domingo, 26 de abril de 2015

Una Gilia con pétalos de más

Gilia tricolor con siete pétalos
Las mutaciones espontáneas suelen ser frecuentes entre las plantas de la terraza, casi siempre dándose como casos puntuales la proliferación extra de pétalos, como ocurre con la protagonista de esta entrada. Muchas veces ya no sólo se trata de casos concretos en una planta, sino que ésta continúa produciendo flores normales después de aparecer las formas aberrantes. No es lo mismo, por ejemplo, en las margaritas de varios pétalos, las cuales aparecen todas las veces que la planta florece.

En este caso se trata de Gilia tricolor, una polemoniácea que cultivo desde 2013 y todavía sigo haciéndolo desde el paquete inicial de semillas con el que comencé. Este año las daba por perdidas por partida doble: primero porque, aunque empecé a ver ejemplares pequeños en las partes delanteras del contenedor, les perdí la pista una vez que el resto de plantas crecieron, y seguramente algunas murieron bajo las hojas de las grandes rúculas. Finalmente apareció un ejemplar colgando por una esquina, "camuflado" entre las similares hojas de las Brachyscome, pero estaba siendo atacada por unas pequeñas orugas que mordían los pétalos. Eliminé un par a mano y el problema desapareció.

Una vez la planta se vio libre de sus atacantes, la floración ha continuado correctamente. Los primeros días en que empecé a ver flores nuevas e inmaculadas me sorprendió la de la foto, de gran tamaño debido a que cuenta con una corola de siete pétalos en lugar de los cinco habituales. Por el momento ya no se ha repetido el fenómeno ahora que la planta ha empezado a florecer en abundancia.

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