domingo, 13 de julio de 2014

Días de verano

Oenothera speciosa y alfalfas
El verano de 2014 todavía no ha cumplido su primer mes de recorrido, y dentro de lo que cabe está siendo más soportable de lo esperado. Son apenas unos grados de diferencia respecto al año pasado pero en épocas en las que la temperatura es tan alta, se notan y agradecen. Todavía hemos llegado a tener días por debajo de los 20ºC por la noche, que parece mucho, pero que aquí es lo habitual al menos hasta la llegada de septiembre. Las máximas llegan de manera puntual a los 30ºC, asemejándose más bien a la mitad del mes de junio. Todo podría cambiar si alguno de estos días los vientos empiezan a soplar desde el oeste o el sur, pero según la previsión a priori esta semana todavía seguiremos como estamos, recibiendo viento de levante que mantiene las temperaturas abrasadoras a raya. Eso no significa que no haga calor, que lo hace.

Ibicella lutea
En la terraza las cosas ya llevan unas pocas semanas normalizadas. Queda poco que ver aunque todavía hay plantas que florecerán en el lapso de al menos los próximos 20 o 30 días; se secan algunas de las vivaces y bulbosas, como por ejemplo las Tigridia, que ya han comenzado su declive. A pesar de su origen mexicano, han seguido exactamente el mismo ciclo de los gladiolos enanos el año pasado, y a este ritmo en agosto estarían listas para sacar. Las Nerine y Habranthus, en cambio, siguen con su escalada y me temo que habrá que sacarlas en septiembre con cuidado, con tierra y todo, y ponerlas en macetas provisionales hasta que se sequen y pueda ubicarlas en su sitio definitivo -o al menos, el que más tiempo les pueda servir de hogar.

Platycodon grandiflorus
Y es que no queda ya demasiado tiempo para ponerse en marcha con la remodelación de cara a la próxima temporada. He encontrado ya la estructura que sustituirá al contenedor grande de los bulbos: con unas estanterías viejas metálicas que tengo en casa y que finalmente retiraremos, tras 25 años, puedo hacer unas mesas de cultivo más prácticas que las que tengo actualmente, que consisten en cajones resistentes y tablones de madera o conglomerado puestos encima. En este punto de la terraza la idea es poner macetones largos, algunos que puedo construir con los restos de madera del contenedor, donde cultivar los bulbos y algunas de las anuales más grandes, así como trasladar muchas de las especies que actualmente existen en la terraza. No me parecería mal eliminar parcialmente la "isla" de macetas central si tuviera suficiente espacio en esta nueva estructura.

Sidalcea 'Party Girl'
En el contenedor de al lado, el de las anuales, me parece que muchas plantas también saldrán de allí con raíces y todo, dado que están creciendo ahora cuando se suponía que todo iba a ir a menos y me sabe mal tener que eliminarlas, pues muchas son perennes. A estas alturas sólo eliminaría las alfalfas, que son muy fáciles de obtener por semillas y no me importa deshacerme de ellas. Entre tanto, las dejo que sigan allí nitrificando la tierra junto a las pocas especies que quedan ya y que todavía tienen fuerzas para florecer, como las espléndidas Oenothera speciosa, una especie también perenne que a pesar de que la encuentro encantadora, tiene potencial para convertirse en invasiva ya que se extiende por las raíces. Algo así me ocurrió el primer año con la milenrama, pero las plantas se sacaban con facilidad: veremos si con la otra ocurre igual.

Gaillardia aristata
En el muro que da a la calle, el consumo de agua ha disminuido bastante desde que no están las Monarda citriodora. Ahora son los Delphinium los que lucen la mayor cantidad de flores, mientras que el resto de especies acompañantes han dejado de producirlas salvo la reciente Salvia coccinea o la siempre repleta Isotoma axillaris. La Sidalcea 'Party Girl', que parecía ya seca, ha empezado a florecer de nuevo y a pesar de su demacrado aspecto ahora tiene más flores abiertas a la vez que nunca. En la maceta que tiene al lado apareció una Bidens ferulifolia de manera fortuita que también florece estos días.

De la misma manera espontánea apareció una Ibicella lutea en la maceta del Lilium candidum. Esta se ha dado prisa para florecer y lo ha hecho con un tamaño relativamente pequeño comparado con los otros ejemplares que he tenido en años pretéritos, y no entiendo el motivo, pues la planta no es de esas anuales que se dan prisa en cumplir su ciclo cuando aprieta el calor dado que disfrutan de éste y les basta el verano y medio otoño para alcanzar grandes tamaños; por la maceta tampoco debe ser, ya que tiene 25 cm. de profundidad. El caso es que hasta las flores han salido de talla más reducida, y ahora habrá que ver si los frutos, bastante exagerados en esta especie, también aparecen miniaturizados.

Tagetes patula
No dejamos de hablar de espontáneas residentes porque es también una de ellas la que florece con toda su belleza estos días: se trata de una Gaillardia aristata la cual por primera vez en un año ha empezado a mostrarse como una planta capaz de autosembrarse, algo que en principio no me molesta aunque quizá deba trasplantar al ejemplar a un sitio más adecuado, ya que creció en una maceta inadecuada, donde estaban las margaritas de Livingstone y donde también aparecen ahora unos pocos cebollinos, sin duda procedentes de las semillas de los ejemplares que fueron los inquilinos de la maceta desde verano de 2012 hasta otoño de 2013. Es bueno saber esto también porque significa que las semillas de las Gaillardia son viables y puedo emplearlas en nuevas siembras, así como para intercambiarlas con otros compañeros. Va por el mismo camino el crisantemo tricolor, de los cuales ya están germinando semillas caídas en la propia maceta donde han estado hasta hace poco y seguro que alguna habrá ido a parar fuera de sus límites.

Un tomate
Por último, la adventicia más inesperada, que debe haber llegado con algún pájaro, es una tomatera que apareció en la maceta de una Clematis. Como no molestaba y al fin y al cabo la maceta la riego siempre que voy, se ha desarrollado hasta dar unos cuantos frutos. Hoy había uno rojo recién desprendido, algo pequeño quizá por no haberle dedicado muchas atenciones, pero que ha servido de aperitivo. El año pasado también apareció una tomatera "cherry" en otra maceta y la regué hasta que estuvieron listos para comer sus tomatitos madurados en la mata, lo que les deja con un sabor estupendo. Aunque no cultivo nada para producir alimento, las pocas especies que tengo de este tipo siempre son bienvenidas: también los frutos de la relacionada Physalis peruviana sirven para picar algo mientras riego una vez están maduros.

En el rincón trasero de la terraza quedan muchas plantas todavía verdes, pero el estado no puede ser más dispar entre ellas. Las hay floreciendo, como la Platycodon grandiflorus, que está funcionando muy bien, o unas Tagetes patula que dejé crecer en una maceta apartada sólo por ver cómo eran -tienen un origen distinto a mis plantas anteriores, aunque son idénticas-; las hay que siguen sólo con lo verde o han dejado de florecer, como todos los Oxalis; finalmente, hay especies que están en las últimas y parece que no vayan a sobrevivir, como la Saxifraga x arendsii, que ha tenido un declive muy rápido, o la Campanula glomerata, que aunque sigue verde y parece que tiene crecimiento nuevo, se encuentra en la cuerda floja.

No hay que fiarse, de momento, de esta aparente "suavidad" veraniega la cual tienta a adelantar un poco los preparativos para la nueva temporada. Eso tendrá que ser por lo menos dentro de un mes largo, para el cual todavía queda y, bien mirado, salvando el hecho de que los riegos no han de faltar durante más de dos días, se podría considerar que esta parte del año es también la época de vacaciones para los devenires del cultivo y la jardinería.

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