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Angelonia angustifolia |
Desde la última entrada, escrita hace una semana, el tiempo que las plantas disfrutan en la terraza ha pasado por algunos cambios como siempre fuera de lo habitual. Si bien se rompió la racha sin precipitaciones con un par de días muy cubiertos en los que cayó una fina lluvia que apenas debió llegar a superar el litro por metro cuadrado -suficiente para regar todas als plantas-, lo que ha venido después ha sido un aumento repentino de temperaturas con días de esta semana que han superado los 22ºC de máxima y con una mínima de récord: 18,2ºC en la madrugada de ayer en Cullera. Hoy las cosas parece que han vuelto a aminorar si bien me ha roto el ritmo que estaba llevando últimamente, visitando la terraza sólo cada tres días debido a que el riego ya no era tan necesario. Ha hecho falta echar un buen chorro de agua a muchas plantas cuyas hojas se encontraban ya colgando, algunas de las cuales no las había regado desde el domingo.
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Tropaeolum majus |
El calor y evaporación no ha llegado a afectar demasiado a las jóvenes plántulas, regadas más que de sobra, que en realidad lo que necesitan es recibir más sol, algo que les empezará a venir cuando el invierno lleve al menos un mes de recorrido y el día alargue. Aunque tampoco sea como para arrepentirse, quizá este año podría haber aprovechado mejor octubre, que no fue tan cálido y contó con lluvia todas las semanas, para adelantar algunas cosas. No obstante, la experiencia de otros años me demuestra que las herbáceas tanto anuales como perennes tiernas pueden estar creciendo y floreciendo perfectamente hasta junio, con lo que un retraso de un mes no sería para tanto. Eso si es que se produce, pues hay plantas que aún pareciendo que van demasiado atrasadas, es llegar el mes de marzo y ya están floreciendo. Algunas tienen menos paciencia: dos
Tropaeolum majus de los sembrados este otoño, uno naranja y otro amarillo, tienen flores ya. También es cierto que han sido las plantas de semilla que menos problemas han tenido y que por tanto llevan un tiempo de ventaja. De todos modos, no me termina de convencer cómo han crecido -pequeñas y amarillentas- y es probable que vuelva a sembrar más en breve para que continúen apareciendo en primavera.
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Gazania |
La renovación de plantas perennes este otoño ha sido escasa. Entre ellas, una de las pocas que encontré fue la
Angelonia angustifolia, una pariente de los
antirrinos de aspecto bastante similar con hojas dentadas y cuyas flores difieren de éstos en que tienen el centro al descubierto (sin el "labio" propio de los antirrinos y linarias) y sobresalen del tallo sujetas por largos pecíolos. La planta es bastante grande y traía muchas flores cerradas, aunque veo que no se da mucha prisa en abrirlas, Espero no obstante que lo mejor que puede ofrecer esté todavía por llegar y se cargue de espigas de flores en los próximos meses. A su lado, una de las
Gazania continúa floreciendo de manera excepcional, puesto que nunca solían hacerlo entre el otoño y el invierno. Otras plantas que seguramente florezcan pronto sean algunos bulbos, aunque como mínimo haya que esperar un mes. Salvo unas cuantas especies, el resto está mostrando un crecimiento pausado que ya me ha hecho escarbar la tierra en más de una ocasión para comprobar si el bulbo en cuestión se encuentra brotando.
A menos de una semana del inicio del invierno, cualquiera diría que lo que va a llegar es la primavera. Ya resulta habitual que ocurra esto todos los años, pues son varios en los que recuerdo que la llegada del invierno y el cambio de año no resultaban particularmente fríos. Lo importante, eso sí, es que sólo quedan unos días para que las horas de luz diurna vuelvan a aumentar.
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