jueves, 5 de diciembre de 2013

Tramo final de 2013

Erodium x variabile
Encaramos ya diciembre y con él vendrá el inicio de un nuevo invierno y el final de otro año. El tiempo de estos días ha permitido tomarse un respiro con las plantas, que requieren menos visitas y menos cuidados durante éstas, salvo aportar algo de humedad en macetas donde crecen plantas semilleras o en macetas pobladas de plantas grandes que consumen mucha agua.

Decía hace algo más de un mes que octubre fue un mes loco, pero desde luego noviembre lo ha sido mucho más: para entendernos, pareció como si pasáramos de golpe del tiempo de mediados de mayo al de finales de enero. De un calor que todavía obligaba a llevar manga corta en las horas centrales del día pasamos a una segunda mitad de mes en la que las temperaturas cayeron de media entre 7 y 10 grados centígrados. Ha llovido en días bastante separados entre sí y ha habido otras tantas jornadas de cielos tapados, pero a pesar de que la cantidad acumulada durante el mes no ha llegado ni a 50 mm., a las plantas ha habido que regarlas muy poco.

Caléndula doble
Durante estos días el número de flores visibles se ha ido reduciendo considerablemente, a pesar de que muchas plantas de clima templado parecen seguir impasibles como si estuvieran en primavera. Las caléndulas cada vez sacan flores más grandes, de un intenso color naranja que se va atenuando a medida que envejecen. Las de flores simples se cierran por las noches, mientras que las dobles, como las de la foto, se quedan inmóviles. Junto a ellas continúan floreciendo un montón de nomeolvides chinas y la misma espuela de caballero de hace casi un mes, que no sé si será por el tiempo fresco, pero las flores que tiene casi no se han estropeado y ya está a punto de abrir unas cuantas más en las dos ramificaciones que tiene a los lados del tallo central.

Consolida ajacis
Al montón de semilleros que sigo vigilando y cuidando he añadido algunas plantas nuevas traídas de vivero, con un aspecto bastante radiante para la época en la que estamos -incluso floreciendo muchas de ellas- y que espero mantengan o incluso mejoren. Una de ellas es la que aparece en las fotos, el Erodium x variabile, un híbrido que se encuentra en estado natural y que cuenta con varias formas en cultivo. La mía no venía indicada pero casi seguro que se trate de la 'Bishop's Form'. Me gustó esta planta cuando la conocí por su aspecto tan similar a los Erodium y Geranium que crecen silvestres en mi zona, aunque con un porte muy denso y compacto. Es una planta pequeña, rastrera, que parece dispuesta a expandirse siempre que se le dé superficie. Las hojas son pequeñas y crecen muy juntas, dando una sensación de plenitud. Trae muchas flores a la vez y varios capullos sin abrir, no imagino cómo puede lucir cuando alcance cierto tamaño, con temperaturas más agradables.

Las demás plantas que vinieron junto a ésta fueron la rosácea Geum coccineum, de grandes flores naranja; la crucífera Iberis sempervirens 'Tahoe', una tapizante con umbelas llenas de flores blancas pariente de los carraspiques anuales que cultivo; la cariofilácea Arenaria montana, de porte similar a la anterior y con flores blancas de cinco pétalos; y la Ajuga reptans 'Atropurpurea', una lamiácea de porte muy bajo con hojas de color bronceado y espigas de flores moradas, a la cual ya he pasado a una maceta mayor dado que venía con las raíces saliéndose por los agujeros de drenaje. Me llevé una sorpresa al encontrar a todas estas especies pues salvo la Arenaria y la Iberis ni siquiera sabía que la tienda las vendía. Son plantas que he visto en muchos blogs de jardinería y me llamaban mucho la atención.

Erodium x variabile
Las bulbosas van despertando muy poco a poco y todavía no son demasiadas las especies que asoman: Muscari armeniacum, gladiolos enanos, algunos iris holandeses, Ixia y los primeros despuntes de los jacintos son de lo poco que se ve emerger de la tierra. También asoma alguna Fritillaria uva-vulpis y los ranúnculos y anémonas cada vez cubren más sus macetas. También están fuera todos los Oxalis, aunque algunos han acabado destrozados por los gorriones. Otras especies ni siquiera han empezado a romper la tierra y llevan ya dos meses enterrados; no es raro tampoco ya que muchos bulbos emergen de golpe a finales de invierno, poco antes o casi al mismo tiempo que florecen. Además, deben comenzar primero sacando raíces y agarrándose al suelo, cosa que con este frío deben estar haciendo poco a poco.

De momento ha vuelto a salir el sol y esta semana parece que predominarán los cielos despejados sin que suban demasiado las temperaturas, aunque a lo visto a comienzos de la semana siguiente podría volver a llover. Es como si todo el otoño se hubiera condensado a correprisas en sus últimos días en los que, además, el ambiente es más propio del invierno y en zonas abiertas de campo cercanas a mi casa ya se han producido varias heladas. Veremos también cómo sale dicha estación esta vez, pues el hecho de que noviembre haya sido tan frío no tiene por qué ser preámbulo de un invierno igualmente fresco, todo puede cambiar como ya ha sucedido con anterioridad.

No hay comentarios :

Publicar un comentario