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Ornithogalum dubium |
Los
Ornithogalum son plantas bulbosas al uso, parientes muy cercanos de los jacintos y escilas. Están repartidas por la región mediterránea, Cáucaso y Sudáfrica. De hecho, incluso hay una especie autóctona aquí en Cullera, el
Ornithogalum narbonense, de gran belleza. La mayoría de especies tienen las flores blancas o de un tono pálido verdoso o amarillento, siendo la excepción el
Ornithogalum dubium, que aparece en esta entrada. Hay varias especies de este género conocidas en el mundo de las plantas ornamentales, incluyendo a las sudafricanas
Galtonia (según autores ahora deberían ser
Ornithogalum) o la conocida como "cebolla preñada"
Ornithogalum caudatum, nombre ya desfasado de la actual
Albuca bracteata, especie también africana cuyo bulbo sobresale de tierra a modo de cáudice.
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Ornithogalum umbellatum |
En la terraza se plantaron, hasta marzo, tres especies de
Ornithogalum y una de
Galtonia, más otro
Ornithogalum que llegó este lunes. Los primeros en plantarse fueron los
Ornithogalum umbellatum, una especie autóctona del Mediterráneo que se encuentra a gusto en las mismas condiciones de semisombra y humedad donde planté otros tantos bulbos que tan bien han ido este año. Estos los adquirí en la firma holandesa Eurobulb junto con otro montón de bulbos que han ido apareciendo desde febrero en el blog. De momento son los de plantación otoñal que más tarde han florecido, pero no tienen la última palabra todavía dado que he empezado a ver emerger especies excepcionalmente tarde (más que algunos de plantación pre-primaveral). No son tampoco los
Ornithogalum más veteranos de la terraza, pues los sudafricanos
Ornithogalum saundersiae llevan plantados y brotando con esta tres primaveras desde que llegaran a finales de febrero de 2013, todavía sin florecer ninguna de las temporadas pero sí multiplicándose vegetativamente a medida que los bulbos originales se van agotando.
Se pueden contar ya como casi seguros fracasos los
Ornithogalum magnum, que adquirí a finales de noviembre y erróneamente me esperé a plantar con los narcisos e iris en enero, cuando lo mejor hubiera sido plantarlos inmediatamente en una maceta a los dos juntos y a semisombra: ni siquiera han emergido y dudo que sigan en buenas condiciones bajo tierra. De las
Galtonia viridiflora tampoco puedo decir nada dado que los cuatro bulbos que adquirí tenían una pequeña parte blanda que acababa convirtiéndose en una pudrición que abarcaba casi la totalidad del bulbo, con lo cual es probable que ya estén formando parte del compost de la tierra. Una pena.
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Vara de O. dubium |
A los
Ornithogalum umbellatum los planté en los dos contenedores de bulbos a semisombra y han tenido éxito en ambos puntos. A pesar de su aspecto blando y delicado, al cabo de varias semanas vi emerger sus hojas verde oscuro con una línea clara en el nervio central. Los puse al fondo pensando que serían plantas bastante grandes y sobresaldrían sin dificultad, pero lo cierto es que han resultado ser todo lo contrario. Encuentro que quedarían mejor en la parte frontal junto a los bulbos más pequeños, y a ser posible sin compartir mucho espacio con los
Allium triquetrum, de los cuales tengo que hacer una gran criba cuando se sequen del todo dado que juntar muchos ejemplares en un mismo punto resulta poco compatible con otras plantas con hojas más pequeñas. Los
umbellatum empezaron a florecer en la segunda mitad de abril: sus delicadas flores de seis pétalos blancos nacarados se abren paso entre la maraña de hojas de otras plantas. En este caso, se van abriendo de una en una o de dos en dos, sin llegar a formar una umbela muy llena.
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Flor de O. umbellatum |
Ornithogalum dubium es una planta muy distinta. Se trata de una especie con flores de un excepcional color naranja que aparecen apretadas en lo alto de un pedúnculo, amante del sol y de unas condiciones menos húmedas. Es muy parecido a otras especies vecinas como
O. arabicum o el mencionado
O. saundersiae. Encontrar a esta especie en las tiendas no es raro, pero por alguna extraña costumbre se suele vender como planta enmacetada y ya en floración, en lugar de vender sus bulbos en seco. Escogí entre sólo dos ejemplares restantes en el vivero y me llevé el más grande, con dos varas florales. Mi intención es dejarlo terminar su ciclo hasta secarse y al año que viene plantarlo en el contenedor de los bulbos africanos, donde el drenaje funciona muy bien y ya hay varias plantas creciendo, incluyendo a sus parientes
saundersiae. Eso sí, falta ver si su excelente floración será capaz de repetirse al año que viene, pues por lo que he ido leyendo por la red no parece un objetivo fácil de conseguir aunque me da que se debe al proceso de forzado al que son sometidos para que estén presentables durante su venta. Mientras tanto, sigo disfrutando de sus luminosas flores.
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