miércoles, 9 de julio de 2014

Calor, nubes, calor

Dimorphotheca sinuata
Ya se va notando la falta de novedades en la terraza. Es verano, y es lo normal: las anuales descienden en número, las vivaces sobreviven como pueden y sólo algunas perennes y anuales de zonas cálidas tienen fuerzas para dar flores. En esta primera semana y media de verano hemos tenido de todo, pero por supuesto el protagonista ha sido el calor. Alcanzamos el afelio, el punto de máxima separación de la Tierra con el sol, el pasado viernes 4 de julio; aquel día además soplaba el poniente y las temperaturas se dispararon varios grados por encima de los 30. Aunque el sábado dio un pequeño respiro, el domingo se posicionó como el día más cálido en lo que va de año, con más de 36ºC en Sueca y 34ºC en Cullera que tuvieron que soportar las plantas. La tarde de aquel día fue insoportable y la temperatura no bajó de los treinta grados hasta bien pasada la medianoche del lunes. Durante aquél la cosa se volvió a suavizar e incluso hubo nubes que dejaron caer alguna gota muy tímida de agua, al igual que ha ocurrido hoy. De hecho, ambos días comenzaron tan encapotados que parecía que no iban a dejar ver el sol, y sin embargo a media mañana éste ya estaba apretando.

No obstante, de momento hay diferencia con el año pasado puesto que no hace tanto calor, aunque en realidad son apenas un par de grados menos de los que había hace un año. Si la previsión meteorológica sigue acertando, parece que todavía podemos llegar a la semana que viene con esta situación. Esto en parte es bueno, ya que aunque empiezo a encontrar plantas que parece que no lo vayan a contar, en especial algunas que están siendo atacadas por cochinillas de las cuales me temo que alguna no lo ha contado, cuanto más tarde en hacer calor menos perjudicadas van a estar las plantas que tienen que resistir el verano. Es de ley que vaya a venir más calor más pronto que tarde, pero queda el consuelo de que en poco más de un mes, a mediados de agosto, los días van acortándose y el otoño se acerca, con las esperanzadoras posibilidades de cambio en cuanto a lluvia se refiere. Además queda a la vuelta de la esquina y para entonces ya se pueden ir preparando semilleros, cosa de la que tantas ganas tengo.

Como suele ser normal en estas fechas, las compuestas son las plantas que más variedad de flores muestran estos días. Sigue progresando entre otras la torcida Dimorphotheca sinuata, aunque hay algunas, como las Heliopsis y algunas Echinacea, están ya totalmente marrones a pesar de que han comenzado a florecer ahora y no se ve rebrote en la base. Esto sí lo está haciendo otra planta de una familia distinta, la Veronica longifolia, que me ha tranquilizado bastante al descubrir unas rosetas de hojas frescas creciendo a los pies de los deterioradísimos tallos con los que floreció esta primavera.

Ya sólo queda pasar este mes, o mes y medio si se quiere, de la manera más refrescante para nosotros y para las plantas, para poder encarar con entusiasmo la siguiente temporada. Por lo pronto, durante esta última semana ya he puesto a buen recaudo una buena multitud de semillas que las plantas me han ido dando y que seguro formarán parte de la nueva generación que pueble la terraza dentro de poco tiempo.

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