martes, 11 de marzo de 2014

Días estables

Tropinota squalida en un crisantemo tricolor
En las últimas dos semanas ha ido remitiendo el poniente, que aumentaba más la sequedad de esta ausencia de lluvias, para ir dando paso por fin a la tendencia primaveral de las brisas marítimas, que han aportado también una ligera bajada de las mínimas durante la madrugada. El tiempo sigue siendo cálido y agradable y las plantas pueden crecer bien sin los problemas del inminente calor primaveral. Parece, no obstante, que a media semana tendremos otro cambio meteorológico y éste puede que sea lo que estábamos esperando desde hace meses: una situación de lluvias que ha disparado la alerta amarilla para el miércoles y se prolongará durante el jueves. Estaría muy bien un buen aporte de agua para empapar las macetas que han ido perdiendo humedad a causa del poniente seco y darles un empujón a muchas otras, como los bulbos.

Tulipa 'Little Beauty'
La semana comineza también con la última fase de los preparativos de configuración de la terraza de cara a este periodo cálido. Ya han sido plantadas todas las bulbosas y vivaces más recientes y sólo queda esperar a que broten, mientras termino de colocar las nuevas baldas y cajones en la parte frontal de la terraza donde irán ubicadas las perennes más grandes, parte de las cuales ya han sido puestas hoy. Faltará, espero, un sólo día más de trabajo para dejar las cosas totalmente listas. Aparte, ahora ya podré dedicar tiempo a sembrar algunas de las semillas que quedan pendientes y que todavía estoy a tiempo de ver crecer.

Esfinge colibrí
En la terraza da gusto estos días llegar a la hora que el sol incide sobre las flores. Varios insectos, la mayoría abejas, avispas, moscas de las flores y mariposas, pululan de planta en planta buscando polen y néctar para llevarse. También han aparecido pequeñas arañas saltadoras de distintos tipos que tengo pendientes de identificar, o al menos intentarlo. Entre los zumbidos de los abejorros, hace dos domingos llegó un escarabajo Tropinota squalida en busca de flores. Estos escarabajos son frecuentes en el monte de Cullera, aunque tienen algunos parientes como los Oxytherea que se dedican a comerse las yemas de las flores, especialmente en los Asphodelus. Su foto me gustó tanto que la he usado para una nueva cabecera del blog.

Campanula glomerata
Las mariposas no son especialmente abundantes en la terraza y quizá las más frecuentes sean los piéridos. De vez en cuando se acercan las esfinges colibrí (Macroglossum stellatarum) con su fugaz vuelo que las hace difíciles de captar. Sin embargo, la semana pasada tuve la suerte de que un ejemplar, y luego otro, se distrayesen lo suficiente con las rúculas como para poder fotografiarlas. Al ser por la tarde y no haber sol directo no pude emplear velocidades de obturación mayores, con las que quizá hubiera llegado a "congelar" el rapidísimo movimiento de sus alas. Parece que sus favoritas son las flores con largos tubos (rúculas, compuestas tipo margarita...) y con nectarios, como las capuchinas, a las que acceden perfectamente desde el aire ya que su lengua es casi tan larga como su cuerpo. Muchas veces las esfinges llegan, se detienen unos segundos en una flor y se marchan no sé a dónde para no volver, pues no hay terrazas ni jardines cercanos que tengan flores.

Kalanchoe x houghtonii
Volviendo a las plantas, desde finales de la semana pasada se ha sumado una nueva bulbosa a la escasa lista de flores que estas plantas están abriendo. Se trata del tulipán 'Little Beauty', un cultivar de la especie Tulipa humilis de flores muy bajas que casi se asemeja más en morfología a un Crocus, Colchicum o Merendera que a un tulipán, y desde luego es muy distinto a los clásicos tulipanes híbridos holandeses. Es una planta que quedaría todavía mejor en un parterre abierto, donde las flores pudieran lucir desde su bajísima posición. En mi caso quizá los acerqué demasiado al borde del contenedor, aunque esta es sólo la primera planta que florece, todavía quedan más. No me ha salido muy "estándar" este ejemplar, pues las flores de este cultivar suelen tener unos colores bien definidos y separados, siendo los pétalos color magenta, con la base violeta separada del resto por una franja blanca, formando un aro en el conjunto. A mí me han salido estos colores totalmente difuminados entre sí.

Rhodanthe chlorocephala var. rosea
Otro caso de colores atípicos lo han protagonizado las Campanula glomerata. El ejemplar de 2013 murió en verano y adquirí uno nuevo en septiembre, que para evitar problemas se ha quedado desde entonces en la zona de semisombra. El ejemplar ha crecido bastante y parece confirmarse que venía más de una planta en aquella maceta, cosa que salta más a la vista con las flores. Durante el tiempo que estuvieron formándose los capullos, éstos parecían que iban a preceder a unas flores blancas, posibilidad con la que no contaba pues la planta es de color morado. Posteriormente salió otra vara floral con capullos de color lila y entonces vi lo que iba a ocurrir: una vara ha salido de un color rosado muy pálido y la otra del morado habitual. La de color rosado es la vara más cargada y compacta que ha tenido nunca la especie desde que la tengo. Espero que en esta ubicación las plantas no den problemas cuando llegue el verano y sigan haciéndose todavía más grandes y recargadas.

Lino rojo
Cerca de ellas, la Kalanchoe x houghtonii sigue floreciendo en abundancia con sus estandartes de flores colgantes, mientras la Bellis perennis ha sufrido un cambio después de que su cabezuela se cubra totalmente de lígulas. En la base de la misma planta viene ya otro capítulo, no así en el resto de ejemplares de la maceta. De momento el rincón trasero de la terraza está dominado por las anémonas coronaria y blanda, aunque muchas especies vienen ya con flores y para cuando llegue el equinoccio de primavera este emplazamiento se habrá llenado de color.

Anemone blanda
En el contenedor comienzan a ganar altura algunas especies que tomarán pleno protagonismo durante la primavera, secundando al rincón que se encuentra florido desde hace meses en el que plantas como los crisantemos tricolor empiezan a florecer en serio mientras que otras se despiden tras una vida plena, como la espuela de caballero, la cual ha dado semillas que ya han sido sembradas allí mismo. Al otro extremo del bello colorido escarlata de los linos rojos ha florecido una nueva compuesta (¡otra más!), la Rhodanthe chlorocephala var. rosea, conocida también por los viejos sinónimos Acroclinium y Helipterum. Se trata de una planta bastante similar a las Xerochrysum, en el aspecto de que lo que simula ser los pétalos de una flor no son lígulas, sino las brácteas del involucro, de fino tacto similar a papel cebolla. Es una planta más grácil y de aspecto más delicado que su pariente, incluso más pequeña. Tiene la particularidad de que los capítulos empiezan a crecer colgando hacia abajo y se vuelven hacia arriba cuando van a abrirse.

Bellis perennis
Ya sólo queda una parte de terraza sin las primeras flores, pero no por falta de plantas, sino porque estas empiezan a crecer ahora. En la reciente pérgola para trepadoras, la Clematis 'Jackmanii', que despertó de su letargo en enero, alcanza ya los dos metros de altura. Cerca de ella se encuentran varias azucenas, con las veteranas asiáticas y las 'Stargazer' emergiendo de bajo tierra y apresurándose en formar roseta, siendo éstas últimas su temporada más temprana, pues les costaba algo más arrancar. También entre las nuevas azucenas hay crecimiento, pero habrá que esperar por lo menos dos meses para que hayan alcanzado un buen tamaño.

Así está todo en la terraza, cada vez más y más llena de color y con la emoción de siempre al pensar que esto no ha hecho más que comenzar y muchas de las futuras protagonistas todavía están rompiendo tímidamente la tierra. Esperemos que la meteorología sea algo más benigna durante estos meses previos al verano para compensar el seco invierno, aunque sea por ahorrar algo de agua.

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