lunes, 27 de abril de 2015

Tiempo de geranios

Geranium himalayense
Tendemos a asociar el concepto de geranio con las populares especies de patio, de origen sudafricano, conocidas también como gitanillas o murcianas, posiblemente una de las plantas de maceta más populares en nuestro país que, además, tolera casi todo: falta de luz, falta de agua o falta de espacio; siempre están verdes, rebrotan con facilidad y florecen durante un largo periodo de tiempo. Estas son las Pelargonium, con multitud de especies e híbridos disponibles. Aunque nunca he descartado tener alguna especie de flores bonitas, actualmente no hay ninguna en la terraza: al referirme a "geranio" hablo estrictamente de Geranium o, en su defecto, los muy similares Erodium.

Los Geranium suelen ser plantas más tiernas, vivaces o anuales, procedentes de zonas de clima templado. Hay una buena cantidad de especies silvestres en mi entorno, casi todas de flores diminutas, igual que ocurre con sus parientes Erodium, algunos de los cuales son de las hierbas más frecuentes en huertas, jardines descuidados y terrenos baldíos en general. Existen asimismo multitud de especies cultivadas con fines ornamentales y en países europeos son mucho más frecuentes éstas que nuestros clásicos Pelargonium, de ahí quizá que las dos especies que más fácil me ha resultado conseguir vengan de la cadena alemana LIDL.

Geranium sanguineum
Las dos especies adquiridas en este supermercado están repitiendo en 2015, y de hecho los dos ejemplares de 2014 no fueron demasiado mal, consiguiendo incluso florecer. Se trata del Geranium sanguineum, el cual acabé perdiendo el año pasado, y Geranium himalayense, que floreció tan deprisa que ni lo llegué a ver en flor, pero temiendo perderlo comencé a regar mucho menos y ha aguantado vivo hasta esta temporada, aunque por asegurar volví a comprar un ejemplar nuevo, lo que ha resultado ser un acierto. Es la planta cuya foto encabeza el blog y comenzó a mostrar botones florales apenas un mes después de plantado. Parecen haberse beneficiado del tiempo más suave que ha habido durante esta primera etapa de la primavera, pero habrá que vigilar con el agua cuando empiece a hacer más calor. Si he conseguido que un ejemplar aguante de un año para otro, no debe ser tan difícil. Eso sí, después de sacar dos de sus flores grandes y de color malva, el himalayense no parece que vaya a continuar, de momento, con su floración.

Al Geranium sanguineum ya lo conocía bien del año pasado. Es de esas plantas que una vez vemos aparecer su primera flor, se sabe que vendrá seguida de un montón más. En lo que el himalayense ha tardado en sacar dos flores, el sanguineum lleva más de seis. Las flores son ligeramente mayores en esta especie y de un vivo color magenta: lo de sanguineum hace referencia a las manchas rojas que adquieren las hojas en otoño, no al color de las flores. El año pasado lo tuve al sol, pero al notar que se quemaba demasiado lo moví a una ubicación con menos horas de exposición, en la que acabó muriendo después de darme cuenta que la raíz que quedó ya no rebrotaba. Espero poder mantenerlo esta temporada: como en otras plantas, el secreto está en evitar seguir mojando excesivamente el sustrato cuando éste ya se encuentra húmedo por abajo y recalentado por el sol.

Erodium x variabile
Hay más especies de Geranium en la terraza actualmente. Desde otoño de 2013 hay plantados unos cuantos Geranium tuberosum, los cuales como su nombre indica emergen desde pequeños tubérculos similares a patatas diminutas. Tiene unas hojas llamativas, más estrechas que las de sus parientes anteriores y de color más pálido, que he visto surgir en las dos primaveras que lleva en casa, pero se resiste a florecer y actualmente ya se han secado. La otra especie con la que ando lidiando es el popular Geranium pratense, que he obtenido en dos ocasiones desde semilla: los de 2014 crecieron mucho desde febrero hasta finales de verano, pero se pudrieron. Los de este año, sembrados en otoño, casi no crecen. Uno, al menos, permanece vivo en una maceta donde sendos ejemplares de Cerinthe major y Borago officinalis están ya en las últimas, con lo que se convertirá en ocupante exclusivo de la maceta.

Por último, también puede considerarse geranio al Erodium x variabile, planta que cuenta con un ejemplar en la terraza desde diciembre de 2013. Este híbrido es perenne y requiere de menos atenciones que sus parientes, persistiendo con un chorrito de agua que echo siempre con cuidado por miedo a que se pudra, pues no parece necesitar demasiado líquido para vivir. Continuamente, sin responder a un patrón, reverdece y florece, da igual si es en invierno o en verano. Desde luego, una de esas plantas que sólo por lo fáciles que son y lo bonitas que llegan a ponerse en momentos puntuales merece la pena tener.

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