La primavera llega a Cullera con unas precipitaciones que alivian momentáneamente la preocupante ausencia de lluvias durante el transcurso de 2016: del 1 de enero al 18 de marzo sólo había acumulados 19 mm., pero entre estos días 19 y 22 de marzo, la cifra ha aumentado en 10,5 mm. Son cantidades todavía escasísimas, pero aún así necesarias durante estos días que, además, están siendo más frescos de lo habitual para una segunda quincena de marzo, otra pequeña compensación por el cálido invierno precedente.
Como es habitual por estas fechas, las anuales que llevan desarrollándose desde el otoño pasado comienzan a entrar en el punto álgido de su floración. Florecen a montones las Gilia tricolor, amapolas de California, Nemophila menziesii y linarias, entre otras. Tanto color, y aprovechando los momentos en que deja de caer agua del cielo, hace que los insectos acudan con mayores ímpetus en busca de alimento. No sólo a las abejas les gusta el polen, pues también atrae a moscas como la Calliphora vicina, con la dudosa reputación de pasar su etapa como larva comiendo carne en descomposición; a la parasitoide de bello colorido Gymnosoma, o a la Syritta pipiens, un sírfido y, esta sí, una mosca totalmente ligada a las flores. También las avispas, como la siempre abundante Polistes dominula, aprovechan para buscar algo dulce entre las flores, algo habitual dado que son omnívoras.
Pero, sin lugar a dudas, son las abejas las que tienen más trabajo estos días. Las Apis mellifera no dejan de visitar cada vez más flores, explorando nuevas posibilidades para aprovechar al máximo sus visitas a la terraza. Las Anthophora plumipes también siguen llegando a diario, siendo ahora bastante frecuentes los nerviosos machos, dificiles de captar debido a su rápido vuelo y prácticamente ninguna intención de posarse más allá de medio segundo en alguna flor que requiera profundizar algo más con su larga lengua para obtener néctar. Otras especies solitarias, como las del género Andrena, también han encontrado esta isla de flores de colores variados en el centro de la ciudad.
Floraciones de bellos colores se prolongan como las de la Leucocoryne 'Andes', una bulbosa chilena de flores perfumadas relacionada con los ajos, o la Phacelia viscida, de llamativo color azul intenso, que le confiere un aspecto que parece aunar caracteres de Nemophila con Borago. No se pueden pasar por alto tampoco las grandes agrupaciones de flores de la Schizanthus x wisetonensis o los últimos narcisos 'Tête-à-tête'. Primavera en estado puro.
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