Amberboa moschata, capítulo recién abierto |
La Amberboa moschata, incluida en ocasiones bajo el género Centaurea (tanto como C. moschata como C. imperialis) es una planta procedente del entorno iranoturánico y que se da bastante bien en mi clima, a pesar de haber perdido muchas veces a las plantas por simple despiste. La sembré por primera vez en otoño de 2013 y en aquella ocasión un ejemplar llegó a la primavera siguiente, comportándose como la mayoría de anuales de ciclo largo -aquellas capaces de crecer poco a poco en invierno y florecer a partir de la primavera- y mostrando sus primeras cabezuelas de flores a finales de aquel mes de abril. La planta me pareció muy bonita, pero apenas conseguí ver dos cabezuelas, las cuales despliegan sus lígulas y continúan ensanchándose en cuestión de un par de días para posteriormente comenzar a marchitarse muy pronto. Una Centaurea cyanus, por ejemplo, dura más en flor que ellas.
Mismo capítulo totalmente desplegado |
La planta que obtuve, no obstante, no se ha desarrollado de la mejor manera durante estos meses. Aunque la he mantenido en todo momento en una ubicación con poco sol para evitar problemas en este periodo, tardó bastante en crecer y cuando lo hizo y comenzó a desarrollar los tallos que sostendrían las flores empecé a ver un crecimiento arrugado y problemático, como si la hubiera atacado la araña roja o alguna afección similar. De lo que podría haber sido una planta con unos pocos capítulos simultáneos acabó quedando un ejemplar que, si bien siguió adelante tras este obstáculo, a duras penas consiguió desarrollar un capítulo de flores desde una ramificación a media altura. La planta, tras florecer, ha comenzado ya a marchitarse.
Vista lateral |
Dentro de unos meses espero estar preparando la primavera de 2016 y que la Amberboa moschata forme parte de ella. Es un objetivo primordial el buscar semillas en este único capítulo obtenido en pleno verano ya que, aunque conservo bastantes semillas del paquete original, éstas ya hace dos años que están en casa y es probable que empiecen a perder viabilidad. Se intentará pues que las delicadas cabezuelas rosadas de esta especie asomen entre la diversidad de flores anuales que planeo sembrar una temporada más.
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