traer bajas, debido principalmente a un mal drenaje de la tierra, el taponado de los propios agujeros de la maceta y el consabido exceso de agua que llega de golpe. No parecen haber sido muchas en esta ocasión, y de hecho todavía no pueden constatarse del todo. El antirrino de flores rosa que tenía desde el verano pasado y el lupino superviviente de la siembra pre-primaveral se han quedado sin hojas y muy amarillentos, y es posible que no rebroten ya. El primero tiene multitud de plántulas a sus pies, procedentes de la caída de sus propias semillas, y el segundo ya tiene puestos a sus sustitutos en una nueva maceta donde crecen deprisa.

Plántulas de Martynia annua
Entre las vivaces, la Echinacea purpurea no ha dejado de ponerse negra desde finales de agosto, aunque de momento y visto que la planta no decae, imagino que será el ciclo habitual de la planta a la hora de perder sus hojas -supongo que la parte aérea desaparece totalmente en invierno- ya que casi se podría decir que no se le había secado ni una sola hoja de las que lleva sacando desde marzo. Por su parte, los dos Eryngium planum, que han sobrellevado algo mal su primera temporada aunque han sobrevivido sin problemas, han perdido también todas sus hojas iniciales, especialmente tras las lluvias, y brotan nuevas rosetas más densas. Temía un poco por la excesiva retención de humedad de este sustrato, pero en principio parece que tras estas lluvias intensas no ha sido para tanto y ha bastado con devolver la maceta a la zona de sol y dejar que se vaya secando poco a poco. Es una planta resistente a la sequía, con lo cual si el otoño es muy lluvioso se puede considerar, directamente, no volver a regar las plantas hasta primavera siempre y cuando el follaje luzca fresco. Espero que para entonces sí consigan florecer.

No ha habido suerte al esperar que rebrotase alguna de las plantas "declaradas oficialmente muertas" tras perder toda su parte aérea de manera definitiva el mes pasado, así que cosas como la Campanula glomerata o la Prunella habrá que reponerlas si vuelven a traerlas a las tiendas. No sé si hacer lo mismo de manera cautelar con los edelweiss, ya que ambas matas casi han quedado reducidas a compost tras la lluvia, partiendo ya de lo secas que estaban en verano. Como digo, este estado también lo adoptan en invierno con su habitual letargo, pero lo de verano ya no lo conozco. A lo sumo, en el mejor de los casos la reposición se saldaría con una planta de más para 2014.

En cambio, la que parece que volverá a resurgir es la mata de margaritas Mauranthemum paludosum, cuya maceta, después de quedar totalmente seca y empaparse a fondo con la lluvia, se está llenado de plántulas que espero que provengan de una autosiembra; esto ya ocurrió en abril, cuando la planta original, ya estropeada, murió con las lluvias de finales de ese mes y al mismo tiempo ya estaba siendo sustituida por nuevas plántulas. Me pasa un caso curioso con esta planta, y es que a pesar de que aparentemente da tantas semillas que germinan con facilidad e incluso en alguna ocasión han conseguido "saltar" a otra maceta, apenas he sido capaz de encontrarlas por mí mismo al desgranar alguna cabezuela seca, con la intención de introducirla en otros puntos para ampliar su cantidad, como en el contenedor mismo. Sea como fuere, si regresa ciclo tras ciclo al final conseguiré expandirla.

Cosmos sulphureus
Ahora mismo, el número de compuestas floreciendo en la terraza se ha reducido drásticamente. Quedan la mencionada Echinacea, la Gaillardia aristata, ambas Gazania, una ya estropeada Ratibida columnifera, un girasol, la Cosmos sulphureus y la mata de Tagetes patula que cada vez está mas grande, y a cuyos pies aparecen también unas pocas Cosmos bipinnatus que no tardarán en florecer. La Felicia amelloides se ha puesto muy grande, pero sigue sin flores, y lo mismo se puede decir de la Osteospermum, aunque ésta de vez en cuando deja ver alguna flor. Dado al buen tiempo que queda todavía para las próximas semanas, no estaría de más hacer un hueco entre los múltiples semilleros y germinadores que tengo en marcha y poner alguna semilla de girasol y zinnia para que florezcan en los próximos dos o tres meses, ahora que el peligro del calor -y posiblemente también el de los hongos- se ha minimizado.

No hay demasiadas plantas aparte de las mencionadas que sigan con flores ocasionales. La Clematis 'Jackmanii' sigue sacando alguna de vez en cuando, y la Salvia farinacea parece que está más cargada ahora, aunque sigue peligrosamente vacía al quedarle sólo dos tallos y ninguna señal de rebrote desde el suelo. También la hierbabuena continúa con sus flores algo maltrechas ya y la Aquilegia alpina, que no ha dejado de crecer en todo el verano y no sé si llegará a comportarse como una vivaz, sigue sacando flores medio escondidas, pequeñas y no tan bien formadas como las de primavera. La Passiflora caerulea, que ha crecido muchísimo, también parece estar llena de capullos pero hace tiempo que no le veo flores nuevas.

El agua ha reactivado o incentivado a germinar o brotar a muchas pequeñas plantas. Las Digitalis purpurea han llegado a todas sus macetas vecinas, creando rápidamente parches de pequeñas plantas -véase en la foto del Eryngium planum- que desgraciadamente tendré que eliminar ya que lo han hecho en macetas ocupadas por otras plantas y las dedaleras crecen mucho. No obstante, es buena señal ya que puedo utilizar las semillas que guardé para preparar alguna maceta nueva, dado que no sé cuántos años más pueden durar las plantas originales.

Una pequeña seta
Además de las mencionadas plántulas, en una maceta que ya daba por perdida donde sembré Martynia annua (y donde esta misma especie creció en 2012) ha aparecido un pequeño grupo de plántulas. ¿Qué hago con ellas? Son plantas que gustan del calor y se desarrollan estupendamente en verano, pero esto ha sido inesperado. Otras veces, especies de esta familia han esperado un año entero para germinar, cumpliendo correctamente con su ciclo, pero este año llegan algo tarde. Puede, sin embargo, que en apenas dos meses consigan crecer y florecer al menos en una tanda. Un caso similar, pero con cormos en lugar de semillas, se ha dado con las aráceas Sauromatum venosum. Tengo cormos de estas plantas desde otoño de 2007 y hasta ahora han sido irregulares, brotando unos años en marzo y otros en mayo, pero lo de este año ya ha sido pasarse: han emergido tras las lluvias, a finales de agosto. Sí es cierto que en su momento de mayor esplendor y debido a mi falta de control, llegó a haber un momento que aparecían nuevas plantitas en macetas diversas al colarse algún cormelo en tierra reutilizada, y algunos de éstos brotaban durante verano o hasta principios de otoño. Las plantas grandes, sin embargo, solían hacerlo antes. Eso sí, parece que este año tampoco van a florecer: no lo han hecho nunca desde que las tengo, aunque las deje enterradas y olvidadas por varios años en la misma maceta.

Otra planta que hay que ir arrancando constantemente es la Kalanchoe x houghtonii. Como es sabido, esta planta produce propágulos en el margen de sus hojas, pequeños clones listos para desprenderse y enraizar. En verano cayeron algunos, pero con la lluvia han llegado a montones a distintas macetas. En los rincones donde hay acumulada algo de tierra hay plantas de tamaño bien visible que deben haber llegado allí durante el verano. Por suerte, se arrancan fácil y no dejan restos que puedan volver a rebrotar.

En el contenedor, finalmente me decidí por el método drástico y acabé arrancando todas las plantas que quedaban, salvando eso sí a la caléndula, que reside ahora en una maceta. Aquí también aparecen plántulas sin identificar por doquier, pertenecientes a las muchas especies que crecieron en el sitio. Tras arrancar las plantas, salvo unas rosetas bajas que no he conseguido identificar hasta ahora pero que parecen alguna especie de compuesta, removí totalmente la tierra eliminando algunas de estas plántulas y allanando la superficie totalmente. Un par de días después volvían a aparecer plántulas, que en esta ocasión ya no las tocaré salvo si en un futuro detecto que se trata de especies con ubicaciones comprometidas. Por ejemplo, un caso claro podría ser que apareciesen ageratos en el centro o fondo del contenedor, mala ubicación dado que en estos puntos quiero situar plantas medianas-altas y muchas de ellas son de semilla pequeña, y el agerato con su crecimiento rápido y anchas hojas acaba quitando sitio a las demás. En la parte frontal no supondrán ningún estorbo y además combinarían bien con otras especies, aunque no obstante prefiero limitar su número ya que producen demasiadas semillas y acaban ramificándose y creciendo demasiado, incluso durante el invierno.

Hojas nuevas en un Eryngium planum
Para mañana, el contenedor será precisamente el punto de atención, pues comenzaré en él los trabajos de preparación de la siguiente temporada. Lo principal, extender humus de lombriz sobre la superficie previamente allanada, a la par que depositaré algunas plantas de semilleros que llevo haciendo desde finales de agosto. Es bastante probable que muchas de estas pequeñas plantas no consigan resistir ya que estas semanas las han pasado desarrollándose con luz indirecta y muchas de ellas empiezan a alargarse demasiado. Optaré por ponerlas directamente sin acostumbramiento previo dado que en los semilleros, con poca tierra, quizá hacer una pre-exposición a la intemperie sea mala idea. Sin embargo, merece la pena intentarlo teniendo como base lo bien que están creciendo por toda la terraza estos días las mencionadas semillas que han ido cayendo de las plantas presentes. Paralelamente, sembraré algunas semillas pregerminadas y otras de especies de pequeño tamaño en cantidades mayores que pueden arraigar bastante bien siempre y cuando el vermicompost retenga bien la humedad que aplicaré a conciencia con el pulverizador, a lo que debería sumarse la posibilidad de lluvias en breve, pues las previsiones indican que es posible que eso ocurra a finales de semana aunque parece que el día que empezará a llover va retrasándose a medida que se tienen nuevos datos.

Como simple anécdota, en la maceta de la dicentra, aparte de plántulas de dedalera, ha aparecido una pequeña seta. Aquí no usé la tierra "maderera" de BricoDepot, sino el mismo sustrato de buena calidad que lleva el contenedor de los bulbos, formado por turba, fibra de coco, humus y perlita. Es probable, eso sí, que la seta llegase a través de esporas emitidas desde los hongos que crecieron en aquellas otras macetas. La presencia de estos hongos no molesta en absoluto, a diferencia de sus parientes los que dañan las hojas.

En fin, que esto es septiembre: mes de altibajos en los que el verano de vez en cuando nos recuerda que no ha terminado y las lluvias se encargan de anunciar la inminente llegada del otoño. Una época ideal para planificar la nueva temporada y empezar a colocar en su sitio a las nuevas plantas que nos acompañarán los próximos meses, algunias quizá incluso hasta el verano próximo o los siguientes años.

Corrección [12-09-2013]: Finalmente, las plántulas que aparecen en la foto han resultado ser Martynia annua y no Ibicella lutea. En esa misma maceta tuve una planta de M. annua el año pasado pero había asociado que, debido al tamaño de la maceta, había sembrado este año a esa especie en un tiesto mayor -donde el año pasado crecieron las Ibicella lutea y en 2013 no han germinado, aunque finalmente repetí macetas quizá para evitar mezclas de especies por si la temporada anterior había caído alguna semilla en sus respectivas macetas. ¡Ahora tengo varias plantas creciendo en una maceta diminuta para ellas!

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