lunes, 11 de febrero de 2013

Un vistazo a los bulbos de la temporada pasada

Jacinto y muscaris, marzo 2012
Para esta temporada, el mayor trabajo que he realizado de cara a crear un espacio para plantas sin duda ha sido el contenedor de los bulbos. Se trata de una estructura realizada con madera de palets de 280x100 cm. de base, con 40 cm. de altura y forrado doblemente con plástico para contener el sustrato, que no llega hasta el borde, quedándose aproximadamente en unos más que suficientes 30 cm. de profundidad. El sustrato -más de 1.000 litros- se compone de turba, fibra de coco, humus y perlita. Éste era sin duda el punto más importante a corregir tras la decepcionante temporada anterior, planificada con menor acierto.

En otoño de 2011 compré varios bulbos en ALDI, LIDL y Schlecker, tiendas que traen una selección limitada repartida en dos ocasiones en el caso de los dos primeros (unos "exclusivos" o "premium" y otros regulares, con apenas 0,50 € de diferencia entre ellos) pero muy interesante por la variedad de algunas plantas -que no se encuentran así como así en cualquier tienda de jardinería- y su ajustado precio. Me llevé un buen montón, aunque no tanto como en 2012, y las repartí como pude en macetas y grandes recipientes. Uno de los mayores problemas fue la desacertada decisión a la hora de elegir el sustrato: en lugar de comprar cualquier saco de sustrato universal económico para llenar todos los recipientes, opté simplemente por ir a una zona removida y llevarme varios capazos de tierra arcillosa pensando que los bulbos se adaptarían como si estuviesen plantados en una huerta. En uno de los recipientes usé arena con cierta cantidad de restos vegetales (proveniente de una huerta costera) y una capa de sustrato universal para retener la humedad, ya que quise sembrar alguna semilla por encima para acompañar a los bulbos, básicamente amapolas que acabaron comidas por los gorriones.

Fritillaria uva-vulpis, marzo 2012
Esto tuvo sus consecuencias, no excesivamente desastrosas, pero sí capaces de diezmar a muchos bulbos y darles un aspecto poco prometedor a los que prosperaron. Además, la cantidad de semillas de hierbas propias de los cultivos que traía la tierra era abrumadora, y tan pronto terminaba de arrancar un buen montón como a la semana siguiente había más y más. No es que me importe, pero le daban un aspecto poco estético a los contenedores y hay que asegurarse de que no florezcan para que no esparzan su descendencia por toda la terraza, en la cual ya hay unas cuantas "plagas" incontrodas desde hace años (en especial Coronopus didymus). Eso sí, es increíble la resistencia de estas plantas creciendo sin agua y a pleno sol, condiciones que matarían a nuestras mimadas plantas de maceta en cuestión de días.

Hubo, no obstante, bulbosas a las que no les afectó demasiado esta premisa. Los muscaris (Muscari armeniacum) florecieron prácticamente todos y con total normalidad, incluso algunos pequeños bulbillos que venían pegados a los grandes, que planté separados pensando que necesitarían engordar, me sorprendieron con sus arracimadas flores azuladas durante la primavera. Los jacintos (Hyacinthus orientalis), diez en total, florecieron abundantemente aunque algunos no llegaron a estirar del todo su pedúnculo, quedando las flores de delicado aroma algo atrapadas entre las hojas. Ambas especies se conservaron bien y actualmente son las que más avanzadas se encuentran en su nueva ubicación.

Crocus vernus, febrero 2012
Unos Iris x hollandica 'Blue Magic' que compré en primavera de 2011 repitieron el mismo ciclo que durante ésta: fueron plantados primero en marzo, y luego en septiembre. Al poco tiempo las hojas alcanzaban más de 30 cm. de altura, pero se secaron, primero en junio y luego en abril del año siguiente, sin dar ni un signo de florecer. En ambas ocasiones, los bulbos fueron sacados de tierra con un aspecto impecable y con multitud de bulbillos nuevos, descartando cualquier problema de salud. No tengo ni idea de si este año serán capaces de hacerlo y por qué no lo hicieron antes: si es por falta de nutrientes, en la actual ubicación los tienen de sobra, aunque no sé si serán capaces de asimilarlos y aprovecharlos desde ya mismo para florecer con fuerza. Tengo otros iris holandeses, mixtos, que pueden servir de referencia.

Otras especies con éxito irregular fueron los crocus y las Fritillaria uva-vulpis. Los primeros, de 50 cormos, tuvieron poca presencia en cuanto a flores y apenas fueron rescatados 5 ejemplares tras desmontar toda la parafernalia. Las segundas cuentan con el honor de ser de las pocas especies que florecieron, pero varios ejemplares tuvieron dificultades para emerger y se secaron al poco tiempo. No obstante, los bulbos fueron encontrados en perfecto estado y fueron conservados y resembrados este año, aunque todavía no han llegado a romper la tierra. El año pasado lo hicieron en marzo, con lo cual debe tratarse de una especie más tardía.

Salvo las especies mencionadas, más un tulipán 'Queen of Night', el cual floreció (uno de siete) cuando me encontraba sin cámara, y las anémonas, ninguna otra especie mostró flores. Las Scilla siberica consiguieron florecer pero no emerger, con las plantas atrapadas en el agujero del suelo por donde brotaron. Todas se pudrieron en el suelo y unas pocas tras sacarlas y guardarlas. Lo mismo ocurrió con los Allium moly, brotados bajo el suelo y con el crecimiento suspendido, pudriéndose todos en verano sin haber mostrado ni una sola hoja. También tres Camassia cusickii corrieron la misma suerte, pudriéndose en verano tras mostrar sólo una discreta roseta de hojas sin acabar de desplegar.

Gladiolo enano, junio 2012
En primavera adqurí unas pocas especies más que ya planté en turba, aunque tuvieron un crecimiento discreto, posiblemente por el calor o una mala adaptación. Se trataba de gladiolos enanos, Freesia híbridas y Sparaxis tricolor. Los primeros son los más grandes, he conservado muchos de ellos y tienen hojas desde al menos octubre; floreció sólo uno, en junio, y las flores no duraban más de un día, así que tuve suerte en ver por lo menos una abierta. Las Freesia algo parecido, con una sóla vara floral de color azul y blanco en mayo que duró poco. Una planta idéntica, quizá la misma, floreció el mes pasado durante el trasplante, con lo cual se lanzaron a perder las flores y poco a poco las hojas, que espero que rebroten durante el año. Las Sparaxis tuvieron un éxito ambiguo, pues si bien se reprodujeron bastante bien vegetativamente, sólo llegué a ver unas flores resecas en junio, posiblemente abortadas durante su crecimiento. Conservo plantas de todas estas especies y sólo pretendo traer a casa algunos gladiolos enanos más, de una colección distinta, a fin de introducir mayor variedad y buscar mejoría con ellos.

Dejo de lado a las anémonas y ranúnculos puesto que, a pesar de venderse como bulbos, prefiero englobarlas en el apartado de las plantas vivaces. No obstante, entre las Anemone coronaria 'De Caen' y 'St. Brigid' y los ranúnculos apenas vi cuatro flores de las primeras y una de las segundas; los ranúnculos fracasaron en sus intentos. Todas ellas están rebrotando ahora mismo y están acompañadas de nuevas plantas adquiridas en otoño de 2012.

Muscari armeniacum, febrero 2012
¿Conclusiones? Primero que todo, desechar el sustrato arcilloso para su uso en pequeños contenedores. Se seca mucho en la mitad superior, dando la impresión de que necesita agua para hidratarse y ablandarse, pero se apelmaza con la humedad en el fondo de las macetas, ahogando y pudriendo a los bulbos o dificultando su crecimiento vertical. Desde entonces sólo lo he usado con las martiniáceas, plantas anuales de gran tamaño y adaptadas a condiciones secas que no tuvieron problema alguno en completar su ciclo de manera más que correcta en este sustrato. Por tanto, cualquier sustrato universal con buena retención de la frescura y la humedad con drenaje adecuado será lo más recomendable para los bulbos en contenedores.

Otras cuestiones básicas son enterrar los bulbos a la profundidad correcta (al menos el doble de su altura) y no excederse con los riegos. Con un sustrato universal con buen drenaje, y especialmente si cuenta con una buena adición de perlita, muchas veces bastará con el agua de las lluvias otoñales e invernales para que las plantas encuentren toda la humedad necesaria. Por último, un buen abonado es importante para que las plantas recarguen energías, algo particularmente importante al encontrarse éstas en gran número en espacios limitados. Por suerte, he conseguido unos sacos de abono que me durarán bastante tiempo y me servirán para comparar resultados.

Poco a poco los bulbos se van desperezando y pasarán su primera prueba, que es la de florecer en su primer año de estancia a en la terraza y sobrevivir. Todavía parece que se resisten a florecer estos bulbos primaverales, cuando ya nos encontramos pensando en qué bulbos estivales y otoñales añadiremos a nuestras colecciones. Sin embargo, no dejo de lado lo emocionante que puede ser este año al ver florecer el montón de especies distintas que se esconden bajo la tierra y que pueden dar una bienvenida a la primavera espectacular.

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