jueves, 16 de enero de 2014

Y esto es enero

Floración abundante en la Felicia amelloides
Esperando a que llegue la primavera, con todos los preparativos, ideas y planes, a veces uno se olvida que al haber reunido tantas plantas distintas llega un momento en el que lo único que hay que esperar a ver son las flores de esta o aquella especie, pero la terraza no va a quedarse totalmente vacía de flores. Y esto es lo que está ocurriendo actualmente, aún cuando se suele pensar que el invierno es una época de parón y poco color. Más bien, este año es todo lo contrario.

Consolida ajacis
Muchas plantas sembradas en septiembre no han esperado a la primavera para florecer, como las espuelas de caballero, las caléndulas, las nomeolvides chinas (que incluso ya han terminado su floración a estas alturas) y algunas más que parece que lo harán pronto. Por otra parte, las últimas perennes adquiridas, que ya vinieron en flor, han multiplicado su producción. Y algo mejor todavía: algunas plantas que parecían tener alguna traba para florecer con asiduidad están empezando a cargarse de flores como nunca antes.

Empezaremos por estas últimas, que son dos: la Felicia amelloides y la Osteospermum fruticosum. La primera me empezaba a mosquear por el hecho de que nunca la veía tan recargada como suele verse en las fotos, y estando en casa desde principios de mayo empezaba ya a convertirse en algo aburrido, que me dejaba ver alguno de sus capítulos de pétalos azules muy de vez en cuando y poco más. De repente, a finales de diciembre la encontré llena de capullos estirándose desde los tallos, y por fin ha cumplido: toda la parte superior de la planta se encuentra repleta de flores y parece que le queda cuerda para un tiempo. La segunda, la Osteospermum, seguía un ritmo similar pero ahora mismo tiene tres capítulos a la vez y me he encontrado con algo idéntico a lo de su pariente: parece que en todos los extremos de sus ramificaciones hay un capítulo dispuesto a abrirse. Espero verla tan cargada como las que suelen haber en los parques y jardines. Por lo que se ve, a las margaritas/caléndulas africanas nuestro invierno no les amedrenta, sino que incluso a algunas las anima.

Geum coccineum
Quizá me he atrasado un poco en buscar macetas para realizar trasplantes, pues tenía previsto hacerlos ahora en invierno, la mejor época por encontrarse casi todas las plantas en un periodo de calma, pero no me había dado mucha prisa. Tengo ya las macetas, pero tendré que sacar el cepellón de tierra de cada una con cuidado para no estorbar demasiado a todas estas plantas en floración. Van a ser cambiadas de sitio las dos anteriores más la gazania y la Geum coccineum, otra planta que vino con apenas un par de flores y ahora tiene unas ocho a la vez, y se le ven intenciones de seguir adelante. En principio si se hace con cuidado no hay problema en hacer estos trasplantes-ampliaciones, pues al Erodium x variabile y la Iberis sempervirens 'Tahoe' también las cambié de maceta y la floración no se ha resentido en absoluto. Mientras no se moleste a las raíces, todo bien. Además, estas macetas en teoría les pueden servir para unos años más.

Felicia amelloides
Luego están esas plantas que les da igual la estación del año: ellas germinan donde sea, a partir de semillas que han ido cayendo, y florecerán tan pronto como alcancen el tamaño ideal. Al principio sólo tenía de este tipo a los Antirrhinum majus y quizá las Cosmos bipinnatus, las cuales han desaparecido momentáneamente (aunque hay plántulas creciendo), pero ahora habría que sumar a las Mauranthemum paludosum, cuya presencia en la terraza está a punto de cumplir un año y ya son decenas las plantas que ha habido, o sigue habiendo, a partir de tan sólo dos ejemplares que traje a casa. Estas margaritas renuevan automáticamente su maceta cuando las plantas mueren, germinando y creciendo deprisa para llenar de nuevo su espacio. Así, han habido flores en abril, en julio y en diciembre, indistintamente. Un caso curioso que me pasa con ellas es que apenas encuentro semillas cuando maduran los capítulos, pero a lo visto las producen en abundancia y ya están empezando a aparecer en todas las macetas que tengan cerca o bien contengan tierra que alguna vez haya estado cerca de ellas. Son tan gráciles y ocupan tan poco que no me molesta su carácter de "polizonte".

Erodium x variabile
En el contenedor las flores siguen como hasta ahora, y van ya unos cuantos meses. Sólo las Cynoglossum amabile han empezado a dejar de florecer y sus tallos se encuentran cargados de semillas. Tallos que hoy en su mayoria he cortado y puesto a secar, por un lado para ganar sitio y por otro para evitar que caigan demasiadas semillas al sustrato. La especie la resembraré, seguro, para que también luzca esta primavera, pero lo haré con mesura, pues ocupan algo más de espacio de lo esperado a la ancha para lo que realmente acaban ocupando con sus tallos y flores. Nada que ver, sin embargo, con las caléndulas, con las cuales estoy casi casi decidido a cortarlas, sintiéndolo mucho por lo bonitas y grandes que están, pero es que veo que estoy tirando por la borda el proyecto de llenar el contenedor de plantas por su culpa. Esperaba que ocupasen un espacio moderado como plantas de media altura, pero se expanden  muchísimo: el ejemplar más grande ocupa casi medio metro cuadrado él solo, y debajo no crece nada salvo aquellas plantas que consiguieron germinar al mismo tiempo y aún encuentran luz a base de haber crecido inclinadas. Si las dejo donde están estaré desperdiciando sitio durante al menos un año, ya que ahora todavía estoy a tiempo de sembrar anuales de crecimiento primaveral si antes de marzo despejo la zona.

Mauranthemum paludosum
En el rincón de semisombra todavía es algo pronto para hablar de floraciones, ya que la mayoría de sus habitantes están despertando y empezando a ponerse en marcha para la primavera. Sólo hay una flor allí en estos momentos, la de una Mauranthemum paludosum. Pronto abrirá algunas el Oxalis triangularis, que se pone en marcha tras varias semanas sin florecer; el Oxalis debilis también venía con flores pero por algún extraño motivo, éstas se han ido cayendo antes de abrirse. El Oxalis latifolia -al que durante un tiempo he tenido por O. violacea- ha comenzado a florecer, pero lo he tenido que cambiar a la zona de sol. El motivo saltaba a la vista, y es que la confusión de especies empezó a hacerse notar al ver las hojas de la planta: alargadas, buscando la luz en un rincón no demasiado protegido, lo cual lo convertiría en el único de mis Oxalis con aversión a la semisombra, pues los demás crecen y florecen bien, de manera compacta, en estas condiciones. Lo tuve que trasladar porque las flores eran totalmente incapaces de abrirse en las condiciones del rincón trasero de la terraza: en verano hay sol de sobra, pero en invierno el rincón más iluminado apenas recibe luz directa dos horas por la mañana. De momento lo he encajado entre varias macetas a fin de que los gorriones no lo descubran. No he podido ver las flores abiertas del todo porque siempre sale algún día nublado y sigue faltándoles luz.

Antirrhinum majus amarillo
Esta vez no he comenzado la entrada hablando del tiempo como en las últimas ocasiones. Supongo que he querido dar preferencia a las floraciones, pero lo cierto es que la meteorología no está siendo del todo mala. Las temperaturas están en torno a los 15ºC durante el día y 10 de noche, alternándose días nublados con alguna llovizna y soleados con temperaturas todavía más cálidas. El viento de poniente ha dejado de ser un incordio, pero parece que todavía lo tendremos de vuelta en breve. En teoría al fin de semana lloverá en mayor cantidad y bajan las temperaturas, pero a estas alturas no debe ser algo preocupante. Casi siempre pasa lo mismo: un periodo de bonanza se instala sobre nosotros entre finales de diciembre y mediados de enero, con algún episodio de mucho frío ocasional entre finales de enero y principios de febrero. Enero es frecuentemente el mes más frío, disputándoselo con diciembre algunos años. En febrero puede y suelen haber las mínimas más bajas de todo el año, pero el cálculo de la temperatura media se desequilibra porque la segunda mitad del mes suele ser suave, como un pequeño avance de la primavera.

Osteospermum
Es por ello que ahora es buena época para seguir con algunos semilleros y empezar a sacar al sol a los que se hicieron más tarde, allá por noviembre, para que puedan crecer y airearse con buena luz y temperatura pero sin calores, secamientos ni otros inconvenientes. Semilleros no he hecho muchos estos días, de momento sólo los de margarita de Livingstone, pero sí he aprovechado para sacar de sus cajas-invernadero a muchas plántulas de pequeño tamaño que empezaban a mostrar algo de exceso de humedad con sus pequeñas hojitas de color amarillento. A su vez, las plantas que estaban en esta misma situación hasta hace poco, es decir, al descubierto pero protegidas bajo reja y sin sol directo, han pasado ahora a la zona de más sol. Con este ciclo rotativo me aseguro de que las plantas completan un desarrollo óptimo y podrán estar grandes y fuertes en primavera, o incluso durar años si se trata de perennes. En esta época los semilleros que comienzo bajo plástico puedo y debo hacerlos al sol, para concentrar más luz y calor.

Nos encontramos pues en una época totalmente inversa al verano en cuanto a condiciones, aunque no tan lejos de las temperaturas agradables de la primavera y el otoño. La zona de sol resulta ahora perfecta para prácticamente todas las plantas, la de semisombra hace honor total a su nombre y varios de los laterales de la terraza sirven para poner toda clase de plantas a desarrollarse que, en épocas más cálidas, hay que trasladar al patio o al alféizar de mi casa en Sueca. Si todo va bien, de aquí a la primavera, que todavía está a dos meses de distancia, aún serán más las flores que acompañen a las que he mostrado en esta entrada. A ver si este año consigo enlazar el otoño con el verano y que sean pocas las semanas en que la terraza luzca menos colorida.

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