sábado, 4 de abril de 2015

Las flores de Pascua


Floración en el contenedor de las herbáceas y anuales
Durante esta Semana Santa el tiempo, que andaba algo caluroso ,se ha ido ajustando hasta los valores propios de esta época. Un poco de calor durante la tarde, algo más fresco en momentos en los que el sol está bajo y por ahora alguna nube suelta que apenas ha conseguido tapar el sol. Esta vuelta a la suavidad ambiental ha permitido relajar un poco los riegos en la mayoría de macetas, que no se secan tan deprisa, aunque el contenedor no entra en esta tónica debido a la gran densidad de plantas floreciendo allí. He regado bastantes veces esta semana (martes, miércoles, viernes y hoy sábado) a fin de no agravar más la situación causada por el calor de los pasados días de domingo a martes: dentro de lo que cabe, todo ha vuelto a la normalidad.

Cerinthe major 'Purpurascens'
Es difícil no encontrar un color entre alguna de las flores de la terraza. pues están representados ya todos los básicos: blancos, azules, rojos, naranjas, amarillos, rosados... De hecho, casi que podríamos encontrarlos todos en el mismo contenedor, donde los buenos resultados no dejan de sucederse, señal de que esta vez lo hice bien. Decir que las plantas se desbordan no sería una manera figurada de hablar, nada más hay que ver la foto: las especies que consideré de talla baja-media han ido empujándose unas a otras de tal manera que casi tapan el frontal hasta el suelo. Sorprende pensar, por ejemplo, que esa masa de flores de Layia platyglossa que se ve la conforma una única planta: más de la mitad de flores que vemos de Collinsia heterophylla también proceden de un sólo ejemplar, aunque en total hay tres. Incluso la Schizanthus x wisetonensis destaca por su enormidad. Me gusta cómo evoluciona esta planta: al principio parece que no será más que un tallo con tres flores arriba, pero a medida que pasan los días van apareciendo más y más flores hasta formar una densa agrupación que se va replicando en las sucesivas ramificaciones.

Schizanthus x wisetonensis
Las demás anuales y perennes herbáceas van tomando protagonismo por el resto de la terraza. Hay al menos seis ejemplares de Cerinthe major en flor, la mayoría de talla contenida. Esta especie la descarté para el contenedor en su día debido a que vi fotos en las que aparecían plantas bastante grandes, aunque da la impresión de que ese porte que alcanzan es a base de ramificaciones y la roseta basal no crece mucho más de lo que lo han hecho los ejemplares más grandes que he tenido en macetas. Este otoño probaré a poner una a ver qué sucede: siempre estoy a tiempo de sacarla y pasarla a una maceta si el tamaño se va de las manos. Este año sólo tienen de vecinas a las borrajas, caléndulas, margaritas y algún que otro crisantemo tricolor, pero estaría estupendamente con plantas más altas, densas y de diversos colores, combinaciones que suelen darse en el contenedor.

Hyacinthoides non-scripta
Los crisantemos tricolor (Ismelia carinata) son, precisamente, otros de los protagonistas de estos días entre las anuales. Como ya se fue viendo desde los primeros días de otoño, las semillas caídas tuvieron una efectividad máxima y las plantas han aparecido en absolutamente todos los rincones de la terraza. Los dejé quedarse en el sitio siempre y cuando la maceta no fuese requerida para otro uso: ahora tengo la terraza repleta de sus grandes capítulos que, en la mayoría de ejemplares, son blancos con un anillo interior escarlata y otro amarillo. También hay ejemplares rojos y amarillos pero, como el año pasado, parece que las lígulas salgan ya estropeadas. Esto me ocurre con algunas plantas de varias especies, siempre aparentemente sanas, y nunca he podido saber el porqué. Los ejemplares de crisantemos de fondo blanco, de distintos tamaños, van mejor a cada día que pasa. Espero que la floración dure bastante dado que el tiempo es suave y este año van un mes por detrás respecto al año pasado.

Rhodanthe con extra de brácteas
Otra compuesta que tiene pinta de ser la candidata de este año para replicarse sola por las macetas es la Rhodanthe chlorocephala. En la esquina derecha del contenedor es donde está la práctica totalidad de ejemplares, todos ellos de color rosa intenso salvo uno de color rosa claro con un extra de brácteas que le llega al disco floral; en cambio, encontramos un ejemplar de color blanco que surgió en una maceta con bulbos donde usé la tierra que había en el contenedor hasta el año pasado. No sería raro que un día sus lanosas semillas estuviesen listas y me diese cuenta cuando ya han caído varias por ahí, aunque por su ubicación no tienen tantas opciones de expandirse: los crisantemos tricolor estuvieron en el centro de la terraza ya desde el año pasado, como ahora.

Ismelia carinata
En el rincón trasero la supremacía es, como se ha venido contando, para los Allium triquetrum. Sin embargo, los Oxalis también comienzan a dar fe de su presencia en el rincón de siempre y la enorme mata del rosa vivo de los O. articulata y el rosa pálido de O. triangularis hace girar la cabeza al introducirse en esta parte de la terraza. La misma combinación se produjo, tal cual, la primavera pasada en las mismas fechas. Las dos especies son capaces de florecer también en otoño, pero se detienen en un punto y van dejando de crecer llegado el invierno. Hasta ahora son los únicos Oxalis en flor en este lado, junto al pes-caprae que parece no querer terminar nunca: el resto de especies ni siquiera están creciendo. Espero que lo vayan haciendo de aquí a verano, confiando en que este atraso se deba a las diferencias meteorológicas respecto a la temporada anterior.

Rhodanthe blanca
No pierdo de vista tampoco a las vivaces y perennes de este lugar, que poco a poco van creciendo y seguramente empiecen a cobrar verdadero protagonismo a partir de la segunda mitad de este mes. Aún con todo, la herbácea más grande de todo el rincón es la enorme capuchina de más de medio metro de diámetro que ha comenzado a florecer, de color naranja vivo, y con una disposición floral que no termino de entender, pues en lugar de sacar flores por arriba como todas, están saliendo en la mitad inferior de la planta y quedan ocultas por las propias hojas de ésta. Suerte que la planté en una esquina, porque si no estaría comprometiendo al resto de plantas de ese contenedor. Aún así está tapando a su vecina, la hierbabuena que tantos años lleva conmigo, que aún consigue sacar sus tallos por todas las rendijas que le dejan.

Bletilla striata
Además de la presumiblemente breve floración de la Bletilla striata, que todavía tendrá para cinco o seis días más hasta agotar todas las flores de su espiga, nuevos bulbos comienzan a florecer en la esquina con menos sol de toda la terraza. Aparecen, por fin, los primeros Hyacinthoides non-scripta, la especie que ocupa en Europa occidental el lugar de Hyacinthoides hispanica, especie que cultivo desde el año pasado y cuyas espigas de flores también están ganando ya altura esta semana. Ambos jacintos son muy similares: el non-scripta es ligeramente más pequeño y las flores curvan sus pétalos hacia atrás: además, se distribuyen casi todas hacia un lado del pedúnculo en lugar de hacerlo de manera radial y alterna como el hispanica. Al igual que ha ocurrido con otras especies, la combinación con los Allium triquetrum es ideal sobre el papel -ambas plantas gustan de sombra y humedad- pero las grandes hojas de los ajos los han dejado algo arrinconados. Quizá debería reducir la densidad de éstos de cara al año que viene y combinarlos con los Hyacinthoides hispanica, que son algo más grandes.

Oxalis articulata y triangularis
Abril no ha hecho más que comenzar y, de momento, las sensaciones son buenas. El trabajo está casi todo hecho y los recursos, como el sustrato, las macetas o el espacio, prácticamente agotados: no queda mucho más que plantar aunque en estos momentos todavía me encuentro sembrando algunas anuales y haciendo tiempo para preparar las trepadoras, que casi siempre comienzan a funcionar bien a partir de las épocas más cálidas. No hemos llegado siquiera a alcanzar la primera mitad de la primavera, así que todavía queda mucho por ver, muchos colores por descubrir y, sobre todo, disfrutar de los aciertos a la hora de elegir, sembrar y cuidar.

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