viernes, 15 de noviembre de 2013

Flores y un tiempo suave

Cynoglossum amabile
Aunque parece que por fin llegarán las temperaturas frescas más propias de esta época, actualmente la terraza sigue beneficiándose del prolongado periodo de temperaturas propias de mediados de primavera. Bueno, de eso y de que no les haya faltado agua, porque la lluvia no ha ayudado y los riegos han sido obligatorios cada dos días. Precisamente, ayer cayó un buen chaparrón en Sueca que no se replicó en Cullera, donde apenas había algún indicio en forma de calles mojadas y pequeños charcos. Las macetas ni siquiera estaban húmedas, así que no me he ahorrado el riego de hoy. Se anuncian más precipitaciones para el fin de semana, que espero que esta vez sean ya las lluvias otoñales definitivas, porque noviembre de momento ha dado menos agua que octubre, y ya ha expirado medio mes.

Consolida ajacis
Tan propicio ha sido el ambiente para el desarrollo de las plantas que ya hay bastantes ejemplares floreciendo de aquellos que fueron sembrados entre agosto y septiembre. En general, y como no podía ser de otra manera, las compuestas ganan en variedad, pues son nueve especies distintas en flor: las caléndulas sembradas en septiembre han alcanzado tal tamaño que están poniendo en apuros a las plantas más pequeñas de su alrededor; las margaritas Mauranthemum paludosum, que tras desaparecer en agosto volvieron a rebrotar a partir de semillas; las Gaillardia aristata, que se han visto beneficiadas por la poda de capítulos secos y por el descenso de las temperaturas y vuelven a sacar flores de gran diámetro; la Gazania, cuyas flores cada vez salen más coloradas, aunque sólo me queda esa ya que el ejemplar de flores totalmente amarillas fue estropeándose poco a poco y ha acabado muriendo; el edelweiss que vino en septiembre, aunque su floración ha sido más pobre y breve que la de los otros ejemplares en primavera; la Zinnia elegans, de la que finalmente sólo he dejado un ejemplar que salió espontáneo en el contenedor, el único que no tenía un aspecto lamentable; otras Zinnia, las haageana 'Chippendale', cuyas flores diminutas no son lo que esperaba, aunque de momento crecen bien. A ellas añadir las africanas Felicia amelloides y Osteospermum fruticosum, que sacan flores cuando les parece, después de tomarse sus pausas. Pronto se sumará además el girasol Helianthus debilis y puede que el áster repita, pues la planta ha empezado a mejorar y crecer ahora y parece que otro capítulo asoma desde un nuevo tallo.

Mauranthemum paludosum
A las caléndulas del contenedor se les añade la bella nota de colores y formas de la espuela de caballero (Consolida ajacis), con un ejemplar que no esperaba ver floreciendo tan pronto. Ha salido de manera más vistosa que el que brotó en verano, con una espiga llena de flores moradas, aunque más sueltas que las de la forma doble que también tuve en flor esta primavera. Me gustan mucho más los de este tipo simple, aunque no creo que la planta llegue a primavera, así que habrá que resembrar para además conseguir más plantas repartidas por el contenedor. Con ellas están las nomeolvides chinas (Cynoglossum amabile) que son actualmente la especie con más ejemplares floreciendo del contenedor, con cinco o seis plantas llenas de sus cimas escorpioides con pequeñas flores de auténtico color azul. Lo mismo que para la anterior: si no llegan a primavera sembraré unas cuantas más. No faltan tampoco los antirrinos multicolores, la Salvia farinacea y el alquequenje, cargado de flores que ya empiezan a madurar. Los Oxalis tampoco se detienen y el bowiei sigue cargado de flores rosadas, al igual -aunque en menor medida- que el triangularis.

Calendula officinalis semidoble
Aprovechando el buen tiempo, sigo haciendo semilleros casi a cada visita ya que ahora puedo dejarlos directamente en la terraza, sacándole partido al suave calor diurno (21-25ºC) y la ligera bajada nocturna (18-15ºC). Esta situación durará poco, porque inevitablemente llegará el frío y las pocas horas de luz no ayudan demasiado. Sin embargo, casi todo lo sembrado últimamente se está desarrollando a buen ritmo y como mínimo hay varios especímenes con cotiledones, aunque aún es pronto para saber cuál de todas las plantas germinadas será la primera que alcance el tamaño suficiente como para colocarla en su ubicación definitiva, pues hay tanto plantas de pleno sol como de semisombra. Ocupan su ubicación final, eso sí, especies que fui sembrando entre septiembre y octubre en macetas, entre las que se encuentran cuatro especies de Centaurea perennes, Tithonia, Alcea, Lobelia, Viola... una buena variedad que espero dé lo mejor de sí en primavera y verano.

Los tantas veces mencionados lupinos están teniendo resultados dispares. Los 'Russell' siguen perfectamente, cada vez más grandes, pero de los Lupinus angustifolius he acabado arrancando todas las plantas. Llegan a un punto, a partir del segundo o tercer par de hojas verdaderas, en el que amarillean de manera muy brusca y se marchitan. Usé un sustrato poco especial para ellos ya que no supuse que estos lupinos fueran a ser muy exigentes, debido a que se usan en plantaciones para fijar nitrógeno en el suelo. He germinado otra semilla y la he puesto en una maceta con un sustrato más ligero, a ver qué pasa esta vez.

Gazania
En el gran contenedor de los bulbos, poca actividad todavía. Asoman hojas de Muscari armeniacum, Ixia y despuntan los extremos de los jacintos. Aunque no regué porque la tierra estaba todavía empapada por las lluvias de agosto (la tenía guardada en bolsas a la intemperie), el calor y viento de las últimas semanas la ha acabado secando y de vez en cuando sí tengo que echar un poco de agua. Basta con que llueva una vez de manera moderada (15-25 mm. al menos) para que el contenedor absorba bien la humedad y las plantas no vuelvan a necesitar ser regadas hasta nueva orden.

Mientras tanto, aún a la espera de que el tiempo se enfríe, siguen apareciendo esporádicamente las plagas en la terraza. Las últimas Cosmos bipinnatus han sucumbido a los hongos y ahora también a los pulgones, sin lograr siquiera dar semillas. En otras plantas, la presencia de hongos parece haber ido atenuándose. También aparecen pulgones de color negro y con alas en las plantas jóvenes de Centaurea cyanus que sembré para la temporada próxima, a la par que están tan atacadas de hongos que no sé si las veré florecer. Para terminar de redondear esta situación, los gorriones vuelven a sus travesuras invernales y dejan su firma en forma de picotazo en varias plantas: en dos Centaurea perennes en particular se han cebado bien, tirando de una hoja y desgarrándola. Por suerte las plantas son ya grandes y pueden sobrevivir con una hoja menos.

Gaillardia aristata
Por otro lado, el fin de semana pasado organicé todo el rincón trasero de la terraza colocando nuevas baldas, mejor niveladas, y ampliando su extensión hasta una esquina que había estado llena de madera de muebles viejos. Ahora las plantas están mucho más ordenadas, tanto en espacio como en sentido práctico, ocupando un rincón que dará verdadera sombra a las plantas que se conforman con la luz diurna sin verle la cara al sol. Eso sí, creo que conforme vaya añadiendo plantas, tanto de las sembradas ahora como algunas que tenía pensado traer en primavera, volverá a quedar todo muy apretado. Ahora me queda por organizar otro rincón, junto al contenedor de las flores, donde también hay restos de madera y mucho alambre desperdigado, procedente de los cables que sujetaban antaño la antena de televisión de la casa y los que se utilizaban para tender. Además, me gustaría habilitar en el lateral paralelo a la puerta una zona con cañas, cuerdas o alambres para ir colocando a las trepadoras, pues al año que viene serán unas cuantas. En este punto solía tener algunas flores y conservaré allí a las azucenas, pero no me arriesgo a poner otras herbáceas puesto que acaban creciendo tumbadas al seguir el movimiento solar en verano, que les toca muy de lado. Las trepadoras no tendrán ese problema ya que ellas eligen su posición escalando.

Calendula officinalis simple
Pues así sigue el otoño, suavizándose lentamente, con su ajetreo de preparaciones varias de cara al año que viene amenizado por unas floraciones que parece que nos digan que el invierno todavía tardará en dejarse caer. ¿Lloverá suficiente esta semana? Quién sabe. Lo que sí parece cierto es que por fin las temperaturas tendrán una bajada que, en caso de verse sorprendidas por otra conjunción de anticiclones, vientos cálidos y demás, esta vez ya dejarán que guardemos de una vez la ropa del verano y vayamos pensando en algo "de entretiempo". Esto las plantas ni lo van a sentir, pues la mayoría de especies que tengo estarían perfectamente adaptadas a vivir inviernos mucho más fríos. Eso sí, las anuales serían otro cantar, porque bajo la nieve no creo que crecieran. Aquí, para su tranquilidad, ni siquiera llegarán a saber lo que es una helada.

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