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Xantogramma pedissequum |
Además de las variadas y eficientes
abejas, la terraza recibe otros tipos de polinizadores que si bien no son tan numerosos ni frecuentes, en alguna ocasión suelen cobrar protagonismo apareciendo durante periodos en los que no hay más especies. Muy por delante de las avispas, mariposas y otros insectos están las moscas, ya que especies de distintas familias hacen acto de presencia durante los doce meses de año y la mayoría de ellas encuentran sustento succionando el dulce néctar de las flores. Una familia en concreto mantiene una relación especial con las flores, y esos son los
sírfidos. Los adultos se alimentan exclusivamente de néctar y polen mientras que sus larvas pueden ser desde detritívoras hasta cazadoras activas de algunas plagas vegetales, como los áfidos. Con un ciclo vital también breve pero distinto al de las abejas, que se dedican exclusivamente a procrear y recolectar provisiones para sus nidos en las pocas semanas de vida que tienen por delante, muchos sírfidos aparecen en la terraza entre el final del otoño y el inicio de la primavera, cuando los himenópteros están casi del todo ausentes. De hecho, las únicas abejas que se pueden ver estos días de manera puntual son las
Apis mellifera y las
Lasioglossum.
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Helophilus trivittatus |
En estos últimos tres años he contado al menos 20 especies de abejas en la terraza, incluyendo algunas que ni siquiera he podido identificar pero confío en hacerlo en cuanto tenga oportunidad de fotografiarlas, siempre y cuando vuelvan . Los sírfidos, hasta hoy, llegan a poco más de la mitad de esa cantidad. La mayor afluencia fue en abril de 2015, cuando
les dediqué una entrada al observar hasta 8 especies distintas en un mismo día, de las cuales algunas no he vuelto a ver más. Este otoño está siendo particularmente prolífico, aunque más en variedad que en cantidad. Sí hubo, sin embargo, varias semanas en las que las
Eristalinus taeniops fueron particularmente abundantes, momentos recogidos en el vídeo de
la entrada anterior.
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Eupeodes sp. |
Entre septiembre y noviembre han sido 7 las especies que se han ido presentando en la terraza. Una de ellas es la habitual pero algo más escasa
Eristalinus aeneus, de grandes ojos de colores y exoesqueleto de color broncíneo. Suele aparecer en la terraza en épocas frescas, algo menos durante la primavera, en la que otros sírfidos similares todavía resultan corrientes. También sigue apareciendo de vez en cuando la
Eupeodes que, si bien no podría asegurarlo, me da la impresión de ser algo mayor y de un amarillo más intenso que las habituales
Eupeodes corollae que se presentan durante gran parte de la primavera. Suelen estar revoloteando por la zona de la terraza donde coloqué a la mayoría de plantas perennes, junto a la barandilla que da a la calle.
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Episyrphus balteatus |
A pesar de lo vista que la tengo por la terraza, durante este mes de noviembre la presencia de una
Episyrphus balteatus me hizo dudar. Al parecer, los machos -como el ejemplar en cuestión- son algo más robustos que las hembras y me dio la impresión de que se trataba de una especie más grande. La revisión posterior de las fotos sirvió para la determinación final. Esta especie es la más típica de los sírfidos durante el invierno, siendo muchas veces el único insecto, junto a otras moscas, que visita algunas de las pocas flores que hay para entonces. Tras revisar fotos de otras ocasiones, caí en la cuenta que hasta ahora no había observado nunca a un ejemplar macho. Por lo general llaman la atención por lo estáticas que son capaces de quedarse mientras vuelan y por su escaso tamaño, apenas un poco mayor que
Syritta pipiens, la especie más pequeña entre las habituales y que también he observado estas últimas semanas, estando presente de forma ininterrumpida desde el final del invierno pasado.
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Eristalinus aeneus |
Siempre llama la atención observar especies nuevas de familias conocidas. A principios de mes, durante unos breves instantes, la mosca
Helophilus trivittatus pasó unos instantes deleitándose con una
caléndula en flor, la primera de este otoño. Es la primera y la única vez que la he observado hasta ahora. Se trata de un sírfido de tamaño algo mayor al habitual, quizá tanto como el más grande de los que visitan la terraza,
Eristalis tenax. aunque más estilizado. También en una ocasión durante este mes se ha presentado la
Xantogramma pedissequum, una bonita especie de vivo contraste amarillo y negro que sólo había visto en una ocasión, precisamente en aquel abril de 2015.
Nunca descarto observar más especies puesto que en el campo que nos rodea he observado al menos un par de especies más que no reconozco y nunca he observado entre las flores de casa. El pasado agosto, aunque fue en Sueca y no en Cullera, observé por primera vez a la
Volucella zonaria, un enorme sírfido de tamaño superior al de un abejorro. Sería estupendo que alguna vez se pasara por las flores de la terraza. Quién sabe si en un futuro, y con la introducción de plantas que florezcan de manera ininterrumpida durante todos los meses cálidos, la afluencia y variedad de insectos consigue aumentar todavía más su ya interesante diversidad.
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