jueves, 3 de julio de 2014

Julio y un toque de agua

Eschscholzia californica
Aunque un poco fuera de tiempo, parece que las tormentas se empiecen a prodigar cuando todavía estamos a medio estrenar el verano. Julio ha comenzado de nuevo con tormentas apenas una semana después de que se diese la mejor lluvia en lo que va de año, aunque esta vez a pesar de los cielos encapotados y el viento del noreste que no deja de soplar, las temperaturas se mantienen altas -aunque no en las propias de la canícula, de momento- y la lluvia ha sido bastante escasa, inferior al milímetro por metro cuadrado. Poco más se puede esperar, pues las previsiones ya apuntan a que las nubes se van esta noche. Lo curioso es que la previsión para la semana que viene en lugar de hablar de subida de temperaturas dice todo lo contrario, cosa que cuesta de creer y quizá cambie en los días venideros. Parece que la primavera no se quiera marchar del todo, y estaría bien, pues no recuerdo en mi vida un verano que fuese más fresco o lluvioso de lo habitual. De momento, todo suposiciones que es difícil pensar que se vayan a cumplir.

Viola x wittrockiana
En la terraza desciende el número de plantas en flor, lo normal para las fechas, y la cantidad de flores maduras para desgranar es enorme, motivo por el cual me he traído a casa una buena variedad de cápsulas secas de distintas especies para pasarlas por un cedazo y extraer más cómodamente la mayor cantidad de semillas posible. La idea es quitar cosas del lavadero, la habitación previa por la que se sale a la terraza, que tenía lleno de botes y tarros abiertos por todas partes con restos de plantas soltando semilla y que si algún día doy un tropiezo con la mesa que tengo allí me voy a llevar un disgusto al tirar al suelo buena parte de la simiente. Pondré las semillas en bolsitas zip y los restos de planta irán al compost.

Tithonia rotundifolia
Aunque prácticamente todas las plantas que están en flor ahora mismo son ya viejas conocidas o novedades muy recientes, especies que comenzaron el mes pasado, todavía hay tiempo para sorpresas y aún queda alguna que otra especie nueva que muestra intención de florecer ahora en verano. Por ejemplo, el caso más simpático ha sido el de la amapola de California (Eschscholzia californica). Sólo se dieron tres ejemplares en el contenedor, los cuales no crecieron demasiado bien. Daba ya por hecho que irían yendo a menos y desaparecerían cuando lo vacíe a finales de verano, pero un ejemplar ha querido llamar la atención y ha sacado su primera flor. Es la primera vez que tengo la planta en la terraza aunque como otras tantas no lo hice bien y la gran mayoría de semillas pregerminadas que deposité en la tierra se lanzaron a perder. Viendo esto, puede que no sea la última especie en florecer del contenedor, pues en dos meses todavía da tiempo a que alguna de esas que quedaron atrás den un estirón. Por lo pronto, la mayoría de las especies principales como los linos, crisantemos o acianos han sido ya retirados o estoy a punto de hacerlo, pues están ya secos.

Prunella grandiflora
El verano es tiempo para las compuestas y aunque el follaje de las especies perennes no luce demasiado bien, las Echinacea, Heliopsis y unas cuantas más siguen sacando sus flores. Ya hay Mauranthemum paludosum nuevas floreciendo otra vez, mientras que, al margen de todo, todavía queda una Brachyscome iberidifolia de flores blancas floreciendo. No tenía intención de reutilizar su maceta para la especie de nuevo, pero lo cierto es que descuidé tanto la recogida de semillas que la maceta está llena de plántulas. Con lo que costó hacer arrancar aquella maceta, con todas las protecciones y varias siembras, resulta increíble lo fácil que lo están teniendo las nuevas plántulas a pleno sol y con agua escasa. No me queda más remedio que conservarlas, pues quizá sacarlas de allí sería peor. Como sólo parece que han ocupado un lateral, el resto puedo emplearlo en otras especies que combinen bien.

Heliopsis helianthoides var. scabra
De entre las plantas más grandes con flor, tenemos otra compuesta, la Tithonia rotundifolia, que mientras se mantenga bien regada ofrecerá un aspecto impresionante cargada con sus capítulos naranja. Ha vuelto también y con más fuerza el Delphinium, con un aumento imparable de espigas florales que de momento son cuatro y parece que vayan a ser varias más. Otra anual de gran tamaño que esta vez no ha crecido demasiado y, además, ni siquiera sembré intencionadamente, es la Ibicella lutea. Apareció en la maceta del Lilium candidum justo cuando éste se secó y ya está floreciendo con una talla diminuta para la especie, unos 15 cm., con apenas tres pares de hojas. No tengo ni idea de cómo llegaría a ese sustrato: o bien es una semilla caída de hace dos años, la última vez que tuve la especie, o la cosa viene de más lejos y se trata todavía de alguna semilla que quedó perdida en esa tierra al menos en 2009. De hecho, las plantas de 2012 no las sembré, aparecieron en unas macetas destinadas a anuales y las trasplanté con éxito a una maceta mayor con tierra arcillosa donde se hicieron grandes y dieron un buen número de flores.

Delphinium elatum
En el rincón trasero de la terraza también continúan su etapa multitud de especies y siguen en flor las Prunella, los pensamientos, la Platycodon y alguna que otra más. Aquí es donde quizá haya más especies pendientes de florecer, aunque en algunas de ellas aparecen hojas dañadas por hongos, amarillentas y en general estropeadas como suele ser frecuente cuando el calor se prolonga mucho tiempo. Esta zona también tengo prevista reacondicionarla cuando llegue el otoño, probando a colocar allí algunas especies de bulbosas al margen del éxito obtenido con algunas especies este invierno y primavera y, para entonces, que también el calor se habrá suavizado, probar a cambiar de sitio algunas plantas como las Digitalis, que ya se merecen estar en una maceta o contenedor que les deje más espacio para las raíces. Algunos ejemplares que han crecido al sol este año han demostrado, por otro lado, que delicadas tampoco son. Eso sí, no han florecido: parece que necesiten una ubicación más resguardada para esto. Los ejemplares en semisombra lo hicieron muy pobremente esta vez.

Se da por comenzada pues esta etapa de dos largos meses en los que la impaciencia crece a mayor ritmo del que desciende la actividad entre las plantas, pues aunque muchas veces las semillas ahora mismo germinan bastante bien e incluso algunas de las plantas obtenidas llegan a prosperar y florecer al año siguiente, conviene ser prudente y no lanzarse de cabeza, puesto que suele ser difícil mantenerlas ahora y todavía queda mucho año por delante en el que plantas a las que una siembra en agosto-octubre les dará para estar floreciendo en noviembre-enero, periodo en el que ya quisieran en otras zonas de clima templado poder tener plantas primaverales en flor. Ahora a aprovechar que estos días todavía se puede estar bien mientras no llegue el calor sofocante, que llegará, seguro.

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