jueves, 31 de julio de 2014

Julio se despide

Callistephus chinensis
Termina uno de los meses más críticos del año para las plantas y lo hace dejando un balance bastante equilibrado. Con un calor que se mantiene estable, es la humedad ambiental regulada por los vientos la que permite leves fluctuaciones que hacen que en ocasiones que he estado muy ocupado las plantas hayan aguantado -por suerte- tres días entre riegos y, en otras, muchas muestren acusadas muestras de deshidratación en lapsos de sólo dos días. No obstante, la tónica general es que las plantas perennes y vivaces están aguantando bastante bien, las bajas son escasas -descontando las previsibles- y con esto ya nos hemos quitado de encima el primero y más duro de los tercios en que podríamos dividir esta estación.

Ferocactus herrerae
Todavía quedarán unas cuantas especies que florecerán antes de lo que podría considerarse el "reinicio" de la temporada de preparación, algo que podríamos situar más o menos tomando como referencia las fechas en las que los bulbos de plantación otoñal llegan a casa, entre mediados de septiembre y principios de octubre. Para entonces son ya muy pocas las especies de la temporada anterior que pueda haber en flor, tan sólo las perennes que mantienen un ritmo constante -por ejemplo, la Geum coccineum que no ha dejado de florecer desde diciembre y parece que no lo vaya a hacer más adelante- o las que son exclusivas del otoño y sobrellevan el verano inmiscuidas en plena fase vegetativa.

Lo que queda por florecer ahora mismo es de una cantidad escasa y una variedad dispar. Hay plantas anuales y otras herbáceas que fueron sembradas a última hora (abril-mayo) que han ido floreciendo entrado el verano y respondido bastante bien; eso sí, las macetas de pequeño volumen que técnicamente son suficientes para albergarlas y tan bien van en épocas de temperaturas suaves se convierten en poco aptas para el verano, pues necesitarían una vigilancia diaria en lo que a riego se refiere. No pocas plantas se quedan con las hojas mustias en las 48 horas que pasan de un riego a otro.

Mimosa pudica
Una de estas plantas tardías ha sido recibida con satisfacción. Se trata de la Callistephus chinensis, el áster de China o reina margarita. Es una de esas plantas muy fáciles de encontrar en cualquier tienda que venda semillas y que en principio parece que no es más complicada que cualquier otra anual, pero se me resistió durante tiempo. Primero lo intenté con unas pocas semillas que me dieron de la variedad 'Ostrich Plume', que no conseguí ni germinar. Posteriormente probé con una variedad enana y también doble (algo que hoy evitaría) de las semillas del LIDL con un éxito escasísimo en el que únicamente destacaría una planta que consiguió germinar y crecer pero murió a finales de verano. Después probé con unos de flores simples de la marca Canestro di Fiore de los cuales no vi germinar ni uno, pero que seguiré probando este otoño. Al final, casi sin quererlo, conseguí hacer brotar una semilla que venía en una mezcla de LIDL y que, curiosamente, germinó por el método del papel absorbente humedecido: nunca antes lo había conseguido así, pues las semillas acababan malográndose antes de emerger.

Callistephus chinensis
Básicamente, el áster de China se diría que es una compuesta a medio camino entre los ásters clásicos y un crisantemo de floristería. Tiene hojas anchas y dentadas y los capítulos, de los que existen decenas de formas y colores según la variedad, son los clásicos con disco central de flores tubulares rodeadas de lígulas, muy planos y con un involucro de prominentes brácteas espatuladas. En el caso de mi planta no tenía ni idea de qué iba a salir pues en la mezcla se menciona la presencia de la especie pero no en qué forma. Por suerte -para mis gustos- no ha salido ninguna de esas formas dobles o de pompón, sino algo más cercano a las simples, aunque con pétalos más estrechos y numerosos, que encuentro igualmente atractivos. La planta suele variar entre el morado y el blanco con sus posibles gradientes y en este caso ha tocado rosa. No está nada mal y además los capítulos son mayores de lo esperado, comparables en diámetro a los de Gaillardia aristata (unos 6-8 cm.). Ni que decir tiene que emplearé nuevamente las semillas de esta mezcla para obtener tantas plantas como pueda.

Florece también estos días una vieja conocida de la terraza: la Mimosa pudica. Esta curiosa planta que sin duda es famosa en el mundo entero por su capacidad de plegar las hojas al tocarla es una veterana "estacionaria" de la terraza. La primera planta llegó en 2006 y desde entonces guardo sus semillas cada vez que vuelvo a sembrarla, puesto que no consigue vivir más allá de octubre debido a su estricta intolerancia con las temperaturas inferiores a los 12-15ºC. En 2013 me despisté y no la cultivé, pero este año debido a que dejé de experimentar nuevas siembras a partir de mayo, me animé a ponerla en una maceta que había quedado vacía. No es muy grande, con tres tallos de alrededor de 40 cm. el más largo. Las nuevas semillas renovarán el remanente de la especie, de las que todavía conservo algunas que dio aquella primera planta hace 8 años.

Ferocactus herrerae
El indiscutible veterano, el Ferocactus herrerae, llega al final de su floración con el despliegue de su última y espectacular flor, que teniendo un pedúnculo que sobresale más que el resto ha conseguido abrirse un poco más sin tropezar con las largas espinas. Hoy le he añadido abono de liberación lenta con el fin de ir nutriéndolo en cada riego durante las semanas que le quedan allí arriba, pues si todo va bien y este año las lluvias aparecen cuando es debido (sobre finales de septiembre), sería para entonces cuando lo resguardaría hasta la primavera siguiente.

Agosto, como siempre, se hará largo esperando a que venga la nueva temporada de plantación. Me queda todavía sacar la tierra del contenedor de los bulbos, que ya he dejado libre de bulbos durmientes, sacar con cuidado los que siguen con hojas (las Tigridia por ejemplo están secándose y saldrán sin problemas) e ir colocando las baldas sobre las que irán ahora macetas en las que utilizaré el sustrato del actual contenedor de anuales, el cual hay que llenar con el sustrato donde estaban los bulbos (de mayor calidad y capacidad de retención de agua). Lo único que necesitará algo más de espera es la sustitución o traslado de plantas a nuevas macetas o contenedores donde crecerán juntas, para evitar hacerlo en días calurosos. Mientras eso llega, habrá que estar atento a las plantas que todavía tienen intención de florecer antes de que termine el verano, que siguen siendo unas pocas.

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