jueves, 14 de agosto de 2014

El cénit del verano

Dianthus chinensis
Va a parecer que, con tantos días sín escribir, haya dejado el blog cerrado por vacaciones. No es así para nada: simplemente, la comunidad de plantas de la terraza ha entrado en una monotonía por otra parte habitual de estas fechas. Las visitas son más cortas: sólo hay que regar lo justo y lo poco que queda, ya que este año tampoco se ha librado de ver caer a muchas plantas de las que esperaba más. A su vez, mientras las anuales terminan su ciclo, las bulbosas-tuberosas todavía no han reiniciado el suyo o lo están haciendo poco a poco. Son menos macetas que regar.

También hay que remarcar que el verano se ha endurecido, aunque dentro de lo normal para las fechas, durante esta quincena. Ha hecho bastante calor de manera más frecuente que el mes pasado y sólo hoy se puede hablar de un punto de inflexión, ya que una masa nubosa está moviéndose desde el noreste y la primera entrada de nubes ha dejado unos escuetos 1,8mm en Cullera que no han estado nada mal, volviendo a dejar charcos en las calles y cielos grises. Se espera más para mañana y pasado, aunque todo apunta a que serán lluvias discretas, nada que ver con las fuertes tormentas que algunos años han tenido lugar en agosto, además a finales de mes.

Oenothera speciosa
Lo importante ahora es organizar un esquema de trabajo para realizar todos los cambios posibles de la manera más dinámica. Por ejemplo, en el contenedor de las flores sólo quedan unas pocas plantas y podría ir planteando ya el vaciado del sustrato para colocar inmediatamente el nuevo, almacenado allí al lado, y con ello ya tendría listo para plantar uno de los puntos más importantes de la terraza, aunque con este calor y a falta de saber si las nubes se volverán más habituales, la preparación de los semilleros de momento intentaré dejarla de tal manera que las primeras plantas deberían empezar a ocupar su sitio definitivo no antes de mediados de septiembre. Quedan todavía plantas allí que a estas alturas vuelven a florecer, como el Dianthus chinensis o las Oenothera speciosa. Por lo demás, el grueso principal del verde que queda son todo alfalfas, que puedo arrancar sin preocuparme.

En otros rincones, necesito hacerme con algunos recipientes grandes para reorganizar las plantas y buscar, una vez más, ese emplazamiento definitivo ideal que me permita disfrutar de ellas sin grandes cambios entre temporadas. El rincón trasero de semisombra, que tan bien quedó al remodelarlo este invierno colocando nuevas baldas, está ahora lleno de macetas bien ordenadas pero vacías, algunas de las cuales pertenecientes a proyectos que no consiguieron ni arrancar -una de las macetas más grandes iba a estar llena de aguileñas y ni siquiera germinaron. Mi idea es colocar contenedores ajustados para juntar plantas herbáceas de cuidados similares, incluyendo a las ya presentes Digitalis purpurea, las cuales ya merecen un cambio a mejor debido a que llevan años creciendo en una humilde maceta con apenas 15 cm. de tierra. También irán allí algunos bulbos para minimizar riesgos derivados de la exposición al sol que, aunque cueste de creer, en marzo ya empieza a ser peligroso. Actualmente, además de pequeñas plantas en crecimiento, vivaces todavía verdes y las resistentes crasas y especies como los Oxalis que esperan al otoño para retomar su actividad, florece con profusión la Callistephus chinensis.

Callistephus chinensis
Hablando sobre la parte negativa, he perdido un número significativo de plantas y todas ellas por el mismo motivo: exceso de humedad acumulada en la mitad inferior de sus macetas. Para la próxima temporada habría que encontrar el término medio: si bien este año me he preocupado más en mantener una constancia con los riegos, ahora hay que entender que algunas especies necesitan una menor cantidad o bien un sustrato que pueda dejarse secar con más eficacia para evitar excesos. Casi todas las plantas que se han ido pudriendo podrían haberse salvado simplemente dejando de regar tantas veces como hiciera falta hasta ver a la planta ya necesitada de agua. El problema es que muchas veces, sobre todo en verano, un mal día de viento seco puede acelerar el proceso con demasiado poco margen de corrección. Así que, a partir de ahora, más agujeros de drenaje y más arena, perlita o vermiculita mezcladas con la tierra.

Los apenas quince días para que termine el mes se van a hacer eternos si no hay un cambio de tiempo muy destacado, pero no serán más que una pequeña espera antes de que empiece a acumularse el trabajo de preparación de la nueva temporada. Así pues, es hora de tomarse esto como un breve descanso antes de comenzar a urdir los planes para que la próxima temporada sea mucho más espectacular.

No hay comentarios :

Publicar un comentario