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Angelonia angustifolia morada |
Llegamos al final de uno de los meses de junio más interesantes desde que hay plantas en la terraza, y con ello, claro está, comienza el verano. No es el primero en el que hay floraciones tan prolongadas, pues en las primeras temporadas lo preparaba todo a partir de finales de invierno y las plantas realizaban todo su ciclo en unos pocos meses. Es lógico que si sembraba en marzo-abril, muchas anuales de desarrollo rápido llegaran a junio aún con flores. Sin embargo, este ciclo se refuerza de manera más efectiva si se encuentran especies de crecimiento más moderado que, aún sembradas en otoño, tardan algo más en producir sus primeras flores, copando toda la segunda mitad de primavera e inicio de verano. Ya van quedando menos de este tipo, mientras que las perennes que florecen en épocas cálidas siguen a su ritmo, si bien no todas las especies habituales en estos últimos años están consiguiendo florecer durante esta llegada del verano.
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Sedum lineare 'Variegatum' |
Después de todo lo que se ha ido mostrando a lo largo del mes, lo cierto es que el número de anuales -o perennes de vida breve- ya se ha reducido de manera notable. Se quedan sin flores las
Glebionis segetum,
Cota tinctoria o
Ammi visnaga, por ejemplo, pero siguen en liza las
Scabiosa atropurpurea,
Silene armeria o
Lobelia erinus. La
Cosmos bipinnatus tiene ventaja, pues la planta que tengo la sembré en primavera. También las
Leucanthemum x superbum predominan estos días, siendo quizá la especie de semilla que más ha tardado en florecer, y eso que recuerdo claramente que fue una de las primeras en establecerse tras pasarla del semillero a su maceta, salvándose de los ataques de los caracoles de aquellos días.
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Buddleja davidii |
Entre las perennes, destacan las flores rosas y moradas de las
Angelonia angustifolia. Ya tuve un ejemplar de la especie adquirido el otoño pasado, en aparente buen estado y de tamaño destacable, pero que durante meses no dejó de decaer y nunca conseguí salvar. Apenas floreció un poco al principio de su estancia y nada más, acabando en la compostera a principios de esta primavera cuando vi que ya no iba a recuperarse. Recientemente, en la tienda donde suelo adquirir plantas en Cullera encontré ejemplares de estos dos colores y a mejor precio que en aquella ocasión pasada. Me llevé sólo la rosada porque se veían más frondosas y repletas de flores, pero tardé poco en arrepentirme de no tener también la morada y una semana después me llevé un ejemplar. Las planté en la misma maceta y parecen estar disfrutando del calor y sol de estos días, floreciendo sin parar. Eso sí, ni veo que las visiten los insectos ni producen semillas, marchitándose las flores sin dejar cápsulas.
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Leucanthemum x superbum |
Otras de las pocas anuales que encontramos comenzando a florecer estos días son las zinnias, concretamente las
Zinnia haageana, que ya cultivé el año pasado y cuya experiencia fue positiva. Esta vez apenas han aparecido unos pocos ejemplares y no tienen el aspecto tan llamativo de los de la temporada anterior. Siempre espero a sembrarlas al mes de marzo, aunque este año haré lo posible por tener algunas puestas en otoño y ver qué tal les va en esta época. Sin tener verdaderas razones para ello, lo cierto es que nunca me he atrevido a preparar zinnias para el otoño-invierno, cuando lo más seguro es que florezcan tan pronto como alcancen el tamaño necesario. Otras tantas especies originarias de la región mexicana me han ido muy bien sembradas en esta época y simplemente siguen adelante mientras el tiempo sea bueno. Sólo los
girasoles rojos mexicanos fracasan si se siembran en otoño, pues amarillean y se mueren en pleno invierno después de crecer de manera aparentemente normal.
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Zinnia haageana |
La
Buddleja davidii está teniendo sin duda el que es su mejor año. Llegó en otoño de 2013 de manera un tanto inesperada, pues me la envió sin previo aviso una compañera de afición la cual había acordado en enviarme algunas semillas y, entre otros, los
Oxalis articulata que aún tengo. La planta, que apenas medía 20 cm., creció deprisa y al año siguiente comenzó a florecer tímidamente en otoño. También en 2015 fue creciendo y floreciendo, ya a finales de verano, con floraciones poco consistentes y estacionarias. Terminó su buen ritmo de golpe cuando acabó tumbada por el viento a principios de noviembre, con alguna rama rota y la tierra reseca. Sin embargo, durante el invierno creció muy bien, ganando tamaño de manera notable y, esta vez sí, empezando su floración a mediados de la siguiente primavera, es decir, esta que acaba de terminar. Todavía sigue hoy, donde ya es lugar de referencia para abejas, avispas y alguna que otra mariposa. No es de las plantas que más insectos atrae a la terraza pero siempre se la tiene en cuenta a la hora de tomar un sorbo de néctar.
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Angelonia angustifolia rosa |
Está floreciendo también el primero de los
Sedum, el
lineare 'Variegatum'. Técnicamente es el segundo, pues los
Sedum album que crecen el las grietas de las baldosas son los primeros en hacerlo todos los años. Este ejemplar también me lo regaló un compañero con el que intercambié bulbos, concretamente los de
Allium triquetrum, en verano de 2014. La planta ha ido ganando tamaño y compactándose durante todo este tiempo y por primera vez produce esas pequeñas y poco llamativas flores amarillas. que me temo serán las únicas, pues van pasando los días y no parece que estén formándose nuevas. Habrá que ir viéndolo, de todos modos.
Meteorológicamente, junio ha cerrado siendo el único mes del año con 0 litros acumulados, a pesar de haber existido un par de oportunidades que acabaron en cielos nublados y alguna gota caída inapreciable. Es, dentro de esta temporada con un claro déficit de lluvias, el único mes de la primavera en que no ha habido precipitaciones. No he sido capaz de encontrar ningún otro mes con ausencia total de lluvias en Cullera, al menos desde 2008, aunque en Sueca sí tuvimos un mes de agosto así en 2011. El verano se prevé seco, con lo que habrá que mantenerse a la espera de la llegada de las precipitaciones otoñales para recuperar un poco de reserva hídrica. Recordemos que en todo lo que llevamos de año no hemos llegado a recoger todavía ni 80 mm., es decir, no llegamos ni a la mitad de lo que suele acumularse en un año de precipitaciones escasas. Ojalá el otoño, aunque todavía haya que esperar, solucione un poco esta precaria situación.
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