Gilia capitata |
No todas las semillas se distinguen fácil. Las muy, muy pequeñas tienen que tener algo que destaque. Las de amapola, por ejemplo, tienen forma de riñón, y las de amaranto son esféricas y brillantes. En cambio, sería imposible diferenciar entre semillas de linarias. No obstante, con el tiempo uno puede afinar y obtener lo que quería sin tener que comprar algunas especies por separado y gastar más dinero. Y ahí es donde comienza la experiencia con la planta que protagoniza la entrada.
Gilia capitata es, como su pariente Gilia tricolor, una anual norteamericana muy popular. La venden prácticamente todas las tiendas de semillas europeas y estadounidenses y es tan fácil de cultivar como su congénere. En las mezclas de semillas que he ido adquiriendo se afirma que va incluida, aunque a veces erróneamente catalogada como Gilia leptantha, error cuyo origen desconozco ya que incluso al buscar este nombre en Google encontramos fotos de Gilia capitata; la verdadera leptantha tiene, en realidad, flores individuales y rosadas y no los cúmulos de flores azuladas de la otra.
Dos cabezuelas muy juntas |
Luego ha habido que tener paciencia. Las Gilia tricolor no han parado de florecer desde febrero, pero las capitata todavía empiezan a abrir flores ahora, a mediados de abril. La cabezuela que sostiene las flores comienza a desarrollarse pronto y ve pasar las semanas casi invariable hasta que abre la primera florecilla. La espera vale la pena, pues las plantas se cubren rápidamente de flores. Éstas tienen una forma muy ligeramente similar a las de su pariente, con estambres sobresalientes y pétalos de un sólo tono, un color azulado similar al de los linos aunque más cerca del azul. Las agrupaciones casi esféricas de flores suponen un reclamo para los insectos, que las han descubierto enseguida y están sacándoles provecho. Espero que esto se traduzca en una buena producción de semillas y no haya que andar más con la lupa y las pinzas separando a ojo las de esta planta tan vistosa. Una futura imprescindible en la terraza, sin duda.
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