Umbelas de eneldo |
Las semillas esparcidas en primavera de 2012 no germinaron, y a lo visto se conservaron secas y sin brotar en el sustrato que fue yendo de maceta en maceta porque al reutilizar la tierra para bulbosas y anémonas, en invierno, es cuando empezaron a brotar. Ahora florecen, pero en la entrada haré hincapié a un ejemplar que destaca sobremanera entre todos ellos.
Al eneldo (Anethum graveolens) no le gusta demasiado un ambiente seco. Alguna planta brotada en macetas más pequeñas acabó quemada, y no me explico cómo es posible pues que en una maceta con bulbos varios (Sparaxis y Muscari) que tengo a pleno sol y que prácticamente no riego porque las plantas están aletargadas, han conseguido florecer después de sufrir las consecuencias del calor y sequedad y prácticamente sólo recibir agua de lluvia, esto es, en los únicos tres o cuatro días que ha llovido en mayo.
Pero si nos vamos al rincón de semisombra, la cosa cambia. Aunque las plantas tampoco están perfectas, al tener algo menos de sol apretando y recibir agua más a menudo, varios ejemplares han prosperado en una esquina donde hasta hace un mes lucían las flores de las anémonas 'St. Brigid'. Dichas plantas han pegado un estirón considerable y un ejemplar entre ellos, el de las fotos, ha sobrepasado hasta casi doblar en altura al resto.
Vista parcial |
El eneldo es una planta que se cultiva con fines culinarios tanto por sus semillas -que suelen usarse para aromatizar los pepinillos en conserva- como sus hojas. A mí me gusta bastante su olor y sabor, pero como siempre digo, ninguna de las plantas que cultivo en la terraza tienen otra función más allá de la mera curiosidad, pues ni tengo una cantidad suficiente como para explotarlas ni compensa dedicarle sitio a este fin cuando en cualquier supermercado tenemos la especia ya preparada en cantidad más que suficiente y por un precio económico.
Esta planta se convierte, si exceptuamos a las trepadoras que se alargan hasta varios metros, en la planta más alta que he tenido nunca en la terraza. Ha habido ejemplares grandes, pero este humilde eneldo que surgió de manera inesperada como tantas otras hierbas se ha llevado el honor.
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