lunes, 29 de agosto de 2016

Artrópodos veraniegos

Codophila varia
Con las altas temperaturas, los pequeños seres con exoesqueleto se encuentran en estado de gracia. Arácnidos e insectos se mueven a todas horas y en la terraza tienen, a pesar de encontrarse ya en decadencia, su jungla particular. Sus intenciones pueden ser beneficiosas, perjudiciales o neutras, según la especie: las perjudiciales, al menos, parece que han remitido bastante. Los ataques de cochinilla algodonosa y cochinilla acanalada parecen haber remitido después de haber matado a varias dedaleras, y de los pulgones hace tiempo que no sé nada. Parece, eso sí, que quedan arañas rojas en alguna que otra planta. Y es que, a pesar de que algunas veces observo mariquitas y crisopas, los depredadores de plagas siguen siendo otros grandes ausentes en la terraza.

Thomissus onustus
No podría considerarse como realmente perjudicial al primero de los protagonistas de la entrada, una chinche de escudo Codophila varia. Aunque estas especies se alimentan de los jugos de las plantas, lo cierto es que en la terraza sólo suelen estar de paso y rara vez dañan a las especies allí presentes. Este ejemplar en concreto, muy calmado, salió de entre unas flores secas de una de las Scabiosa atropurpurea que me disponía a cortar para extraer y guardar semillas. No he vuelto a verlo en días posteriores, aunque sí me he encontrado a su pariente y habitual de la terraza, Graphosoma lineatum, el cual poca comida va a encontrar ya estos días. He observado alguna especie más de chinche, aunque de pequeño tamaño, que no he podido fotografiar o, mejor dicho, no lo he intentado debido a la escasa talla y el nerviosismo de la criatura en sí.

Hermetia illucens
Las moscas tienen siempre bastante presencia en la terraza, aunque actualmente no tanta como en primavera. No obstante, aún he observado en repetidas ocasiones a algunos sírfidos como Syritta pipiens, Eristalis tenax y Eristalinus aeneus, este último tras una ausencia prolongada, pues suele resultar más frecuente su pariente Eristalinus taeniops. Mención aparte son las moscas que acuden al compost, aunque allí me topé con un esperado regreso: el de la mosca soldado negra (Hermetia illucens), una especie grande introducida desde América con gran valor a la hora de procesar las fibras vegetales más duras, algo que otros insectos no pueden hacer, ni mucho menos las lombrices. Sus grandes larvas deben haber estado alimentándose de los restos vegetales y estos días han empezado a emerger. Todavía recién salidas de su pupa, se pueden coger con la mano sin que escapen, pero a los pocos minutos ya serán capaces de volar.

Codophila varia
Aguardando entre las flores se encuentran todavía las feroces arañas cangrejo, que aprovecharán hasta el último momento en que queden flores donde puedan esconderse. Esta vez han acertado, todo hay que decirlo, al escoger las cabezuelas de las escabiosas, que si bien sólo durarán unos días hasta que empiecen a formar semillas, son un buen escondite que además cuenta con comida a domicilio, pues son flores cuyo polen resulta atractivo para las todavía frecuentes especies de abejas de pequeño tamaño que visitan la terraza estos días. Desconozco qué ocurre con ellas cuando las flores desaparecen del todo, pero cabe destacar, por ejemplo, que el ejemplar que aparece en la foto con las flores rosadas parece que ha ido cambiándose de una cabezuela a otra y ahora tiene el abdomen mucho más abultado: no sería raro que fuese una hembra grávida a punto de dejar todo listo para producir una generación de arañas para el año que viene.

Thomissus onustus
Otras criaturas han visitado la terraza, sin poder llegar a fotografiarlas. Varias mariposas, entre ellas las conocidas esfinge colibel, la cual he visto varias veces durante la temporada y aún así no he sido capaz de grabarla a fin de incluirla en algún vídeo, o la mariposa del geranio. También varias polillas de pequeño tamaño, aunque un ejemplar de mayor talla con un aspecto que no me recordaba a ninguna que conociese salió volando de entre unos tallos, se escondió en el rincón trasero de la terraza y no fui capaz de relocalizar. También, cómo no, las avispas papeleras se presentan a diario, así como la pequeña avispa alfarera Odynerus, que al parecer se pasea entre las plantas no en busca de flores, sino de presas para surtir el nido donde depositará sus huevos.

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