sábado, 13 de junio de 2015

Malva 'Mystic Merlin', una silvestre vestida de gala

Malva sylvestris 'Mystic Merlin'
Este año en la terraza mi intención era ver florecer hasta 5 especies de malvas, las cuales son sencillas de cultivar y además tengo ya experiencia con varias. La cosa ha salido a medias: fracasos con algunas especies, ausencias inesperadas y bajadas de nivel en otras. Las Malope trifida las tuve que sacar del contenedor y no sobrevivieron hasta la floración, mientras que en otra maceta, lo que creía que iban a ser Lavatera trimestris resultaron ser las mencionadas Malope; las Sidalcea murieron al verse sobrepasadas por sus vecinas y las Alcea redujeron su presencia de tres a un solo ejemplar, que he dejado florecer pero arrancaré al final del verano para volver a sembrar a fin de renovar con plantas sanas. La especie nueva de este año ha resultado ser, por su parte, una estupenda opción para tener una planta cargada de flores al final de la primavera.

Flores
Malva sylvestris es una especie sobradamente conocida propia de herbazales nitrófilos, esto es, casi cualquier terreno alterado por nosotros, desde las huertas hasta los descampados a las afueras de las ciudades. No obstante, en el entorno cercano a Cullera y la comarca de la Ribera Baixa es mucho más frecuente que este papel lo ocupe la Lavatera cretica, especie emparentada de malva con flores rosadas algo menores. La Malva sylvestris que he cultivado no es la forma original, sino un cultivar denominado 'Mystic Merlin' que saca partido a esta especie a priori no demasiado decorativa.

Grupo de flores
La 'Mystic Merlin' empieza creciendo de manera muy similar a una Alcea. Las hojas de la base, con largos peciolos y palmadas, cada vez salen más grandes. Conviene plantarla en una maceta grande y a ser posible no mezclarla con otras plantas dado que es más que probable que las tape y les quite luz. Yo la mezclé con varias Nicotiana alata y la Phacelia grandiflora y no ha habido problemas, aunque han ocupado al límite la maceta de 32 cm. de diámetro donde las puse. A medida que pasa el tiempo y nos acercamos a la primavera, las hojas dejan de renovarse y empieza a aparecer la floración. El primer año que sembré las Alcea tardaron desde una semilla plantada en septiembre hasta la primera floración siete meses, a finales de marzo; la Malva sylvestris ha tardado más o menos lo mismo, ya que la sembré sobre noviembre. Supuestamente es perenne y/o vivaz, igual que su pariente.

Vista de los tallos florales
Cuando la planta abrió sus primeras flores, a finales de mayo, comenzaba a vislumbrarse que el cultivar tiene un modo de crecer similar al de las Alcea, esto es, con altos tallos que se erigen hacia el cielo cargados de flores que se van abriendo en días sucesivos de abajo a arriba. Los tallos también poseen hojas, y no sólo flores como ocurre con su pariente, pero este cultivar mejora el aspecto de la planta original silvestre con una flores de gran tamaño, de pétalos anchos intensamente coloreados de púrpura de dos tonos, siendo el interior y las nervaduras de color más oscuro. No despiden ningún aroma y no parecen llamar demasiado la atención de los insectos, si bien una araña cangrejo se ha instalado en ellas y modificado su cuerpo con un bello colorido rosado. Desgraciadamente, no pude hacerle una foto en su momento y posteriormente ya no la he relocalizado, debido quizá a la pérdida progresiva de flores de la planta que y por tanto del cobijo necesario para este arácnido mímico de las flores.

Una de las primeras flores, en mayo
La diferencia de las espigas de flores de la Malva con la Alcea reside en que las flores, más pequeñas, también crecen de manera más profusa, especialmente cuando llegan al extremo final de cada tallo. La planta es bastante resistente, aunque la falta de agua enseguida pone sus hojas blandas, que recuperan consistencia tan pronto como se riega, aunque suele deshacerse pronto de las hojas maltrechas y seguir creciendo.

Dependiendo cómo termine la planta durante el inminente verano, decidiré si dejarla o por el contrario volver a sembrar de nuevo, ahora conociendo bien su desarrollo. En esta ocasión creo que no sería mala idea mezclarla con algunas de sus parientes, de manera que se fuesen alternando entre ellas, a modo de muestra de lo que pueden dar de sí las plantas de esta familia.

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