jueves, 13 de octubre de 2016

Octubre, lluvias y colores

Clinopodium nepeta
Tenemos prácticamente la mitad de octubre superada y el mes ha empezado a mostrar algunos aspectos positivos. Si bien durante la primera semana no vimos ni lluvia ni temperaturas en descenso -mínimas sin bajar de los 18ºC, máximas habitualmente alrededor de 27- las primeras previsiones de lluvias se cumplieron mejor de lo esperado y han dejado en sólo tres ocasiones 40 mm. acumulados. El conjunto del domingo y lunes pasados, con expectativas de precipitaciones no demasiado altas, dejaron el primer día 6,9 mm. y el lunes unos inesperados 26,1 mm. Posteriormente, a partir del miércoles entraba una gran masa de nubes desde el Atlántico que se esperaba que no llegase demasiado cargada a nuestra región. En efecto, ese día apenas cayeron unas gotas sin importancia, pero hoy jueves hemos tenido una jornada de lluvias dispersas que ha vuelto a dar 6,9 mm. en Cullera.

Oxalis triangularis
Gracias a este nuevo aporte de agua, la actividad en la terraza ha podido destinarse en su totalidad a los preparativos de la próxima temporada sin tener que emplear tiempo regando las plantas. Una buena cantidad de semilleros han sido preparados ya y las plántulas comienzan a asomar. Pero hay más, puesto que las lluvias también han colaborado a su manera en estos preparativos y muchas especies que tenía intención de sembrar ya han aparecido por su cuenta, especialmente en el contenedor. Reconozco ya plántulas de amapola de California, Salvia viridis, Phacelia tanacetifolia o eneldos, entre otras, aunque la mayoría han crecido pegadas al frontal y habrá que repicarlas hacia el fondo o distribuir en otras macetas. Por su parte, no he estado hábil plantando los bulbos nuevos de este año para aprovechar estas tres oportunidades de que la tierra se empapase a fondo. Espero que al menos de aquí al mes que viene haya otras oportunidades para que esto ocurra.

Commelina tuberosa
La terraza luce moderadamente llena de flores de varios colores. Las trepadoras han mejorado mucho desde que comenzaron las lluvias y todo aquello que por un momento estuve a punto de arrancar por su mal rendimiento ha empezado a reverdecer, crecer y florecer. Varias Ipomoea -a las que dedicaré una entrada en breve-, la Thunbergia alata, una Cardiospermum halicacabum todavía verde y dos Lablab purpureus ganan altura progresivamente sobre la malla. Se suman a ellas las flores de perennes como la Buddleja, que lleva cinco meses seguidos floreciendo, o la Pentas lanceolata, que nunca ha dejado de hacerlo desde que la adquirí hace un año e incluso he sembrado algunas semillas que ha producido que ya están germinando.

Oxalis bowiei
Es habitual que durante estos días la Commelina benghalensis florezca a diario hasta que llega el frío. De hecho, es su época más prolífica. Lo que resulta nuevo es que la Commelina tuberosa se haya apuntado también a florecer ahora. Las plantas que tengo ahora mismo son el tercer y mejor intento hasta la fecha: la primera vez, las plantas crecieron y florecieron en verano pero precisamente murieron cuando las lluvias empaparon la maceta donde habían estado todo el verano recibiendo riegos aún sin hojas. En el segundo año ni siquiera llegaron a crecer bien y para mediados de verano no quedaba ni un tubérculo. En esta última ocasión mezclé la especie con Liatris spicata y parece que además el problema de tener la maceta empapada todo el verano se solucionó, pues estaba bastante seca entre visitas y las plantas pudieron prosperar. Simple suerte con el sustrato, quizá. A diferencia de la primera vez, en esta ocasión las plantas no han perdido su parte aérea y simplemente han comenzado a sacar flores de nuevo, que duran muy poco -horas- y menos en días nublados como los que hemos tenido.

Crassula muscosa
El otoño es tiempo también para ver florecer al especimen de flores más pequeñas de la terraza, la suculenta sudafricana Crassula muscosa, de pequeñas florecillas que crecen entre las axilas de sus apretadas hojas. Y, cómo no, también los Oxalis muestran su mejor cara. Los Oxalis triangularis están mejor que nunca después de un sencillo cambio de sustrato, con grandes hojas que sobresalen escondiendo los bordes de la maceta, y unos Oxalis bowiei que comenzaban muy poco a poco pero ya se encuentran cubiertos de su habitual cúmulo de grandes flores de color rosado intenso.

Finalmente, uno de los aportes interesantes del mes ha sido la lamiácea Clinopodium nepeta (anteriormente ubicada en el género Calamintha) que encabeza la entrada. La planta llegó de manera curiosa, y es que me ofrecieron llevarme plantas sobrantes de una replantación de árboles y arbustos y justamente esta especie, presente en la zona, había crecido en uno de los alveolos, con lo cual llegó a casa con un sistema radicular en buen estado y ha continuado floreciendo y creciendo una vez puesta en su nuevo hogar. Ya ha sido recibida por la fauna de la zona, puesto que las Amegilla garrula, que a estas alturas siguen visitando la terraza, la han encontrado enseguida y ya acuden a ella directamente. Curiosamente, también una albahaca que quedó en una maceta ha empezado a florecer pero no he notado que dichas abejas la hayan encontrado. No tardarán en hacerlo si todavía les queda tiempo para venir, puesto que es una planta que suele gustar a estos insectos. Eso sí, ya parece que las temperaturas van a bajar al menos un peldaño a partir de ahora y con ello vendrán algunos cambios propios de la estación.

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