Phacelia, las amigas de las abejas

Phacelia grandiflora

El género Phacelia es originario del continente americano y está relacionado con las Nemophila, aunque el número de especies que existen es mayor que el de estas últimas y se extiende de norte a sur mientras que las Nemophila están restringidas a Norteamérica, y concretamente casi todas en Estados Unidos. Pertenecen a la subfamilia de las Hydrophylloideae, hoy considerado parte de las boragináceas y antaño una familia propia también exclusiva de las Américas. Hay muchas especies que se cultivan con fines ornamentales aunque sus utilidades van algo más allá, y es que son plantas que las abejas, tan pronto como las encuentran, no pueden dejar de visitar.

Phacelia tanacetifolia

En otoño sembré dos especies distintas. Podría haber contado con una tercera, Phacelia campanularia, debido a que sus semillas venían en un mix que adquirí, pero es complicado separarlas ya que son pequeñas y posiblemente, fáciles de confundir con otras de las especies en éste incluidas. También de una mezcla de semillas salió la Phacelia tanacetifolia, ésta más fácil de distinguir por sus semillas de tamaño mayor, marrones con estrías rugosas y un canal longitudinal en uno de sus lados, como un pequeño grano de café.

Phacelia grandiflora

A la Phacelia tanacetifolia intenté hacerla germinar por distintos métodos y el éxito, aunque no tan inmediato como en otras especies, no fue difícil de alcanzar. Prefieren germinar sin luz directa, ligeramente húmedas (funcionan muy bien enterradas en vermiculita) y cuando el tiempo no es muy cálido. Es una planta de germinación otoñal a la que le van bien los días frescos y húmedos. Una vez establecida, el crecimiento es rápido y parece no tener fin, pues la planta va ramificándose en varios niveles y cubre una gran superficie. Si pudiera verlas crecer en suelo seguro que sería espectacular.

Sus flores comenzaron a abrirse hace un par de semanas y se duplican cada vez que voy a visitarlas. Como las plantas -sólo tengo tres, pero ocupan casi todo el contenedor- se ramifican por tantos puntos, hay cimas de flores por todas partes, aunque la mayoría se encuentran en la parte más alta de la mata de hojas de todas las plantas que allí crecen. Tienen un aroma perfumado que se hace patente al acercarse a las plantas, similar al de algunos narcisos o el azahar de los naranjos. Por lo que veo, las flores duran unos días pero son rápidamente sustituidas por nuevas que se van sucediendo como una ristra sin fin en una estructura llamada cima escorpioide, por su evidente similtud con la cola de un escorpión. Esta disposición también la encontramos en muchas boragináceas, especialmente en algunos Echium y en Heliotropium.

Phacelia tanacetifolia

La segunda especie es Phacelia grandiflora. La historia de su llegada tiene su toque simpático, ya que lo hizo bajo una identidad errónea y hemos podido salir de dudas los dos cultivadores. La obtuve del intercambio de semillas de un compañero que la cultivó como Phacelia viscida no sin cierta duda al comprobar que las flores eran de color lila en lugar de azul intenso. Sembré unas pocas y dos fueron al contenedor, pero murieron tan pronto el resto de plantas les privaron de luz. La tercera, que no sabía muy bien dónde poner y la coloqué en una apretada mezcla de anuales grandes (malvas, tabacos de olor...) en una maceta de 30 cm. de diámetro, ha sido la que ha dado la pista sobre su identidad.

P. grandiflora visitada por una abeja

La planta empezó creciendo desde una roseta de hojas dentadas y con pelos rígidos, y conforme pasaban los meses crecía recta y con más hojas que van decreciendo según altura. Ya me pareció raro cuando vi que empezaban a formarse las flores en el extremo del ápice, pues por más que miraba fotos de Phacelia viscida, ésta se limita a unos tallos bajos y rastreros con hojas grandes en la base y flores sobre largos pedúnculos sin hojas, similar a Phacelia campanularia. Nada más empezó a florecer busqué especies similares y Phacelia grandiflora es idéntica. Lo comenté con el compañero que cultivó la especie el año anterior y parece que, efectivamente, esa es su identidad correcta y debió ser un error de la casa donde compró las semillas originales.

La Phacelia grandiflora tiene, como dice el nombre, flores grandes -del diámetro aproximado de una moneda de dos euros- y algo menos perfumadas que las de su pariente. Al igual que aquélla, sus flores primero crecen apretadas sobre el pedúnculo pero conforme van sucediéndose empezamos a notar la estructura de la cima sobre la que se asientan. No crece lateralmente, pero sí aparecen más cimas de flores en las axilas de las hojas del tercio superior de la planta. Las abejas la visitan ocasionalmente aunque no parece tener tanto éxito como las de Phacelia tanacetifolia.

Abeja visitando la P. tanacetifolia

Phacelia tanacetifolia es un auténtico imán para las abejas. Estos insectos me visitan frecuentemente, pero su número ha aumentado exponencialmente al florecer esta planta. Sólo la visitan las Apis mellifera, que además aprovechan para revisar otras flores cuando les viene de paso, pero sólo la Phacelia provoca en ellas esa atracción irresistible. Otros insectos -otras abejas, avispas, moscas y alguna mariposa- apenas se fijan en ellas, pero se dejan seducir por las margaritas y eneldos del entorno.

Así pues, tenemos en estas Phacelia unas plantas útiles además de bonitas, que llenarán nuestros jardines y terrazas con el ir y venir de las laboriosas abejas, tan importantes para la producción de frutos y escasas en ciudades donde no se prodiga demasiado el cultivo de flores de gran valor para los insectos. Bueno, siempre y cuando no hablemos de la mariposa del geranio, claro está.