miércoles, 1 de abril de 2015

La ponentà

Bletilla striata
La transición de marzo a abril ha venido cargada de calor. El poniente que empezó a arreciar el domingo nos dejó un caluroso lunes de primavera con temperaturas máximas de 30ºC y una mínima que nos llevó hasta el día siguiente sin bajar de 20, una prematura "noche tropical". Ayer todavía volvieron a superarse los 25ºC, pero afortunadamente el viento cambió y las temperaturas han vuelto a normalizarse poco a poco, quedándonos hoy cerca de los 20ºC. El tiempo inevitablemente se irá volviendo más cálido, cierto, pero de momento no hay ninguna prisa.

Esta situación prácticamente ha acabado del todo con la estela dejada por las lluvias de la última quincena; eso sí, sus beneficios saltan a la vista, pues muchas plantas brotan con energía, incluso algunos bulbos de plantación invernal que empezaba a dar por perdidos. En apenas dos jornadas he agotado el agua de lluvia acumulada y ya he vuelto a la rutina de cargar garrafas de agua, aunque los riegos intento hacerlos calculando bien las necesidades de cada planta, nada de inundar macetas a lo loco. Por mucho calor que haya hecho, en la mayoría de macetas grandes aún se encuentra la humedad escarbando un poco con el dedo.

Cosmos sulphureus
Las peores consecuencias, aunque no nefastas, han derivado del decaer de las plantas cuando la falta de agua se vuelve acuciante. Algunas caen hacia los lados y se les quedan las hojas mirando hacia abajo, pero si encuentran algún obstáculo ya no pueden recuperar su posición. Esto les ha ido ocurriendo a las Nemophila, que empezaron floreciendo apoyadas en el borde frontal del contenedor y han llegado a quedarse tocando suelo. Las plantas no van a poder a volver ni siquiera a su estadio anterior, por lo cual lo que les queda de vida se lo pasarán así, colgando. Es una pena por la Nemophila maculata, que ha quedado algo perdida después de ir cayéndole encima las demás plantas. Las especies grandes, como puedan ser la Collinsia heterophylla o la Layia platyglossa, tienen mejor apoyo y se recuperan enseguida con los riegos, que han sido abundantes durante dos días seguidos (ayer y hoy) para que las plantas se recuperen.

Anethum graveolens
Tampoco parecen haber sufrido mucho las Schizanthus x wisetonensis. La del contenedor, más grande que la de la maceta, se ha equiparado a ésta en cuestión de días, apareciendo cargada de flores abiertas en dos ramificaciones. Me da la sensación que esta planta no debe ser muy amiga del agua dado que parece ponerse algo amarilla cuando recibe mucha -en otoño, durante sus primeros días, tuve que dejar de regar un tiempo a la de la maceta. No obstante, prefiero no hacer el experimento ahora que sólo tengo dos plantas. Aunque nada que ver con los antirrinos, que algunos ejemplares dados por abandonados en macetas sin plantar, con sustrato arenoso y arcilloso, recuperaron la forma sólo con el agua de lluvia. He mantenido varios por no perderlos del todo y por lo que les gustan a algunos insectos. Las margaritas Mauranthemum también suelen resistir bien, aunque para verano posiblemente hayan desaparecido y no germinen hasta otoño, como en esta temporada. Los ejemplares más grandes del contenedor están batiendo todos los récords y miden ya unos 40 cm. Las Cosmos, en cambio, no han estado muy allá: la sulphureus amarilla de la foto apenas levanta 20 cm. Las bipinnatus, aunque muy vacías, sí están sacando flores grandes. Estas plantas son de esas que crecen según el espacio, pues con tierra de sobra alcanzan tamaños respetables.

Agrostemma githago 'Milas'
Las plantas grandes del contenedor también se han ido moviendo por el calor y el centro ahora parece tener un agujero, quedando a la vista la ruina provocada por el crecimiento exagerado de algunas especies y el ritmo más pausado de otras. Apenas se ven plantas que estuviesen esperando su momento, con lo que cabe esperar que la mayoría se secaran con la falta de luz. Más atrás no ha habido problema y las gigantes indiscutibles del contenedor llegan casi hasta el frente, como las Phacelia tanacetifolia y los eneldos, uno de los cuales es tan grande que incluso parece desentonar con el resto del conjunto. Aunque no lo he medido, calculo que debe estar sobre los 140 cm. de altura, descontando que el tallo se fue doblando y apoyando sobre tierra hasta encontrar su posición final. Es más grande que el que tuve hace dos años, ya lo creo: los tallos son más gruesos, está mucho más ramificado y algunas umbelas de flores deben abarcar un diámetro de alrededor de 20 cm. En total hay tres allí, los otros dos no tan grandes, aunque tiempo tienen de crecer.

Collinsia heterophylla y otras
También están floreciendo otras plantas de gran altura como la Agrostemma githago 'Milas'. La planta, como quedó claro el año pasado, crece recta y sin apenas volumen lateral, como una delgada caña, pero esta vez con las idas y venidas provocadas por el agua y el viento han acabado dobladas y apoyadas con las plantas de enfrente. Eso sí, hay varias de ellas y la floración acaba de comenzar, con lo cual el espectáculo que ofrecen sus grandes flores rosadas está recién servido. Además lo han hecho en una esquina donde confluyen con otras especies y la combinación las hace brillar más si cabe. En el lado opuesto del contenedor, el derecho, la gran Salvia coccinea se ha puesto a florecer de golpe y su rojo vivo destaca sobre los rosados de las Malcolmia, Rhodanthe y Dianthus 'Rainbow Loveliness' al que pronto se unirá el de la Clarkia bottae. Me ha quedado un poco monocromática esa esquina, es cierto.

Iris germanica
Entre las plantas perennes con órganos subterráneos, sean bulbos o rizomas, las floraciones también comienzan a ir cambiando turnos. Prácticamente no quedan ya narcisos -los 'Canaliculatus' han durado bastante poco- hasta nueva orden, pues asoman algunas flores más que no sé si llegarán a buen puerto; los Iris germanica siguen deslumbrando con su despliegue, y más o menos he conseguido poner las flores en la posición adecuada usando tutores, aunque los pedúnculos ya han quedado curvados. Están floreciendo también algunos de sus parientes los Iris reticulata, los nuevos, pero las flores están casi tocando tierra y quedan atrapadas entre sus propias hojas. Lo mismo le ha pasado, desgraciadamente, a un Tulipa 'Little Beauty' de los del año pasado, tras conseguir el mérito de florecer después del típico proceso de división que generan sus bulbos. Confío en encontrar al menos alguna de las flores en buen estado y poder hacerle alguna foto decente, o si no, esperar al menos a que florezcan los nuevos. En el rincón trasero, mientras tanto, todo sigue su curso con los Muscari armeniacum y Allium triquetrum dominando, los Ipheion terminando poco a poco y alguna especie nueva que otra comenzando a florecer.

Schizanthus x wisetonensis
Algo decepcionante ha resultado esta vez la Bletilla striata, la única orquídea de la terraza. El incremento de rosetas de hojas ha añadido dos más a las del año pasado -6 en lugar de 4, por las 2 de su primera temporada- pero no ha ido pareja en cuanto a flores. Ha vuelto a sacar sólo una espiga, con tres flores que duran abiertas un día, con lo cual posiblemente al viernes ya no quede ninguna y la larguísima espera (creo que empecé a ver la espiga brotando hace casi dos meses) ha quedado liquidada en menos de una semana. Al menos las he podido ver en vivo, ya que en alguna ocasión sí han habido plantas que me he perdido o que casi no he tenido oportunidad de ver sus flores recién abiertas y sin estropear, eso si es que consiguen florecer correctamente, que algún caso ha habido ya esta temporada y que, obviamente, no he podido mostrar.

Parece pues que ya podemos ir empezando a hablar de la segunda fase, la primera genuinamente primaveral, con todos los bulbos y vivaces que crecen a buen ritmo y la multitud de herbáceas floríferas que irán abriéndose durante la próxima semana. Aunque las brisas marinas han vuelto a colocar las temperaturas al nivel adecuado para la época, ya se sabe que la radiación solar puede jugar malas pasadas. Se espera algo de inestabilidad atmosférica hacia el fin de semana o principios de la semana que viene, pero todo apunta a que será raro ver caer alguna gota, que apenas una semana después de tanta lluvia no estaría mal que la lluvia se dejara caer un rato de nuevo.

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