viernes, 23 de diciembre de 2016

Moscas en días cortos

Stomorhina lunata 
La llegada de noviembre supuso el cambio definitivo entre temporadas que se refleja, más que en el calendario astronómico, en el biológico. Las temperaturas empezaron a descender y con ellas, el número de flores e insectos. Hasta octubre todavía podían verse en la terraza las libélulas más tardías y otras especies de abejas que no fueran la abeja común, -todavía observada en un par de ocasiones este mes- como las Lasioglossum y las Anthophora. Son las moscas, como siempre, las que siguen apareciendo de manera puntual y con una variedad tal que todavía da para encontrarse con especies no registradas hasta ahora en la terraza. De hecho, durante noviembre todavía se observaron diversos sírfidos, que fueron la familia de insectos imperante desde que comenzó el otoño.

Pollenia sp.
Con las sucesivas tormentas que han ido cerrando el otoño, la variedad entomológica ha ido descendiendo drásticamente, quedando limitada, como otros años, a moscas pertenecientes a familias de costumbres necrófagas. Lo curioso es que varias de ellas eran especies que no conocía o conocía poco, y que han ido apareciendo en un pequeño punto de la terraza con dos plantas en flor, las sudafricanas Felicia amelloides y Crassula muscosa; es la segunda la que atrae en particular a mayor cantidad de moscas, que se ven tentadas por sus diminutas flores. En la Felicia, por su parte, muchas moscas acabaron en las fauces de una araña cangrejo que actualmente, al disminuir el número de flores, ya no soy capaz de localizar. No debe andar lejos, seguramente.

Stomorhina lunata 
Dos de las especies de moscas identificadas pertenecen a la misma familia, Calliphoridae, a la que pertenecen las habituales Calliphora y Lucilia, insectos frecuentes en la terraza todo el año. Estas dos especies dependen de la carroña para depositar sus huevos, pero las especies observadas estas últimas semanas tienen unos hábitos algo distintos. La primera de ellas, Pollenia sp., deja los huevos en la entrada de los túneles de las lombrices a fin de que sus larvas la parasiten. Destaca por el vello dorado de su tórax y el patrón a cuadros, como un damero, de su abdomen. La segunda, Stomorhina lunata, de la cual tenía fotografiada una hembra en diciembre de 2014, es una especie con un claro dimorfismo sexual en la que los machos presentan ojos de color rojo vivo y un abdomen bandeado negro y naranja que puede recordar a algunos sírfidos; las hembras, por su parte, tienen las bandas de color gris azulado y los ojos de un tono más apagado, grisáceo. Esta especie es originaria de África y sus larvas se alimentan de huevos de langostas y saltamontes. Los adultos de ambas especies mostradas parecen encontrarse a gusto con el aporte proteínico que les ofrece el polen.

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