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Agrostemma githago 'Milas' |
Lo de este período otoño-invierno-primavera no es normal. A finales de agosto hubo unas lluvias copiosas, igual que había ocurrido en 2012, y aunque sabíamos que el verano no había terminado todavía, parecía ser el primer signo de que el otoño estaba próximo. Nada más lejos, fuimos encadenando récords meteorológicos nefastos: el septiembre más seco en muchos años, el octubre más cálido (con un montón de días que las mínimas no bajaban de 20ºC) y un noviembre que seguramente dio las temperaturas mínimas y máximas más altas registradas en la historia reciente, pues todavía llegó a haber una mínima de 20ºC y una máxima por encima de los 30. Y todo esto sin llover, o con lluvias que parecen mucho el día que caen pero son insuficientes, sin que la temperatura ayude. El invierno fue excepcionalmente suave y febrero, el mes que uno espera que vengan los últimos coletazos de frío, tuvo máximas superiores a las del pasado marzo. Y aquí estamos, en abril, con la mitad de lluvia acumulada en 2014 que durante los primeros tres meses del año pasado (50 mm. frente a 100).
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Limonium sinuatum |
Hoy he estado en algunas zonas donde he fotografiado durante estos años plantas silvestres para mi blog
Flora de Cullera y el aspecto es desolador, pero lógico. En puntos donde las plantas dependen exclusivamente del agua que acumule la tierra por las lluvias y humedad ambiental, hay tierra seca y paja en lugar de la maraña de hojas de las leguminosas, fumarias y geranios. Las orquídeas y bulbosas silvestres han terminado muy pronto su ciclo y sólo florecen las plantas más resistentes al hábitat pedregoso de matorral. Así, se entiende que en casa muchos
bulbos del contenedor no hayan sido capaces ni de enraizar o las semilleras del otro contenedor hayan tenido bajas incluso regándolas cada dos días, eso cuando no han quedado raquíticas. Sólo han prosperado las más adaptables.
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Limnanthes douglasii |
Debido a esto y esperando que la situación cambie al menos para la temporada 2014-2015, he comenzado a ir ideando posibles soluciones para el año que viene. A los bulbos los iré colocando en recipientes menos aparatosos, y para el contenedor de herbáceas tengo pensado añadir una capa superficial de vermiculita, que retiene el agua, a ver qué pasa. Por lo pronto, sigo disfrutando de unas pocas especies que han florecido bien allí, y las que no -no todas, porque había muchas- al menos he tenido la suerte de sacarlas adelante en macetas dado que hice esto con la intención de asegurar plantas que me diesen semillas, aunque hubiera preferido también tenerlas a todas combinadas en aquél espacio.
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Vaccaria hispanica |
He puesto muchas fotos de floraciones hasta ahora, y es que prácticamente el inicio de la primavera pareciera haberse dado a finales de enero, con lo cual, a menos que mayo sea excepcionalmente fresco y lluvioso, este espacio temporal que queda entre el fin de las floraciones de temporada y el inicio del otoño puede hacerse angustiosamente largo. Si todo empezó antes, acabará antes. Sin embargo, gracias al microclima creado en las macetas, con el calor ambiental y buena humedad proporcionada por los continuos riegos, además de la movilidad -que me permite mantener a las plantas en un rincón iluminado sin sufrir el sol directo hasta que son grandes- muchas de las plantas en recipientes están más bonitas que nunca. Ya hablé de las
Nemophila, las
amapolas de Islandia, las
Fritillaria y otras, y ahora sus compañeras se unen a la fiesta de la floración.
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Fritillaria meleagris |
En el rincón de más sol de la terraza se yergue esplendorosa la
Agrostemma githago 'Milas'. El año pasado tuve la variedad original, la neguilla, una planta típica de los cultivos de cereal con cáliz globular, largas brácteas y unas flores que parecía que no se abrían nunca. La variedad 'Milas' soluciona este problema y de qué manera: nunca he visto una
cariofilácea de flores tan grandes -a excepción de claveles del florista y similares-, rosadas y con el clásico aspecto de cinco pétalos de muchos miembros de su familia, como la
Vaccaria hispanica que también florece estos días en el contenedor aunque de manera raquítica, nada que ver con los ramilletes de flores del año pasado. A la 'Milas' también la puse en el contenedor, pero las plantas no han crecido bien. Esta de la foto, sin embargo, mide casi un metro de alto y tiene sus raíces en una maceta de apenas 10 cm. de profundidad y anchura. La planta es ideal para combinar con otras hierbas, pues es estrechísima, como un carrizo, y las flores destacan enormemente con sus 5-7 cm. de diámetro.
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Lychnis viscaria |
A su lado, aunque mucho más abajo, florece con intensidad la
Limnanthes douglasii, conocida como "huevos fritos" por su aspecto. Una encantadora planta del mismo tamaño y procedencia que las
Nemophila aunque perteneciente a su propia familia, Limnanthaceae. Sus hojillas divididas están adornadas por grupos de flores con pétalos mitad blancos mitad amarillos, una combinación que se nos antoja similar a la de las margaritas aunque se ve mucho más contrastada incluso de lejos. La planta florece muy de golpe: apenas ha pasado una semana desde que se abrió la primera y solitaria flor y ya hay más de 20 a la vez. Otra planta excelente para combinar con pequeñas herbáceas y que extrañamente no prosperó en el contenedor, pues las pocas plantas que había han desaparecido totalmente de allí.
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Oenothera speciosa |
Sí han funcionado en dicho espacio plantas como la estátice,
Limonium sinuatum. Esta especie comencé a sembrarla en primavera de 2013 y no fue demasiado bien, aunque aún conservo una maceta con dos plantas de aquel entonces. En el contenedor hubo una que floreció muy mal en verano, y no le hice mucho caso. Cuando preparé el sitio para volver a plantar no sembré ninguna más debido a que sus rosetas de hojas son muy anchas y tapan mucho suelo. Sin embargo surgió un ejemplar en el centro, que visto el estado del contenedor lo dejé en su sitio pues no molestaba mucho. Me alegro de haberlo hecho, porque ha crecido perfectamente y por vez primera puedo disfrutar de sus flores. Éstas son pequeñas y blancas y crecen en cimas sobre tallos alados, pero lo que llama la atención es que están envueltas en unas brácteas similares a papel de colores, en este caso morado.
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Commelina benghalensis |
También se abre en el contenedor la hermosa
Oenothera speciosa. Me parece increíble no haber tenido esta planta el año pasado, pues las semillas me las regalaron en una compra por eBay en enero de 2013, y sembré en macetas al menos dos veces. En el contenedor, en el peor sitio (el que más sol recibe) ahora mismo hay varias plantas que salieron tanto de semilleros como de siembras a voleo. Las flores son desproporcionadamente grandes, con unos 5 cm. de diámetro y situadas en lo alto de tallos de apenas 15 cm. Tienen un bello color rosa pálido y blanco con nervaduras finas, el centro amarillento y los estambres claros. Me hubiera gustado verla combinada con otras plantas de su tamaño, pero crece casi aislada, a los pies de la estátice mencionada antes.
En las macetas dedicadas a anuales y perennes es donde más colorido encontramos. Ha florecido ya la
Lychnis viscaria nueva del año pasado, con sus esplendorosas flores rosadas que este año sin entender muy bien por qué se ven de un color más oscuro. Cerca de ella hay una
anémona que creció al reutilizar la tierra en una maceta y que ha resultado ser una
Anemone coronaria 'St. Brigid', una variedad que fui perdiendo poco a poco y que actualmente sólo estaría representada por este ejemplar y uno que hay en la maceta de las anémonas, del mismo color morado. Las blancas de momento no las he visto y, al igual que los
ranúnculos amarillos, no descartaría que hubiesen desaparecido del todo.
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Anémona 'St. Brigid' |
La
Commelina benghalensis va aumentando poco a poco su floración. Es una planta que cuesta un poco de ubicar ya que crece reptando por el suelo, así que en una maceta queda algo desproporcionada, pues se precipita por los lados y serpentea por el perímetro, no siendo capaz de enroscarse como una trepadora. Si estuviese en una maceta colgante, posiblemente crecería demasiado larga hacia el suelo. Quizá la mejor ubicación sería sobre un punto elevado y amplio, haciendo que lo coronase con sus tallos. Las flores son muy originales, pequeñas, también de las pocas privilegiadas en ofrecer un azul auténtico.
Todavía queda mucho por ver en esta primavera y sobre todo en el largo periodo que queda aún para ponerse a preparar mejor la temporada siguiente, aunque las buenas ideas no dejan de fluir desde ya mismo. Por lo pronto hay que tener claras dos cosas: que va a hacer falta mucha agua para mantener bonitas a las plantas y que este es precisamente el objetivo a conseguir: ver crecer la belleza.
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