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Cuphea 'Firefly' |
Volvemos a asomarnos una vez más al mundo de esas especies exóticas, relativamente poco conocidas o extendidas, pero que resultan ser a su vez plantas que requieren de atenciones muy sencillas. Esas pequeñas plantas desconocidas tan fáciles de cuidar y con un aspecto tan llamativo que siempre vale la pena introducir en nuestros jardines y macetas para que se queden por mucho tiempo. En esta ocasión le toca el turno a una especie de anual mexicana de llamativas flores rojas que, si bien empezó a florecer hace ya un mes, he tenido que esperar un poco a que se llenase de flores para conseguir obtener fotos que hicieran justicia a su despampanante despliegue de flores de color carmesí: la
Cuphea 'Firefly'.
Las
Cuphea pertenecen a la familia de las litráceas, la misma en la que encontramos a nuestra salicaria (
Lythrum salicaria), bella planta de grandes espigas de flores rosadas que alegra los márgenes de nuestro río, las acequias y humedales. Hay alguna que otra especie del género que tiene presencia entre el catálogo de plantas habitual de muchos viveros, entre las que solemos encontrar, especialmente, a la perenne
Cuphea hyssopifolia, de flores similares a las de la protagonista de la entrada aunque de color rosado y más pequeñas. También la
Cuphea ignea, la "planta de los cigarrillos", puede encontrarse con relativa facilidad. En esta especie, las flores poseen un colorido tubo pero no pétalos prominentes. También es popular la
Cuphea purpurea, la llamada "flor de cara de murciélago", muy similar a la protagonista de la entrada aunque con sólo los dos pétalos superiores, que junto al centro velludo forma un conjunto que recuerda un tanto a la cara de un murciélago.
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'Firefly' |
La
Cuphea 'Firefly', según donde se busque, aparece como variedad de
Cuphea procumbens o un híbrido,
Cuphea x purpurea. De lo segundo se encuentra poca información y lo más probable es que se trate, efectivamente, de un cultivar de la primera. Las semillas me llegaron en una mezcla de anuales y son fáciles de diferenciar, similares a una pequeña lenteja aunque más aplanadas. El primer año que lo intenté con ellas puse un ejemplar en el contenedor de las anuales, que acabaría perdido al no ser demasiado rápida creciendo, y otro en una maceta con varias plantas en el mes de marzo que, como ocurrió con otras plantas en aquella ocasión, se secó. Así pues, el intento que resultaría siendo el bueno fue el de otoño de 2015.
La planta, probablemente por su carácter tropical, es algo lenta creciendo durante los meses invernales. Sin embargo, no ha habido que esperar mucho para que floreciese, pues lo empezó a hacer a finales de abril. Ha sido durante mayo cuando ha aumentado su floración, que aparece en forma de espigas breves de flores que se mantienen horizontales y a los pocos días, al marchitarse, quedan colgando. Al principio costaba encontrar una flor bien situada que pudiera apreciarse bien, aunque las grabé en algunos vídeos, pero a lo largo de este mes su desarrollo ha permitido que destaque como una más entre sus vecinas de varios colores y más propias de clima templado. No parece, sin embargo, que llame la atención entre los insectos, que no suelen visitarla a pesar de encontrarse en una zona de interés para ellos por el resto de plantas que la acompañan. Ahora sólo queda esperar a que dé semillas para poder repetir con ella tantas veces como sea posible.
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