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Incarvillea delavayi |
Entrados en la segunda mitad de abril, las vivaces ya empiezan a llegar al punto de desarrollo óptimo para mostrar sus flores. Pueden tener bajo tierra tubérculos, rizomas o raíces gruesas, pero todas ellas tienen el común la capacidad de perder parte de su desarrollo vegetativo en épocas de precariedad para volver a rebrotar durante los periodos que les son favorables. Es precisamente por ello que muchas de estas plantas se venden empaquetadas en seco como los bulbos, aunque no todas toleran pasar mucho tiempo sin plantar. Algunas pueden ser almacenadas durante meses, mientras que otras sólo lo justo para ser transportadas a las tiendas, motivo por el cual muchas veces siguen a la venta estando muertas, por puro desconocimiento ya no sólo de la tienda, sino del comprador que se las lleva a casa inocentemente cuando llevan un mes queriendo ser plantadas.
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Aquilegia alpina |
En efecto, muchas de las vivaces las acabé volviendo a comprar este año debido a los nefastos resultados del año pasado, con pudriciones que acabaron con ellas de manera sucesiva. En verano siempre suelo regar de más sin darme cuenta y esto no hace más que animar a proliferar a los hongos en las macetas de plástico, que retienen la humedad aunque no lo parezca. No sólo afecta a las vivaces, pues algunas perennes también acaban sucumbiendo y muchas plantas que ya no he podido reponer han pasado a la historia en la terraza, conservando algunas semillas que espero alguna vez consigan devolver a estas especies a la terraza en caso de no volver a encontrarlas en las tiendas donde fueron adquiridas en su día.
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Oxalis debilis blanco |
Todo es más fácil con las vivaces de tubérculo, aunque muchas veces las
dalias también me han dado problemas y no han pasado del verano. A los
Oxalis nada más hay que dejarlos en seco o regarlos muy poco en épocas menos calurosas en las que tienen hojas. Por ejemplo, después de casi un año, los
Oxalis debilis var. corymbosa de flores blancas que recogí en Algimia de Almonacid (Castellón), donde es una invasora frecuente de los cultivos, se animan a crecer y florecer, aunque de manera un tanto dispar. Arranqué la planta del suelo en junio del año pasado a golpe de azada, con flores y todo, y a pesar de quebrarle el rizoma principal siguió verde durante un tiempo. Posteriormente las hojas se secaron y aparecieron los típicos tubérculos similares a bulbillos que brotan del contorno del rizoma, pero la maceta estuvo vacía mucho tiempo, con los tubérculos asomando y desperdigándose por encima de la tierra. Accidentalmente debí dejar caer alguno sobre la maceta de la
Bletilla y ahí me he encontrado sus primeras flores, blancas como la nieve. No obstante, en la maceta original ya hay crecimiento, con lo que pronto se llenará de flores al igual que su pariente rosa, que ya florece estos días.
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Rehmannia elata |
También salen de gruesos tubérculos las
Incarvillea delavayi. Es la tercera vez que compro esta planta, en un paquete que vienen tres tubérculos que hasta ahora siempre han brotado y florecido todos ellos, pero pierdo las plantas cuando empieza a hacer calor, pudriéndose sin remedio de manera muy dramática. Probablemente lo único que debería hacer es dejar de regar al primer signo de marchitez en las hojas -como hago con las anémonas- para evitar que el agua quede retenida y haga mella en los tubérculos, que a grandes rasgos tienen una textura similar a los de las dalias, La planta es una bignoniácea, familia de la que estamos acostumbrados a ver trepadoras y arbustos, pero
Incarvillea crece como una bulbosa: una roseta de hojas en el suelo con una vara cargada de grandes flores que brota del centro.
La
Rehmannia elata es otra vivaz que se encuentra cargada de flores estos días, y es una de las pocas que he obtenido desde semilla. Con esta plantas es muy fácil, ya que crece con la facilidad de una anual y resiste y sigue creciendo durante el verano. No parece necesitar mucha agua y sigue desarrollándose vegetativamente bajo tierra y generando más brotes. Este año son dos las rosetas que emiten hojas, pero el verano pasado llegó a sacar otra por uno de los agujeros de drenaje, que acabó malográndose. Otras vivaces exitosas que obtuve de semilla son la
Ratibida columnifera var. pulcherrima, que empieza a emitir sus tallos en los que crecerán las flores, la
Oenothera speciosa, que lleva días abriendo sus flores por toda la terraza, y algunas
Achillea millefolium que tras unos años poco productivos -se sembraron en otoño de 2011- volverán a florecer esta primavera.
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Incarvillea delavayi |
Veteranas son también las aguileñas. Tras un fracaso en 2012, las
Aquilegia 'McKana' y
Aquilegia alpina adquiridas en 2013 llevan con esta su tercera primavera consecutiva en la terraza floreciendo, con algunos "extras" añadidos: el año pasado consiguieron esparcir semillas por todos lados y, como ocurre con algunas anuales, al final acabo dejando macetas donde se desarrollen sin molestias. Alguna de ellas ya ha florecido, una 'McKana', y parece que me ha salido un color nuevo, amarillo. Fue la primera en llamar la atención, pero casi sin darme cuenta ya estaban las
Aquilegia alpina haciendo crecer unas cuantas de sus grandes flores moradas.
Hay muchas vivaces más brotando y creciendo, algunas con flores a la vista, pero serán protagonistas seguramente para la segunda mitad de la primavera, esto es, casi hacia el final de la primera quincena de mayo. De algunas de ellas que también están en flor, como los geranios, hablaremos muy pronto.
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