jueves, 29 de octubre de 2015

Crocus speciosus, despertar otoñal

Crocus speciosus
Es bien sabido que hay tres clases de plantas bulbosas según el periodo de floración, crecimiento y reposo: están las que emergen entre finales del verano y otoño, floreciendo entre finales de invierno y la primavera y perdiendo las hojas algo después; las que emergen a finales de invierno y florecen en primavera-verano, con un ciclo similar a las anteriores aunque desplazado hacia los periodos cálidos del año; y las otoñales, que entre finales de verano -algunas en pleno verano, como la autóctona Urginea undulata- y principios de otoño primero florecen y posteriormente producen hojas que mantendrán hasta casi el verano siguiente. El reposo suele ser común para todas ellas y la inmensa mayoría lo hace entre verano y otoño. En la terraza tengo una representación de todos los tipos, pero hasta ahora las otoñales, que son las que cuentan con menor variedad nunca habían florecido. Eso ha sido hasta la llegada de esta nueva especie para la colección.

Interior de la flor
Crocus speciosus ssp. speciosus, conocido coloquialmente como crocus de Bieberstein, es una especie originaria de Irán, Turquía y el Cáucaso. Lo primero que nos llama la atención de sus flores es que son más grandes y están más elevadas que los clásicos crocus de primavera, como el Crocus vernus, incluso en los cultivares de flor grande. Su aspecto también es más llamativo, con pétalos de color lila marcados por nervaduras y unos estilos curvados de color naranja brillante. Como los demás crocus, depende de la exposición al sol para abrir más o menos sus flores, con lo que quizá la ubicación en la que los puse, buscando condiciones de semisombra, no llegue a ser suficiente para ellos en este mismo momento. No obstante, creo que no los acabaré moviendo al frente de la terraza, sino que podrían estar bien simplemente desplazándolos un poco más a la izquierda para que tengan unos minutos más de sol. En el fondo, su floración será breve y hay que dejar sitio a las plantas que florecerán todavía dentro de unos meses, en primavera.

De perfil
El recorrido de los Crocus speciosus en la terraza es hasta hoy muy corto. Vinieron con el mismo pedido de bulbos de floración primaveral, a finales de septiembre, y aún tuve la suerte de que venían sólo un poco brotados y con energías suficientes para completar su floración que, como se ha indicado, se produce antes que el crecimiento vegetativo. Poco a poco los diez cormos, repartidos mitad y mitad en dos macetas pequeñas, fueron asomando hasta aparecer por lo menos nueve. Esto es, que actualmente y con sólo dos floreciendo en el momento de hacer estas fotos -todas del mismo ejemplar- se puede prever que la floración será muy escalonada. Estoy casi del todo convencido que, de ir todo bien, las plantas reajustarán su ciclo a lo largo del año y es probable que para la próxima temporada florezcan a principios de octubre, fecha más lógica. Estos fueron plantados el 29 de septiembre y parece ser que prolongarán su floración durante el principio de noviembre. Sin duda todo un acontecimiento para una época en la que pocas especies tienen su momento natural para florecer.

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