Oxalis triangularis |
Las lluvias en esta ocasión, al contrario de lo que ocurrió con la tormenta del 1 de octubre, han sido más generosas en Sueca, donde vivo, que en Cullera, lo cual no significa en absoluto que las de Cullera se hayan quedado cortas. Mientras que en Sueca se han sumado entre los días 28 de noviembre y 1 de diciembre un total de 89,8mm, en los mismos cuatro días en Cullera han caído 62,4mm. En conjunto suman más que todo lo que llevábamos de otoño hasta ahora, aunque la lluvia del 1 de octubre fue más abundante individualmente, y también la más poderosa de este 2014 por la manera y escaso tiempo en que cayó. Eso sí, ayer domingo salió un día excepcional en el que llovió de manera prácticamente ininterrumpida desde alrededor de las 7 de la mañana hasta unas 12 horas después. Las lluvias se produjeron, como suele ocurrir en nuestros otoños, gracias a una borrasca situada en el Golfo de Valencia que fue llegando empujada adecuadamente por los vientos, que variaron desde el SE hasta el N.
Lo ideal para ilustrar la entrada de hoy hubiera sido una foto de las estupendas nubes que observé sobre todo la tarde del sábado, cuando también estuve en la terraza y la tormenta volvía a girar para traer la abundante lluvia del domingo. No lo eché en cuenta y a cambio de eso sólo tengo para poner esta foto de hoy de una de las flores del Oxalis triangularis, que es uno de los tres Oxalis en flor ahora mismo y ya de las escasas especies que quedan floreciendo en toda la terraza.
A menos que la cosa cambiara muy radicalmente, este final de año y comienzo de temporada de preparación para la primavera-verano 2015 está resultando más adecuado para la propagación de plantas que el anterior. El otoño, aunque todavía deficitario en cuanto a precipitaciones y con temperaturas todavía suaves, parece estar siendo más benévolo que el anterior. Ha llovido de momento más que en el de 2013 pero menos que en el de 2012, 2011 y cualquiera desde al menos los últimos 10 años. No obstante se nota que en esta ocasión la humedad es mayor y las temperaturas estables por debajo de los 20ºC contribuyen a un desarrollodo pausado pero seguro en las plantas. El contenedor no deja de llenarse de plantas tanto de semillas que deposité ya germinadas o simplemente sembradas directamente. También ayuda mucho el material empleado, sobre todo la vermiculita. El año pasado no había manera.
Eso sí, al comenzar más tarde este año no hay floraciones otoñales de importancia. El año pasado por estas fechas tenía caléndulas grandes y repletas de flores y las de este año de momento apenas tienen seis hojas. Posiblemente haya que esperar más allá de enero para que la terraza vuelva a llenarse de flores, con lo que posiblemente ya enlace directamente con la primavera y verano; los bulbos este año, aunque todavía me quedan cosas por plantar -los de primavera de 2013 los planté en enero y florecieron estupendamente- seguramente comiencen a florecer en su momento puntual. No les ha faltado agua como a los de 2013-2014 y el crecimiento ya se aprecia en muchas especies, especialmente los Muscari armeniacum, que asoman en todas las macetas donde los he puesto.
Con este panorama por delante, diciembre apunta a que será un mes muy tranquilo. Todos los cambios están hechos ya, la humedad acumulada me evitará regar durante días y las plantas todavía se tomarán un tiempo en florecer, con lo que me puedo dar por satisfecho.
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