Mayo se acerca a su final y ha sido, una vez más, uno de los meses más coloristas del año. Debido a la primavera algo más suave que estamos teniendo, muchas especies más tardías han coincidido con varias de aquellas que comenzaron antes y que a menudo no suelen llegar en flor tan lejos. Aún así, parece que todavía queda margen para ver más floraciones que tomarán protagonismo durante el mes próximo.
Pasamos a la descripción del vídeo. Éste abre con una blanquita de la col (Pieris rapae) libando en una de las todavía abundantes flores de las clavellinas Dianthus plumarius. De ahí saltamos a otra escena similar, aunque esta vez la flor es un Iris germanica y su polinizador la robusta abeja carpintera Xylocopa violacea, la cual es la primera y de momento única vez que observo esta temporada en la terraza.
Damos otro salto y observamos las flores de las efectivas Monarda citriodora, especie que lleva con esta dos temporadas seguidas resembrándose y que a base de trasplantes he ido repartiendo en distintas macetas. Tarda en florecer e incluso en crecer desde el otoño hasta entrada la primavera, pero cuando lo hace puede estar semanas floreciendo, hasta la llegada del verano. La volvemos a ver posteriormente tras la aparición de la Iberis umbellata, cuyo gran tamaño ha resultado ser una sorpresa, pues la única vez que cultivé la planta, si bien era una forma enana, apenas superaba los 15 cm. de altura y no el casi medio metro de la actual. Avanzada la temporada sembré la siguiente especie que aparece, unas Cosmos sulphureus que han florecido muy pronto, antes que las Cosmos bipinnatus que también las acompañan en la maceta. Estas cosmos naranja también son una forma de tamaño reducido, puesto que no suelen superar los 30 cm. y tienen capítulos de escaso diámetro, siendo que la forma original puede llegar a superar los 180 cm. de alto.
Nos acercamos al grupo de pequeñas anuales en donde todavía florecen las blanquiamarillas Limnanthes douglasii, secundadas por el contraste rojo y púrpura de las Cuphea 'Firefly'. Justo por encima de ellas han comenzado a abrirse las cabezuelas amarillas del crisantemo Glebionis segetum. Más expuestas al sol se abren las diminutas florecillas rosadas de la Oscularia deltoides, y en el lado opuesto, donde a pesar de haber más paredes dando sombra el sol ya ilumina durante horas, encontramos una capuchina de vivo color anaranjado y a la malva Lavatera trimestris cargadísima de flores.
Volviendo al sol, encontramos a los cebollinos al máximo de su floración, al igual que la herbácea trepadora Vicia villosa, que se vale de los finos pedúnculos de las Briza maxima, ya secas, para agarrarse y poder desplegar en lo alto sus espigas de flores violáceas. De aquí pasamos a otra compuesta de floración amarilla, la camomila amarilla (Cota tinctoria) que ha florecido junto a los crisantemos anteriormente aparecidos y con apenas unos días de diferencia. El conjunto ha empezado a atraer insectos, y en la siguiente escena observamos a la mosca zángano (Eristalis tenax) probando uno de los crisantemos. También es compuesta la siguiente planta en aparecer, una Kleinia grantii de vivas florecillas naranja. No nos salimos todavía de esta gran familia, pues la próxima escena la protagoniza un áster de Nueva York de floración veraniega y la siguiente, la primera de las Rudbeckia hirta que florece en la terraza tras una temporada de ausencia.
Flores de todas las formas se abren durante estos días. Vamos viendo, en este orden, las inflorescencias de pequeñas florecillas rosadas de la Silene armeria; las oscuras flores de un denso granate de una Scabiosa atropurpurea en una de tantas formas ornamentales de distinto colorido y porte a las silvestres que frecuentan nuestros campos; la azulada Aquilegia alpina, que no falta en la terraza desde hace cinco temporadas, siendo esta planta en concreto un ejemplar autosembrado que ha aparecido en la maceta de una azucena. Les sigue una pequeña Lobelia erinus 'Crystal Palace', que comienza a florecer ahora, al igual que la Aquilegia 'McKana' que aparece después y cuya historia y comportamiento es paralelo e idéntico al de sus primas alpinas.
Observamos ahora una Gaura lindheimeri, de reciente adquisición, y el conjunto de floraciones amarillas de los crisantemos y camomilas, patrullados por un ejército de abejas Hylaeus y que también atrae la atención de la mariposa blanquiverdosa, Pontia daplidice. De ahí pasamos a la también compuesta Gaillardia aristata, y una sucesión de especies ya aparecidas aunque grabadas unos días más tarde, más avanzadas. Finalmente, una pequeña mariquita de siete puntos recorriendo las ya agostadas Dimorphotheca sinuata es la encargada de cerrar este vídeo.
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