martes, 29 de marzo de 2016

Mammillaria spinosissima, pinchos y guirnaldas

Mammillaria spinosissima
Desde que descubrí lo bonitos y fáciles de obtener que eran los cactus en flor, siempre que he tenido oportunidad he traído alguno a casa. Y, sinceramente, no tengo más porque temo quedarme sin sitio para otras plantas, ya que las cactáceas siguen siendo tan populares y fáciles de encontrar por todas partes -hasta supermercados- que no resulta difícil hacerse con varias especies de ellas. Aún así, siempre hay una época del año en la que apenas hay novedades, allá por otoño-invierno, en la que siempre pienso en salir en busca de algunas especies más y, casi seguro, algún año cumpliré con lo planeado.

El protagonista de esta entrada es el Mammillaria spinosissima, una de las especies más populares y fáciles de encontrar de este género tan ampliamente conocido y cultivado. Es probable, además, que la variedad que tengo sea la llamada 'Rubrispina', que posee espinas rojizas que le confieren un halo de esta tonalidad a la planta entera. Hay ejemplares con espinas blancas y un aspecto no demasiado diferente: aparentemente las espinas largas son más largas y rectas, mientras que las rojas, además de más cortas, ocasionalmente se curvan en el extremo a modo de garfio. Por lo demás, la planta no presenta muchas más diferencias entre una variante y la otra.

Detalle de las flores
La planta la compré en un vivero, a un euro, en abril del año pasado. Lo hice porque la vi con unas pocas flores y me pareció pues un ejemplar afianzado, que o bien continuaría floreciendo en aquel entonces o lo haría a la temporada próxima. Al final, como se ve en la entrada y si se busca en el blog, lo ocurrido ha sido lo segundo. El año pasado terminó de florecer durante la primera semana que estuvo en casa, pero este año las flores han empezado a asomar enseguida, a principios de marzo. Nada raro teniendo en cuenta que los otros dos ejemplares que tengo de este género han hecho lo mismo: el Mammillaria hahniana empezó a producir flores tempranamente, a finales de otoño, aunque ni de lejos ha llegado al nivel del spinosissima; por otro lado, del M. nejapensis sería más fácil contar los meses al año en que no tiene flores que los que sí las tiene. Quien dice meses, dice semanas. El año pasado, incluso, produjo frutos.

Vista global de la planta
Al Mammillaria spinosissima le he estado haciendo fotos y descartándolas posteriormente casi todo el mes. Los descartes respondían simplemente a que, cuando creía que ya estaba en su máximo, me sorprendía acumulando más flores, y tardé unas semanas hasta dar con el clavo. Y es que esta especie es, hasta la fecha, la que produce las floraciones más densas de todos los cactus que tengo. Además, las flores también son las más grandes de los Mammillaria que cultivo y, como he podido comprobar, atractivas para los insectos. Las abejas gustan de detenerse un rato en ellas a buscar alimento, incluso en días en que el cactus no las ha abierto del todo, especialmente durante las recientes lluvias a mediados de mes.

Los cuidados no tienen demasiado secreto. Como a los demás cactus, lo planté en una mezcla de arcilla y arena y no ha tenido problema alguno, al contrario. Durante épocas frescas apenas hay que regarlos, obviamente todavía menos si hay lluvias de por medio; sólo durante las semanas más calurosas del año los riego a prácticamente el mismo ritmo que a las demás plantas, esto es, cada 2-4 días. Sin problemas de por medio, una planta de este tipo nos puede acompañar y regalarnos sus flores durante muchos, muchos años.

2 comentarios :

  1. Me encanta tu blog aprendo muchísimo gracias por dar tanta información saludos desde alginet un abrazo

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    1. Gracias:) Pues mira qué casualidad, que el cactus de esta entrada lo compré allí en Alginet.

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