domingo, 8 de diciembre de 2013

La vorágine destructiva de los gorriones

Commelina con todos los tallos cortados
No falla. Es llegar el otoño-invierno y los gorriones, que durante la primavera y el verano han sido visitantes testimoniales de la terraza, empiezan a obsesionarse con visitarla y romper unas pocas plantas. No lo hacen con todas, pero prácticamente ninguna se libra de recibir al menos un picotazo.

Siempre que me asomo a las plantas en invierno y abro las puertas, me salen varios gorriones allí. Los veo apostándose en la terraza ya desde la calle y se pasan varias veces cuando estoy regando o dando cuidados a las plantas, huyendo cuando se dan cuenta de que todavía no me he ido, como esperando a que me marche para venir todos en tropel a investigar qué romperán hoy. De vez en cuando también se pasa el colirrojo tizón, éste más benigno, pues es un ave insectívora que es más que bienvenida.

Su obsesión con los Oxalis es ya preocupante. Este año a lo visto han encontrado tan grandes a los Oxalis triangularis y bowiei que apenas se han atrevido a romperlos, pero con las especies nuevas que planté en otoño están haciendo igual que con los anteriores cuando llegaron a finales del año pasado: no dejan ni una sola hoja entera. Al Oxalis articulata, que vino con algunas hojas todavía y al enterrarlo siguieron creciendo, sólo le han dejado los pedúnculos. Ahora ya no está como en la foto, pues he cortado dichos pedúnculos a ras de tierra y cubierto la maceta con una jaula, a fin de que desarrolle nuevas hojas y crezcan enteras. Con los Oxalis tetraphylla no sé si han sido ellos o no, pero las plantas casi no han crecido desde finales de verano y tampoco les queda ni una hoja entera. Otros dos Oxalis, el debilis y el latifolia, directamente los hice crecer bajo jaulas para evitar más disgustos. Aún así, al primero le faltan trozos en dos hojas que parecen indicar que los gorriones, llevados por su curiosidad, se introdujeron por entre las macetas y la jaula para picotearlos (la jaula no toca suelo, sino que la apoyo en el borde de las macetas). Por suerte han abandonado este hábito explorador.

Oxalis sin folíolos
Otras plantas que comienzan su andadura en la terraza están sufriendo daños a manos de estos paseriformes. Obtuve dos esquejes de Commelina, una benghalensis y otra más pequeña sin identificar todavía. A la pequeña le rompen alguna hoja de vez en cuando, pero a la grande la están destrozando a base de bien. En la foto se aprecia cómo han cortado todos los extremos de los tallos, por donde la planta ya no podrá seguir creciendo y tendrá que sacar fuerzas extra para volver a ramificarse y crecer. Teniendo en cuenta que la planta es un esqueje que apenas lleva dos meses enterrado y necesita energía para enraizar y crecer, no creo que este incidente tenga poca importancia. Al final habrá que buscarle también una jaula para ella.

Ya no sé qué medidas tomar, pues se me acaban las jaulas donde esconder las plantas. He pensado incluso en aprovechar que el rincón trasero de la terraza está cubierto con un armazón de madera (un proyecto de aviario que nunca construí, hace años) para cubrirlo totalmente con malla anti-pájaros de la que suelen vender en las secciones de jardinería. Debería tapar toda la parte superior y un trozo de lateral que queda descubierto -el resto ya tiene reja metálica, por donde trepa la Passiflora caerulea. El caso es que con este sistema ni podrán entrar otros pájaros ni creo que dure mucho, porque si la malla está hecha de material plástico seguro que después del verano que viene se cae a trozos por la parte donde le da más el sol.

Está visto que cuando por fin ya no hay ni hongos ni insectos -lo segundo es relativo, pues sigue habiendo pulgones y cochinillas en algunas plantas- la amenaza continúa, aunque sea de manos (más bien de pico) de unos seres que quizá hagan esto sólo por diversión, pues los trozos de planta rota casi siempre se quedan allí, no las dañan para alimentarse. Hay que extremar la vigilancia y esperar a que en primavera vuelvan a olvidarse de ellas.

2 comentarios :

  1. Una gata es una buena solución para ese problema. Te trae otros, las cosas como son, pero los gorriones no se atreven a bajar...........

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    1. Mucha complicación un gato, además de que ahuyentaría a todos los demás pájaros y también de vez en cuando les da por escarbar y romper cosas... sin contar que podría escaparse fácilmente a la terraza de la vecina. Y lo principal, que no estoy allí todos los días y los animales necesitan atención.

      Lo de los gorriones a veces es desesperante pero lo cierto es que todo, todo no lo rompen. Da mucha rabia en su momento, pero al cabo de un tiempo se les pasa y todo vuelve a la normalidad. Por ejemplo, al igual que han destrozado los Oxalis y la Commelina, han estado teniendo al lado plantas muy pequeñas de Nepeta y Viola y ni las miran. Y cuando comienzan a picarlo todo (sobre octubre) muchas plantas las tocan una vez y no vuelven a molestarlas el resto del otoño-invierno. Las anémonas, por ejemplo, las tienen muy a mano y sin embargo no he visto que hayan picado alguna, y eso que son tan tentadoras como los Oxalis, con las hojitas tiernas brotando de bajo tierra...

      A base de observación voy haciendo lo posible para no tener que tomar medidas más drásticas. Cuando las plantas de Oxalis son muy grandes ya no las tocan... es cuestión de usar las jaulas el primer año y luego dejarlos a su aire. Además en primavera se les pasa la tontería y dejan de picotearlo todo. El Oxalis tetraphylla comenzó creciendo tapado con una reja por precaución y cuando ya no cabía, la quité y no noté que hubiera hojas rotas.

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