martes, 17 de mayo de 2016

Lavatera trimestris, la malva elegante

Lavatera trimestris
Las malvas siempre me han resultado atractivas, pero tras varios años sigo teniendo la impresión de que no les he dedicado toda la atención posible. He cultivado cuatro especies, con flores que sólo se parecen en la forma superficial, cada una con un colorido y encanto propio. Sin embargo, siempre fallo a la hora de elegirles un sitio. Las más perjudicadas en este aspecto han sido, sin duda, las Malope trifida. Tengo centenares de semillas de la especie ya que se incluyen generosas cantidades en todas las mezclas de flores para jardín, pero nunca he tenido ejemplares grandes y vigorosos y las floraciones han sido apenas testimoniales. La temporada anterior, en noviembre de 2014, tuve que sacar del contenedor varios ejemplares que sobrepasaban en tamaño al resto de plantas por un error de cálculo. De haber comenzado de cero en macetas, quizá hubiera dado en el clavo con ellas. Esta temporada ya ni eso, pues acabé perdiendo las plántulas antes de encontrarles sitio.

Floración en aumento
Las dos malvas que más éxito han tenido, aunque breve, fueron la Alcea rosea y la Malva sylvestris. La primera empezó con tres ejemplares que entre septiembre y marzo de 2013-2014 crecieron lo suficiente desde una semilla hasta florecer. Al año siguiente pervivió una, que estaba tan perjudicada que la arranqué tras florecer de nuevo. La Malva sylvestris estaba floreciendo el año pasado en fechas un poco más avanzadas que en la que nos encontramos, y confiando en que fuese perenne no la resembré. Su floración fue abundante y preciosa, pero este año no ha podido repetirse ya que la planta acabó debilitada y muerta en invierno, con lo que tendré que esperar un año más. Por último, la pequeña Sidalcea 'Pary Girl' ha sido la menos afortunada de todas, pues la mayoría de intentos de siembra fallan y el año que más ejemplares conseguí sacar, tres, sólo uno floreció gracias a mantenerlo en maceta. Con los otros dos no es difícil adivinar qué pasó; efectivamente, los puse en el contenedor con otras plantas y su lento crecimiento las dejó atrás en la carrera por el desarrollo.

Detalle de una flor
Lavatera trimestris es la malva que más veces he cultivado, y sin embargo tampoco ha tenido nunca un espacio que le haga justicia. En este 2016 aislé unos pocos ejemplares en una maceta poco profunda tras obtener unos ejemplares algo tarde, puede incluso que en enero. No sé cómo crecerá la planta cuando tiene sitio de sobra, pero casi siempre que la cultivo acaba con un follaje estropeado que da la impresión de que va a morir. Nada más lejos, las plantas de este año están prácticamente sin hojas y sin embargo han dado la floración más espectacular que he tenido nunca. Sus enormes flores de intenso color rosado se han ido abriendo sucesivamente y, al contrario que las denostadas hojas, salen inmaculadas, sin imperfecciones. Evidentemente, con tal carga en la parte superior las plantas han ido inclinándose pero dentro de lo que cabe, aguantan el tipo. Un espectáculo tan bonito merece que esta vez intente, por lo menos, encontrarles un sitio mejor a la próxima temporada y, a poder ser, acompañadas de sus hasta ahora desafortunadas parientes las Malope y otras plantas con las que no tengan problema en compartir espacio.

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