jueves, 29 de enero de 2015

Que no falte el viento

Oxalis pes-caprae
Como ya viene siendo costumbre desde hace unos años, enero tiene que tener sus episodios de fuertes vientos de poniente. No me queda claro -debería consultar registros- si esto ha sido así siempre y sólo me empecé a fijar desde hace unos años, o efectivamente es desde hace poco cuando ha comenzado a darse esta situación que suele aparecer aleatoriamente en noviembre, diciembre o enero, a veces en todos ellos consecutivamente, y otras tantas en primavera. En estos casos encontramos que las aves tienen dificultades para volar y algún que otro árbol aparece roto o derribado poco después. Hoy ha comenzado a soplar ya a unos 10-15 km/h constantes y con ráfagas ocasionales a casi 50, y AEMET marca con alerta por viento los días comprendidos entre hoy y el sábado. Por suerte, la ubicación de la terraza suele proteger bastante a las plantas en situaciones de fuerte poniente, ya que el viento sólo se hace notar con fuerza en la barandilla que da a la calle. Nunca han habido daños por este motivo más allá de alguna que otra vez que el cesto de las hojas secas se ha volcado.

El caso es que lo que se esperaba para finalizar esta semana era un posible desplazamiento del viento frío de Siberia hacia Europa por el efecto cinta transportadora de los anticiclones, pero al parecer la situación ha cambiado lo suficiente durante la semana y precisamente el poniente lo desestabilizará todo. Probablemente hasta sea más fácil que cayesen algunas gotas, pero no una lluvia de importancia.

Dimorphotheca sinuata
Por la terraza el crecimiento en muchas plantas anuales es espectacular, estando irreconocibles tras apenas una quincena; por su parte, las que han de brotar de bajo tierra todavía dan la sensación de que la primavera está muy lejos. En el contenedor ya casi no cabe ni un alfiler y muchas plantas que hasta hace nada eran diminutas ya se encuentran en la línea de los 10 cm. de altura e incluso comienzan a poner en aprietos a sus vecinas.

En cuanto a flores, lo que hay no es sino una continuación de lo que se ha ido viendo a lo largo del mes: cada vez más Mauranthemum paludosum florecidas, entre ellas las del contenedor, y la Dimorphotheca sinuata ha pasado en una semana de tener 2 a tener 11 capítulos abiertos a la vez, más los que puedan venir. La planta ha superado de lejos en desarrollo al único ejemplar que tuve el verano pasado. Veremos si las que tengo planeado sembrar para la primavera consiguen ponerse tan bonitas, mostrar algún color más -supuestamente las hay blancas y naranjas, pero siempre me salen amarillo anaranjado- y estar tan cargadas como la actual, a la que sólo le noto que los capítulos no consiguen abrirse del todo quizá más por falta de temperatura que de luz directa: por ello, la puse en una zona de sol más intenso, puesto que estaba en una esquina que, si bien en primavera-verano es uno de los lugares más soleados de la terraza, en los días cortos de invierno el sol deja de incidir antes de mediodía.

Mauranthemum paludosum
En el rincón trasero florece un solo Oxalis, un viejo conocido que llegó a casa de manera accidental y que, por muy visto que lo tenga, he acabado aceptando como uno más de la colección. Se trata del Oxalis pes-caprae, una especie sudafricana muy frecuente, invasora más bien, en los cultivos de nuestra zona y otros terrenos alterados umbríos y con cierto grado de humedad. Es una especie que crece en otoño, brotando desde pequeños tubérculos en forma de gota de agua que parecen bulbos sin el plato basal de las raíces; florece desde dicha estación hasta principios de primavera.Tiene flores color amarillo pálido, sulfuroso, y crece como una mata rastrera. De hecho, ni siquiera las flores se sujetan derechas como en las otras especies que tengo; de ahí que en la foto se vean sobre un lecho de plantas de Stellaria media, que está en la maceta contigua: se trata de una polizonte en la terraza que también traje accidentalmente hace dos inviernos y ha venido para quedarse.

De seguir así el tiempo y pudiendo las plantas continuar aprovechándose de la situación, parece que el camino a la primavera se va volviendo algo más fácil. Pronto comenzará la emoción de traer nuevas plantas a la terraza, algunas para reponer las bajas de la misma especie que ya hubo, otras tantas nuevas. Al invierno le quedan todavía dos meses de recorrido, sí, pero eso es sólo un trámite que responde más al calendario que al buen tiempo que está por llegar.

No hay comentarios :

Publicar un comentario