En el vídeo podremos observar, en este orden, uno de los grandes capítulos de la Arctotis fastuosa; a una incansable hembra de Anthophora plumipes utilizando su larga lengua para acceder al néctar de una planta adventicia, la Misopates orontium, de largos tallos y diminutas flores idénticas a los antirrinos; posteriormente, vemos a la misma especie de abeja libando en una Linaria maroccana. Unos delicados linos comunes crecieron a partir de semillas caídas en una maceta frente al contenedor y muestran su multitud de flores azuladas.
Pasamos al contenedor. Las amapolas de viento americanas destacan sobre las pequeñas flores de Gilia tricolor y Linaria reticulata; a un lado, aparecen las pequeñas y níveas flores de la Omphalodes linifolia. Finalmente, una toma ofrece una visión más panorámica de todas las pequeñas flores que comparten espacio en este punto, siendo visitadas por un frenético macho de Anthophora plumipes, que apenas necesita una fracción de segundo para sacar el alimento necesario que le puede ofrecer una flor.
Observamos el bello color azul de la Phacelia viscida y seguidamente pasamos a los tonos púrpura de las fragantes y duraderas Leucocoryne 'Andes'. Volvemos a dar un salto al contenedor para observar cómo una abeja roja se entretiene con el polen de un aciano, ofreciendo un contraste de colores explosivo. Pasamos al rincón más resguardado de la terraza, donde florecen los inmaculados narcisos 'Thalia' y las pequeñas campanillas inglesas. No muy lejos, el Oxalis articulata comienza su habitual espectáculo primaveral cargándose de florecillas rosadas.
Volvemos al contenedor unos días después y el sol ilumina a una espiga de espuela de caballero cargada de flores; la Omphalodes linifolia ha ganado también unas pocas flores más, al igual que las neguillas 'Milas'. El crisantemo silvestre, sin embargo, todavía está empezando a florecer. Volvemos a abandonar el contenedor para conocer a las salvias: la primera es la recientemente puesta de moda como alimento Salvia hispanica, la chía. La siguiente, la mucho más conocida Salvia officinalis. Sólo la segunda llama la atención de los insectos, con sus mayores flores cargadas de néctar. Finalmente, vemos cómo el viento tambalea a las Arctotis fastuosa y a las efectivas Vaccaria hispanica, de rápido crecimiento pero también apresurada floración.
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